. 💮 . 💮 . 💮 . 💮 . 💮 . 💮 . 💮 . 💮 .M I FLOR 🌹•XII○Capítulo Doce. 💮 . 💮 . 💮 . 💮 . 💮 . 💮 . 💮 . 💮 .

¡Era jueves! La semana casi terminaba. Tuve días ajetreados, no me detuve para respirar profundo, fue un verdadero reto. Tenía una reunión después de dos semanas sin asistir a la editorial, me darían detalles sobre mi historia, además anunciarían algo importante.

Estuve media hora antes en la Editorial Cali, aproveché de hablar con Elizabeth sobre las historias que había tenido la oportunidad de leer. Después de treinta minutos apareció Maximiliano, llevando un traje negro y con su porte seductor irresistible.

Tras el jefe llegar empezó la reunión con anuncios importantes.

-¡Mañana inicia la gira pre-novela!-Anunció Jessica, una mujer encargada del área de ventas, excepcional.

-Para cuando vuelvas tendrás la novela imprimiendo los primeros ejemplares, solo tendrás que empezar a firmar.-Opinó Elizabeth.

Un viaje de negocios para aprender y despejar un poco mi mente, pensé. Unos días en un lugar distinto, debía aprovecharlos. Un tiempo lejos de Maximiliano, quizá sería justo y necesario.

Esa noche asistí a una cena con Maximiliano, la última antes de irme a mi gira pre-novela. Me llevó a un lugar a las afueras de la ciudad, comimos una variedad de productos naturales, bebimos y brindamos por nuestro alrededor, el bienestar de los nuestros y lo que estábamos viviendo.

-¡Estoy súper orgulloso de ti! Te mereces todo lo que te está pasando, eres brillante y única, nena. –Expuso Maximiliano y me abrazó.

-¡Nada sería posible sin ti...!-Solté sin más y me hundí en sus brazos. Suspiré.

Empezaba una nueva etapa. Esa noche empaqué para irme de viaje por la mañana, Maximiliano me abrazó y me pidió que le escribiera sin importar la hora, ni el momento, susurró que estaría ahí, siempre para mí.

La mañana siguiente el sol radiante llenó mi ventana y mi alarma anunció el comienzo de mi día.

◄Maximiliano D'Angelo 04:30 am. ¿Ya despertaste, amor? Si todavía no, quiero desearte ¡Buenos días, preciosa! ¿Preparada para esta hermosa travesía?♡

◄Roses 04:36 am. ☀ ¡El sol ya brilla para nosotros, cielo! Muy preparada estoy para vivir esto junto a ti. ¡Feliz día!

Me puse cómoda ese día, elegí un conjunto deportivo y zapatillas Nike. Viajaba junto a Taylor, una agente editorial y Elías, un guardaespaldas que me cuidaría por órdenes estrictas de mi jefe, Maximiliano D'Angelo.

Antes de volar y activar el modo avión, encontré un nuevo mensaje.

◄Maximiliano D'Angelo 05:18 am. Donde quiera que estés, mi corazón te acompaña latido a latido. ¡Love you, honey!

No respondí porque la azafata me fulminó con la mirada, el avión empezó a volar y me quedé pensando. Pasamos cinco horas volando. Cuando por fin llegamos, me sentí mejor que nunca. Nos instalamos en un hotel donde seguramente no pasaríamos mucho tiempo, pero era de sobremanera lujoso, relajante y transmitía paz.

Al instalarme en mi habitación le envíe un mensaje a Maximiliano.

◄Roses 02:43 pm. ¡Llegué a la suite! Son preciosas las vistas desde aquí. 

No lo vio al instante, sino unos minutos después. Admiré la suite donde estaba, era gigante, casi mi casa entera. Disfruté de un relajante baño caliente, pues tenía una bañera para descansar como princesa. Seguidamente me preparé para una cena con unos inversionistas que promocionarían mi historia con productos de belleza, me intenté maquillar tan bien como lo hacía Hailey, peinar como lo hacían en las peluquerías. Preferí un vestido de Lark & Co color Midnight, tacones Calvin Klein Kamara en Black Nappa, un cintillo hecho por Hailey de rosas. Tomé fotografías con mi teléfono y se las envié a Maximiliano, allá debía ser tarde, pero sabía le encantarían.

Enseguida respondió a mis fotos con un lindo mensaje.

◄Maximiliano D'Angelo ¡Estás preciosa! Eres la novia más espectacular de todo el universo. Desearía estar ahí acompañándote. ¡Diviértete!

Estábamos separados, a millones de kilómetros, pero lo sentía en mí, dentro de mi corazón, con su aroma varonil impregnado en mi piel e irremediablemente en mis pensamientos, mis entrañas y mi mente.

Sus palabras fueron lo único que necesitaba para salir esa noche a deslumbrar, y recordar sus acciones mágicas.

La cena con los inversionistas resultó ser un gran desastre, eran cuatro en total, dos de ellos apenas me vieron ofrecieron ser representantes para ganar-ganar, uno me hizo una propuesta nada agradable, sino indecente y el otro era egocéntrico y derramó el vino en mi vestido.

Elegí a Peter y Alexander, mellizos que trabajaban como asesores legales, además tenían una empresa de cosméticos que se venderían junto a mi libro. Después de pensarlo mucho, entramos en un debate, pasamos por muchas ideas, organizamos y hasta nos reímos.

Llegué al hotel feliz junto a Taylor, con quién bromeé acerca de la propuesta indecente, ella siguió a su habitación y quedamos vernos a primera hora de la mañana en la recepción.

Primer día sin Maximiliano, fallido. Me llamó mientras me peinaba el cabello, vi su nombre, sonó la canción como tono de llamada, esa canción con la que nos conocimos, recordé nuestra historia y mentiría si digo que no me causó una revolución en el estómago, si no me produjo un poco de felicidad ver su nombre en la pantalla.

-¡Hola princesa!-Ahí supe que se perdió mi corazón.

-¡Hola! ¿Cómo estuvo tu día?-Decidí responder amablemente.

-Nena, te extraño inmensamente... Me siento extraño no teniendo tu presencia. ¿Puede ser raro?-Dijo inesperadamente.

Ay, si supieras que yo también te extraño, pero me estoy quedando tranquila.

-No te desesperes, pronto estaré ahí. Los días pasan desapercibidos. –Expuse.

-¿Qué tal te fue con la cena con los inversionistas?

-Estuvo regular. Tuvo su momento de Victoria, unos mellizos van a encargarse de asesorarme legalmente y venderemos sus productos cosméticos el día de la publicación del libro.

-¡Eso es buenísimo, cariño! Eres muy buena haciendo negocios. –Expresó.

La conversación se extendió poco más de una hora y media, hablando de su día, asuntos de la empresa, la familia, Gala y lo que quería hacer cuando volviera. Me costó quedarme dormida rápido, porque estuve pensando en la oscuridad, mirando la luna y las estrellas.

Los demás días del viaje sobreviví a una tos seca, un dolor de estómago y una fiebre de 40°. Las actividades fueron realmente sencillas, en total fueron dos: una exposición de libros recientemente publicados, donde tuve la oportunidad de hablar con varias escritoras argentinas, españolas y japonesas, una mezcla rara, pero muy buena. La última actividad fue una comida con un crítico estimado en España, hablando un poco y quién se había leído mi primer libro, respecto a la segunda novela estaba intrigado y me sorprendió.

El segundo y tercer día opté por desconectarme de mi vida amorosa y disfrutar de visitar lugares. Recibí al menos diez mensajes por la mañana, veinte por la tarde y por la noche la bandeja de entrada estalló. Muchos de los mensajes eran preguntas.

◄Maximiliano D'Angelo ¡Hola mi amor! ¡Te deseo que tengas un bonito día! ♡

◄Maximiliano D'Angelo Nena, ¿Estás bien?

◄Maximiliano D'Angelo ¿Cómo te fue hoy?

◄Maximiliano D'Angelo ¡Espero haya sido un buen día para ti! Verte feliz y siendo exitosa es mi mayor bendición. Cuento los días para verte.

El tercer día llegué exhausta a mi habitación, me encerré y ni siquiera cené. Descansé toda la noche, por la mañana volvía a mis raíces.

La mañana siguiente estuve preparada para irnos en avión. No recibí ningún mensaje de Maximiliano. Me sentía muy extraña, porque tenía miedo de aferrarme a una persona, no quería amarle como lo estaba haciendo. Pensé que solo el tiempo diría la verdad.

En el hotel nos hicieron un desayuno riquísimo, luego nos fuimos directo al avión. El vuelo se me pasó muy rápido, cuando menos lo esperamos, aterrizamos en nuestra amada ciudad. Creí que Maximiliano vendría por mí, pero me equivoqué. Lo busqué en el área de espera, allí no estaba.

Llegué a mi hogar, allí tampoco estaban: ni sus ojos, ni sus labios, ni sus caricias, ni su cabello, ni su esencia, no había nada de él.

Y sí... lo extrañaba más de lo que quería hacerlo. Le llamé varias veces, no contestó... Me preguntaba: ¿Cómo estará? ¿Dónde estará? ¿Sigues pensando en mí?