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CAPÍTULO 2


Scarleth y su sonrisa.
Scarleth y su mirada.

No podía dejar de pensar en ella. ¡No podía! Y menos aun con todas las miles de preguntas que se formaban en mi cabeza.

"¿Estará bien? ¿Me extrañara? ¿Donde esta? ¿Estará muerta?".

La necesitaba a mi lado. ¿Cómo es que sucedió todo esto? ¿Cómo es que llegue a este punto? Desde el día en que salí del hospital yo me eche la culpa. Si tan sólo la hubiera protegido más. Si tan solo no hubiéramos hecho ese viaje. La extrañaba mucho.

Necesitaba verla, me sentía débil, no solo físicamente, me sentía débil porque antes de que sucediera todo yo estaba completo y fue como si me arrebataran mi mayor tesoro, como si me quitaran mi propia vida.

-¿Ethan?- la puerta de mi recamara se abrió. -Te traigo tu almuerzo - Tomas, estaba parado en la entrada con una gran bandeja llena de comida.

-No tengo hambre -mi voz parecía más un susurro.

-Debes de comer, los doctores dijeron.. -iba otra vez con eso.

-No me interesa lo que hayan dicho los doctores, no me interesa nada.- cada vez que decía cosas así me alteraba.

-Ethan calmate, debes de comer hermano -cerré los ojos y di un suspiro.

-Tomas, no quiero, por favor, vete- quería estar solo.

-No me gusta verte así, debes de seguir adelante, no te eches la culpa de esto. -lo mire fijamente con los ojos llenos de lágrimas.

-¿Cómo no quieres que lo haga? Si por mi culpa fue que los perdí- mi hermano dejo la bandeja en la mesita y se acerco a mi.

-No digas eso, me duele ver que sufras -me agarró de la cara -yo te ayudare pero primero debes de recuperarte. Te dejare la comida aquí.

-La extraño hermano -dio un suspiró.

-Cuando te mejores iremos a buscarla. -me dio una sonrisa sincera. - Come, es lo único que te pido.

Sin decir mas, salió de mi habitación.

Tomas tenia razón en todo. Debía de dejar de echarme la culpa y tenia que preocuparme un poco mas por mi salud. Ya después la buscaría por todo el mundo si fuera necesario.

Aun recuerdo el día que fui a buscarla a su casa. Ya tiene 2 semanas de eso.

*Flashback*

Compre una docena de rosas, estaba nervioso pero a la vez emocionado porque la iba a ver y también porque conocería a mis suegros.

Me imaginaba la reacción de ella al verme. Con esa maravillosa sonrisa que hacia dar vueltas a mi corazón y esos hoyuelos que se le formaban.

-Veo que tienes demasiadas ganas de verla- dijo Sofia. Gire la cabeza y le dedique una sonrisa.

-Es el amor de mi vida ¿Cómo no voy a tener ganas de verla?-

-Ve por ella campeón -mi hermano había interrumpido.

Inhale aire antes de salir del coche.

Aun no estaba bien del todo pero ya podía caminar sin ayuda. Camine hasta la entrada y toque el timbre.

Nada podía borrar mi sonrisa.

Pasaron varios minutos pero nadie me abrió. Me fije en el alrededor y me di cuenta que el pasillo estaba algo abandonado. El jardín estaba crecido.

Toque de nuevo. Y nada.

Justo cuando iba a tocar por tercera vez. Una señora con una carriola me llamo.

-Joven, joven -me acerque a ella.

-Buenas tardes -saludé.

-¿A quien busca? ¿Al doctor?- la miré confundido- Al señor que vive en esa casa.

Rápido reaccione.

-Oh si, busco a una de sus hijas.

-¿La señorita Ivanna?-Negue con la cabeza.

-No, Scarleth.

-Comprendo.. Pues déjeme decirle que no los va a encontrar.

-¿Porque?- dije asustado.

-El doctor y su familia se mudo a Europa, me parece..- ¿Europa?

-Eso hace cuanto tiempo fue- se quedó pensando.

-Como medio año, si creo que si. Hable con su esposa y me dijo que necesitaban nuevos aires. -

-Una pregunta, ¿Antes de que se fueran no supo nada de lo que le paso a una de sus hijas?-

-¿El accidente de la hija de Jéssica? Claro, todos nos enteramos. - se me hizo un nudo en la garganta.

-¿no sabe si murió?- ella notó mi tristeza.

-No, no murió hijo. -me agarró la mano- ¿Eran algo?

-Mi novia.. Iba con ella en ese accidente.. Pero yo acabo de despertar de un coma.

-Ay como lo siento. Me encantaría ayudarte a saber su nueva dirección pero perdí la hoja donde Jéssica me dejó su teléfono.. Lo buscare.. Cualquier cosa yo te aviso.

-Muchas gracias.

Le deje mi numero de celular y me despedí. Fui hasta el coche y me encontré con las caras preocupadas de Tomas y Sofia.

-¿Y?

-Se fueron-

-¿Cómo que se fueron?- mire a Tomas.

-Se mudaron a Europa.- una parte de mi se rompió.

-Tranquilo hermano, estoy seguro que pronto la vas a encontrar.

-Eso espero...- las lágrimas empezaron a brotar- Eso espero.

*Fin de flasblack*

Desde ese día no he podido dormir por pensar en ella.

Me levante del sillón y fui hasta donde mi hermano dejo la comida.

Iba a recuperarla. Y lo haría pronto.

Anónimo

Me encantaba dar paseos por la noche y ver a las personas dirigirse a su casa después de una larga jornada de trabajo. Muchas llevaban una sonrisa. Otras caras de frustración.

Antes de salir de mi casa, compraba un paquete de dulces y a las personas que se veían tristes les regalaba uno, aunque sea para mejorar su día.

Iba caminando por el parque y ví a tres jóvenes acercarse. Era una pareja que llevaba una gran sonrisa y a lado de ellos una chica con el rostro apagado.

Me acerque a paso lento.

-Bella dama, quisiera regalarle esto-alzo la vista y me miro fijamente, era hermosa, tenia unos ojos grande color verde, su piel era blanca, parecía una muñeca. De un momento a otro me puse nervioso.

Extendí la mano y le di una paleta.

-No puedo aceptarlo, no te conozco-su voz. Era perfecta.

-No tiene nada malo. Aceptelo -dudó un poco.

-Al menos dime tu nombre.

-No suelo decir mi nombre.. Lo siento.

-Y yo no suelo aceptar dulces de extraños. Hasta luego -giró y me dejo con la mano extendida.

Antes de perderla de vista. Volteó y me dio una sonrisa.

-Espero volver a verte- dije, aunque ella no me escuchara.

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