(Ay esos dedos, colame un par porfis) 

[...]

—Hola, Holly, hola—habla Justin frente al espejo, practicándose lo que le dirá cuando vaya a verla al trabajo—. ¿A qué hora sales a almorzar?—comienza a caminar de un lado a otro—Yo a la 1:00—toma aire y lo suelta al detenerse, comenzará de nuevo—. Oye, oye, hola, ¿me recuerdas?—se detiene frente al espejo y se cruza de brazos, sonriendo—Bueno, creo que mesa para uno mientras estoy aquí, pero me preguntaba si querías ir a comer más tarde. No sé nada de ti, pero me gustan los mariscos—se encoge de hombros—. ¿Ah sí? ¿A ti también?—vuelve a sonreír—Sí, eso es todo lo que como. Mariscos, mariscos...—ríe ante la estupidez que está diciendo—por cierto, hay un lugar en....—se inclina hacia el pequeño papel pegado en el vidrio con el nombre del restaurante—hay un lugar en Wilshire llamado "El cangrejo enrollado". ¿Lo conoces?—observa la puerta—¿Podríamos....esta noche?—suspira y vuelve a moverse nerviosamente—Hola, Holly, ¿cómo te va?—lleva las manos a su cabello y lo jala—A la mierda con esto.

(...)

Entra al restaurante y se acomoda la chaqueta para luego mirar entre toda la gente y sonreír al ver a una uniformada Holly sonriente.

Toma el menú del mostrador y va a sentarse.

—¡Hola, soy Holly! Seré quien te atiende hoy, ¿qué pedirás?—esta saca un bolígrafo de su bolsillo y lo mira esperando a que hable, sin embargo, Justin se la queda mirando con una sonrisa más grande que la torre Eiffel.

—Debes ser una escritora—ella frunce el ceño y ladea la cabeza.

—¿Disculpa?

—Una escritora. El disfraz del autobús—ríe ante la mueca de Holly al no entender nada—. Nos vimos hace un par de días en el autobús—. Mi nombre es Justin.

—Lo siento mucho—susurra—, mi mente es peor que la de un pez—dice acompañado de una risa—. ¿Te traigo algo? ¿Un aperitivo?—Jay baja la mirada al menú y observa este hasta que vuelve a fijar la mirada en ella.

—Agua, y cuando vuelvas sabré que pedir—le contesta con lentitud a la vez que se inclina en la mesa hacia ella.

—Agua—hace una mueca y lo anota—. Entonces, un agua para ti, de acuerdo—le sonríe y comienza a caminar hasta que la llama.

—Me gusta tu cabello, está lindo—eso es lo más mierda que Justin ha dicho en toda su fracasada vida.

—Gracias.

(...)

—Bien, ¿cómo va todo por aquí?—pregunta Holly cuando se acerca a la mesa donde Justin aún come.

—Justin—frunce el ceño y se apoya en esta.

—¿Qué es eso?

—Justin, mi nombre es Justin—este le sonríe y Holly asiente, lo encuentra muy estúpido, a él y al nombre.

—De acuerdo, ¿cómo está tu comida, Justin?

—Está bien—se encoge de hombros y suelta el tenedor para prestar toda su atención en ella—. Tengo una pregunta para ti—se acomoda—. ¿Te gusta Coldplay? Porque tengo un par de entradas para su concierto de esta semana—se cruza de brazos—, y la chica con la que iba a ir, no es una novia ni nada, no puede ir. Me preguntaba si tal vez...quisieras ir.

Niega—Lo siento, no puedo.

—No me gusta ir solo a los conciertos, se siente algo extraño, ¿sabes? Entonces, sólo, tú y yo—los apunta a ambos—podríamos ir, pasarla bien, sin presiones.

Holly comienza a sentirse harta de este tipo, mira a su izquierda pensando en qué decirle.

—La cosa es que, ya tengo una especie de novio, así que—frunce los labios en una línea recta y junta sus manos, espera que eso lo haya convencido.

—No, no lo tienes—mirar todo su instagram le ha afectado a Bieber, bastante. La camarera se queda en silencio hasta que le entrega la cuenta.

—Sólo dejaré esto aquí y me iré. Gracias por venir—se voltea y comienza a caminar hacia la cocina.

(...)

En la noche, al salir del trabajo, decide seguirla hasta la casa, y se la queda observando a una distancia prudente.

Holly entra a su hogar y deja su bolso en el sofá.

—Hola—saluda a su mejor amiga Claire quién está sentada en el sofá viendo televisión y se acerca a ella para besar su mejilla—. Hay un tipo ahí afuera—susurra cuando se acerca a la ventana.

Claire sonríe:—¿Es sexy?—Holly voltea a mirarla y rueda los ojos.

—Hablo de verdad, Claire.

—No te pongas paranoica conmigo. No eres divertida cuando estás así—la pelinegra ríe y se lleva una papa frita a la boca.

McAdams se levanta al oír el teléfono sonar y lo agarra para atender.

—¿Si, Nathan?—se sienta y se apoya en la mesa.

—Hola nena.

—¿Qué quieres?

—Hey, sólo quería hablar, he estado pensando en ti—Holly voltea a ver a Claire cuando esta habla.

—¿Está ebrio y lloriquea de nuevo?—deja salir una risa y sigue comiendo.

—Un poco—le contesta su mejor amiga en un susurro y sonríe con burla.

—¿A quién le hablas?—le pregunta—¿Con quién estás? 

—No te pongas paranoico conmigo, Nathan. No eres divertido cuando estás así—repite lo que la pelinegra ha dicho anteriormente sin dejar de sonreír.

(...)

Sentadas en la terraza del apartamento, Holly le da una calada al cigarrillo mientras sostiene un vaso de whisky con la mano libre.

—¿Y qué ha sucedido con Nathan?—ya es la tercera vez que Claire le pregunta sobre su situación con su ¿ex novio/novio? Realmente Holly no sabe qué es lo que tiene con él.

—¿Otra vez con eso?—suelta un suspiro y deja el vaso sobre la mesa.

—Fueron dos años de relación, no puedes tirar todo eso a la basura—se cruza de brazos y la mira—. Estar sola es una mierda.

—Entonces qué, ¿sólo debo olvidar el daño que me hizo?—pregunta antes de llevarse el cigarrillo a la boca.

Claire asiente y toma de la bebida:—Sí, olvida, perdona—hace una mueca—. Olvida toda esa mierda, Holls—esta la queda mirando por un momento hasta que niega.

—Sabes que no puedo hacer eso.                               

(...)

—Hola, Sam—Holls saluda a su compañera de trabajo al entrar al restaurante y deja sus cosas.

—Alguien es popular—su acompañante canturrea y sonríe, ¿popular? ¿desde cuándo?—. Está en el cuarto de descanso, ve—sin quitar la mirada confusa de Sam, va hacia el cuarto y abre la puerta para encontrarse con un gran ramo de rosas rojas y blancas. Las huele al acercarse a una de estas y toma la tarjeta para luego leer su contenido:

❝Sé mía❞