{Capítulo 48}
Su respiración era pesada y su cuerpo temblaba por el frío. Dean se acercó a ella y la acurrucó entre sus brazos. Un leve suspiro de alivio escapó de los labios de la joven. Estaba completamente helada, necesitaba calor con urgencia si no quería que contrajera un resfriado.
Aquellos malditos siquiera les traían mantas. Los hacían dormir en el mugroso piso de madera. Sin mencionar que sus ropas no eran adecuadas para las temperaturas que allí se creaban. Estaban en otoño y, aunque hiciese algo de calor, seguía aquel frío que obligatoriamente te hacía colocarte un abrigo.
En aquel lugar no había calefacción y las copiosas lluvias que hasta el momento se habían presentado solo habían ayudado con el deterioro de la madera del piso. Las ventanas no poseían cristal por más de que estuviesen mal cubiertas por tablones. El aire frío y la lluvia se colaban por el interior y los obligaba a acurrucarse para mantener el calor.
Muchas veces Dean pensaba que la forma en la que los harían morir sería de frío. Pero convengamos que con Danielle esa no era una opción, más bien era una forma de tortura.
Tortura. Aquella palabra hizo que Dean bajase los ojos a los brazos descubiertos de la joven. Varios moretones manchaban su piel. Eran pequeños pero sin duda que dolían.
Una única vez la golpearon a modo de advertencia y desde entonces sus heridas aún no sanaron. Cada día que pasaba los separaban; se la llevaban a otra habitación lejos de él y cuando la regresaban se tenía que asegurar que no tuviera ningún moretón nuevo. Los había memorizado, la forma, el color, el tamaño y la ubicación. Si esas ratas le habían hecho daño los mataría uno por uno.
Odiaba verla así. Tan pequeña, tan desprotegida, tan inocente. ______ no merecía estar pasando por eso.
Ella decía que no le hacían nada, al menos no físicamente, pero el daño psicológico no tenía límites.
¿Cuánto más tendría que sufrir? Jugaban con ella como si fuese un juguete y no se daban cuenta del dolor que ella sentía.
Era ridículo pensar que alguien tuviera tanta maldad en su interior, pero Danielle era la excepción a la regla.
¿Habría sido distinto si _____ nunca se hubiese revelado ante ella? Tal vez pero con Danielle eso es poco creíble. Estaba más que claro que tenía pensado hacerla sufrir y torturándola mentalmente era una de las formas.
Una lágrima resbaló por su mejilla y se perdió en la oscuridad de la noche. Su mirada se clavó en la ventana y observó la parpadeante luz de los relámpagos. La lluvia mojaba el piso que había a un par de metros de ellos. El aire se inundó el típico aroma a tierra mojada.
Cerró sus ojos y por alguna razón su mente lo transportó a aquel momento en el que él había ido a visitar a _______ antes del baile de graduación, mientras Logan permanecía en la clínica psiquiátrica. Se había recostado en su cama y ambos habían tenido una charla… Una charla que casi los llevó a un beso.
¿Por qué estaba pensando en eso en un momento como aquel? Eso no mejoraba la situación, sino que la empeoraba.
Sacudió su cabeza como queriendo borrar aquel recuerdo y mucho otros invadieron su mente después. Su sonrisa. Aquella sonrisa que solía tener, que solía llenarla tanto de vida lo hizo sentirse bien por dentro. Así es como quería verla. Así era como quería tenerla. ¿Por qué todo era dolor y sufrimiento? ¿Acaso no había nadie allá arriba que la quisiera? Mejor dicho, nadie que los quisiera. Él y Logan también eran víctimas de las locuras de Danielle.
¿Por qué no podía morirse y así dejarlos en paz? Por querer vivir feliz estaba haciendo la vida de los demás un infierno.
— ¿Por qué estas llorando?
Aquella voz ronca lo hizo dan un pequeño brinco. Había estado tan concentrado en sus pensamientos que apenas se había dado cuenta de que ____ estaba despierta.
Dean: Nada. —Comentó secando sus lágrimas.
____: ¿Por qué me mientes?
Dean: No te estoy mintiendo. Hace frío aquí y me lloran los ojos, nada más.
_____ se separó de su tibio agarre, una oleada de aire frío la hizo estremecerse pero apenas cuenta se dio, su mente estaba preocupada en algo mucho más importante.
Los verdosos ojos de Dean eran lo único que se iluminaba cada vez que los relámpagos aparecían en el cielo. Los tablones partían su rostro y las sombras ocultaban lo que no tenía importancia.
Sus intensos ojos estaban aguados y sutilmente enrojecidos. Ya conocía aquella mirada desde hacía tiempo. La tenía desde que despertó entre sus brazos el primer día en que….
El contacto con su piel hizo que Dean cerrara sus ojos. La suave piel de sus manos acariciaba su mejilla con delicadeza. Sus labios comenzaron a temblar y sus ojos nuevamente sobrepasaron el límite de líquido. Quiso evitarlo pero no pudo, al abrir sus ojos varias lágrimas se derramaron.
Dean: Ya no quiero verte sufrir más. Ya no quiero que más nadie te haga daño, quiero que todo acabe de una maldita vez.
_____: Lo hará. Todo acabará, ya lo veras.
Dean: Pero morirás… —Tomó su mano y la apretó como si fuese lo único que tuviese para aferrarse en el mundo—. No quiero que mueras. —Su voz se quebró al final y agachó su cabeza.
Por primera vez _____ sentía como algo se rompía dentro de ella. Nunca había visto llorar a Dean de aquella manera. Jamás lo había visto tan destrozado.
El pecho se le hundió del disgusto y el típico hormigueo apareció en su estómago.
Dean: Éramos felices hasta que ella llegó. Toda nuestra vida se vino abajo por culpa de ella… Y ahora nos estamos yendo en picada.
____: Dean…
Dean: ¿Sabes qué es lo que más me molesta? — Su mirada se encontró con la de _____. Sintió como su corazón se hizo pedazos en cuanto vio el sufrimiento descomunal que reflejaban los ojos de Dean.
No. No, él no merecía estar así. Ese no era el Dean que conocía, ni siquiera cuando ella sufría por lo que Logan le hacía. ¿Qué estaba pasándole? Se estaba… ¿quebrando?
Dean: Me molesta saber que ella ganó. Que arruinó nuestras vidas y se quedó con lo que más quería. —Meneó la cabeza varias veces—. La vida no es justa. El maldito que dijo que lo era de seguro no vivió lo que estamos viviendo.
____: N…
Dean: Me enoja que Logan viviera una vida miserable por su culpa. Perdió a lo que más amaba dos veces…
_____ apartó la mirada, sabía que se refería a ella.
Dean: Y lo peor es que ahora vivirá una vida que ni siquiera es real. ¡Una vida que ella creó para que él volviera a amarla!... —Sorbió por la nariz. Las lágrimas empapaban su cara como la lluvia al piso—. Él no se merece eso. No se merece vivir engañado creyendo que ama a alguien que en realidad odia…
_____: Dean, ya basta… — Empezó pero no pudo terminar.
Dean: ¿Y tú? Tú vida fue igual o incluso peor. Sufriste por todo lo que ella te hizo pasar con Logan… Esa maldita sabía que Logan era lo que más amaba en el mundo y jugó con eso para hacer la vida miserable. ¿Y ahora? ¿Qué acaso no puedes ser feliz con él? ¡No veo el maldito nombre de Danielle escrito en su cuerpo! ¡Él no le pertenece!
_____: Baja la voz, por favor.
Dean: Te separó de él… Y de la peor forma. No tienes idea de cuánto él sufrió por ti… Te amaba, y ahora lo único que sabrá es que te odia. Eso no es justo. Después de todo por lo que tuviste que pasar ¿la muerte es lo último que te espera? ¿Por qué tiene que ser así? ¿Por qué tienes que pasar por todo esto? Nadie debería de hacerlo. Tú solo te mereces amor… —Soltó un suspiro—. ¿Sabes algo? Al principio pensaba que Danielle no me haría nada. Que me dejaría aquí hasta el día de mi muerte. Y por un lado pensé que eso no era justo, que yo también merecía ser torturado…
_____: ¡No! —Le interrumpió—. Tú no te mereces eso. Tú no te mereces nada, ¿me oíste? Eres la persona más buena que conozco. Siempre pensando por todos y dejando de lado lo que en verdad quieres.
Dean: Ella sabía que… que tú eres más importante que todo aquello que yo pueda querer. —Conectó su mirada con la de ella—. Eres una parte importante de mí. Aprendí a quererte como no tienes ideas… Y el hecho de verte pasar por todo esto me desgarra el alma… Esa es mi tortura. Verte sufrir.
_____: Dean… —Sus ojos se llenaron de lágrimas al escuchar sus palabras. Su espalda se había arqueado de tan hundido que tenía el pecho.
Dean: No puedo soportar que te hagan daño, y el hecho de no poder hacer nada al respecto me está afectando. Tú eres todo para mí… Y solo con hacerte sufrir de esa manera ya me está haciendo daño a mí. Me estoy muriendo.
____: ¡No digas eso! —Lo tomo con fuerza por los brazos. Las lágrimas estaban robándole el aire. Se sentía asfixiada—. Aun seguimos con vida y eso es lo que importa.
Dean: ¿Por cuánto tiempo más? Siempre tuve la esperanza de que un milagro sucediera… Pero seamos realistas, nada bueno ha pasado.
____: Lo sé… —Respondió bajando la cabeza—. Y sé que esto puede sonar egoísta o lo que sea… —Elevó la mirada para verlo—. Pero me alegra de que estés conmigo. Me alegra saber de que al menos no estaré sola allá arriba.
Dean mordió su labio inferior, extendió su mano y escondió detrás de la oreja un mechón de cabello de _____. Su rostro se sentía verdaderamente mojado, como si hubiese puesto la cara frente a la lluvia.
Dean: Sé que rompí mi promesa de que siempre te protegería… Pero esta vez te juro que ya nadie va a poder separarnos. Estaré contigo siempre. ¿Me oíste? Siempre.
Ella se limitó a asentir. — Siempre.
Hubo un pequeño silencio entre ambos. Las miradas de ambos se conectaron hasta penetrar directo al alma. Dolor y sufrimiento era lo único que sentían, lo único que veían.
Dean era una persona especial. Alguien a quien ella quería muchísimo, y es por esa razón que él no tendría que estar allí. Le dolía que él viera todo lo que le hacían día a día. Aunque le reconfortara saber que al final de todo estaría entre sus brazos, odiaba que la viera así, porque en el fondo sabía que sufría.
El ruido de la lluvia y los truenos eran lo único que captaban sus oídos.
Cuando menos lo pensaron sus respiraciones estaban mezclándose en un elixir hechizante. Estaban tan cerca el uno del otro que podían sentir el latido de sus corazones.
Ambos sabían lo que sucedería a continuación y aunque supiesen bien cuáles eran sus intenciones no iban a detenerlo.
La presión sobre sus labios le hizo recorrer un hormigueo electrizante por todo su cuerpo. Nunca hubiese pensado que estar besándola sería algo tan maravilloso.
Aquello alejaba cualquier pensamiento malo y negativo, dejando lugar solo a lo bueno del momento.
Sus labios eran como amnesia para su cerebro… Y le encantaba.
Todo su mundo había desaparecido. Por un segundo pudo imaginarse en otro lugar que no fuese aquella “mazmorra”. Los labios de Dean causaban algo en ella que no podía explicar.
El amor que ambos se tenían era muy fuerte hasta el punto de confundirles. ¿Era amor de amantes o de hermanos? ¿Qué era lo que sentían? Solo sabían que aquel beso los ayudaría a sobrellevar aquel momento. Él se sentiría bien por dentro, y ella se sentiría bien por saber que Dean dejaría de sufrir.
En todo el tiempo que llevaban allí, aquel fue el mejor momento que pudieron haber pasado. Fue el rayo de luz que iluminó la senda oscura de su futuro.
Beca se encontraba sentada en la mesa de la cocina, bebiendo una taza de café que nunca parecía bajar su contenido.
Estas últimas semanas había estado limpiando los lugares que mayormente frecuentaba. Estaba todo tan sucio que esa fue la excusa perfecta que encontró para no aburrirse todo el tiempo.
La cocina era el lugar que se usaba la mayor parte del día y, aunque no la hubiese dejado como un espejo, bastante bien la había dejado. No tendría muchas cosas, no parecería la cocina de una casa normal pero sin duda que estaba muchísimo mejor que el nido de arañas de antes.
Su mirada estaba clavada en una de las betas de la mesa, mientras que con sus dientes mordisqueaba una de sus uñas.
— ¿Otra vez comiéndote las uñas?
Aquella voz masculina la hizo sobresaltar.
Beca: ¡Matt! ¡Me asustaste! —Se quejó.
Matt: Lo siento pero no pude evitar que estas nerviosa otra vez. —Comentó mientras arrimaba una silla para sentarse a su lado.
Beca soltó un suspiro y sencillamente apartó la mirada de él.
Matt: ¿Vas a decirme de una vez qué es lo que te pasa? Desde hace como dos semanas que no paras de cometer las uñas. ¡Una semana más y ya empezarás por los dedos!
Beca: ¡¿Y qué quieres que haga?! —Golpeo la mesa con las manos. Matt dio un respingo.
Matt: ¡Que me digas que te pasa!
Beca meneo la cabeza varias veces, debatiéndose si debería de decirle la verdad o no.
Beca: ¿Cuándo va a terminar todo esto?
Matt: No creo que mucho más. Todo ya está bien. A más tardar dentro de una semana, ¿Por qué?
Beca: Porque ya no lo soporto más. Ya no quiero seguir siendo parte de esto, ¿me oíste? No quiero.
Matt: ¿Qué diablos estás diciendo?
Beca: ¡Que no me gusta lo que están haciendo! ¿En serio es necesario que le hagan eso todos los días? Yo creo que ya bastante tuvo.
Matt: Pues lamentablemente aquí tú no eres la que decide eso.
Beca: Me repugnan. Todos ustedes me repugnan. —Estaba a punto de levantarse cuando sintió como alguien la aferraba con fuerza por la mano. Sentía como si los huesos de su muñeca se iban rompiendo lentamente.
Matt: ¡Escúchame bien, Beca! Más vale que no intentes nada estúpido ahora que estamos a punto de terminar el trabajo. No vengas a estropear lo que nos tomó más de tres años completar. Además, no creo que te haga nada esperar un par de días más. Pudiste aguantar un mes y medio, ¿Qué te cuesta esperar un poco más?
Beca: Lo único que quiero es que después de todo esto nadie pueda venir a acusarme de nada.
Matt: Y no lo harán porque no tendrán pruebas. El plan que ideamos nos excusa de todo lo que puedan acusarnos, ¿me entiendes? —Ella asintió dudosa—. Así que no lo eches a perder. —La soltó con violencia, como si estuviese fastidiado de ella.
Beca simplemente se puso de pie y se dirigió a su habitación en la planta baja.
Sus ojos se entreabrieron para ver como los rayos de luz se colaban por entre los tablones de madera. Los mismos llegaban hasta casi la mitad de la habitación, lo que significaba que ya era mediodía.
Un temblor le recorrió el cuerpo al saber lo que significaba aquello. Cada día, después de comer, su tortura comenzaba… Y no se detenía hasta entrada la noche.
El cuerpo le dolía hasta decir basta. Era tanto el dolor que ya no lo sentía solo en una parte en específico, sino que en todo el cuerpo.
A veces, cuando se revelaba ante las infamias que decían aquellos imbéciles, recibía un golpe. Temía que Dean lo descubriera por lo que había aprendido a no quejarse, aunque eso significara una agonía permanente.
Las ganas de querer llorar la invadieron por completo. ¿Cuánto tiempo más iba a tener que soportar esto? ¿Por qué no la mataban de una buena vez? De seguro Danielle quería verla sufrir, hundirse en una depresión tan profunda que terminara pidiéndole piedad y que la matara. Pero ella no haría eso, por más que sufriera no diría ni una sola palabra. Se guardaría todo el dolor hasta el día de su muerte.
Un brazo cálido comenzó a acariciar con delicadeza su brazo. Un temblor volvió a recorrer su cuerpo, pero esta vez la sensación era mucho más agradable.
Alguien la estaba presionando contra su pecho, podía sentir el rítmico latido de su corazón. Recordaba que más de una vez se había dormido escuchando ese sonido.
Estar así con esa persona le hacía sentir confianza, protegida, que nada malo podía pasarle mientras estuviesen juntos.
Al principio, en sus tiempos de delirios, pensaba que aquella persona era Logan. Que había vuelto para estar con ella… Pero más de una vez se había dado contra la pared al darse cuenta de que él no estaba allí, que aún permanecía encerrado en aquella habitación sin posibilidades de salir.
Ahora que siempre estaba lúcida, el hecho de tener a Dean a su lado la reconfortaba. Él había sido alguien muy importante en su vida, y el que estuviese allí significaba mucho para ella… Aunque las circunstancias no fuesen las mejores.
Dean: Tranquila. —Le susurró al oído—. Todavía es temprano, vuelve a dormir.
Ella meneó la cabeza. — Ya es mediodía. —Dijo con voz ronca y cansada.
Dean: Tu solo duérmete.
Intentó quejarse pero no pudo. En eso, se aferró fuertemente al pecho de Dean y apretó un puñado de su camiseta con su mano.
____: No quiero que me lleven. No quiero, no. —Su voz sonó ahogada por las lágrimas. Dean la aferró aún más fuerte contra sí. —No dejaré que te hagan nada. Ya es suficiente, se acabó.
______ elevó la mirada para verlo. — ¿Qué vas a hacer?
Dean: Tú no te preocupes. Yo no voy a dejar que te lleven.
_____: Pero… —Sus palabras se cortaron al momento de la puerta al abrirse. El rechinido de la misma le erizaba los cabellos, porque sabía lo que venía a continuación.
— ¡Buenas tardes solecito! —La voz de Marcus resonó en la habitación—. ¿Lista para irte?
Dean se aferró de manera posesiva a ______. — ¡No! No lo está, y no lo estará nunca.
— ¡Tú no vengas a molestar como siempre! Sabes cómo funcionan las cosas, así que ahora apártate y no molestes.
Marcus intentó acercarse pero Dean se lo impidió.
Dean: ¿Qué pasa si no te hago caso?
____: Dean, basta…
— Apártate. —Le amenazó.
Dean: ¿O qué? ¿Qué harás? ¿Qué no te das cuenta de que es una dama y merece ser tratada con respeto?
— ¡Ella solo merece una golpisa por lo que me hizo la vez pasada!
Dean se colocó de pie y se puso delante de _____ para protegerla.
Dean: Ella no merece nada que venga de ti.
_____ se cubrió la boca al ver como Marcus golpeaba a Dean en la cara.
¿Qué diablos pasaba con Dean? ¿Por qué había dicho eso? Sabía perfectamente que no debía provocarlos, entonces ¿Por qué lo hizo? ¿Acaso quería morir antes de tiempo?
Dean volteó su cara de frente a Marcus, se acarició el labio y vio la sangre fresca manchando su dedo. Lo miró con ojos de rabia, no iba a dejar pasar aquello. Hasta el momento se había mostrado “dócil”, obedeciendo todo aquello que le decían, pero hoy no lo dejaría pasar. Ya estaba harto. Aquel imbécil, junto con los demás, merecía una buena paliza.
Antes de que Marcus pudiese reaccionar, ya estaba en el piso recibiendo constantes patadas en el estómago. Dean lo había logrado tirar al piso y ahora estaba dispuesto a romperle las costillas.
____: ¡Dean ya basta! ¡Detente! —Le exigió pero él no la escuchó. Estaba como ido, sacado de sus cabales.
Eric y Leo entraron por la puerta al escuchar tantos gritos. Intentaron detener a Dean en cuanto vieron como éste golpeaba a su amigo hasta hacerlo sangrar por la boca, pero apenas pudieron hacer algo. Ninguno de los dos pudo detener a Dean.
¡Estaba totalmente loco! Si _____ no hacía algo pronto terminaría matándolos.
____: ¡Dean! —Intentó acercarse a él pero temía recibir algún golpe—. ¡Detente! ¡Vas a matar a alguien!
Aunque lo único que le importaba en la vida era ver muertos a todos, no estaba dispuesta a que eso sucediera a costas de Dean. Podían ser malvados pero no dejaban de ser personas. Dean no era un asesino, todo lo que hacía lo hacía para descargar la rabia que venía siendo acumulada desde hace tiempo, y esa no era la solución.
Alguien podría entrar y matarlo si quisieran, y _____ no quería ver eso. La idea de ver como una bala le atravesaba el cráneo a su mejor amigo era una pesadilla con la que soñaba día y noche. No quería que eso se hiciera verdad; no ahora, no en aquel momento.
En pocos minutos Chris junto con otros entraron en la habitación para ver qué era lo que estaba pasando. Antes de que éste pudiese decir algo, Dean le propinó un puñetazo en la cara.
La satisfacción que sintió por haber hecho eso no tenía explicación. Se lamentaba de que Matt no estuviese allí para haberle hecho lo mismo, pero tarde o temprano tendría esa oportunidad, por el momento tendría que conformarse con su hermano.
Aunque dio pelea no pudo con todos. Lo retuvieron aunque se les hizo difícil, Dean no parecía quedarse quieto y aun así seguía dando pelea.
Chris: ¡Llévenselo a él! —Su mano estaba adhería a su labio, el cual ya había comenzado a inflamarse.
____: ¿Qué? ¡No! —Intentó detenerlos pero era inútil, no tenía fuerzas suficientes y ellos la superaban en número.
Chris se acercó a ella y la aventó al piso, solo para que se mantuviera alejada mientras sacaban a Dean de la habitación.
Chris: ¡Tú te quedas aquí! Hoy tu amigo se ganó una paliza.
_____: ¡No! ¡Déjenlo ir! —Se incorporó lo más rápido que pudo y se acercó a la puerta, la cual estaba siendo cerrada ya por Chris—. ¡Déjenlo en paz! ¡Él no tiene nada que ver en esto! ¡Yo soy a la que quieren!
Chris: Tú amigo se ganó esto. Así que más vale que dejes de quejarte y agradezcas que hoy todos estén ocupados.
____: ¡Chris, no! —Le gritó mientras veía por la ventanilla como él se alejaba por el pasillo—. ¡Vuelve, por favor! ¡No le hagan daño! ¡No lo lastimen, no, por favor! —Las lágrimas de impotencia se derramaban por sus mejillas. El simple hecho de imaginarse lo que aquellos salvajes podían hacerle a Dean le desgarraba el alma.
Se dio media vuelta y sus ojos se enfocaron en las manchas de sangre que había en el piso. De solo imaginarse que una habitación estaría exactamente igual pero con la sangre de Dean, le mató por dentro.
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¿QUÉ OPINAN DEL BESO QUE DEAN Y RAYIS SE DIERON? :D ¿Y DE LA ACTITUD DE ÉL AL "SACRIFICARSE" POR ELLA?
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