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{Capítulo 23}

Beca estaba arreglando unas cosas en la cocina, pensando en las cosas que tendría que traer de la tienda. Hacían falta algunos comestibles y bebidas para mantener la heladera y despensa llena.
Prácticamente el apartamento de Logan se había convertido en su segundo hogar. De vez en cuando iba a su apartamento para ver cómo iba todo pero eso era una vez cada dos semanas. Todo lo que había en él se lo había traído consigo.
Estaba tan concentrada en lo que hacía que apenas cuenta se dio de que Logan se había apoyado sobre la barra para verla.
Cuando se dio vuelta se sorprendió bastante de verlo allí. No lo había escuchado y el encontrarse con alguien a sus espaldas era algo escalofriante.
Beca: ¡Logan! —Dijo dando un brinco—. Me asustaste.
Logan: Lo lamento, no era mi intención.
Ella suspiró.
Beca: Descuida… ¿Se te ofrecía algo?
En estos últimos días el aspecto físico de Logan había mejorado bastante. Hace como tres días que venía dándole pastillas para dormir y las ojeras bajo sus ojos ya no se notaban. Aunque para su desgracia, esta noche no podría darle más… Si lo hacía el posiblemente se daría cuenta. Ya no tenía dolor de cabeza así que no había necesidad de darle una pastilla, y si lo hacía a la mañana siguiente se daría cuenta de lo que ella le hizo. Un riesgo que ella no estaba dispuesta a correr.
Logan: Ha pasado mucho tiempo… Y siento que nunca tuve la oportunidad de agradecerte por todo lo que has hecho.
Beca: No tienes nada que agradecerme. Yo lo hago con mucho gusto.
Logan: Sabes muy bien a lo que me refiero. —Ella bajo la mirada—. Hay días en los que te trato como basura y tú no te mereces eso. No después de haberte mantenido a mi lado todo este tiempo.
Beca: Estas haciendo que me sonroje. —comentó en una sonrisa.
Logan: Lo digo en serio.
Beca lo miro directo a los ojos, intentando ver algo de vida en aquel enorme vacío negro. Estiro su mano y agarro la mano de Logan, haciendo que algo dentro de él se moviera.
Beca: Todo lo que hago lo hago porque me importas, ¿de acuerdo? Nada lo hablo por obligación o compromiso. Dentro de mí siento que es mi deber ayudarte… Si no lo hiciera, ¿Quién más lo haría? No tienes a nadie.
Logan aparto su mano y desvió la mirada.
Beca: Se que Dean también te apoya pero él no está aquí. Él no puede venir a verte y quedarse contigo cada vez que quiera… Por más que hablen tú no puedes verlo.
Logan comenzaba a sentirse un poco incomodo. No quería hablar del tema “Dean”, no ahora. No era algo de lo que quisiese hablar.
Logan: Lamento si te sientes incomoda durmiendo en el sofá. —dijo para cambiar el tema. El ambiente se había vuelto algo tenso para él.
Beca: Oh, amm… La verdad es que no me molesta mucho. Es cómodo. 
Logan: Se que no lo es. —Recordaba perfectamente la vez en la que _____ durmió en el sofá por culpa de él—. Puede que te duela la espalda.
Beca mordió su labio inferior.
Logan: Puedes dormir en el cuarto de Dean. Si quieres te puedo dar la llave.
Beca: ¡Logan estoy bien! En serio… No me molesta dormir en el sofá… Además, se que no me dejas dormir en la cama porque mi olor empercudiría la escénica de ______. —rió al final pero por alguna razón Logan no lo encontró gracioso.
Logan: Jamás imaginé que pensaras eso…
Beca: ¡Solo fue una broma!
Logan: Una broma real… No quiero que nadie más duerma en esa cama… Solo ella y yo podemos hacerlo. No quiero que te sientas discriminada es solo…
Beca: ¡BASTA! Ya es demasiado. ¿Quieres que me deje de sentir peor? —Logan asintió—. Pues entonces acompáñame a hacer las compras.
Logan hizo una mueca de malestar. No tenía ánimos de salir y mucho menos para hacer las compras.
Beca: ¡Por favor! Son muchas cosas y necesito que alguien me ayude.
Logan: ¿Para qué crees que están los del supermercado?
Beca: ¡Logan! —gritó molesta—. Necesito de tu ayuda, ¿es mucho pedir? —Él estaba a punto de protestar cuando ella prosiguió—. Yo he hecho demasiadas cosas por ti, creo que si quieres dejar de sentirte mal podrías ayudarme en algo, ¿no lo crees?
Tuvo que meditarlo. Lo que ella decía era verdad pero no tenía ánimos de ir a ninguna parte. Aun así no podía dejarla sola, tenía que ayudarla. Ella estuvo para él en los peores momentos, y aun que esto no se asemejaba por lo menos era una forma de agradecerle por todo lo que ha hecho.
Logan: De acuerdo, iré contigo.
Beca dio un pequeño brinco de alegría y le regaló un gran abrazo. Logan soltó una pequeña risa, la primera después de dos meses. Eso hizo que Beca se emocionara aun más hasta el punto de querer llorar… Algo torpe pero realista.

El bullicio, las personas chocando entre sí, todas esas caras que parecían mirarlo lo estaban volviendo loco. Jamás había querido venir al supermercado… Y tenía razón. Quería volver a la casa en donde el silencio era muchísimo mejor.
No había querido ser grosero con Beca, no después de todo lo que ella hizo por él pero a decir verdad, no tenía deseos de salir. Ya había perdido la costumbre de salir a la calle y las ruidosas calles de Nueva York hacían que le viniera jaqueca. Se sentía irritado y sumamente molesto. Caminaba por entre las personas con una cara de pocos amigos. Siempre se mantenía detrás de Beca y cada tanto ésta le pedía que tomara algunas cosas de las góndolas.
Intentaba verse de lo más amigable con ella pero la verdad que no era posible. En lo único en lo que su mente pensaba era en ______, y ya con ella tenía suficientes problemas. Todo era como una maraña de problemas en su cerebro y eso lo hacían confundirse más.
Necesitaba una pastilla, silencio y una buena cama para reposar.
Hubo un momento en el que Beca tomo la lista de las compras y comenzó a examinarla. Quería llevar todo lo que había escrito para que luego no tuviese que volver a los dos días. Cuando Logan se asomó por encima de su hombro pudo ver que aquella lista parecía ser infinita. Beca tenía letra pequeña y escribía bastante junto, por lo que aquella hoja de cuaderno parecía contener al menos unos mil productos.
No pudo evitar soltar un suspiro de cansancio. ¿Cuánto más tendrían que estar allí? Beca se volteo para verlo y por alguna razón sintió vergüenza. No quería que se diera cuenta de que estaba molesto.
Beca: ¿Por qué no vas al auto y me esperas allá? No demoraré mucho.
Logan: ¿Segura?
Beca: Segura.
¿Para qué seguir insistiendo? Después de todo, había sido ella la que le dijo de irse, no podía rechazar semejante oferta.
A medida que se acercaba a la salida, una sonrisa tonta se dibujo en su rostro. Sentir el viento impactando en su cara era algo maravilloso. Por más que dijera que prefería estar en su habitación, el hecho de estar encerrado en un supermercado como en una lata de sardinas era agobiante. Jamás se había dado cuenta de eso y desde ahora sentía que nunca más volvería a pisar un supermercado… Al menos en Nueva York.
El auto de Beca estaba estacionado en una calle cercana al estacionamiento del super. No habían estacionado allí por éste estaba lleno y ya no cabía ni un alma. Existía uno trasero pero Beca decía que nadie nunca estacionaba allí y el ambiente era muy solitario. Prefería dejarlo en un lugar concurrido en dónde personas y policías pudiesen ver algo. Según Logan los policías eran ineptos y no reconocerían a un maleante aunque lo tuviesen delante.
Cuando finalmente llegó al auto se sentó en el asiento del copiloto y dejo descansar la cabeza contra el respaldo. 
Diablos, que diferencia. Cuando cerró la puerta del auto parecía como si hubiese entrado a algo hermético. El ruido del exterior estaba como al mínimo… O era porque sus oídos ya estaban ensordecidos. 
Cerró los ojos por un momento y cuando volvió a abrirlos miro hacia las personas que caminaban por la senda peatonal. Parecían un cardumen de atún, todos juntos y la mayoría caminando en una misma dirección. 
Fue en ese mismo instante en el que le pareció ver a una chica muy parecida a ______. Su cuerpo se puso erguido de un saque, la cabeza dejo de dolerle y el poco ruido que se escuchaba había desaparecido. 
Abrió la puerta de la camioneta y salió disparado en dirección a aquella joven. Sabía que era ella, no podía equivocarse. 
Empujaba a las personas pidiendo permiso y a la vez pidiendo perdón. Tenía que apurarse si no quería perderla y aquellas personas lo único que hacían era retrasarlo. Finalmente, cuando creyó que la alcanzaría, un hombre se cruzo en su camino con una enorme caja. El impacto fue inevitable y el dolor en su pecho atroz. Aquel hombre lo único que hacía era maldecirlo, quejándose de que había roto lo que llevaba allí dentro. Aun así Logan no le dio importancia y corrió tras aquella joven… pero antes de llegar a la esquina ya la había perdido de vista.
Un suspiro de melancolía salió de su boca. Nuevamente volvió a encorvarse y a tener esa pose de desgano y cansancio. Tal vez había sido solo su imaginación, estaba tan maread que pensó que ya estaba viendo cosas, pero al momento de darse la vuelta sintió como el corazón se le detenía de pronto.
______: ¿Me buscabas?

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