i.

—¿Así que ustedes son mafiosos?

—En resumen, sí —respondió el castaño cruzado de piernas sentado sobre lo que quedaba de la mesa de clases, mirando sus dedos.

Todos los estudiantes miraron con curiosidad uno por uno a los guardianes y su jefe. Los semblantes serios de ellos hicieron a más de uno temblar cuando les echaron un vistazo.

—¿En serio no se dieron cuenta? Idiotas.. —murmuró con molestia el peli-plata, apartando su mirada de los alumnos.

—¡Oye!

Uno de los chicos dio unos pasos adelante con toda la valentía para enfrentar finalmente a uno de ellos, sin embargo se hizo para atrás en cuanto notó el aura oscura que rodeaba al castaño.

Volteó lentamente su cabeza hacia él, Tsuna lo miró fijamente con sus ojos levemente naranjas y señalaba disimuladamente su puño envuelto en llamas del cielo.

Arrepentido, corrió detrás de sus compañeros de clase que estaban aferrados el uno al otro como si fueran uña y carne.

—Listo, Sawada —afirmó el sol, levantándose del suelo y apagando su escalpelo del sol y guardándolo entre su ropa.

—Gracias, Oni-chan —sonrió el castaño hacia su guardián, apagando sus llamas de golpe.

Reborn saltó en dirección hacia su alumno y lo golpeó en la cabeza con sus puños, mandando al joven a volar a través del gran agujero que la escuela tenía por los daños de la batalla reciente.

—Ve al grano, Tsuna.

—S-Sí... —murmuró el menor, apoyándose de sus manos para saltar y ponerse en pie. Comenzó a caminar a medida que hablaba—. A ver... Dejen de temblar, no vamos a hacer nada, ¿verdad?

Entre dientes, miró a sus guardianes de reojo como una advertencia, estos asintieron guardando sus armas algo asustados por la expresión que Tsunayoshi tenía, el más orgulloso (Hibari), por su parte sólo guardó sus tonfas sin decir nada.

Tsuna sonrió satisfecho y volvió a mirar a sus compañeros. Una gotita apareció en su cabeza, no paraban de temblar por más que les asegurara su seguridad.

Suspiró con molestia.

—En fin... Ustedes deciden si me creen o no —se encogió de hombros y les dio la espalda, caminando hacia el exterior de la escuela.

Mochida fue el único que pudo reaccionar ante sus palabras, así que, tomando el coraje que no sabía de dónde lo había sacado, corrió en dirección al mafioso empuñando sus manos.

Tsuna volteó a gran velocidad y lo tomó de las muñecas evitando que completara el ataque.

—Atacar por la espalda es jugar sucio —afiló la mirada y lo observó directo a los ojos, mientras lo soltaba. Mochida se estremeció, el cielo puso sus brazos sobre su panza comenzando a reír—. Debiste... haber visto... tu cara.

Después de unos minutos de burlas, el décimo secó las lágrimas de risa que caían de sus ojos y sonrió ampliamente.

—Lo siento, no pude evitarlo —contuvo una carcajada al ver la expresión molesta del peli-negro.

Kensuke lanzó su puño hasta la cara del Vongola. Tsuna desapareció por unos segundos y luego reapareció a varios metros de distancia de su atacante.

Detuvo las acciones de sus guardianes extendiendo su brazo hacia ellos con seriedad. Su tutor saltó hacia su cabeza y se acurrucó entre su rebelde cabellera.

—¡Pelea, Dame-Tsuna! ¡Esas llamitas tuyas no me asustan! —gritó furioso el mayor—. ¡Demuéstrame que no eres el inútil que todos conocemos!.

—Hmm... Yo no tengo nada que demostrarte, Mochida —seriamente se cruzó brazos—. Deberías temer a estas llamas, no son tan inofensivas como crees.

El castaño bajó la cabeza, y luego hizo señas a sus amigos para que lo siguieran. Una vez perdieron de vista a los demás, los guardianes miraron a su jefe.

—¿No crees que te haz pasado? —preguntó Kyoya guardando sus tonfas.

—Sólo quiero divertirme un poco, no creo que eso sea algo malo, Hibari-san —replicó el menor con determinación, apretó sus puños y miró al frente—. Ahora que saben nuestro secreto tenemos que ser más precavidos.

—¿Qué quieres decir, Tsuna?.

—Me refiero a que hay que protegerlos de alguna manera... Va contra mis principios dejar a personas inocentes e indefensas a su suerte.

Ninguno habló más en lo que restaba de camino hasta sus residencias, solo miraron fijamente al cielo hasta que fue la hora de despedirse para tomar caminos diferentes.

Continuará...

Antes en ésta parte había una votación. La elección que quedaba en sus manos era con respecto a la pareja de la historia, pero viendo cómo voy con ésta y lo mal que llevo la idea (porque está horriblemente mal escrito, realmente.) decidí que no pondría parejas.

Es una historia que no planeé en ese aspecto, por eso me parece que también quizás es una buena idea y me ayudará un poco. Por eso, lamento si a alguien lo hace sentir un poco mal que no haya una pareja y, por otro lado, si ya no les interesa la historia sin la existencia de yaoi o algo, pueden marcharse tranquilamente. Después de todo, no entiendo cómo leen mis historias si son una reverenda porquería (en especial "Tsuna, no eres el décimo", ésa sí que no es una historia de la que me sienta orgullosa. Aunque todos los días me llegan notificaciones de ésa historia xd)

Gracias por leer, amiguis.