~ 45 ~
—Se supone que deberíamos habernos conocido en otras circunstancias, pero ya no importa —dijo el desconocido, con una voz calmada y un rostro sereno—. Vaya... —examinó el rostro de Tae con atención—. Creo que definitivamente existe un parecido entre ustedes dos.
Taehyung se retrajo con un poco de desconfianza.
—¿Por qué estás aquí?
—Por ti, obviamente. Y por Yumi —ante la confusión del castaño, agregó—. Trabajo en la misma organización que ella, Unique. Somos los agentes infiltrados.
Bastó una mirada más atenta para que Taehyung recordara un poco al muchacho frente a él.
—Te he visto antes.
—En efecto, estuve con algunos de tus compañeros mientras Yumi estaba con los demás. Pero esta es mi primera vez pidiendo por ti. Pensé que ella no me dejaría hacerlo, insistía mucho en venir —explicó—. Soy Seunghyuk, pero puedes llamarme Hyuk, o Hyun. ¿Te sientes bien?
—Sí, perdona, es que... Estoy sorprendido, es todo.
—Supongo que Yumi no te habló de mí. Descuida, podremos conocernos mejor después. Ahora sólo tenemos sesenta minutos. Relájate.
Era más fácil decirlo. Taehyung rotó los hombros hacia atrás y suspiró. Era un alivio saber que no abusarían de él esa noche.
Hyun se recostó en la cama mirando el techo. Cruzó las manos sobre su estómago y después de algunos segundos volvió a centrarse en Taehyung.
—¿Tuviste mucho trabajo?
Parecía que intentaba crear un ambiente menos tenso. Tae se dijo que podía permitirse un poco de calma, una conversación era mucho mejor que cualquier otra cosa dentro de esa habitación.
—Sí. Tenemos clientes habituales y algunos nuevos, parece una noche como cualquier otra.
—Lo noté. Entré tal y como lo hice las semanas anteriores a ésta. Parece que tus jefes tienen todo bajo control.
—No lo sé —Tae se sentó en una esquina de la cama, ya que no había ningún otro sitio donde pudiera hacerlo—. Dijiste que habías hablado con mis compañeros, ¿no es así?
—Sí —Hyun se sentó en la cama—. Estuve con Soo Yun y también hablé algunas veces con Min Jae, en la barra. Pero ellos no saben que Yumi es mi novia. Forma parte de nuestra información personal, y dijo que solo tú debías saberlo.
—Supongo que porque cree que soy su hermano.
Hyun lo miró con cautela.
—Yo también creo que eres su hermano.
—No lo sé. Lo sabremos el lunes.
—Sabes, llevo bastante tiempo junto a Yumi. La he acompañado en todo este proceso, y por eso sé lo difícil que debe ser para ti también. Cada persona puede reaccionar de forma diferente, pero eso no vuelve la realidad menos real. Ella está convencida de que eres su hermano mayor. Como su novio quiero decirte que-
—Hyun, esto no es como en las películas infantiles donde encuentran al niño extraviado y acaba sumándose a la gran familia feliz con una casa en la colina.
El pelinegro hizo una mueca.
—... Quiero decirte que si resulta ser así y eres parte de su familia, eres mi familia también —completó. Taehyung negó con la cabeza.
—No puedo huir de la verdad, sea cual sea. Pero un resultado de laboratorio no puede cambiar mi vida de la noche a la mañana. No tengo familia de ningún tipo.
—La tendrás. Entiendo que quieras mantener todo como hasta ahora, pero por favor, no la rechaces. Yumi está preocupada por todo esto. En este momento ambos estamos desobedeciendo órdenes de nuestros superiores. Las instrucciones fueron que nos mantuviéramos alejados, pero Yumi dijo que no permitiría que su hermano recibiese más maltrato. Quería regresar esta noche, y logré convencerla para que yo lo hiciera en su lugar.
—Se los agradezco, en serio. En cierta forma también me alivia que no haya venido.
—Es peligroso. En éste punto es difícil saber qué es lo que va a ocurrir, pero debemos estar atentos.
—Soo Yun y Min Jae estaban contactándose con todos los demás, tendremos una reunión mañana por la tarde.
—Min Jae me lo dijo. Yumi y yo iremos, queremos ayudarles.
—¿Min Jae te lo dijo?, ¿Por qué siento que soy el último en enterarme de todo?
—Tanto Unique como algunos de tus compañeros están al tanto de... De que Yumi debe manejar asuntos personales por su cuenta. La mayoría prefiere no involucrarse demasiado. Es por eso que la información no es la misma para todos.
—Si yo soy uno de los principales implicados, debería saber todo lo que ocurre a mi alrededor y sin embargo no es así.
—Por favor, no te molestes. Se supone que nosotros veníamos por otro caso policial, pero acabamos enredados con algo tan delicado como lazos sanguíneos y pruebas de ADN. Fuiste el último al que informaron sobre la mayoría de las cosas porque Yumi quería hablar contigo por su cuenta. Todos respetamos su decisión, tus amigos incluidos.
Tae recordó las palabras de Soo Yun la noche anterior. ¿Significaba eso que Jin también lo sabía?, ¿Desde hace cuánto tiempo?, ¿Por qué jamás dijo ni una palabra?... ¿O es que todo había ocurrido demasiado rápido? Nunca fue capaz de hablarle sobre Yumi porque, al volver a casa, Jimin estaba allí y estropeó todo.
—Y la razón por la que Yumi no pudo hablar contigo es simplemente porque descubrió que eras su hermano y decidiste no acompañarla ayer.
—Fue tan repentino que creí que se trataba de una broma.
—¿Hablas en serio? Se parece mucho a ti.
—Por supuesto que no.
—Pero sí —insistió Hyun—. Tienen la misma nariz —se tocó la suya mientras miraba a Tae—, y esa mirada de que van a asesinar a alguien si están de mal humor.
—Si resulta ser verdad, seríamos medio hermanos.
—Hermanos cosanguíneos —dijo el novio de Yumi—. ¿Eso te molestaría?
Hyun estaba equivocado si creía que Taehyung le daría respuestas así nada más. Quizás Yumi hablaba con facilidad, pero él no.
—¿No te molesta que haya besado a tu novia? —desvió el tema.
—No. ¿Te molesta haberla besado y que sea tu hermana? Es casi como incesto, creo.
—No sabía que era mi hermana. Todavía no sé si lo es. Ella también me besó.
—Ninguno lo sabía —dijo Hyun—. Hacemos esto hace ya bastante tiempo. No podría molestarme con ella, es sólo trabajo.
Sólo trabajo. Aquello tocó una fibra sensible en Taehyung.
—¿Entonces dices que estás bien con que bese a cualquier otro sujeto que no seas tú?
—Bueno, por extraño que parezca, sí. Hago lo mismo con otras mujeres, pero al final del día vuelvo a sus brazos. Hacemos esto por trabajo, sabíamos que este sitio ofrecía el servicio de compañía y teníamos la obligación de dividirnos entre ustedes. No besó a todos, y yo no besé a todas. Y de haberlo hecho, ninguno se molestaría con el otro. No tiene ningún sentido —explicó Hyun.
Taehyung bajó la cabeza. Él sólo se acostaba con desconocidos por trabajo, no había nada más detrás de sus compradores en el burdel. ¿Por qué Jin fingió no molestarse en un principio y luego soltó todo eso después?
—Seguramente llevan mucho tiempo juntos, ¿cierto?
—¿Ella y yo? Casi un año —sonrió felizmente—. En todos estos meses logramos afianzar la confianza. Mi niña es increíble.
Tae sonrió con algo de alivio. De alguna forma le alegraba saber que Yumi no estaba sola.
Se preguntó si las cosas hubieran sido diferentes entre él y Jin de llevar más tiempo juntos.
—Aguarda, ¿dijiste "niña"?, ¿Cuántos años tienes? —volteó a mirarlo frunciendo el ceño.
Hyun tragó saliva.
—Nos llevamos seis años, no es tanto.
—¿¡Seis años!? —le tomó un momento sacar la cuenta—, ¿Tienes veinticuatro? ¡Es la edad de...!
¡¡De Seokjin!! Yumi estaba saliendo con un sujeto de la misma edad de Jin.
—No me mires así, para el amor no hay edad.
Taehyung se apartó un poco del pelinegro.
—Niña... —repitió, un poco perturbado.
—No, no, es como le digo en forma cariñosa. Yumi no es precisamente una niña —luego se dio cuenta de que aquel comentario no había sido el más acertado—. Quiero decir ella puede... Me refiero a que ella y yo... Nosotros...
—¡No quiero saberlo! —Tae se cubrió las orejas—. Eso es entre ustedes, no quiero saber nada al respecto —sentenció.
Hyun rió abochornado y se rascó la nuca.
—Supongo que es incómodo. Se trata de tu hermanita.
—Basta.
—Está bien, está bien. Pero debes saber que la quiero y voy en serio con ella —agregó algunos segundos después.
—Hyun, no sigas —Tae ahora se cubrió el rostro. No quería detalles de ningún tipo.
Pensándolo fríamente, Hyun estaba en lo cierto. Si Yumi era su hermana eso significaba que ambos habían estado coqueteando con caricias y besos sugestivos durante varias semanas. Taehyung sacudió la cabeza mientras su cuerpo sentía escalofríos. Mierda, joder, no. Era una chica dulce y agradable... la cual ya había besado más de una vez y esa noche estuvieron cerca de... Dios, no. Era demasiado. Tae se golpeó las mejillas con la palma de sus manos. ¿Cómo iba a saberlo? De sólo recordar que estuvieron a punto de acostarse se horrorizó.
Hyun lucía sereno, ¿¡cómo diablos podía permanecer tranquilo sabiendo algo así!? Él estaba en lo cierto. Era casi incesto. El castaño se sobó los brazos para no recordar demasiado cada que se besaron. ¡¡Iba a enloquecer!!
—Mierda —musitó poniéndose de pie y comenzando a caminar de un lado a otro.
—¿Qué? —Hyun ladeó la cabeza.
—Es tu novia.
—Sí.
—Y quizás sea mi hermana.
—Así es.
—Y la besé.
—Y te besó —dijo el pelinegro, despreocupado—. ¡Oh! ya entiendo, estás teniendo una crisis. La hubieras visto a ella. Se sentó en la cama con las piernas cruzadas, abrazó su almohada y se meció hacia adelante y atrás mientras tarareaba el feliz cumpleaños. Me dio miedo —le contó.
—¿Por qué tú estás tan tranquilo?
—Alguien tiene que asumir el papel maduro aquí —respondió.
Taehyung miró al suelo, luego al techo y suspiró dejando caer su cabeza. Finalmente no había ocurrido nada, afortunadamente.
—Descuida. Si te hace sentir mejor, le tomó alrededor de tres días recomponerse de eso —le explicó a Tae. Lo vio con las manos en el rostro y sonrió—. Tómalo con calma.
—Lo... intentaré.
Hyun estiró los brazos y luego las piernas, un poco más relajado.
—¿Vendrás con nosotros?
—¿Eh?
—Ahora. Yumi espera que vengas conmigo. Sigue impaciente al respecto, espero que no te moleste —dijo, sin embargo estaba convencido de que Tae no aceptaría.
—¿Ahora? Yo-
—Sabes, entenderé si no quieres hacerlo. La que no entenderá es ella.
—¿Por qué es tan caprichosa?
—Porque es tu hermana.
Tae sonrió negando con la cabeza.
Considerando que tanto Hyun como ella estarían en la reunión y además tenían intención de ayudar, quizás no era mala idea pasar un momento con ambos.
—De acuerdo. Iré con ustedes.
♦♦♦
Recibir la aprobación de Soo Yun fue más sencillo de lo que esperó.
Hyun le dio instrucciones para salir del club y luego subir al coche donde él lo esperaba. Tae las siguió al pie de la letra y en cuanto abordó unos brazos delgados casi lo asfixiaron.
—¡¡Viniste!! —le dijo una voz femenina y alegre.
—Uhm, cariño, no creo que debas hacer eso.
Tae finalmente recuperó aire cuando fue liberado.
—Lo siento, fue la emoción —Yumi se abrazó a un brazo del castaño de ojos mieles sentado a su lado—. Me da gusto verte, príncipe.
—¿Príncipe?
—Es mi hermano, si yo soy una princesa él también pertenece a la realeza.
—No sabía que le habías dado ese apodo.
Tae se sentía aturdido en medio de la conversación de los novios. Los tres viajaban en la parte trasera del vehículo mientras alguien más iba al volante.
—No le sienta mal, ¿cierto? Además tiene porte.
—Yumi, lo vas a abrumar.
—¡Es que quiero que sepa todo!, ¿Cómo lograste convencerlo para que viniera?
—Sólo se lo pedí —admitió Hyun.
—Sigo pensando que yo soy mucho más persuasiva que tú.
—Dale un respiro, ¿de acuerdo? Taehyung no ha dicho ni una sola palabra desde que subió.
—¡Es cierto! ¡Hola otra vez! —ella centró su mirada en él—. Y gracias por venir, tenía muchas ganas de verte. Esto no debería ser tortuoso, no temas ¿de acuerdo? Sólo vamos a hablar un poco y luego podrás ser libre otra vez. ¿Tienes hambre?, podemos comer algo. ¿Cuál es tu comida favorita?, ¿te apetece algo en particular?, ¿o quizás creas que es demasiado temprano?
—Uhm... M-me gusta la carne y la pasta, pero no tengo hambre —contestó Taehyung.
—Bien, sin comida. Llegaremos pronto, ya lo verás.
—¿A dónde estamos yendo?
—A su piso —respondió Yumi—. No tengo un lugar propio todavía, así que prefiero que no visites nuestra casa por algún tiempo. Podrás ponerte al día con nosotros en el departamento de Hyun. ¿De verdad no tienes hambre? Hay una pastelería justo en la esquina y tiene postres muy sabrosos.
—No, pero gracias.
—Yumi, dijiste que no querías asustarlo y estás empezando a parecerte a la bruja de Hansel y Gretel queriendo alimentarlo a toda costa —se burló Hyun.
—Es que debió tener una noche larga, no imagino nada mejor para subir el ánimo que algo dulce y delicioso.
—¿Quieres que compremos algo para llevar a casa?
—¡¡Sí!!
Tae presionó los labios sin volver a hablar, Yumi hablaba demasiado por los tres. Hyun parecía ser algo así como la contra parte tranquila de la relación, ella era dinámica y ruidosa.
No pasó demasiado hasta que llegaron a un edificio bastante prominente. Tae bajó sin que la rubia se despegara de su brazo, y mientras subían por el ascensor ella le hablaba sobre glaseados de repostería y rellenos de fruta. Hyun, junto a ellos, llevaba una caja mediana con todo lo que su novia había elegido comprar de la pastelería que, afortunadamente, comenzaba sus ventas desde muy temprano.
07:33 AM
—¡Bienvenido! —Yumi se quitó los zapatos y se deslizó por el suelo en sus medias blancas hasta lo que era el centro del recibidor.
—Bienvenido, Tae —añadió Hyun, en un tono mucho más tranquilo pero no menos amable—. Puedes ponerte cómodo.
El castaño miraba en todas direcciones notando lo costosa que lucía la decoración. ¿Hyun sería alguna especie de hijo único de alguna familia bien posicionada? El lugar era amplio y elegante. Lo que más le llamó la atención fue la pared de vidrio que daba hacia al centro de la ciudad.
Se quitó el abrigo y Hyun lo recibió para dejarlo junto a los demás dentro de un clóset.
—¿Aceptarías un café? —le preguntó Yumi, quien ya estaba ubicada en la isla junto a la caja de la pastelería.
—De acuerdo, uno pequeño.
Hyun se acercó a la encimera de la cocina, abrió una alacena y tomó tres cápsulas que luego colocó de a una en la cafetera. Yumi le indicó a Tae una butaca frente a la suya.
—Gracias por venir. En verdad significa mucho para mí.
—Claro. C-creo que era lo mínimo que podía hacer luego de saber que enviaste a tu novio a mi habitación.
—Iba a ir yo personalmente, pero Hyun dijo que podía dejarlo en sus manos. Me alegra haberlo hecho.
—Gracias. A ambos —dijo Taehyung.
—Descuida. Aquí tienes —el pelinegro dejó un vaso pequeño de porcelana frente al invitado, y luego uno frente a su novia para unirse a ellos en la isla.
—¿Qué tanto hablaron?
—Lo normal, creo. Fue una presentación bastante inusual.
—Lo fue —convino Tae—. No sabía que trabajabas junto a tu novio.
—¿No es asombroso? Nos conocimos en Unique, y hemos sido inseparables desde que comenzamos a salir —ella sonrió orgullosa mientras tomaba la primera porción de una mini torta de chocolate.
—¿Cómo es que ustedes...?, ¿Y qué clase de organización se supone que es Unique?
—¿Listo para una larga historia? —le preguntó Hyun.
—Sí. Quiero saberlo todo, por favor.
Yumi dio un sorbo a su café antes de iniciar.
—Unique es una organización fundada en... ¿En los noventa?
—Los noventa, sí.
—Fundada en los noventa por un grupo de personas con profesiones diferentes y un poco... Ilegales.
—¿Ilegales? —preguntó Taehyung.
—Si, tenemos de todo. Ladrones, estafadores, contrabandistas —comenzó a contar con sus dedos.
—Detectives, sicarios, ex miembros de la armada —aportó Hyun.
—Ex miembros de agencias de inteligencia, gente especializada en seguridad informática, o en laboratorios clandestinos, médicos sin licencia, y uhm, creo que incluso más.
Tae se retrajo con sorpresa
—¿Y ustedes qué se supone que son?
—Oh, descuida. Nosotros sólo somos actores.
—¿Eh?
—Sí, hay actores de todas las edades, incluso familias enteras y niños pequeños. No siempre aportamos a los casos, pero hay ocasiones como ésta donde nos necesitan.
—Unique emplea a personas de todo tipo para ocuparse de ciertos casos —dijo Hyun.
—¿Así que en definitiva son parte de la policía? —inquirió el de ojos mieles.
—Uhm, en realidad no —contestó Yumi—. Tenemos miembros que fueron parte de la policía alguna vez, pero ciertamente no formamos parte de ellos. Creo que explicarlo es un poco complicado —miró a su novio y él prosiguió.
—A veces colaboramos con la policía. O a veces ellos colaboran con nosotros.
—Pero... Es por una buena causa, ¿cierto?
—Sí, generalmente así es —respondió el pelinegro—. Digamos que Unique funciona como una herramienta más eficaz y rápida que la policía. Y debido a que contamos con gente de diversas áreas, el trabajo que hacemos no siempre es del todo... yo diría que no es del todo convencional.
¿Convencional?
—¿Existen organizaciones así?
—Pues, sí.
—Somos los malos que se unieron para ayudar a los buenos —resumió ella.
—Algo así. Prestamos servicio en aquellos casos en los que la policía no logra reunir demasiada información, o cuando se trata de algún operativo realmente grande. Como el del club donde trabajas.
—¿El club?, ¿Por qué?
—Unique tiene información sobre los dos que están al mando —le contó Yumi—. Y además descubrimos que hay algunos funcionarios involucrados por encubrimiento.
—Piénsalo así. El club abre sus puertas al público sin ninguna clase de restricción, la fachada es un club nocturno como cualquier otro, pero cuyos empleados son, en su mayoría, personas menores de veinticinco años. Si observas bien, ninguno tiene sustento económico estable. La mayoría vive solo, estudia o dejó de hacerlo hace tiempo, y no cuentan con familiares preocupados por su bienestar en su entorno más próximo. De por sí ya es bastante malo que un lugar funcione con empleados tan jóvenes que además no forman parte del sistema, y a eso deberíamos sumarle un burdel, abierto únicamente a los mejores compradores. ¿Nunca te has preguntado cómo es que todo funciona tan precisamente bien?
Taehyung tragó saliva.
—En realidad, no.
—Hay gente encubriéndolos —dijo Yumi—. El club ciertamente sigue normas legales. Sin embargo hasta el momento no ha sido desmantelado porque hay funcionarios políticos que son cómplices y se benefician de los servicios que ustedes brindan. La prostitución es ilegal en el país.
—Ustedes, siendo empleados, no están capturados y tampoco forman parte de ninguna red, por fortuna. No tenemos idea de por qué lo hacen así, pero creemos que todo reside en el encubrimiento. La desaparición de diez o veinte personas de un momento a otro sería un escándalo nacional.
—Nuestros superiores piensan que quizás se deba a la rentabilidad. Es más provechoso vender por hora y por noche que hacerlo una sola vez. Además, les pagan el mínimo, pero les pagan. Eso también significa un beneficio para ustedes.
—Cielos... —Tae se dejó caer un poco sobre el respaldo—. Yo, uhm... sabía que quien quisiera salir de allí no podría hacerlo. L-le pasó a una compañera. Ella intentó dejarlo y luego...
—Apareció muerta, lo sé —Yumi asintió con la cabeza—. Creo que entiendes por qué.
Taehyung jamás se lo dijo a Seokjin, pero la razón por la que estaba tan aterrado siempre que hablaban sobre alguna forma de escapar, era por aquel suceso. La joven mujer era apenas dos años menor que Soo Yun. Todos ya habían oído acerca de sus intenciones de marcharse, quería dejar el club y regresar a su vida normal. Días después, la ciudad despertó conmocionada por el asesinato de una mujer a manos de un psicópata. El sujeto fue encerrado en prisión, y todos creyeron que se había hecho justicia. Sin embargo las condiciones de su muerte fueron demasiado favorables para Bran y Kalo, quienes desde un primer momento le dejaron en claro que no podía dejar el club.
El mensaje fue demasiado legible para todos los empleados, aunque sus jefes jamás se pronunciaron al respecto. Los servicios que Tae alguna vez consideró geniales, como que pasaran a recogerlo en la puerta de su departamento, eran en realidad métodos para obtener información. Luego usaban eso a su favor.
Taehyung sabía que su vida era constantemente observada. Seguramente ellos dejaron pasar el hecho de que Seokjin era su novio solamente porque les pagó el dinero que ellos pedían, pero temía demasiado que pudieran hacerle daño.
—Son como una mafia.
—Lo son. Unique tomó cartas en el asunto luego de que lo hiciera la policía. Más bien, una parte de la policía.
—¿También hay policías implicados?
—Sí, eso está comprobado —respondió Hyun—. Se trata de un caso complejo y bastante grande. Tiene que tratarse de forma cuidadosa o todo podría salir mal.
—Por eso nosotros fuimos reclutados para ser los actores. Hyun y yo comenzamos a trabajar la misma noche, yo me dividí entre algunos de tus compañeros y tú. Y él se ocupó del resto. Comenzamos como clientes del montón, sólo intentábamos reunir información. Luego pasamos al burdel y... el resto de la historia nos llevó hasta aquí.
Taehyung la miró en silencio un momento.
—¿Y cómo es que...?
Antes de que Yumi respondiera, Hyun puso una mano en uno de sus hombros, en señal de apoyo.
—Eso fue inesperado —inició—. Desde la primera vez que te vi jamás imaginé que algo así sucedería. Sólo creí que eras apuesto, pero mientras más veces nos reuníamos, más notaba el parecido entre papá y tú. Al principio asumí que era sólo una coincidencia. Y luego... Uhm, mis padres no participan de Unique, esa es una historia que te la contaré en otra ocasión —explicó, mientras bajaba un poco la mirada—. Estábamos almorzando en casa. Ellos realmente son abogados y trabajan en diferentes despachos; el almuerzo es, ciertamente, el único momento del día que compartimos los tres juntos. Y en ése momento alguien llamó a nuestra puerta.
Yumi podía recordarlo a la perfección. Su mundo se desestabilizó después de aquel encuentro.
Los tres miraron en dirección a la puerta principal, el enorme mesón donde estaban sentados los mantenía bastante separados. La persona que golpeó lo hizo con bastante fuerza. La entrada contaba con una cámara de video, pero el ama de llaves no fue capaz de reconocer a la mujer que veía a través de la pantalla.
Al abrir, los tres escucharon un alboroto. Tan grande, que el señor Kim dejó de comer para ir a ver qué demonios estaba ocurriendo en la entrada de su casa.
La recién llegada comenzó a gritar y a maldecir, y poco después tanto Yumi como su madre terminaron por ir a ver qué sucedía. Allí la vieron, una mujer de aspecto desalineado que era contenida por el ama de llaves mientras ella le gritaba al señor Kim. Su voz rebosaba de ira.
"Por tu culpa me separaron de mi hijo. Jamás quisiste verlo, jamás quisiste ocuparte de él, ni tratándose de tu propia sangre"
El señor Kim la acusó de ser una mujer desquiciada. Negó todo lo que aquella desconocida bociferaba y tomó su teléfono para llamar a la policía. Fue un escándalo que duró al menos diez minutos.
Cuando todo se calmó y la mujer "desquiciada" se marchó, el señor Kim presentó cargos contra ella hablando con los policías que arribaron y pidió seguridad para el perímetro de su hogar.
Minutos después, los gritos continuaron, pero esta vez eran entre el señor y la señora Kim.
Le dijeron a Yumi que fuera a su habitación porque no tenía nada que hacer en medio de la discusión. Ella obedeció pero se quedó escondida en el corredor mientras oía. Los empleados se alertaron por la fuerte pelea de los dueños de casa y más de uno se quedó escuchando también.
Su padre insistía en que jamás había visto a esa mujer, que seguramente estaba loca y que quizás incluso había huido de un manicomio. Su madre demandaba explicaciones, ya que para tratarse de una enferma mental, había dicho cosas bastante coherentes y hasta lo llamó por su nombre.
Infidelidad.
La señora Kim no sabia las razones, pero era evidente que su marido y esa mujer compartían un pasado. Todo empeoraba por la mención de un hijo, y porque antes de irse ella juró que se vengaría.
Yumi quedó devastada. Su padre, un respetable abogado y portador de un apellido importante, embarazando a una desconocida y abandonándola junto a su bebé.
Si bien no había pruebas suficientes para culpar a su padre, la relación del matrimonio sufrió una fractura importante. Mientras él lo negara rotundamente, era su palabra contra la de aquella mujer.
Yumi decidió que averiguaría la verdad.
Usando su trabajo en Unique, a su novio y su deseo por descubrir la verdad, dio con el paradero de la persona que estaba buscando: La madre de Taehyung.
Las lágrimas manchaban sus mejillas y también su mentón. Hyun se había acercado un poco más a su lado para brindarle contención.
—Todo lo que ella me contó parecía una historia de horror. Todo lo que sufrió desde incluso antes que nacieras.... Y cuando dijo que estaba buscando a su hijo, entendí que tenía la verdad que tanto quería hallar justo frente a mis ojos. Mi padre mintió.
Taehyung estaba petrificado. Sus ojos mieles veían los de ella, inundados y llenos de dolor. ¿Y si realmente todo era cierto?, ¿Y si la joven frente a él era realmente su hermana menor, y además tenía información sobre sus padres biológicos?
—Mi padre, nuestro padre —se corrigió—, abandonó a tu madre después de acostarse con ella y dejarla embarazada. Ella no pudo dar con él, y estuvo contigo durante siete años. Luego, me contó que allanaron el pequeño cuatro donde ambos estaban viviendo. Q-que unos oficiales dieron con su ubicación y la encerraron porque era distribuidora de drogas. Así fue como la separaron de ti.
Tae podía recordar esa noche. Vagamente, a decir verdad, pero podía.
En realidad, estaba algo dormido. Escuchó ruidos fuertes, y su madre salió del colchón cuando aparecieron varias linternas deslumbrando sus ojos. Después la oyó gritar mientras las voces de hombres desconocidos inundaban el pequeño lugar. Segundos más tarde aquella luz cegadora llegó a él, y un señor lo tomó en brazos. Lo único que pudo sujetar fue su osito de peluche.
No vio a su mamá por los alrededores, y creyó que quizás había ido a buscar algo. Le preguntó al señor oficial pero él no contestó.
Taehyung recuerda esas horas como eternas. De pronto estaba encerrado en un lugar lleno de luces, sentado solito frente a una mesa y sin ninguna ventana a la vista. Dos adultos uniformados discutían del otro lado de la puerta. Había demasiado ruido, demasiados rostros desconocidos. Tuvo mucho miedo. Abrazó su peluche y cerró los ojos, deseando abrirlos y seguir en casa con su mamita.
Ese día su vida cambió. Muchos adultos le hacían preguntas, pero ninguno respondía sobre su mamá. Le dieron comida y comió todo pidiendo más. No recuerda demasiado sobre las preguntas, ni cuántas personas hablaron con él. Pero el sentimiento de miedo no desapareció.
Después vino su estancia en el orfanato. A eso le siguió su familia adoptiva. Aunque era pequeño, sabía que su madre no lo había abandonado. Esos hombres se la llevaron y la alejaron de él, por eso mucho tiempo mantuvo la esperanza de que ella volvería a buscarlo.
Jamás sucedió, no volvió a verla nunca más.
Taehyung comenzó a llorar.
Le llevó años abandonar esas absurdas ideas de que ella regresaría a su vida. Años dolorosos, donde se preguntó por qué demonios había venido al mundo, por qué estaba con vida.
Eran demasiadas heridas, demasiado dolor acumulado que el tiempo nunca logró sanar.
—Tae... —Yumi puso su mano sobre la de él—. Seguramente pasaste por mucho. Lo lamento.
El castaño se tensó ante el contacto. Retiró su mano y se puso de pie mientras se limpiaba el rostro.
—Uhm... C-creo que voy a marcharme ahora.
—¿Qué?
—Es lo mejor —asintió con la cabeza y se acomodó la ropa—. Gracias por el café.
—Taehyung, ¿quieres que te llevemos de vuelta a la ciudad? Estamos un poco alejados —comentó Hyun, poniéndose de pie en un intento por retenerlo.
—Caminaré —tomó su abrigo del clóset y se vistió casi desesperado.
—Tae...
—Supongo que nos veremos más tarde. Gracias una vez más a ambos —dijo, haciendo una leve reverencia antes de salir del lugar.
No quiso esperar al elevador. Bajó por las escaleras tan pronto como pudo y en poco tiempo estuvo en el exterior.
Primero caminaba rápido, pero pronto empezó a correr. A correr como si estuviese huyendo de algún fantasma persiguiéndolo. El frío le rasgaba el pecho y parte del cuello, sus piernas le dieron velocidad en cuestión de minutos; el mundo a su alrededor se veía borroso, luchaba para no volver a llorar.
Se suponía que estaba en alguna parte de la ciudad mientras la mañana iniciaba, pero sus recuerdos lo trasladaron a cuando era un niño y corría del mismo modo por los pasillos del orfanato. Quería huir. Quería esconderse del mundo y desaparecer. También quiso desaparecer cuando supo sobre la muerte de su abuelo. Qué idiota, aquel bondadoso señor ni siquiera era su abuelo en realidad. Taehyung se preguntó por qué tenía el hábito de encariñarse con personas que terminaban saliendo de su vida.
Su estado físico era bueno, pero no excelente. Minutos después se vio obligado a detenerse y su cuerpo se dobló hacia adelante mientras apoyaba una mano contra la pared. La nariz y la garganta le ardían, había corrido por varios minutos, ahora estaba agotado.
Cuando recobró el aliento y miró a su alrededor notó que no tenía idea de dónde estaba. Acababa de perderse, el muy brillante.
Tomó su teléfono y buscó su ubicación exacta en tiempo real, estaba en la zona sur. Para regresar al hogar de Soo Yun necesitaba subir a un bus y a un tren. También notó que estaba cerca de un puente, uno que unía zona este y zona oeste, separadas por el brazo de un río.
Quizás debió ir a la estación cuanto antes, pero Taehyung terminó por ir al puente. Ni siquiera supo cómo llegó allí, pero ahora estaba mirando el agua con las manos en los barrotes.
La última vez que pensó en suicidarse fue cuando era adolescente.
¿Hacerlo ahora solucionaría algo?
♦♦♦
Domingo, 09:53 AM
Jimin abrió la puerta de su hogar viendo a Jungkook.
—Woa, por fin. Me dije a mí mismo "¡Sé feliz! Jeon por fin dejó de ser un estorbo" —comentó con una amplia sonrisa.
Jungkook entró sin mirarlo. Jimin pensó que quizás la broma no había sido la mejor manera de saludarlo.
—Uhm, ¿todo en orden? —quiso saber. El pelinegro se sentó en el sofá con la vista baja.
Era el primer encuentro que tenían desde que Jungkook pudo hablar con Taehyung y cerrar lo que sea que tuvieron durante tantos meses. Jimin pensó que el muchachito estaría más animado, pero no parecía ser así.
—Sí, eso creo.
—Vamos, ¿no se supone que celebrarías haberte alejado de Taehyung de una vez por todas?
Jungkook suspiró y se abrazó las piernas.
—Jungkook, ¿estás triste? —el rubio se sentó a su lado—. ¿Es en serio? Hey, mírame.
—¿Qué esperas que diga? —Jungkook hundió la cabeza entre sus brazos.
—La verdad.
—La verdad es que pensé que sería más fácil.
—Pensé que habías dicho... creí que no te interesaba Taehyung.
—¿Cuándo dije eso?
—Bueno, quizás no lo dijiste pero estaba claro. Te gustaban sus atenciones y no él, ¿recuerdas?
—Era mi amigo.
—Jungkook...
—¡Era mi amigo! ¡De verdad lo era! —y descubrió su rostro mostrando su nariz enrojecida y sus ojos levemente húmedos—. Sí, me gustaban sus atenciones. Me gustaba pasar tiempo con él y saber que él se sentía bien conmigo. Que pudiéramos hablar y ayudarnos, y sentir que realmente contaba con él. Taehyung era mi mejor amigo. La única persona que no me falló, y que pese a todo estuvo ahí para mí.
Jimin lo vio tan afectado que no se animó a interrumpir.
—Yo le fallé. No sólo lo herí como para que se alejara de la idea que tenía sobre mí, sino también para que decidiera sacarme de su vida. Hizo muchas cosas por mí, y yo las hice por él. Y perdimos todo eso por no saber cómo llevar nuestros propios sentimientos —se limpió el rostro—. Yo no lo odio. Y quizás él tampoco me odie, pero me duele saber que todo terminó así.
—Lo querías.
—Claro que lo quería. Claro que sufí y lloré por él, y lo cuidé siempre que pude hacerlo. Siempre finge que nada le importa, cuando en realidad no es así. Debí tomar medidas cuando estaba a tiempo. Me odio por dejar que todo sucediera como sucedió —admitió.
Jimin sintió un poco de lástima. Con cuidado, puso su mano en uno de los hombros de Jungkook.
—Sabías que habían llegado a un punto donde no podían retroceder y estaban lastimándose. Creo que hiciste lo correcto.
—Sí, y ahora perdí a mi único... Creí que Taehyung sería mi amigo por muchos años.
—Estás dolido, lo entiendo. Perder una amistad no es fácil.
—Era más complejo que una amistad. Taehyung era el único que podía entenderme, hicimos un pacto pero él no... —se mordió los labios para no hablar de más—. No lo recuerda.
—¿Un pacto?
—Ya no importa. Debería acostumbrarme a la idea de que estoy completamente solo, igual que antes.
—No digas eso. Tienes amigos en el club y compañeros que a menudo salían contigo, ¿o no? —preguntó Jimin.
—Ninguno como Taehyung. Es decir, sí, me llevo bien con algunas personas... pero él sabía casi todo sobre mí, y yo sobre él. A veces lo sentía más cerca que a cualquier persona de mi familia —explicó desanimado.
—Lo siento. Sigo pensando que hiciste lo mejor para los dos —dijo el mayor—. Supongo que ahora los dos estamos igual. Solos.
—¿Eh? pero dijiste que-
—Que tenía amigos, bien eso es cierto. Pero con todo esto del accidente, las actividades del club suspendidas, mi separación de Ami y mi pelea con Seokjin, estoy solo. Tal y como lo dijiste el otro día.
Jungkook lo miró con sorpresa. En realidad lo dijo sólo para fastidiarlo, no esperaba que Jimin admitiera sentirse solo así como así.
—Bueno... Al menos nos tenemos el uno al otro.
Jimin sonrió levemente tras oír eso.
—No dirás que somos amigos, ¿cierto?
—Es que no lo somos —afirmó Jungkook—. Me refiero a que, agradecería que no lo dijeras porque eso significaría el fin de todos mis esfuerzos.
Esta vez, el rubio sonrió divertido.
—Tranquilo, Jeon. No somos amigos.
—¿Y qué somos entonces? Con todo esto de pasar horas enteras juntos y demás... —tenía miedo de la respuesta, pero aún así quería oírla.
—No lo sé.
—¿Me odias?
—No, no te odio.
—Entonces, ¿te agrado?
—Es un poco pronto para decirlo así.
—Bueno, sólo digo que... —se limpió el rostro nuevamente apartando las lágrimas de una vez por todas—, que después de permanecer muchos días juntos, puedo sentir que no te desagrado.
—Eso tampoco significa que me gustes.
—¿Vas a echarme?
—¿Qué?
—Si no soy una persona de tu agrado, ni tu amigo, tal vez no quieras que yo esté aquí.
—Nunca dije eso. Eres libre de quedarte o no.
Jungkook permaneció pensativo un momento.
—¿Te soy indiferente?
Jimin suspiró.
—No, tampoco es eso.
—¿Entonces qué es?, ¿Qué es lo que sientes cuando estoy contigo?
—Yo... Yo- no lo sé. No es malo, pero tampoco lo considero un milagro, ¿me comprendes?
—Cuando estás conmigo incluso las cosas que más me duelen mejoran un poco —confesó Jungkook—. Sólo quería saber si sentías algo remotamente parecido.
Jimin frunció los labios, sin contestar.
—Está bien, mejor olvídalo.
—Siento que eres la única persona que quiere estar conmigo en estos momentos — dijo el rubio. Lo miró un instante y luego desvió la vista hacia abajo, encogiéndose de hombros—. Aunque quizás me equivoque.
—No te equivocas.
La respuesta de Jungkook hizo que volviera a mirarlo de inmediato. No es como si aquello no hubiera ocurrido anteriormente, Jeon solía dedicarle miradas intensas en las que sus ojos resplandecían con un brillo difícil de ignorar. Sin embargo, Jungkook siempre se mantuvo al margen de cualquier otro tipo de contacto, pero esta vez sería diferente.
Con mucho cuidado, deslizó su zurda hasta sujetar una de Jimin. El roce de su piel hizo que el rubio centrara su atención en la forma dulce en la que su pequeña mano quedaba resguardada en la del menor. La piel de Jungkook era suave, y un poco más cálida que la suya. Pudo sentirlo presionando despacio.
—Te lo he dicho antes, ¿recuerdas? Estoy enamorado de ti.
Jimin tragó saliva sin ser capaz de responder o de moverse. Ya lo sabía. Sabía que Jungkook guardaba sentimientos auténticos por él, ¿por qué volver a escuchar su declaración lo había puesto tan nervioso? Quería reír y bromear, darle una palmada amistosa en el hombro y decirle que apreciaba que sea tan directo. Pero Jimin se quedó estático mirándolo. Estático y aturdido.
—Ya lo sé —se adelantó—. Sé lo que estás pensando, no quiero escucharlo.
—Jungkook...
—No, por favor —negó con la cabeza—. Aunque no lo creas, estoy bien así. Puedo conformarme con esto. En realidad no eres cruel, Jimin. Desde donde yo lo veo, hicimos un gran progreso. Estoy bien con esto.
Jimin lo miró con insistencia. "Mentiroso", pensó para sí mismo.
—Mi elección siempre será tenerte cerca. No importa si me ves como un compañero, o un amigo. Es mucho mejor que ser un estorbo.
—No lo decía en serio —se disculpó el mayor. Su mano envolvió la de Jungkook—. Sé lo que deseas, pero no puedo cumplirlo.
—Está bien, yo sólo-
—Todavía.
El corazón de Jeon se aceleró de golpe. Sus mejillas se tiñeron de rosado.
—¿T-todavía? —musitó temeroso, temía haber oído mal.
—No tengo idea de qué somos en este momento, Jungkook. No sé qué demonios pueda pasar en el futuro, pero también estoy bien con esto; contigo viniendo aquí y quedándote a mi lado. No quiero convertirlo en algo malo para ti o para mí. No soy Taehyung, y no quiero volverlo tóxico, ¿de acuerdo? Si realmente esto no te hace daño, tal vez podamos continuar como hasta ahora.
Jungkook parpadeó dos veces.
—Jimin, no hay forma de que puedas hacerme daño.
—Tonto —lo golpeó suavemente con el codo—. Sabes a lo que me refiero, puedo herirte. Pero no es mi intención hacerlo.
—Jamás tienes malas intenciones, por eso me gustas tanto. Eres algo así como un trébol de cuatro hojas.
—¿Raro y simétrico? —sonrió.
—Único y especial —corrigió Jungkook.
Jimin intentó no perturbarse, pero falló. Una sonrisa tímida se coló en su semblante y negó con la cabeza. Jeon sentía que quería lanzársele encima.
—¿Así que eres un chico romántico?
—Puedo ser todo lo que tú quieras.
—Por favor, ya basta —volvió a golpearlo—. Hablo en serio.
—Yo también —respondió Jungkook, contento de que Jimin no hubiera soltado su agarre todavía—. No tengo intenciones de rendirme. Si eso no te molesta, continuaré hasta que seas mío.
—No digas esas cosas —se cubrió el rostro con su mano libre.
—No es como si no lo supieras. Te quiero. En verdad te quiero.
Jimin descubrió sus ojos mirándolo un poco abochornado.
—Eres demasiado insistente.
—Lo sé. Pero sé que lo hago por la persona correcta.
—Agrh, no sé si pueda soportar esto.
Jungkook sonrió con alegría.
—Me detendré cuando te sientas demasiado abrumado, lo prometo —y enlazó sus dedos a los de Jimin, meciendo sus manos unidas un momento—. Encajan a la perfección. Esa es otra cosa que me gusta sobre nosotros.
Nosotros. Jimin prefirió no hacer comentario, sin embargo hacía bastante tiempo que nadie lo tomaba en consideración para una palabra así. Que Jungkook lo hiciese con tanta naturalidad le resultaba un poco curioso.
—Si te hago daño debes decírmelo —continuó el menor—. Si llego a incomodarte o a disgustarte, quiero que me lo digas.
—Oh, por supuesto que lo haré. Tú también deberías hacerlo. No soportes cosas sólo porque se trata de mí, ¿de acuerdo?
Kook se mordió los labios mirándolo con adoración.
—De acuerdo. ¿Esto te molesta? —señaló sus manos unidas.
—No.
Jungkook se acercó un poco más a su lado y Jimin se retrajo sorprendido.
—¿Y esto? —su rostro se aproximó tanto que sus narices casi rozaban.
—T-te estás sobrepasando.
Jeon se apartó pero sin borrar su sonrisa.
—Eres tan dulce. Me encanta —y antes de que Jimin pudiese responder, soltó su mano y se puso de pie—. Debería irme ya.
—¿Ya?, ¿Tienes algo más que hacer?
—No. Pero supuse que no te gustaría tenerme aquí toda la tarde. Sólo pasaba a verte.
—Claro, entiendo.
—A menos que quieras que me quede.
—A menos que quieras quedarte —Jimin se encogió de hombros como si no le importara. Su mano ahora se sentía desprotegida y terminó llevándola a su pecho—. ¡J-Jungkook! —gritó en respuesta a sentir al menor repentinamente sobre su cuerpo. Jungkook lo abrazaba con cariño, su peso hizo que se reclinara por completo sobre el respaldo del sofá.
—Me voy a quedar.
—Me estás aplastando.
—Es nuestro primer abrazo. Lo estoy disfrutando —dijo, pero enseguida se levantó—. Sabes que no fue tan malo.
—Preferiría no tenerte encima. Pesas demasiado —dijo de mala gana, acomodándose la ropa.
—Tendré más cuidado.
Jimin lo miró. Normalmente Jeon se excusaba con burlas o de alguna forma ingeniosa, pero la expresión que tenía ahora en el rostro parecía sincera y llena de alegría. ¿Realmente él era capaz de producir eso? La sonrisa de Jungkook era bonita. De inmediato sacudió la cabeza.
Todas las sonrisas eran bonitas, no era como si la de Jeon tuviese algo especial en particular.
♦♦♦
11:53 AM
Jin sonrió despacio cuando vio que su gato se subía al sofá rojo, y caminaba despacio para acomodarse justo sobre su pecho.
—Hola. ¿Tienes hambre? Tu plato está lleno —Yoonie ronroneaba.
El pequeño gato llevaba días mucho más cariñoso de lo normal. Seokjin pensaba que intentaba levantarle el ánimo. Seguramente Yoonie notaba los cambios que había en el departamento.
Taehyung y Yeontan se habían marchado. El lugar de pronto se había vuelto silencioso y oscuro, Jin ni siquiera se molestaba en encender las luces cuando la noche caía. El castaño estaba seguro de que de no ser por el felino de ojos azules, ni siquiera saldría de su cama. La tristeza lo tenía sumido en algo que se parecía un poco a la depresión.
—¿Qué tienes ahí? —le preguntó cuando vio que el gato bajó para traer en su boca una pelotita de estambre, o lo que quedaba de ella—. ¿Quieres que te la arroje?, Yoonie... de acuerdo, también te quiero mucho, claro que sí.
Jin se vio a sí mismo jugando en el sofá junto a él. En realidad no tenía demasiados ánimos, pero ver los ojitos azules dilatados de su mascota y la atención que le ponía a la bolita amarilla bastaban para que pudiera sentirse mejor.
Yoonie tenía demasiado de Yoongi. Los dos eran dulces a su manera. Cuidando no lastimarlo con sus garras, jugó con Jin y se frotó contra sus manos y su ropa buscando mimos. Ronroneó todo el tiempo y hasta dejó que lo cargara entre sus brazos.
Seokjin se sentía tan animado que decidió que sería bueno ir a tomar algo de aire antes de comenzar a cocinar. Le colocó el arnés rojo a su mascota y mientras hablaba con él, se vistió, tomó un abrigo, su apoyo, las llaves, y salió.
Los recibió un día nublado. Por ser domingo no había demasiadas personas en la calle, Yoonie paseó con tranquilidad a su lado.
Jin iba con una mano sujetando su apoyo y la otra envuelta a la correa. Incluso si no quería ocuparse de sí mismo, el pequeño gato estaba a su cuidado y debía ser responsable.
¿Debería decir el pequeño gato o más bien decir Yoongi?
Yoongi en su reencarnación felina estaba a su lado. Incluso si Jin se sentía solo, no lo estaba. Yoongi seguía con él justo como en la Realidad Alterna.
Y tarde o temprano, Jin debía tomar una decisión. Ahora estaba seguro de entender mejor el origen de su problema con Taehyung. Como Natalie le dijo, su falta de cariño propio lo llevó a cometer muchos errores, uno de ellos fue tomar como prioridad a otra persona. Eso estaba mal, y no significaba que haberlo entendido haría que su amor por Tae cambiara o disminuyera. Simplemente tomó consciencia de que no era la forma adecuada de afrontar la relación.
Ahora estaba en una encrucijada. Tenía que decidir si estaba dispuesto a sanar aún sin tener a Tae a su lado. Quizás lo mejor era dejarlo estar, tal y como el menor quería. Pero mientras Jin más lo pensaba, más sentía que no estaba de acuerdo con eso.
Sanar no era una opción, era su deber. Cuidar de sí mismo y recuperar la confianza y autoestima era algo que sí o sí debía hacer. Su elección se reducía a si estaba listo para afrontar ese camino con un novio, o sin él. Más específicamente, con Taehyung, o sin él.
Amaba a Taehyung. Realmente lo amaba. Con todos los errores, las cosas que debió decir, las que no debió asumir, y las que ya había hecho. Si pudiera elegir, él estaba dispuesto a recorrer aquel camino a su lado. Sabía que Tae también tenía cosas que resolver por su propia cuenta, y que no siempre podría ayudarle. Lo intentaría de todas formas.
Pero las decisiones de pareja se tomaban de a dos. Y él no tenía idea de qué querría Taehyung.
Jin caminaba con la vista baja, sumido en sus pensamientos. Tanto, que cuando sintió que la correa quedaba atrás, volteó con sorpresa.
—¿Yoonie?
Vio al gato quedarse congelado y soltar un gruñido con la vista al frente, el pelaje de su cola estaba crispado. Seokjin giró la cabeza justo a tiempo para ver que se acercaba un enorme Rottweiler, y que iba directo al felino blanco.
—No. Hey —puso una mano en alto mientras daba la órden pero el perro no se detuvo. La correa comenzó a tirar, cada vez más—. ¡Yoonie! —su brazo se estiró y trastabilló perdiendo el equilibro—, ¡¡Yoonie, espera!!
La desesperación y el miedo pudieron con el gato, que tiró hasta que Jin cayó al suelo y luego comenzó a correr, huyendo.
—¡¡¡Yoonie, no!!! —Jin se afirmó en sus codos para ponerse de pie tan pronto como pudo. La correa se había ido junto a su gato y el maldito perro que lo perseguía.
Tomó su bastón y fue tras ellos.
—¡¡Yoonie!! —estaban demasiado lejos. En aquella zona de la ciudad había escasos árboles y casas, todos eran edificios gigantescos y locales comerciales. Jin apenas podía ver el bulto del perro de pelaje oscuro, todavía tras su mascota. Era un perro enorme, si llegaba a atraparlo, Yoonie difícilmente lograría escapar. Seokjin balbuceó maldiciones frustrado por no ser capaz de correr como quería.
Y luego, la zona de semáforos. Jin se sintió atrapado en un recuerdo. Los coches rara vez se detenían por personas, ¿por qué lo harían por un animal?
—¡¡Yoonie!! —gritó más fuerte.
Los animales cruzaron sin detenerse, y Jin los siguió sin mirar la luz. No quería perderlos de vista.
Se ganó bocinazos y hubo ruidos importantes de frenos, pero ignoró todo eso para continuar.
Cuando vio que el rottweiler se detenía por fin, apresuró el paso temiendo que hubiera atrapado al felino blanco.
—¡¡Hey!! ¡¡¡Déjalo en paz!! —gritó mientras se acercaba. Presa del pánico, soltó el bastón y le dio un golpe al can en la cabeza, a lo que el animal soltó un chillido y se apartó.
Jin pudo ver el arnés y la correa junto a un montón de pelo blanco, pero Yoonie no estaba.
Se agachó de inmediato a examinar con cuidado, había sangre en el arnés. —¡¡Yoonie!! —Jin gritó con todas sus fuerzas, mirando hacia adelante, luego hacia atrás, sin ver rastro alguno. Ni siquiera había manchas en el suelo—. ¡¡¡Yoonie!!! —repitió. Sus ojos se llenaron de lágrimas.
Su gato estaba herido, y no había rastro de él. Acababa de perderlo.
—Yoonie... —Jin se apresuró a limpiarse el rostro y ponerse de pie. Tomó el arnés entre sus manos y siguió corriendo por donde pensó que quizás el gato había ido.
Él no. ¡No! Seokjin se negaba rotundamente. No podía permitirlo.
No soportaría que algo malo le ocurriera a Yoongi por su culpa. No otra vez.
♦♦♦♦♦♦♦
;-; recen para que Yoonie esté bien.
Qué decirles, aunque técnicamente estoy en vacaciones he estado más ocupada que nunca. Para colmo viene wattpad y no me deja cargar el gif de esta capque es jikook, y encima se esparce que hubo un hackeo masivo o algo así que al final no sé si es real o no.
Lo que sé que es real es que borran historias sin avisar, que quitan los guiones largos de la nada, que no me llegan las notificaciones, que otro perfil puede ingresar a mi cuenta "por error de la plataforma" y un par de cosas más que, sinceramente, me tienen los ovarios llenos, tengo que decirlo así. Ayer estuve considerando dejar LM hasta donde está y seguir subiendo en otro lado. Después dije, faltan apenas 5 capítulos, puedo aguantar un tiempo más antes de mudarme. Pero sí, me voy a tomar un descanso de algunos meses de este sitio, lo que no significa que vaya a dejar de escribir. Pienso subir un tutorial cortito de la nueva plataforma que encontré y me gusta mucho.
Btw, habiendo hecho mi descargo, paso a dejarles la imagen más "similar" de lo que sería la apariencia de Yumi. Digo similar porque de ver esto se los consideraría, idk, gemelos o algo así, pero no lo son.
si quedó bonita :')
En mi ciudad se dispararon los casos de covid, asi que están todos en cuasi pánico y ya estamos encerrados en casa otro tiempo más. Por favor, cuídense mucho.
Gracias por leer, sólo 5 más y terminarán de sufrir. O quizás no e.e veremos.
Lxs amoooooooooooo♥♥♥♥
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