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16.

Después de desayunar llevé a Jake a una de las habitaciones de invitados que tenía su propio cuarto de baño y le pasé una toalla para que se pudiera duchar a gusto. Le dije que nos encontraríamos en la cocina y luego me dirigí a mi habitación y me di una ducha rápida para después colocarme un short y una camiseta.

Lo encontré en la cocina hablando con mi nana. Ella lo halagó diciendo que era un chico encantador y que él ya le había contado del porqué estaba ahí. Pregunté por los demás y me contestó que solamente estaban David y Christian pero que seguían dormidos porque anoche estuvieron bebiendo hasta tarde.

-Me gustaría dormir un poco. Y estoy segura que tú también, Jake. Acompáñame - le pedí - nana, dormiramos en el cuarto de juegos - aclaré porque ya me la conocía.

El cuarto de juegos estaba equipado con una gran pantalla y diversos juegos como la Nintendo Wii, la Playstation, la Xbox , teniamos una mesa de billar, de Ping Pong y muchas más cosas. Pero también tenía un par de sofás que eran incluso más cómodos que una cama y bien amplios. Muchas veces David, Fernanda, José y yo nos quedábamos dormidos viendo películas, así que manteniamos unas mantas y almohadas guardadas para estar preparados y a gusto. Le entregué una manta y una almohada al bombón neoyorquino y cada uno se acostó en un sofá.

-Que tengas dulces sueños hermosa - comentó mandándome un beso en el aire.

-Lo mismo para ti, bombón - me atreví a decir.

Le di la espalda y me cubrí con la manta hasta la cabeza por la vergüenza. 



*  *  *  *  *



CHRISTIAN

No podía estar más molesto. No solo se ponía despampanante para él, sino que también se lo traía a dormir a su casa.

Anoche estuve hasta tarde bebiendo junto a David, recordando viejos tiempos y riéndonos de los estúpidos que habíamos sido en nuestra adolescencia. Tenía la ligera esperanza de que Victoria llegara y así poder aclarar las dudas que tenía en mi cabeza. Admitir que la idea de que tuviera algo con ese chico me hacía rabiar era algo difícil. No quería que estuviera con otro tipo. El ser tan posesivo cuando de Victoria se trataba me había sorprendido. Había empezado a conocerla y me había dado cuenta de lo maravillosa que era. Victoria era alegre, espontánea, muy noble y con un carácter que me encantaba. Nunca me habían atraído las mujeres sumisas, me gustaba que me dieran guerra y Victoria era perfecta para ello. La idea de que otro disfrutara de lo que yo compartía con ella me provocaba un nudo en él estómago. No quería jugar con ella pero tampoco estaba seguro de lo que quería y eso me frustraba aún más. 

Todos estábamos en la mesa apunto de comer cuando la pequeña mujer de sonrisa radiante que me traía de cabeza apareció en el comedor acompañada de su amigo. 

-Hola, chicos - saludó.

Antes de sentarse a comer presentó a Jake y todos lo saludamos.

Ya habían servido la comida y todos estábamos comiendo cuando no pude aguantarlo más y le pregunté a la rubia sobre que tal le había ido la noche a ambos. Ella levantó la vista de su plato y me dedico una mirada de confusión.

-Muy bien, Victoria hizo que me lo pasara genial. También me llevó a la playa - comentó Jake al ver que Victoria no contestaba.  

¿Se habían bañado juntos? ¿Como lo hicimos ella y yo en el río? La ira empezó a hervir en mi sangre.

¡Soy un imbécil!

Apretaba con tanta fuerza mi cubierto que estuve apunto de doblarlo. Victoria me miro de nuevo a los ojos y luego dirigío su mirada a mi mano, se había dado cuenta de mi molestia y alzó la ceja preguentandome de que iba. Con cuidado dejé el cubierto sobre la mesa y me disculpé diciendo que tenía que hacer una llamada muy importante.



VICTORIA

¿Pero qué diablos?

Recé para que nadie más se hubiese dado cuenta de su reacción. ¿Por qué se ponía así? ¿Estaba celoso? No podía ser, él mismo lo había dejado bien claro, no quería nada de celos. Pero su reacción había sido todo lo contrario a sus condiciones. No lo entendía para nada. Él si podía acostarse con medio mundo pero yo no podía ni siquiera salir con un chico.

¡Será idiota!

Conteniendo las ganas de levantarme e ir detrás de él y golpearlo, seguí comiendo y le dediqué una sonrisa a Jake cuando me di cuenta de que me miraba.

Acabamos de comer y  todos nos alistamos para ir a la playa. 

Al llegar nos encontramos con mucha gente y buscamos un lugar en el cual poner todo lo que habíamos traído, cuando pusimos las sombrillas y tendimos las toallas en la arena, Fernanda y yo nos metimos al mar.

-Estoy esperando a que me cuentes que te traes con Christian y ese amigo tuyo que esta buenísimo - Fernanda tan directa como siempre.

La miré y me puse a reír.

-¿Buenísmio? Amiga, el es todo un bombón - comenté.

-Amo a tu hermano, pero tengo ojos y no puedo negar que esta para comerselo - agregó - todos nos dimos cuenta de la tensión que hay entre tú y Cristian ¿Que esta pasando?

-Uff... Fer, ni siquiera yo lo se... Me acosté con Christian - confesé.

-¡¿QUÉ?!

-¡Callate, no grites!

-Estas loca... Te has acostado con tu jefe, Victoria...

-Creeme que lo tengo muy claro - gruñí - el caso es que quedamos en que no sería más que sexo, pero ahora va y se pone así. No lentiendo...

-Entonces deberías... - de repente dejó de hablar porque mi hermano había aparecido.

-¿De qué tanto hablan? - preguntó.

-De nada - contestamos las dos a la vez.

Estuvimos jugando entre todos y molestandonos unos a otros hasta que decidimos ir a pasear por la avenida para curiosear las diferentes paradas. Habían varias paradas de comida, de artesanía y de ropa. En una de ellas, Jake me compró una pulsera y me la colocó en la muñeca.

Sin poder evitarlo, mi vista se desvió a Christian y me di cuenta de su cara de poker.

-Miren, ahí hay una gitana. Yo quiero ir - dijo José.

-Vamos entonces - lo agarré de la mano arrastrándolo y dejando a los otros atrás.

-Dígame joven ¿Qué desea? ¿Qué le lea la mano o prefiere las cartas? - preguntó la gitana.

-La mano - contestó José tendiendole la mano.

-Muchacho vas a tener una larga vida, junto a un amor que nunca creíste que existiera y el cual no vas a dejarlo ir - habló la señora deslizando sus dedos sobre la mano de mi amigo.

-Esa debo ser yo - dijo Kate que acababa de llegar con los demás.

-Bueno, gracias. Estoy de acuerdo con lo acaba de decir. Aquí tiene, adiós - le pagó y se despidió.

Todos nos dimos la vuelta para irnos pero la gitana llamó a una de las chicas y todos nos giramos.

-Muchacha. Si, tú, la rubia - me apuntó.

-¿Dígame?

Agarró mi mano y me miró fijamente a los ojos.

-Oh... La línea de tu vida está dividida en dos. Veo mucho dolor en ambas, pero también mucho amor. Amor verdadero... - apretó mi mano - ten en cuenta que después de la tormenta, siempre sale el sol. Y siempre, escúchame bien, sigue lo que tu corazón te indique - comentó soltando mi mano.

  En sus ojos pude ver su pena por mí. 

¿A qué venía todo eso?

-Tranquila, tengo una gran fuerza de voluntad - le dí el dinero y me fui arrastrando conmigo a los demás que se habían quedado sin palabras.

-Eso fue raro... - comentó José.

Y todos estuvimos de acuerdo.

Acabamos en una parada de comida rápida y los chicos se encargaron de pedir un par de tacos para todos mientras nosotras esperábamos a un lado. 

Entonces me fijé en algo muy inusual en mi mejor amiga. Me fijé en la barriga de Fernanda, en la playa también la había estado observando pero hasta el momento no había caido en cuenta. 

Abrí mis ojos como platos.

-Vicky ¿Se puede saber qué te picó ahora?

-Fernanda ¿No tienes nada que contarnos?

-Em... No ¿Por qué?

-En el tiempo que llevo a tu lado, y eso es desde el kinder. Nunca te he visto con barriga y eso  solo quiere decir una cosa. ¡VOY A HACER TÍA! - me lancé a sus brazos.

-¡Oh, Fernanda felicidades! ¿Cuándo pensabas contarlo? - preguntó Kate.

-Bueno... David y yo pensábamos decirles hoy, en la cena. Pero Victoria... - hizo énfasis en mi nombre acusandome por haberme adelantado - siempre se fija en todo. Y para que lo sepan tengo cuatro meses - dijo emocionada.

-¿Qué? ¿¡Y ahora es que nos lo vienen a decir!?

-Chicas aquí esta la comida - habló David que acababa de llegar con los demás.

-¿Cuándo me ibas a decir que voy a hacer tía? - lo acusé.

Él le mandó una mirada acusadora a Fernanda.

-Fernanda no te podías esperar ¿Eh?

-Han pasado cuatro meses ¿Qué querías? ¿Decírnoslo cuando ya estuviera pariendo? - dije indignada. Iba a hacer tía y estos ingratos no me habían dicho nada.

-¡Hermano, felicidades! - Christian lo abrazó. 

-¡Enhorabuena, futuros papás! - dijo José dándole otro abrazo.

Jake también los felicitó y se acercó a mi también para felicitarme por ser tía.

Iba a darle una mordida a mi taco pero preferí acercarme antes a la parada a pedir un poco más de chile. Cuando volvía junto a mis amigos vi a lo lejos una mujer rubia de increíbles ojos grises que me observaba. De inmediato un sentimiento de nostalgia se hizo presente en mi pecho. Fruncí el ceño y me dispuse a acercarme más para verla mejor, pero de repente un fuerte golpe en mi cabeza me hizo gritar de dolor.

Mi vista se volvió borrosa y mi cuerpo se desvaneció.  



CHRISTIAN

De inmediato me di cuenta de lo que iba a pasar e intenté llegar lo más rápido que pude a ella, pero la gente no me lo permitió.

-Victoria... - alcancé a cogerla antes que se diera contra el suelo. 

Se había desmayado y su cabeza sangraba.

-¡Lo siento muchísimo de verdad!

Tuve ganas de acabar con el imbécil que le había causado esa herida pero ella era más importante.

-¡Llama una ambulancia! - grité.

Estaba bloqueado, no sabía que hacer y eso me frustró. Con cuidado de no mover mucho su cabeza la alcé en mis brazos y la alejé del circulo de gente .

Los demás habían llegado  a mi lado preguntandome que había pasado pero yo no podía pensar en otra cosa que en llevarla a un hospital.

-Por favor, Victoria... - susurré preucupado.

Sentirla inerte en mis brazos mientras la sangre de su cabeza seguía derramandose sobre mi camisa me estaba desesperando.

-¡Necesito una ambulancia! - grité furioso al no ver a nadie llamando.

-Chris, ya viene en camino. Tranquilizate - me pidió mi hermana. 

Minutos después llegó la ambulancia y nos fumos al hospital.

Todos estábamos muy preocupados por ella. Ver las lágrimas de David me hundieron un poco más. Él se moriría si le pasara algo a su hermana. El médico había dicho que estaba fuera de peligro, que solo le habían tenido que coger unos puntos y que no nos preocuparamos tanto y que la sangre había sido muy escandalosa. La tenían en una habitación esperando a que se despertara y yo estaba junto a ella.

Entré al baño para quitarme la sangre de las manos y al verme en el espejo un doloroso recuerdo me vino a la mente. La muerte de Bryanna. La lágrimas empañaron mi vista y me deshice rápidamente de ellas, el pasado era pasado y ahí tenía que quedarse.

-Christian... - alguien había entrado a la habitación - ves a descansar, ya es medianoche, ella va a estar bien - era David.

-No, tranquilo. Me quedo. Deberías ir a casa con Fernanda y los demás. Tu novia se alteró mucho y eso es malo para el bebé. Yo me quedo con ella. Seguro que ella os agradecería que mañana le trajeran algo de ropa limpia.

-Jake tambien esta aquí y no querra dejarla sola - comentó.

-Pues dile que ya estoy yo que no es necesario - contesté molesto.

-Christian... De acuerdo, esta bien. Cuida de ella.

-Lo haré - prometí.

VICTORIA

Me sentía cansada y aunque quería abrir los ojos no podía, me pesaban y ni siquiera tenía fuerzas para moverme. Escuchaba como Christian hablaba con mi hermano pero no podía despertar.

-Victoria, me has asustado mucho - quería abrazarlo, incluso besarlo. Pero estaba demasiado cansada.

Al despertarme me dí cuenta de que Christian dormía a mi lado en una silla. Con cuidado intenté levantarme pero una punzada en mi cabeza me detuvo.

-¡Mierda! - exclamé adolorida.

-Hey pequeña ¿Estás bien? - preguntó preocupado.

-Me duele la cabeza, solo eso. ¿Qué me pasó? Estaba mirando a una mujer y de repente todo se volvió negro.

-Un idiota que hacia malabares con botellas dejó escapar una y se te partió a ti en la cabeza. Lo siento, intenté llegar a ti pero había mucha gente... 

Se acercó y se sentó junto a mi en la camilla. Su mano acarició mi mejilla.

-Me asusté mucho - confesó.

-Lo sé - enmarque su cara entre mis manos y lo besé lentamente.

Deseaba besarlo y no me iba a contener en ese momento. Se había preocupado por mi y no me había dejado sola en ningún momento.

-Gracias - murmuré sobre sus labios.

Christian profundizó el beso y me dejó sin aliento.

El toque en la puerta nos hizo separar y entonces entró Jake con un ramo de rosas, su lindo gesto hizo que mi corazón pegara un brinco. Él era tan atento.

-Me alegra ver que estas bien, hermosa. Nos asustastes a todos - se acercó y me besó en la frente - me dijiste que te gustaban las rosas, espero que estas te gusten.

La agarré y le sonreí.

-Son perfectas. Gracias, Jake.

Pude darme cuenta de como Christian tensaba la mandíbula. Aún teníamos que hablar sobre ese tema.

-Me gustaría ir a casa.

El médico me hizo un par de pruebas más para estar seguro de que estaba todo bien y luego me dejo ir a casa.



* * * * *



Ya había pasado una semana desde mi accidente  y por fin podría ir a trabajar. Había estado encerrada en casa aburrida y sin nada que hacer pero por fin eso se había acabado. Jake había estado visitandome cuando salía del trabajo y se lo había agradecido mucho. Era un buen chico y muy atento, además de detallista.

Alguien llamó a mi puerta y era Jake que llegaba con unos chocolates.

-¿También te dije que amaba el chocolate? - pregunté con una sonrisa.

-Bueno, esa información me la dio tu nana - aclaró entregándome los chocolates.

-Muchas gracias. Un bombón regalando bombones. Curioso - comenté guiñandole el ojo.

-¿Así que soy un bombón?

-Sip.

-¿Y de qué sabor? - preguntó acercándose tanto a mi que nuestros pechos se rozaban.

Intentaba intimidarme y eso hizo que sonriera.

-No te he provado... No sabría decirte - conteste atrevida.

-Bueno, eso tiene arreglo - su voz sonó más profunda y tan sexy...

Darme cuenta de que estaría encantada de probarlo me puso muy nerviosa. ¿Qué te pasa Victoria?

-Eres tan hermosa - su mano acarició mi cabello - me encanta tu cabello, es como una cascada de oro...

-Me gusta que alimentes mi ego, así que no pares - bromeé regalándoel una sonrisa.

-¿Te molesta que te lo diga?

-No... No claro que no... Es-es... Solo que... -  ¿¡Por qué me ponía tan nerviosa!? - Si, si me gusta es...

-¿Te pongo nerviosa?

-¿Qué? No, claro que no. ¿P-por qué lo dices?

-Porque estas roja como un tomate - dijo acercando su cara a la mía - ¿Y sabes qué? Te ves aun más hermosa sonrojada. Bueno en realidad te ves hermosa en todas tus facetas - susurró en mi oído hacéndo que una corriente de placer me recorriera.

Me aparte de él. Esta nerviosa y no entendía muy bien por que.

-Recuerdo la primera vez que te vi, eran como la una de la madrugada y chocaste conmigo en el pasillo - recordó.

-Claro, la vez que me dijiste que me comprara unos lentes - dije pensativa.

-Sip, y tú me mandaste al diablo - sonrió.

El recuerdo vino a mi mente y me inundó de felicidad. Me sentía tan afortunada de haber conocido a alguien como aquel hombre que tenía en frente. Para mi él era como un amanecer que traía consigo la vida misma. Darme cuenta de todo lo que Jake me inspiraba fue como un choque de sentimientos encontrados.

-¿Sabes? Me alegro de que aquel día Christian me mandara a hacer esas fotocopias. Gracias a eso te conocí - confesé con franqueza.

-Tu manera de ser es lo que me vuelve loco, eres diferente... Mucho más de lo que nos dejas ver a los demás - y eso último hizo que lágrimas acudieran a mis ojos - Haces que me derrita por ti...

Y sin más acortó la distancia entre ambos y plantó sus labios sobre los mios. Era un beso tierno y delicado, casi como un roce y estaba disfrutando de el cuando la puerta se abrío y apareció Christian.

Genial...

-¿Interrumpo algo? - su voz destilaba toda su molestia.

-No tranquilo, ya acabamos - contestó burlón Jake por la cara de pocos amigos de Christian - nos vemos después hermosa - me dio un beso en la frente y se dio la vuelta para marcharse.

Christian lo miró con mala cara.

-Christian...

Él simplemente me cortó y me informó de que mañana,  llegaría el nuevo accionista de la empresa y que abrían varias reuniones para los nuevos cambios que no serían muchos pero igual eran cambios. Y quería que estuviera preparada.

Luego se marchó sin dejarme hablar.



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