Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1.

Estaba profundamente dormida cuando él idiota de mi hermano llegó para arrebatarme de los brazos de morfeo.

-¡Levántate dormilona! - me decía David.

-Déjame dormir ¿No ves que estoy cansada? - le dije medio dormida.

-Eso te pasa por dedicarte al boxeo, baile y canto todos los días además sin que mi papá lo sepa - me decía David regañándome.

Necesitaba mantener mi mente ocupada para no dejarme envolver por la amargura.

-Sabes que mi papá no está de acuerdo, por eso no le he dicho nada. Y si le digo algo nos pondremos a discutir y no tengo ganas - contesté ya despierta del todo.

-Claro... - me dijo con sarcasmo.

-¿A qué viniste? - le pregunté cambiando de tema.

-¡A decirte que hoy es el cumpleaños de papá! - respondió.

-Ya lo sé David, es mi padre también y ya sé que tengo que estar en la cena de hoy - dije fastidiada.

-De acuerdo. No faltes Vicky, no faltes. Adiós - se despidió.

Vi como la mitad de mi alma se marchaba. David era la persona más importante de mi vida. Nuestros rasgos físicos no eran muy parecidos ya que él parecía más latino que yo. Podría decir  que él salió más a mi padre y yo, por desgracia, a mi madre. Los dos teníamos el cabello rubio, y nuestros ojos eran grises pero hasta ahí llegaban nuestras apariencias. 

Se podría decir que David era el niño bueno de la casa. Siempre responsable, atento y obediente. Yo por otro lado era todo lo contrario. Claro, ahora había crecido y la madurez y la responsabilidad habían venido de la mano, pero no dejaba de ser la rebelde, desobediente y alocada de la familia.

Con todo y eso, mi hermano me amaba de la misma forma que yo a él.


* * * * *


-¡Oh, vamos! No puedes decir que no. Tú empezarás de baecaria en esa empresa y yo tendré que ir a trabajar, así que no puedes decir que no. Hasta tú hermano irá acompañado de Fernanda.

José era mi mejor amigo, nos conocíamos desde el kínder y siempre habíamos estado juntos. Fernanda también era mi mejor amiga, en si, todos habíamos crecido juntos. Y como era de esperar ella y mi hermano empezaron a salir hace unos cinco años.

-De acuerdo, iré - acepté - a las diez estaré ahí, antes tengo varias cosas que hacer. Ya te llamaré para saber en que lado de la playa estaréis.

Él aceptó para luego acompañarme a casa. Habíamos quedado porque hacía tiempo que no nos veíamos.

Yo había estado muy ocupada acabando la universidad y entrando en la empresa que tanto había llamado mi atención. Soñaba con ser una gran directora de marketing y lo conseguiría. Mi padre quería que trabajara con ellos en el negocio familiar pero yo me negaba rotundamente, si no aguantaba a mi padre dando ordenes en casa, mucho menos en el trabajo.



* * * * *



-Vamos, golpea con más fuerza - hice lo que me pidió - Intenta mantener el equilibrio, Victoria - Lenny era mi entrenador, los cinco meses que llevaba entrenando él se había encargado de ayudarme a mejorar. De repente sentí un golpe en mi mejilla - céntrate, no pierdas nunca la concentración y no subestimes a tu contrincante - elevé mi puño y lo golpeé su mano - eres pequeña y más ágil. Aprovecha eso, ves a por las costillas y cuando dejen al descubierto su rostro golpéalos - aconsejó.

Estuve entrenando una hora más y luego, a las siete de la tarde llegué a casa para poder darme una ducha y arreglarme para la cena de esta noche.

Media hora después estaba buscando en mi closet algo que me quedara bien para para la cena. Al final me decidí ponerme un vestido azul que hacía resaltar mis ojos, junto a unos preciosos tacones blancos.

Al acabar de maquillarme y peinarme busqué un vestido más casual y lo guardé en una mochila para poder cambiarme cuando me fuera a la fiesta en la playa.

-Mi niña, ¿Puedo pasar?

-Claro que si, nana - al entrar una sonrisa se extendió en sus labios.

-Estas hermosa - me alagó   -todos te están esperando a bajo.

-De acuerdo nana, ¿Tú no irás?

Mi nana era como una madre para David y para mi. Siempre había estado junto a nosotros, era lo más cercano a una madre que había tenido y para todos era como un miembro más de la familia; por ello se me hizo raro no verla arreglada.

-No, mi reina. Tengo trabajo atrasado. Vayan ustedes y disfruten - contestó mientras acomodaba el maquillaje que había dejado tirado en la cómoda.

-Nana, yo quiero que vengas.

-Otro día, muévete o Eduardo se molestará - advirtió.

-Mi padre es peor que una mujer en sus días.

-¡Victoria! No seas mal educada - me reprendió.

Agarré mi bolso y mi mochila y bajé las escaleras para encontrarme con los ojos de todos sobre mi.

-Siempre tarde, enana - comentó mi hermano.

-Lo bueno tarda en llegar ¿No es lo que dicen?

-Vámonos, Fernanda nos espera en el restaurante.

-¿Y mi papá y mi tía?

La hermana de mi padre, que trabajaba en los Angeles como diseñadora había llegado hoy mismo para celebrar el cumpleaños de papá.

-Ya se fueron, sabes como es papá - comentó.

-Tampoco tardé tanto - comenté molesta.

-¿Y esa mochila? - preguntó.

-Para la fiesta en la playa - aclaré.

-No sabía que irías.

-Ahora lo sabes - le contesté sonriente.

Subimos al coche y nos dirigimos al restaurante en el que se llevaría a cavo la cena.

No tardamos mucho en llegar y nos unimos junto a mi padre y sus amigos.

Todo era tan aburrido... Esta gente solo hablaba de negocios y más negocios. Mi tía vio mi cara e intentó esconder una sonrisa.

Barbara era encantadora. No había pasado el suficiente tiempo con nosotros como para crear un lazo mucho más afectuoso, pero le tenía cariño. Ella y los abuelos eran la única familia que tenía por parte de padre. Sabía que tenía más familia en Australia por parte de Vanesa pero de ellos no sabíamos nada, y era lo mejor.

Mis ojos se fijaron en mi padre por un rato. Ya no era el mismo hombre alegre y sonriente que era antes. Su cabello se había vuelto más oscuro y canoso y las líneas de expresión resaltaban alrededor de sus ojos verdes.
Mi padre se dio cuenta de mi mirada en el y se me quedó viendo.

Su mirada era vacía y sin ningún ápice de alegría en ellos. Lo que más me dolió es que solo me miraba a mi de esa forma.


* * * * *


No aguanté mucho más la cena y me disculpé para luego largarme.

20 minutos después me encontré pisando la arena de la playa y escuchando la música.
Poco después me encontré con José y nos unimos a la fiesta.






















































































































































































































































































































































































Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro