Cuando Anna y yo llegamos al punto de encuentro todos se encontraban allí. Lucas iba igual que antes, con una camiseta blanca que resaltaba con su piel y unas bermudas negras ligeramente apretadas, a su lado estaba Margo, que se había puesto un sombrero de paja y unas gafas de sol a juego con un vestido blanco ligero, abrazada a Jagger, un chico de gran altura con el pelo castaño que vestía únicamente una bermuda holgada.

-Ya era hora.- Margo Danvers se quito las gafas para mostrar mejor su ceño fruncido.

Hice un gesto con la cabeza a modo de saludo amistoso mientras que Anna se giraba para poner una mueca de desagrado. Me reí, no pude evitarlo a pesar de la mirada de reproche de Lucas. Jagger me miraba con curiosidad mientras pasaba una pelota pequeña de mano a mano.

-¿Eres nueva?- pregunto este frunciendo el ceño.

-Aja, y comparto la mayoría de clases contigo.- dije con una mueca divertida. A su lado Margo se rio de el, a lo que el se rascaba la nuca con una sonrisa ladeada.

-Bueno, ¿Vamos?- pregunto Anna rompiendo el incomodo silencio que se había formado.

Todos asentimos, y comenzamos a encaminarnos a través del bosque.

-¿Y donde se supone que esta exactamente?- Llevábamos cinco minutos andando por un camino escabroso y poco adecuado para hacer con chancletas. Al menos las historias sobre las travesuras de Jagger y Lucas el año pasado eran entretenidas. 

- No se si sabes, pero el colegio cuenta con un hipódromo y justo a unos metros de este esta el lago. Lo descubrimos por que yo hago equitación.- dijo Margo con una sonrisa de satisfacción en el rostro.

- Pero suele estar abandonado.- añadió Lucas como leyéndome la mente- Por suerte casi nadie lo conoce.

Recordé el plano del Internado. Justo una semana antes de llegar me había informado bien del sitio, las normas, los planos, los profesores... e incluso los alumnos. La mayoría eran hijos de padres adinerados que buscaban librarse de ellos, otros buscaban de verdad una buena educación para ellos. También había algún que otro becado, pero menos de lo que cabria esperar en una institución que proclamaba su inclusión a los cuatro vientos.

Tras unas cervezas para hidratarnos, unas cuantas risas y algunas caídas, la mayoría por parte de Anna, comenzamos a descender por un pequeño camino de piedras. Jagger, que de un momento a otro se había quitado el pantalón quedándose en calzoncillos, comenzó a correr cuesta abajo gritando y riéndose a la vez. Segundos después Lucas le estaba siguiendo, aun con la cerveza en la mano que amenazaba con vaciar su contenido.

-¡Lucas, la mochila!- grito Anna justo antes de que este desapareciera hacia la derecha.

-Serán idiotas.- exclamo Margo negando con la cabeza, se había quitado las gafas y les miraba con el ceño fruncido.- A veces parece que tienen tres malditos años.

Me dieron ganas de contestarle pero me mordí el labio y trate de ser los más amable posible, al fin y al cabo acabábamos de conocernos. Dejamos atrás el camino y ante nosotras se abrió paso un pequeño lago, de aguas casi cristalinas, rodeado de arboles de pequeña altura que hacían el lugar más recogido y acogedor. 

-Es precioso.- comente mientras comenzaba a recoger mi pelo en un moño deshilachado y me deshacía de la camiseta ancha dejando a la vista mi ropa interior negra. No había traído bañador, pero al fin y al cabo era lo mismo. 

A mi lado Anna hizo lo mismo, quedándose también en ropa interior, que era de un rosa muy llamativo. Margo había echado un gran mantel azul al suelo y se había sentado mientras rebuscaba en el bolso.

-¿No vienes?- le pregunte mientras veía a Anna correr y gritarles algo a los chicos. 

Ella se había echado su pelo rubio hacia un lado del rostro y me miraba con el ceño fruncido.

- Allí no me meto ni loca.

No me lo pensé mucho y me tire de cabeza. El agua estaba bastante fría, pero al cabo de unos segundo me acostumbre. A unos metros Jagger y Lucas se encontraban ahogándose mutuamente, un juego que siempre me había parecido demasiado estúpido. 

Y así pasamos media tarde, entre más risas y más cervezas, y alguna que otra prueba. Al final el cielo había comenzado a oscurecerse y todos nos encontrábamos amodorrados en silencio medio tirados en la hierba, menos Margo que aun se mantenía en la misma posición que antes. Debía de admitir que me habían caído bien, a pesar de que Jagger era un chico de pocas luces y Margo una pija. 

Eran las diez de la noche, Margo y Jagger se habían ido por que al otro día tenían clase de natación sincronizada y madrugaban. Lucas parecía dormido ya que de vez en cuando soltaba unos pequeños gruñidos y se removía en el suelo. Por otra parte Anna se había apoyado en un árbol y leía concentrada, aunque de vez en cuando miraba a su compañero con una sonrisa de lado. Yo por mi parte me encontraba oyendo música, porque si me había traído el móvil era por una razón demasiado importante, la música. En aquel momento sonaba Kill of the Night, una de mis canciones favoritas y no podía evitar que mi boca, como mis piernas, siguieran su melodía.  

- Anna.- susurre mientras me levantaba y estiraba mi espalda soltando un bostezo- Voy a dar una vuelta, si tardo mucho volver al Internado. 

Ella murmuro algo que no entendí mientras seguía perdida entre las paginas de aquel libro morado, así que me lo tome como una afirmación. 

Divise otra entrada a el lago por el lado contrario así que me encamine a ella. Tal vez llevaba al hipódromo y podría observar a los caballos. La noche era cálida, hacia un calor algo abrumador. Recogí mi pelo en una trenza y me coloque la camiseta grande que llevaba antes. Tampoco era plan de ir medio desnuda por el bosque. La música rebotaba con fuerza en mis oídos, más alto de lo que debería, pero aquella sensación era brutal. Comencé a cantar, total, allí no se encontraba nadie. 

I'm gonna catch ya
I'm gonna get ya, get ya
Oh, ah, oh
I wanna taste the way that you bleed, oh

Moví la cabeza con el estribillo mientras una sonrisa se me escapaba de los labios, pero entonces, a lo lejos, percibí una figura moverse. Me asuste. ¿Quién cojones estaba a las once de la noche en el bosque? Achine los ojos mientras me acercaba para ver mejor, y entonces la vi.

Virginia Green se encontraba subida a un gran caballo blanco.

¿Estoy teniendo alucinaciones?

Entonces recordé las palabras de Margo: "este colegio consta de un hipódromo..." y mi cabeza ato los cabos. Allí estaba ella, con toda la elegancia que tenia, vestida con una malla negra y unas botas altas, su pelo iba suelto y ondeaba en el aire cada vez que el caballo aceleraba y llevaba un polo blanco. Me metí las manos en los bolsillos algo anonadada y perdida en las vistas, y entonces el móvil cayo al suelo soltándose de los auriculares con rapidez. 

Oh, joder.

This is a bad town for such a pretty face
This is a bad town for such a pretty face
This is...

La música resonó por todo el bosque y mi cara se tiño rojo.

- ¿Quién anda por ahí?- los trotes del caballo habían cesado y ahora Virginia miraba hacia los lados buscando el responsable de aquello.

Sin embargo no corrí ni intente esconderme.