
Capitulo [2]
(...)
Las pasantías en la Academia U.A. son eventos que se llevan a cabo dos veces por año escolar, dependiendo de los horarios asignados y consisten
en que alumnos de algunas Academias lleguen a ayudar a los héroes en sus actividades diarias. Al igual que en otras carreras, estas pasantías brindan al alumnado la oportunidad de ser aceptados en agencias de renombre o en el sector público como héroes al servicio de las autoridades gubernamentales. Usualmente, son los encargados de las agencias quienes eligen a los alumnos; sin embargo, en raras ocasiones son los mismos alumnos quienes eligen la agencia. Esta elección solo es posible para aquellos que destacan notablemente del promedio. Uno de esos alumnos destacados es Izuku Midoriya, quien recientemente ha ganado notoriedad en su lucha contra la Liga de Villanos durante su primer año escolar. Su victoria en diversos torneos y eventos en la Academia ha atraído aún más la atención de diversas agencias de todo el país.
Si bien muchos esperaban que eligiera una agencia famosa, como la del héroe Endeavor, para sorpresa de la mayoría, Izuku escogió una de las peores agencias reseñadas tanto por la crítica especializada como en las redes sociales: la "Musufatu Fancy Agency". Dicha agencia fue fundada recientemente por la heroína Mt. Lady, quien ha ganado algo de notoriedad en el mundo del espectáculo. Con los patrocinios obtenidos, fundó su propia agencia, la cual sigue siendo considerada como novata por muchos héroes más veteranos.
Con el paso del tiempo, la fama de la heroína no fue suficiente para que su agencia prosperara inicialmente. La "Musutafu Fancy Agency" fue multada por la Comisión de Seguridad Pública de Héroes por diversas infracciones, recibió quejas del público por el uso excesivo de la fuerza contra los villanos, emplear a héroes novatos sin mucho entrenamiento para lidiar con los daños a la propiedad, cometer faltas en procedimientos que permitieron que muchos villanos se libraron del sistema judicial, entre otros problemas. Por lo cual, muchos en las redes sociales no pudieron evitarse preguntarse la razón por la que el eligió está agencia en particular.
La respuesta a esa pregunta fue propiamente contestada cuando el propio Izuku cuando llegó a trabajar como pasante por un breve período, especialmente en un día desastroso para la ya decadente agencia.
—¡Cuidado!
Ese día, la ya mencionada heroina Mt. Lady mostró una faceta que jamás pensó revelar ante nadie: la de una mujer entrando en una crisis que pocas en su edad experimentarían. Mientras muchas jóvenes de veintitantos como ella estarían haciendo cosas más interesantes, ella se veía obligada a manejar una empresa al borde de la quiebra.
—¡Mierda! ¡El maldito papeleo!
En el pasado, ella simplemente se mostraba apática ante las responsabilidades administrativas. Salía a beber con sus amigos, disfrutando de la libertad que la fama le había concedido y usando su atractivo para obtener bebidas gratis, mientras exhibía una sonrisa que reflejaba su total ausencia de estrés ante la vida. Ahora, sus pupilentes se habían perdido debido al descuido provocado por las interminables horas que tuvo que pasar en su agencia lidiando con el papeleo que tenía enfrente. Sus lentes estaban sucios y no mejoraban su apariencia ante sus empleados. Su cabello era un desastre, y su traje de heroína estaba maltratado debido a la falta de mantenimiento que no pudo pagar a causa de su propia crisis económica.
En ese momento, sus manos temblaban cada vez más debido al exceso de café y al evidente estrés por no encontrar la demanda que debía presentar a la Comisión para evitar otra multa, mientras recogía todas las hojas que se le habían caído por su propio descuido.
Además, tenía que asumir el papel de su propia secretaria, ya que había despedido a la anterior tras descubrir que le había robado una gran suma de dinero.
Aunque esa situación podría haberle causado una crisis nerviosa y hacerle considerar ese día como el peor de todos, al final no lo hizo. Porque, al final, sabía que contaba con su pasante para enfrentar ese tipo de crisis.
—¿Yu-sama?
La puerta de su oficina principal se abrió, y allí estaba él. El aspirante a héroe había aceptado su solicitud entre todas las mejores agencias del país.
—Ya entregué esa demanda a la Comisión, Yu-sama. Por ahora, solo tiene que recoger esos papeles —dijo, mientras se arrodillaba para ayudarle.
Para Izuku, ver esa faceta de su jefa era algo que jamás esperó ver en una de las novatas más famosas del espectáculo, ahora despedazada por el estrés de manejar una agencia en una etapa tan temprana de su carrera. Pero aun así, eso no cambió su percepción acerca de la heroína, sobre todo porque ya la había conocido antes de siquiera llamarse a sí mismo un aspirante a héroe.
Incluso a él le resultaba un tanto gratificante saber que ella era una humana como todos, y que manejaba sus presiones como podía. Por su parte, ella no podía dejar de agradecer a su pasante por su ayuda que le brindo durante la semana que estuvo como el nuevo pasante.
—Gracias, Midoriya-san -le dijo mientras se recuperaba un poco de su crisis anterior y permanecía sentada cerca del desorden que había dejado— Hoy era la fecha límite, y espero que con lo que enviamos logremos evitar la multa.
—No hay de qué, Yu-sama -respondió Izuku mientras continuaba recogiendo el montón de hojas esparcidas por el suelo de la oficina—. Creo que eso sería todo por hoy, debería usted descansar. Sus empleados, lo crea o no, se preocupan por usted...
No tardó más que unos segundos en terminar de juntar las hojas y colocarlas en el escritorio cercano. Mientras tanto, ella se arrastró hacia la pared más próxima para apoyarse y tomar un respiro de todo este panorama. Luego, respondió al comentario de su pasante.
—No lo creo. Estamos a punto de quebrar y mis regalías no serán suficientes para salvar esta agencia, Midoriya-san —replicó ella con una voz que denotaba preocupación, mientras se mantenía cabizbaja— Descansar no servirá, en especial si más de 100 de mis empleados y sus familias dependen de mí para que les dé su próximo chequé.
Izuku, como no podía ser de otra manera, decidió acompañarla sentándose a su lado, pensando que podría tener una pequeña charla con ella antes de irse a descansar en la U.A.
—Supongo que ahora es mi turno de ayudarte.
Este último comentario captó su atención, haciéndola voltear para mirarlo directamente.
—¿A qué te refieres?
—¿No te acuerdas? Yo era un chico de secundaria que te vio en tu debut antes de que salieras en las noticias.
Poco a poco, sus recuerdos comenzaban a regresar.
—¿Qué?
—Antes de ser un aspirante a héroe, yo era un fanático alocado de los héroes. Aparte de All Might, solía admirar a los héroes y analizar sus Quirks. Un día, mientras caminaba por la calle, te vi enfrentándote a otro villano gigante, atrayendo las miradas de todos los caballeros presentes. Cuando terminaste y te acercaste a saludar a las cámaras, algo en mí quiso de repente tener un autógrafo de un héroe alguna vez, y no solo dibujarlos y analizarlos. Obviamente no pude a la primera por tantos hombres que querían tomarte una foto, pero no me rendí, sobre todo porque nada bueno me esperaba al regresar a la escuela y no me importaba entrar tarde a clases. El caso es que, después de que los fotógrafos se fueran y tú te dirigieras sola a algún lugar, te alcancé y te pedí tu autógrafo.
—¡¿Eras tú?! —se mostró sorprendida— Tu eras el chico que me pidió mi primer autógrafo...
Izuku se mostró complacido al ver la expresión de sorpresa de su jefa.
—Sí, era diferente en aquel entonces, pero eso no importa ahora. Pudiste simplemente darme el autógrafo y olvidarte de mí, pero decidiste conversar rápidamente conmigo ya que estabas en tu descanso en la Agencia donde trabajabas. Fue entonces que, sin pensarlo, te pregunté si un don nadie como yo podría ser un héroe, y créeme, pensé que me dirías lo mismo que todos los demás, que jamás podría y cosas por el estilo.
Una sonrisa sincera apareció en el rostro de la heroína, mientras se sonrojaba de vergüenza.
—¿Sabes qué me dijiste? Que era un idiota por llamarme a mí mismo "don nadie". Luego, en tus propias palabras, me explicaste algo que se me quedó grabado desde entonces:
"Nadie nace siendo grande. En todo caso, todos hemos sido 'don nadies' porque el mundo aún no ha visto lo que podemos lograr desde que nacemos. Incluso, los grandes príncipes, nobles o herederos de grandes fortunas también nacen como 'don nadies' porque no se les ha visto lograr grandes cosas o ser eficientes con las ventajas con las que nacieron. Queda solo en ti decidir si serás el héroe que quieres ser y dejar de ser lo que el mundo piensa de tí. Tengo una ligera esperanza contigo, ya que se nota que tienes agallas al acercarte a mí sin otras intenciones y preguntarle esto a una heroína novata. Créeme, los hombres con agallas tienen más posibilidades de lograr grandes cosas que aquellos que se conforman."
Al terminar de escuchar sus propias palabras, Mt. Lady se llenó de vergüenza al probablemente recordar haber utilizado esas palabras con su pasante en el pasado, en una etapa en la que era aún más presumida de lo que es ahora.
—¿Realmente dije eso? —dijo sonrojada—. ¿Sabes que una gran parte de esas palabras las copié de una revista de chismes de un actor? Que, por desgracia, es mi exnovio.
—Lo sé, y lo mejor es que nunca olvidé esas palabras porque tuve la fortuna de ver esa película que hizo. Aun así, lo sentí muy sincero de tu parte -sonrió Izuku, mientras ella decidía mirar hacia otro lado.
Inesperadamente, al procesar todo lo que él le había dicho, decidió hacerle una pregunta.
—¿Por qué te uniste a mi agencia?
—¡Precisamente fue por esas palabras que me dijiste en su momento! Gracias a ti dejé de considerarme un don nadie y mis agallas aumentaron más de lo que podría haber imaginado. Al final, esa valentía que me ayudaste a mantener me ayudó a obtener la oportunidad de ser ese aspirante a héroe que salió en las noticias de mi evento en mi Academia. Sentí que sería una grosería no devolverte el favor o no ayudar a quien creyó en mí en primer lugar, incluso antes que mi maestro. Debo admitir que a veces te considero un ejemplo a seguir por todo lo que has logrado, aun siendo novata para los veteranos...
Mt. Lady no pudo evitar dirigirle la mirada de nuevo, pero esta vez una mirada de decepción consigo misma. Dicho sentimiento fue percibido por Izuku con cierta preocupación.
Odiaba ver a su jefa de esa forma.
—Si vas a buscar un ejemplo a seguir, no soy yo. No me conoces, no conoces mi pasado, y mucho menos puedo ser un ejemplo a seguir. Te dije eso porque quería un fan acérrimo que difundiera mi humildad en las redes sociales... no soy buena persona, Izuku-san, mucho menos abnegada. ¡Por dios! Mis exnovios de la farándula no paran de decir que soy una simple zorra patética... —se expresó con mucho enfado consigo misma, mientras apretaba los puños con fuerza.
Izuku, a simple vista, parecía estar enfadado por su comentario, pero no enfocado en ella directamente, sino en la gente que la considera una "zorra".
—Dime, ¿eso es verdad?... Te diré la verdad: una zorra no se preocuparía porque 100 empleados y sus familias se queden sin sustento, una zorra no defendería a sus héroes bajo su mando ante la opinión pública, aun si esto mancha su propia imagen; una zorra no tomaría grandes riesgos y demostraría agallas al fundar su propia agencia para dejar un legado, aun cuando otras heroínas de su edad se meten en escándalos patéticos. Tú misma me lo dijiste, hay que tener agallas para hacer lo que hacemos y tú lo has demostrado. No dejes que los demás te digan lo contrario...
Al principio, ella no parecía estar muy convencida. Ciertamente tenía un pasado cargado de problemas internos como para que esas palabras solucionaran todo lo que la afectaba. Sin embargo, de alguna manera lograron darle un empuje a su ya precario ánimo, presente desde hace tiempo. Ahora parecía estar más firme ante su situación, y también la llenaba de felicidad saber que, al menos, había ayudado un poco a que un chico tomara el camino correcto para cumplir sus sueños.
Por ahora, ella se limitó a adoptar una actitud más positiva, enfocada en solucionar problemas en lugar de dejar que la consumieran.
Mientras tanto, Izuku se sentía feliz por este cambio. Finalmente, pudo verla sonreír por primera vez desde que comenzó a trabajar con ella.
—Tienes razón. Tuve muchas agallas para fundar esta agencia, y las tendré para mantenerla a flote. Solo puedo decir...
De repente, como si de una comedia romántica se tratara, ella se acercó rápidamente a él y le dio un beso sincero en los labios. Esta acción sorprendió al peliverde, quien en el breve instante que duró su primer beso, no pudo evitar cerrar los ojos. Al separarse, él no logró formular ninguna palabra y su rostro se habia enrojecido como si de un tomate se tratase.
Al final, ella simplemente le contestó lo que probablemente quería saber.
—¿Porque? Simplemente quise hacerlo. Velo como tú recompensa por creer en mi también cuando nadie lo está haciendo. En pocos días te irás a la U.A y terminarás con tus pasantías, mientras que yo tendré que lidiar sola con este desastre. Quiero que te vayas sabiendo que haré cada sugerencia que me hiciste para mejorar este lugar, y no olvidaré este gesto que hiciste por mí. Además, espero que algún día me invites algun café, si el destino nos lo permite....—guiñó coquetamente ella ante el inexperto joven, quien no podía creer que haya pasado este otro giro de eventos.
-Yo... gracias.....
—Si no, pagaré la boda que tendrás con la afortunada una vez que haga una fortuna con esta agencia—bromeó ella ante el joven atolondrado, dándole un golpe amigable a su brazo— En todo caso, esperaré por una de esas dos opciones jajaja.
—¡No mencioné eso Yu-sama!—reclamó Izuku sonrojado— Yo solo....
Al final, la actitud renovada de Mt lady se renovó completamente y fue ella quien tomó la iniciativa de levantarse del sucio suelo de su desastrosa oficina para continuar con lo que estaban haciendo.
—¡Vamos, mi pasante! Tenemos trabajo que hacer.
Izuku dividió por ahora no pensar en lo que acaba de pasar y simplemente se dejó llevar por este ambiente laboral que tanto disfruto a diferencia de su primera pasantía con Gran Torino donde tuvo que tomarse las cosas más en serio por la situación en que estaban.
Mientras ella decidió disfrutar de la compañía de su lindo y joven pasante durante el tiempo que le quedaba.
(...)
—¡Mierda! ¡No puede ser... tú!
Al final, su oscuro pasado, la vida de mierda que le había tocado vivir desde pequeña, la había alcanzado en el lugar que menos esperaba. Desde que comenzaron los ataques del Carnicero de Tokio, ella tenía una intuición acerca de la verdadera naturaleza del asesino, y a medida que los acontecimientos se desarrollaban, más intentaba negar los hechos, hasta que la realidad se volvió insostenible y superó su negación. Un Devorador de Almas había llegado a la Tierra y, de alguna manera, había logrado cruzar desde el otro lado.
Ahora, esa parte de su pasado que había querido ocultar desde su adolescencia finalmente iba a salir a la luz. Tendría que revelar la verdadera naturaleza de sus poderes y tratar de detener al Devorador antes de que continuara con las masacres en la ciudad.
Cuando al fin se presentó la oportunidad, no tuvo más opción que salir al campo de batalla con sus habilidades originales. Sabía muy bien que su Quirk de nacimiento no le serviría de nada contra un asesino capaz de liquidar aldeas enteras de gigantes.
La única desventaja era la insistencia de sus amigos y de la alumna asignada a su escuadrón en ese momento. Desafortunadamente, no tuvo tiempo de advertirles que se fueran lo suficientemente rápido, y dos de sus queridos amigos terminaron muertos junto con los miembros del departamento de policía que los acompañaban.
—¡Huyan!......¡Nooooo!—exclamó mientras que su alma sufra la desgracia que le tocó vivir.
Solo pudieron vivir lo suficiente para ver cómo el Devorador blandio su espada para cortarles la cabeza o quemarlos con su hechizo de fuego que quemó sus cadáveres hasta el punto de lo irreconocible. La culpa de haberlos llevado a la muerte le carcomía.
—¡Maldito!—exclamó ella.
Un mar de cadáveres se extendía frente a ella, y una gran impotencia que envenenaba su espíritu la estaba afectando de una manera que no lograba controlar.
La única que logró proteger fue a su alumna asignada a ella, quien apenas la pudo proteger a diferencia de los demás con su magia protegiéndolas a ambas de los hechizos que el Devorador les lanzaba.
—¡Niña!.....¡Maldita sea! ¡Cubrete!
Desafortunadamente con un alto costo para su propio cuerpo al tratar de mantener su escudo mágico al maximo de eficiencia.
Poco después, el Devorador logró asestar un golpe certero con un poderoso hechizo que Mt Lady no pudo bloquear por completo. Lo que provocó que alumna terminó estrellándose contra un auto, mientras ella, apenas capaz de sostenerse, fue lanzada varios metros hacia atrás y chocó contra el concreto del estacionamiento.
—No eres de aquí, ¿verdad? Esa magia me resulta muy familiar —dijo él, analizando con interés a la mujer frente a él.
—¡Qué te importa! -exclamó ella—. No debiste venir a la Tierra....
De repente el Devorador observó con asombro cómo una parte del cuerpo de su oponente comenzaba a transformarse, adoptando una forma que nadie no había visto en mucho tiempo en su propio mundo. Posteriormente la emoción se reflejó en sus palabras al descubrir que este lugar guardaba similitudes con las que tanto extrañaba.
—¡No puedo creerlo! ¡Eres una demonio! De la misma estirpe de la Primera Era... Así que su eminencia no es la única que posee magia en este lugar...
Ella, sin embargo, no dejaba de mirarle con una rabia profunda, reflejo de su deseo de venganza contra quien había asesinado a sus amigos héroes. Su apariencia cambió rápidamente, recubriéndose con una armadura ligera de color claro. La mayor parte de su piel se volvió pálida y albina, excepto por sus brazos desde los hombros y sus piernas hasta la parte superior de los muslos, que se oscurecieron hasta volverse negros. Sus uñas crecieron hasta parecer garras, y le salió una cola demoníaca, aproximadamente del largo de su brazo. Sus ojos también cambiaron, ganando un anillo de luz adicional dentro de sus iris, mientras sus pupilas se estrechaban hasta convertirse en elipsoides afilados.
—¡Eres un hijo de puta! -gritó—. Sé que no puedo derrotarte, aunque ahora sea una demonio... Pero no me iré al infierno sin antes intentar arrastrarte conmigo...
La peor parte, es que ella misma sabía que no tenía certeza de ganar, y ahora temía dejar a la única familia que tenía con vida, su hermana menor, quien ahora se refugiaba en la U.A.
Solo le quedó intentarlo.
El crujido de los pequeños escombros bajo los pies del Devorador resonaba en el campo de batalla dentro de aquel estacionamiento, un eco que se extendía como una sentencia de muerte en el aire cargado de magia.
—¿Como llegaste aquí?—preguntó Mt lady seriamente.
La demonio avanzó un paso, su figura imponente irradiando una energía oscura que parecía succionar la luz a su alrededor. Con cada respiración, el recuerdo de sus amigos caídos la abrumaba, su venganza la obligaba a luchar, a resistir a pesar de la abrumadora fuerza de su oponente.
—Simplemente tiré la maldita puerta entre nuestros mundos.....-contestó despreocupadamente—.....Sabes muy bien lo que le pasó a tu raza en la Primera Era.....¿No quieres morir con dignidad?
—No necesito ganar -replicó con voz firme, sus palabras cargadas de resolución—. Solo necesito que sepas que te daré batalla....
El Devorador rio, una carcajada que resonó como el chillido de metal sobre piedra. Extendió sus manos, invocando un torbellino de sombras que danzaban a su alrededor, susurrando promesas de tormento y sufrimiento eterno.
—Valiente, pero tonta —suspiró, sus ojos carmesí brillando con una malicia que helaba el alma—. Desearía que tu patética resistencia pudiera ofrecerme algún entretenimiento, pero temo que todo esto sea en vano para ti. Por desgracia tu no eres la destinada a matarme.
Antes de que pudiera responder, la demonio se abalanzó sobre él, las garras resplandecientes de energía mágica. Cada ataque que lanzaba era repelido por una barrera invisible, pero ella no cedía. Cada golpe era un recordatorio de lo que había perdido, y de lo que juraba recuperar.
Con un rugido, el Devorador desató su poder. Columnas de fuego negro surgieron del suelo, serpenteando en el aire antes de lanzarse hacia ella con furia implacable. La demonio esquivó gran parte de los ataques con una agilidad sobrenatural, pero no pudo evitar todos. Un impacto directo la lanzó varios metros hacia atrás, aterrizando con fuerza sobre el suelo. Luchó por levantarse, jadeando, sus heridas sanándose lentamente gracias a su reprimida naturaleza demoníaca.
—No subestimes el poder del odio y la desesperación. —La voz del Devorador era un susurro en su oído, cargado de burla—. No importa cuánto luches, no podrás salvar a nadie. Ni tu y tu eminencia podrán reparar la maldita puerta que deje abierta....
La demonio apretó los dientes, sintiendo una rabia abrasadora de impotencia . Recordó a su hermana, a su risa, a su inocencia. A su amor. No podía dejarla sola en un mundo donde monstruos como él existían. Sobretodo, también quería volver a ver a su querido pasante.
Como era de esperarse, el Devorador no le dio la oportunidad de levantarse; simplemente la tomó por el cuello y la observó detenidamente. Al final, una ráfaga de energía recorrió nuevamente su cuerpo, y su transformación demoníaca desapareció por completo.
Finalmente, su fuerza vital estaba siendo absorbida.
—Como se esperaba de un demonio de la Primera Era. Pero eres una total decepción... pudiste darme más lucha, pero estás negando lo que eres. Al parecer, ustedes viven en negación y en secreto en este mundo lleno de poderes extraños y se mezclan en esta realidad convenientemente anómala...¡Patético!
Mientras tanto, ella apenas podía formular palabras mientras sentía que el oxígeno disminuía y estaba al borde de la muerte.
—... ¡Ella te va a patear el trasero! ¡Hijo de perra!...
-Lo intentó, y ciertamente pudo estar aquí para la revancha, pero desafortunadamente le dejé un pequeño "regalo" en Tokio para que se entretuviera. Sé que no tardará en llegar y la estoy esperando para que ella vea cómo maté a una de las últimas demonios originales que quedan con vida. Me pregunto dónde estarán ustedes, cobardes.... ¡Oh, espera! ¿Ese no es el héroe del que tanto he oído hablar?
De repente, la voz de Izuku Midoriya resonó en el lugar...la voz que otra víctima del Devorador.
Al final, ella no podía hacer mucho, puesto que estaba a punto de perder la conciencia.
—¡Izuku! ... ¡Huye! ...
Finalmente, cerró los ojos, con la incertidumbre de que podría perder a su querido pasante.
Continuará.....
Por cierto, el nombre de este fic, quieren que lo acorte??
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