Giré para ver quién había dicho eso y se trataba de Suga que venía acompañado de los chicos.

—¿Entonces vas a venir con nosotros? —Volvió a hablar Suga pasando su brazo por encima de mi hombro.

—Si —Afirmé para luego retirar disimuladamente su brazo.

La cara de molestia de Jimin no me pasó desapercibida... Así que mejor evitar cualquier tipo de problema o situación incómoda delante de Tan y mi tía.

Después de todo, lo que sea que haya pasado o esté pasando entre nosostros, debe permanecer en total y absoluto secreto para ambos.

Aunque... Realmente no puedo creer que eso le molestara! Acaso estaba...celoso!? Definitivamente tengo que usar eso en su contra más adelante, va a ser un lindo trapo sucio que sacar.

—¡Si vienes! Wiiii —Dijo V dando saltitos y aplausos en el lugar. Reí al acordarme de las típicas caricaturas que veía mi hermana.

—Bueno, tomen esto para que se compren todo lo necerario —Habló Tan— Gastenlo con prudencia —Entornó los ojos y miró sin ningún tipo de disimulo a su hijo.

<Aparte de mujeriego, derrochador.>

Diosito, ¿acaso hiciste a todos los niños ricos iguales?

...

Por el camino fuí hablando todo el tiempo con Suga. Era un chico icreible. Me sorprendió mucho su personalidad, era serio pero divertido, tierno pero masculino, tranquilo pero a la vez activo y, sobre todo, me pareció muy maduro <A diferencia de V jajaja>, el era simplemente fascinante, demás está decir que me pareció un chico muy interesante y no tardamos en hacernos buenos amigos.
En todo el camino la cara de Jimin reflejaba molestia, lo que no pasó desapercibido para V y J-Hope los cuales no pararon de molestarlo sobre el tema todo el camino. Después de otra media hora yendo de aquí para allá terminamos de comprar todo lo necesario y, tras despedirnos de los chicos, por fin nos dirigímos a casa. Por el camino nadie dijo nada y eso me recordó a lo que me hizo Jimin en la fiesta.

<Estaba obteniendo mi venganza.>

Aunque para serles honesta lo de Suga no fué intencionado, solo que el hecho de que me haya salido bien confirma que soy una auténtica genia jajaja.

Al llegar a casa subí a mi habitación con mi tía y, después de que gritara como loca por la emoción de verme con el uniforme nuevo, se retiró para que descansara puesto que ya era muy tarde. Antes de acostarme llamé a mi mamá para luego quedar dormida en un placentero y profundo sueño.

—Despierta Amanda. Vas a llegar tarde a tu primer día.

Y así fué como me levantó mi querida tía el primer día, entre sacudidas y zarandeos.

Nunca estuvo entre sus cualidades ser una mujer delicada.

—¿Qué hora es?

—Siete y treinta. ¡Levanta ya esas nalgas planas de la cama! —Grita a la par que me arranca cruelmente la manta en la que estaba envuelta.

Al final me tuve que levantar con toda la pereza del mundo, después de todo no me convenía llegar tarde y ser el centro de atención el primer día. Me alisté lo más rápido que mi vagancia me permitió y bajé a desayunar donde ya se encontraba Jimin quejándose por mi demora.

....

Jimin y yo nos encontrábamos entre la multitud tratando de ver el pizarrón que decía en que salón estaríamos sufriendo junto con otras pobres almas hasta que acabara el curso escolar.

—Me tocó el Salón cuatrocientos doce, ¿y a tí?

—El cuatrocientos trece. —Respondió a secas.

No sabía si enojarme por la actitud cortante de el o porque mi suerte me había traicionado dejándome sola en otro salón. Pero bueno, mirando el lado positivo, al fin había empezado la escuela, el motivo principal por el que vine aquí.

—Al parecer voy a estar sola... —Solté en voz alta acompañado de un largo suspiro.

—No lo estaras, a mi también me toco ahí. —Alega alguien a mis espaldas.

—Y a mi también. —Respondió alguien seguido de la otra voz.

Me doy la vuelta con la esperanza de que mi reconocimiento de voz no me haya fallado y si, tenía razón, eran ellos.

—Chicos me alegro tanto, pensé que iba a estar sola.