
CAPÍTULO 32 : LUNA LLENA
La noche empezaba a nacer, Luminex encaminaba la marcha hacia un montículo en el centro del bosque, que se alzaba por encima de las copas de los árboles. Blen iba justo detrás de Luminex con la espada desenvainada. He decir que Blen no usaba escudo, se valía de su magia y su destreza para defenderse. Detrás de ella iba Genis que llevaba su bastón agarrado fuertemente. En medio de la comitiva y detrás del mago caminaban Mikam y Kikitaro. El arquero iba subido en el lobo con su arco tensado y con una flecha puesta en él. Cubriendo las espaldas al arquero se encontraban Reyson y Khaos, que también tenían sus armas desenvainadas. Khaos había madurado mucho en apenas tres días y ya no tenía miedo a las circunstancias. Reyson llevaba sus ropas negras pero se había colocado una especie de yelmo blanco en la cabeza, al parecer para proteger esta de ataques mágicos. Detrás de los dos espadachines caminaba Selenya con su escudo de león fuertemente aferrado al brazo izquierdo y en la mano derecha su espada. Parecía dar más miedo que de costumbre. Y, por último, cerrando la comitiva se encontraba Bruno con una espada larga de plata atada al cinto. Pronto llegaron al montículo, débilmente iluminado por la luna que todavía no había salido completamente, ya que no era noche cerrada. El montículo tenía unas ramas por las cuales se podía trepar a la cima. Era bastante ancho y de unos diez metros de alto aproximadamente aunque estaba situado en un montículo de hierba. Entonces Luminex ordenó en susurros:
-Mikam y Kikitaro trepar por el montículo y empezad a realizar la técnica de traspaso. Cuando estén arriba los demás dispersaos y evitad que nadie consiga subir al montículo ni tan siquiera acercarse. Contamos con más miembros de la orden, si alguien tiene problemas que grite el nombre Claride. Es algo que los seres corrompidos por la sombra no logran entender. Pero basta de cháchara subid.
Kikitaro se bajó del lomo de Mikam y empezó a trepar el montículo. La subida era bastante sencilla y en unos pocos minutos consiguió estar arriba. Mikam dio unos cuantos saltos y llegó arriba sin problemas. En cuanto el lobo blanco estuvo arriba Luminex y su comitiva se dispersaron por el bosque. Mikam miró a Kikitaro y dijo:
-Cuanto antes empecemos, antes acabaremos. Te diré que has de hacer, primero recitaré el conjuro de transmisión, después tu contestarás a las preguntas, que entran dentro de este conjuro, por último recibirás la técnica. La trasmisión puede llevar bastante tiempo.
-Estoy preparado comienza.-afirmó Kikitaro.
-Está bien-el lobo levantó la cabeza hacia el cielo y empezó a recitar el conjuro- Yo, el actual portador de la técnica del Tlydoscopio, deseo transmitirla a su justo heredero para que la memoria de Kikitaro permanezca en paz. ¡Qué la técnica se transmita al digno heredero que está delante mío: el sobrino de Kikitaro del mismo nombre!-Mikam bajó un poco el tono y volvió a recitar- Que esta luna llena nos ayude a ello que su luz tenue sea signo de buena fortuna para el nuevo portador de la técnica. Ahora el nuevo portador afrontará su destino. Habla nuevo portador ¿deseas obtener esta técnica?
-Sí, lo deseo.
-¿Utilizarás esta técnica justamente para proteger a los más débiles?
-Así lo haré.
-Presta un juramento de cómo utilizarás esta técnica.
-La utilizaré para que en este mundo pueda reinar la luz, y para que nadie se vea oprimido por la oscuridad y la tiranía.
La luna cada vez estaba más llena por detrás de ellos entonces Mikam gritó:
-Tu juramento ha sido escuchado, ahora permíteme que te traspase la técnica del Tlydoscopio.
Kikitaro se arrodilló enfrente del lobo blanco, sabía lo que tenía que hacer.
Entonces Mikam alzó la cabeza hacia al cielo, el gran lobo blanco aulló. Su pelaje se movía por la brisa suave de la noche. Todos sus músculos estaban en tensión. Sus ojos es tiñeron de un color blanquecino casi gris. Kikitaro miraba sorprendido a Mikam, cuando de repente este hecho sangre por la boca del esfuerzo. El niño estaba preocupado pero entonces miró hacia al cielo. Una luz verde envolvió al lobo y al niño. El niño abrió mucho los ojos, la energía que manaba de los ojos blanquecinos del lobo, estaba yendo a los suyos. Era una sensación muy dolorosa e incluso Kikitaro expulsó sangre por la boca como el lobo, pero siguió con los ojos abiertos aguantando ese dolor casi insoportable. De repente la luz se volvió más y más brillante, era un resplandor verdoso muy intenso. Kikitaro ya no veía nada ni sentía el dolor, la luz emitió un último resplandor más brillante y más verdoso si cabe y se apagó. El lobo y el niño quedaron tendidos en la cima del montículo, inconscientes, mientras se oían el entrechocar de armas y gente muriendo en todo el bosque. De repente una sombra apareció en la base del montículo con intención de matar a los dos inconscientes. La sombra sacó dos cuchillos pequeños del bolsillo con la intención de lanzárselos al lobo y al niño. El misterioso atacante lanzó los cuchillos, pero un hacha de plata paró los cuchillos:
-Has estado cerca-contestó el portador del hacha.
-No te interpongas al creador de sombras, ¡a mí el gran Isranu! -contestó la sombra que llevaba ropajes oscuros y casi no se le veía la cara.
La figura que llevaba el hacha de plata vestía con una armadura blanca y un casco con unos pequeños cuernos amarillos. El hacha tenía dos hojas, era un hacha ligera que permitía lanzarla a los enemigos. Isranu le atacó con uno de sus cuchillos pero el guerrero lo paró. Dándole una patada el guerrero se separó de él y gritó:
-Lumidoking.
El ataque fue esquivado por Isranu que junto sus manos y dijo:
-Réplica de sombras.
Una réplica, igual que él, salió del suelo. El guerrero, que era Adoking, no se asustó y tiró el hacha como si fuera un boomerang. El hacha dio de lleno a la réplica y a Isranu que gritó, el arma se le clavó en el hombro, con un gran dolor se la quitó y la tiró a un lado pero Adoking con un movimiento del dedo la llamó y la volvió a empuñar:
-¿Crees que hacemos la transición en luna llena solo por que la técnica es más fuerte?-Preguntó Adoking con una mueca.-También lo hacemos en luna llena porque así es más fácil proteger a los dos portadores. Hay, más luz pare ver y, además, las armas de plata son más potentes en luna llena. Ahí reside su poder.
-Ya veo, nos habéis engañado pero, eso no es suficiente.-Isranu despareció de la vista de Adoking y se le puso detrás suyo.-ahora creo que et enviaré con esos a los que la orden ha matado ya.
Adoking con un movimiento rápido se giró y esquivó un cuchillo de su enemigo. Isranu reía ya que tenía a Adoking contra las cuerdas, estaba apoyado en la pared del montículo y no tenía a donde huir. Pero se equivocaba, ya que Adoking saltó por los aires y se puso detrás de él. Isranu gritó:
-¡Odio a los miembros de la orden!
-Lo que tú digas- contestó Adoking colocándose para luchar.
De repente Isranu emitió un grito de dolor y cayó fulminado al suelo. Adoking pudo ver como una flecha le había atravesado el cuello, miró arriba y encontró a Kikitaro con su arco con una sonrisa, a su lado Mikam:
-¿Es que no se puede descansar en paz o que?-bromeó el niño.
-Me alegro de veros, ahora que ya estáis conscientes deberíais ir a la plataforma de despegue. Saludó Adoking quitándose el casco.
-Yo también me alegro de verte, el traspaso ha tenido éxito. Ahora iremos a la plataforma.
Kikitaro se subió en Mikam, que dio un tremendo salto y se internaron en el bosque. La tranquilidad del bosque se veía tan solo perturbada por el entrechocar de armas y maldiciones de los enemigos. Kikitaro le susurró en el oído a Mikam:
-Busca a Luminex, él nos guiará hasta la plataforma de despegue.
-Tranquilo, estoy siguiendo su olor.-contestó Mikam.
Unos cinco minutos después de correr por el bosque se encontraron con Luminex, que corrió velozmente a su lado:
-No te desvíes del rumbo que llevas, vamos directos a la plataforma, buen trabajo.-felicitó Luminex desenvainando su arma.
- Gracias ¿y los demás?-preguntó Kikitaro un poco nervioso pero no asustado.
-Descuida, les he enviado una señal a todos para que se dirijan hacia allí. Tus padres están haciendo un excelente trabajo, están reteniendo cualquier ataque hacia nosotros.
Al poco rato Kikitaro pudo ver como Blen corría a su lado:
-Enhorabuena, creía que ibas a morir en la técnica.-dijo la chica en su tono de voz.
-Gracias pero ya ves que todo ha salido bien.
Les faltaba mucho para llegar a la plataforma dedespegue. Nadie sabía si llegarían salvos y salvos allí. ¿Y qué sería deKakarot y Arcadis?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro