La noche anterior que llegaron a la casa de Jungkook, el alfa se habia dedicado a prepararle una cena especial a Taehyung por su cumpleaños, ademas de que, juntos hornearon un pastel de chocolate con cerezas que segun el omega, era el mejor que habia probado. Después de cenar, el alfa lo llevó al living, donde puso la pista favorita de su omega y bailaron a la luz de las velas y del pino navideño alrededor. Tae habia soltado algunas lagrimas de felicidad y agradecido al alfa por hacerle sentir tan especial y amado, Jungkook solo lo habia abrazado y llenado el rostro de besos, repitiendole lo mucho que lo ama.

Una noche muy hermosa y especial si le preguntan a Taehyung.

Ahora, eran aproximadamente las once de la mañana cuando Taehyung desperto gracias a unas caricias en su cabello y rostro. Al abrir lentamente los ojos, lo primero que vió fue la reluciente sonrisa de su alfa y sus brillantes esmeraldas observandole con devoción.

–Buen día, cariño–Jungkook acarició su mejilla y dejo un beso en su frente.–¿Cómo dormiste?

–Hola, alfa. Dormí de maravilla, ¿y tu?–soltó un adorable bostezo que hizo reir a Jungkook.

–Igual, amor. Pero ya es hora de levantarte, prepare el desayuno.

–Hmm, aun tengo sueño, alfa–ronroneo y le dio la espalda al alfa, acurrucandose entre las cobijas.

–Vamos, omega, incluso Yeontan desayunó ya y te espera abajo.–Jungkook se acomodo dentras de él y lo pego contra su pecho, abrazandolo por la cintura y escondiendo su rostro en el cuello de su omega, aspirando todo su dulce aroma a jazmines.

–Bajo en un minuto–respondió adormilado.

–Bien, te espero abajo, mi amor–dejo un beso en la mejilla rosada del omega y se levanto de la cama para salir de la habitación.

Taehyung gruñó por la falta de su alfa y con un quejido se levantó, olisqueo la sudadera de su alfa que tenia puesta y sonrió como bobo, no podia creer que por fin estuviera con él.

Fue al baño, realizo sus necesidades, lavó sus dientes y rostro e intentó peinar un poco su lacio cabello. Cuando estuvo feliz con su resultado, bajo las escaleras para presenciar la escena más linda y tierna que habian visto sus ojos.

Jungkook estaba jugando con Yeontan en el living, el perrito brincaba y daba vueltas con el alfa que le hablaba con una voz graciosa mientras acariciaba el pelaje del canino y este ladraba feliz. Jungkook tenía un gorro de santa en sus rizos y Yeontan trataba de quitarselo cada vez que el alfa se agachaba.

Ver eso derritió de amor el corazón del omega.

El alfa se percató de la presencia del omega y se acercó a él para abrazarlo, siendo seguido por Yeontan.

–Hola otra vez, amor. Feliz navidad.

–Hola alfa, feliz navidad para ti también–Tae se abrazó de su cuello y besó sus labios fogosamente. Jungkook le tomó por los muslos haciendo que el omega envuelva sus regordetas piernas desnudas en su cintura.

–Mira, Yeontan si quiso jugar conmigo. Creí que no le caería bien.–dijo animado el alfa, viendo al perrito sentado y moviendo la colita en el suelo.

Taehyung sonrió con ternura–Luce muy feliz contigo.

Jungkook le miró con una sonrisa para besarle de nuevo, el suave rugido del estomago de Tae les hizo separarse y reir.

–Parece que alguien tiene hambre.

Fueron a la cocina y ahí, Jungkook sentó a Taehyung sobre la barra para comenzar a prepararle unos waffles con crema batida, chocolate y fresas.

Desayunaron entre una platica sobre la escuela de Taehyung y como habian pasado el tiempo que no estuvieron juntos. Jungkook mantenia a Taehyung sobre su regazo mientras le daba trozos de waffles y fresas en la boca, le abrazaba todo el tiempo y besaba su frente cuando el omega se ponia algo triste al recordar estar separados. Jungkook siempre intentaba hacerlo sonreir.

–Vamos a cambiarnos para salir, omega–dijo Jungkook una vez que terminaron su desayuno.

–Pero, alfa, no tengo más ropa.

–Claro que tienes, siempre que venías a quedarte olvidabas alguna prenda que yo guardaba.

Ambos subieron a la habitación y el alfa comenzó a sacar ropa de su closet.

Jungkook ya tenía un cajon repleto unicamente de ropa de Taehyung.

–Mira, hace mucho tiempo que no veía esta falda, pense que Jimin la había robado.–dijo el omega agarrando una falda blanca de tablones y encaje en el borde.

Jungkook soltó una risa–¿Por qué Jimin la robaria?

–El dia que la compre me la quería quitar porque le gustó mucho, no me sorprendería que la haya robado.–dijo riendo al final.

–Pues es muy bonita y nunca te he visto usarla–comentó Jungkook, mientras sacaba otra falda que era igual de tablones con patrones de color blanco y rosa.

Tae sonrió–Solo la use una vez. Me la pondré entonces.

Tomó la falda y corrió al baño

–Oh, amor, no me molesta que te cambies frente a mi. De hecho me gustaría–bromeó, escuchando el quejido avergonzado de Taehyung al otro lado de la puerta.

El alfa siguió sacando la ropa del cajón, su omega había olvidado la mitad de su closet en casa de Jungkook.

Cuando Tae salió del baño luciendo esa faldita blanca y Jungkook lo vió, sintió que le faltaba el aire y se ahogó con su propia saliva. El omega se pusó frente a él y dió una vuelta haciendo que la pequeña falda se elevara un poco y dejara a la vista unas bragas rosadas que no dejaban nada a la imaginación.

–¿Te gusta, alfa?

Jungkook carraspeó y sonrió–Me encanta, cariño.

–Perfecto, podemos irnos.

Un gruñido se formó en el pecho de Jungkook. Si su omega salía así no dudaba que tendría la mirada de todos los sucios alfas en la calle.

No, no, definitivamente no dejaría que vieran a su omega así.

–No saldras con esa falda, omega.

–¿Por qué no, alfa? Sí a ti te gusta.

–Pero para verte solo yo. Si salimos así no dudes que tendras cientos de alfas detras.–gruñó y Tae soltó una risita.

–Oh, no quieres que me vea nadie más–se acercó lentamente al alfa, moviendo sus caderas provocativamente. Jungkook soltó un gruñido admirando sus movimientos.

Taehyung se acomodo a horcajadas sobre su regazo y Jungkook le tomo con fuerza por la cintura.

–Eres mio, solo mio.–gruño posesivo.

–Si, soy tuyo, alfa–jadeó y dejo un casto beso en sus labios–Nadie más que tu me verá en esta falda–movió sus caderas sintiendo el bulto en los pantalones de su alfa. Jungkook gimió bajo al sentir el roce pero Tae se separó de él dandole un ultimo beso.

–Bien, buscaré otra cosa que ponerme.

Jungkook jadeó en busca de aire. Su omega iba a matarlo algun dia. Miró hacia bajo, el problema en sus pantalones era más que evidente.

Maldijó en voz baja para después ver a su omega salir del baño con unos jeans negros y un sueter verde.

–Podemos irnos, alfa–le sonrió con inocencia (fingida). Jeon rodo los ojos con diversión, definitivamente lo mataría algun día de lo lindo que es.

El alfa se levantó y se acercó a besar a su omega. Jamás se podría cansar de probar sus labios. Y al parecer Taehyung tampoco, porque comenzarón a besarse sin control, luciendo hambrientos del otro. Tae jadeó cuando Jungkook apretó su trasero entre sus manos.

–Tenemos que irnos, cariño–dijo Jungkook con una sonrisa burlona separandose de él y caminando a la puerta.

Taehyung frunció el ceño y mostró un puchero.

–Alfa–se quejó. Quería más besos.

–Tu me hiciste lo mismo, omega–le guiñó un ojo y Tae jadeó indignado para después seguirlo.

–No es justo, alfa.–Lloriqueó tomando su mano. Jungkook lo tomó por la cintura y  acercó su rostro al cuello de su omega, lamió una linea hasta el lobulo de su oreja donde dejo una pequeña mordida.

–No te preocupes, cariño, cuando volvamos, me ocuparé de tu necesitado culo–susurró y deslizó sus manos hasta el trasero del omega–Haré todo lo que quieras. Absolutamente todo–dejo un ultimo beso para volver a tomar su mano.

Taehyung respiraba con dificultad y su rostro estaba cubierto de un color carmín intenso.

Jungkook sonrió mordiendo su labio con diversión al ver la expresión de su omega–Siempre logro hacerte sonrojar, amor.

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