Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

16

NF- If you want love

—¿Te estás muriendo?

—No.

—¿Hay alguna emergencia?

—No.

—¿Entonces por qué vienes a mi casa a las siete de la mañana en mi día libre? —reprocho.

Ahogo un bostezo y chasqueo la lengua, Clary sonríe nerviosa. No responde a mi pregunta, revoloteo los ojos y giro sobre mis talones, adentrándome en la casa, escucho el repiqueo de sus tacones detrás de mí. Como no habla cuando entramos en la cocina, busco entre la alacena un plato hondo y le echo cereal y leche, tomo asiento en el taburete de la isla de la cocina e introduzco en mi boca una gran cantidad de cereal.

Ella hace una mueca y deja sobre la isla de granito su maletín, se sienta con elegancia en uno de los taburetes a mi lado, coloca las manos sobre sus piernas, alisando con las palmas las arrugas invisibles que hay en la tela negra de su falda de tubo.

Su cabello está atado en una perfecta cola alta, tiene un maquillaje sencillo e impecable, pero sus ojos cafés lucen ansiosos, nerviosos y quizás hay vergüenza en su mirada.. ¿Por qué la vergüenza? La que debería estar apenada soy yo, tengo mi pijama de unicornio, el abuelo compró una para cada integrante de la familia —incluyéndolo a él y a Sam—, debo de tener el cabello hecho un nido de pájaros, mis ojos deben de tener lagañas y mis comisuras babas.

—Estás comiendo sin haberte cepillado los dientes —dice luego de unos minutos de silencio.

—Lo sé.

—¿Y por qué lo haces? No es saludable, tu cuerpo tiene bacterias y...

Suelto una carcajada y la observo divertida, pasar tiempo conmigo y los mocosos le está haciendo mal.

—Acabas de sonar justo como Henry, toda una sabelotodo.

Arruga su nariz y hace una mueca cuando introduzco otra cucharada en mi boca.

—Tu hermanito es inteligente y sabe lo que conviene y lo que no.

Me encojo de hombros.

—Si me muero lo haré feliz y comiendo. —La señalo con la cuchara—. No creo que hayas venido a hablar sobre como desayuno. ¿O sí?

—No.

Está retorciéndose los dedos con nerviosismo, y eso hace que mi gusanito chismoso quiera saber qué está ocurriendo.

—Escúpelo de una buena vez. Porque a las ocho se despierta el abuelo, igual que los mocosos, porque el mocoso menor ya salió de clases y la mocosa del medio ya no tiene una escuela a la cual asistir. —Hago una pausa—. Por cierto. ¿Ya dieron respuesta?

Asiente.

—La escuela va a dar una compensación por los daños y perjuicios hacia los menores, lo harán con cada niño que fue víctima del bullying, igual que a los padres de Jenna por los daños emocionales.

—¿Y qué va a ocurrir con la escuela?

—Están entre cerrarla o cambiar al personal directivo y administrativo.

Asiento cautelosa e introduzco otra cucharada, mastico con lentitud y trago.

—¿Qué ocurrirá con la bruja y su hijo?

—Eso llevará más tiempo, Hailee. Pero ella será juzgada por haber ignorado los hechos, y sobre el niño no hay mucho que hacer, es un menor de edad y lo más probable es que tenga que visitar a alguien para tratar su condición abusiva.

Vuelvo a asentir con la cabeza por décima vez. Ali ha pasado de grado, ya hemos hablado con algunas escuelas que están de acuerdo en recibirla cuando empiece de nuevo el ciclo escolar.

A ella no le agrada la idea de ir a una escuela, me ha pedido que contrate una institutriz —y debido al seguro de nuestros padres y el dinero que nos dejaron podemos hacerlo sin preocupaciones—, también ha pedido ver clases de manera virtual pero no quiero eso para ella. La psicóloga dice que es por el miedo a volver a lo mismo, miedo a ser otra vez acosada, estoy intentando colocarme en sus zapatos, entender su miedo, pero saber que quiere esconderse, que quiere huir, no me agrada, todo lo contrario, hace que mi estómago se retuerza con fiereza.

Sigue igual que hace unas semanas, sigue callada, pero ahora come lo normal, aunque con el abuelo y Henry no habla, en realidad no habla con nadie, y conmigo lo hace muy poco. Cuando sale de casa solo es para ir a sus clases de ballet y para ir a las citas con la psicóloga, y no sale más. No estoy viendo mejoras y me desespera verla apagada, me inquieta que tenga pesadillas; ella está mal y me duele saberlo.

—¿Sigue sin haber mejoras? —pregunta con cautela.

—Sigue sin haberlas, la madre de Mayrah dice que está avanzando, pero yo no veo nada.

—Debe de necesitar más tiempo, yo quiero más tiempo, pero no puedo tener más tiempo.

Arrugo el ceño y mastico las hojuelas que hay dentro de mi boca.

—¿Por qué necesitas tiempo? —inquiero con la boca llena, ella hace una mueca y sonrío apenada. Seco con una servilleta la leche que se escapó de mi boca y trago.

—A veces debemos enfrentar algo que te aterra, pero no lo haces y después ves que ya no hay tiempo para seguir posponiéndolo.

Ladeo la cabeza hacia un lado y la observo confundida.

—Suelta la sopa.

Sonríe nerviosa y se acomoda.

—Empecemos por el principio —susurra y aclara su garganta—. Mi familia era de escasos recursos, mi padre nos abandonó a mi madre y a mí una noche, no era que él aportará mucho ya que estaba desempleado, pero era mi padre. —Hace una pausa—. Después de un tiempo, mi madre me dejó en casa de mi tía una tarde y nunca volvió.

—Mierda —digo sin pensarlo y ella sonríe débil.

—Lo sé, es una mierda y no diré que no duele, porque siempre va a doler saber que no fuiste suficiente para tus padres. Donde mi tía la pasaba mal, ella era abusiva, sin llegar al punto de tocarme un solo pelo. —Aclara rápidamente—. Yo no era su hija y ella ya tenía dos bocas que mantener y, aun así, me acogió y no me dejó en la calle.

» Sus hijos eran menores que yo, eras bebés, así que yo debía ayudarla a cuidarlos, cambiar pañales, ser niñera, arreglar la casa y a la vez estudiar, porque sin importar nada, ella quería que fuera una buena estudiante. Pero las cosas cambian y ella terminó casándose, y el hombre era un borracho asqueroso, cuando tenía quince me fui y ella tampoco me buscó.

—¿Cómo? —inquiero—. ¿A dónde te fuiste?

Sonríe de lado.

—Tenía dos mejores amigos, como te había dicho antes, Owen y Chad, ambos nos conocimos en un parque cuando era niña, cuando mis padres aún seguían juntos, nos hicimos amigos y nos volvimos inseparables. La familia que trabajaba para los padres de Owen, me acogió, qué son Hugo y Beatriz, ellos me cuidaron y cuando cumplí la mayoría de edad me independicé, tenía trabajo, podía mantenerme por mí misma.

» Los años pasaron y me hice novia de Chad, él era encantador, era amable, divertido, siempre me hacía reír y era feliz a su lado, nos amábamos. Cuando cumplí veintiuno nos mudamos juntos en Canadá, Vancouver, y aunque las cosas fueron bien, el año ante pasado todo comenzó a caerse. —Traga saliva con fuerza y sus ojos se llenan de lágrimas—. Todo fue...todo fue cayéndose, yo tenía trabajo por montón, él igual, estaba planeando con Owen en abrir un hotel él lo abriría en Canadá y Owen, aquí, en Australia.

Mi boca se abre en una perfecta O, ahora lo entiendo o eso creo.

—¿Owen Jones, el dueño del nuevo hotel Fleur? Porque dentro de poco lo inauguran —inquiero y ella asiente—. Bien, sigue.

Sonríe y niega con la cabeza.

—Como decía, comenzó a planear y el año pasado firmaron con una empresa constructora, Duval & Foster. Así que a ambos le asignaron a una diseñadora de interiores, y un equipo de trabajo.

—Espera, espera, espera —repito y dejo el cereal a un lado—. ¿Duval? ¿Foster? —inquiero entusiasmada—. O sea, ¿la empresa de Clark Duval y Dante Foster?

—Así es.

—¡Santa mierda! —exclamo y me levanto de un salto del taburete—. ¿Mañana ellos estarán en la inauguración?

Frunce el ceño.

—Eso creo, ellos tienen una buena relación con los padres de Owen, además, la hija de Dante Foster, es la novia de Owen.

Mis ojos se abren por la sorpresa y ahogo un chillido.

—¿Annabet Foster? Mejor conocida como Anne —digo rápido y de manera atropellada.

La confusión brilla en sus ojos y asiente.

—Esa misma.

—¡Santa mierda al cuadrado! —chillo y doy un salto.

Quizás la vea a ella, debe de haber cambiado mucho, pero al menos la veré de lejos. Sonrío amplio y no escondo mi entusiasmo, Axellen dijo que tendríamos que ir hacia Sídney para cubrir el evento y no le di importancia cuando solo mencionó que era de la cadena hotelera Jones'Destiny, lo cual es chistoso porque tiene mi nombre.

¡Quizás vea a Anne! O quizás no.

—¿La conoces? —inquiere confundida.

—Sí, fuimos juntas a la escuela y éramos mejores amigas cuando vivía en Portland, Estados Unidos. —Sonrío y después me siento—. Lo lamento, tengo años sin verla y la emoción me haga, continua.

Ríe entre dientes y me observa divertida.

—Estás loca, y solo por eso te ayudaré a que hables con ella.

—¿En serio?

—En serio.

—¡Gracias! —exclamo y la abrazo, me rio y ella hace lo mismo, pero termino alejándome apenada—. Lamento actuar como una niña pequeña y mejor sigue tu historia.

Sonríe y asiente, me acomodo en el taburete para escuchar el resto de la historia.

—Resumiendo, las cosas entre Chad y yo venían mal desde hace tiempo, discutíamos mucho y nos amábamos, sé que lo hacíamos y él se preocupaba por mí, así como yo por él, pero luego de varios meses en Canadá, él empezó a ver con otros ojos a alguien más.

Arqueo las cejas por la sorpresa y mi boca se abre en una pequeña O, no digo nada, el entusiasmo que sentía se ha bajado de sopetón. Su rostro se llena de tristeza y sus ojos están empañados por las lágrimas, traga saliva con fuerza y alza la mirada hacia mí.

—Él y la diseñadora correspondiente se gustaban, fue fácil darse cuenta, ambos pasaban bastante tiempo juntos y...—Su voz se quiebra—, y sé que algo pasó entre ellos, porque antes se miraban cómodos el uno junto al otro, y después, parecían incómodos, ella no podía verme a la cara y lo entendí. Ambos me traicionaron. Nunca congenié mucho con ella, pero antes nos saludabamos y ella me mostraba lo que diseñaba cuando iba a buscar a Chad para comer, pero después dejo de hacerlo, comenzó a huir de mí.

—La culpa, quizás —musito.

—Exacto. Sé que las cosas entre él y yo estaban mal, pero no te esperas una traición, no esperas que te falle, y conozco a Chad desde hace años y fue fácil darse cuenta, él también actuaba extraño, estaba tenso, distraído y las discusiones se volvieron aun más fuerte entre ambos.

—¿Le reclamaste?

Me mira y seca las lágrimas que se han deslizado por sus mejillas.

—No, pero se lo insinuaba, aunque él no lo captaba. —Sorbe por su nariz—. Una noche me fui, solo desaparecí, Owen me ayudó a irme y Hugo se ofreció a venir conmigo, y su esposa no se quedó atrás. —Sonríe—. Ellos son algo así como mis padres, siempre lo han sido.

—¿Por qué no le dijiste? —inquiero y el enojo tiñe mi voz—. Fui un hijo de puta que te hirió, yo le hubiera reclamado.

—Exacto, tú lo hubieras hecho —dice con calma—. Todos actuamos diferentes, Hailee. Y yo no me sentía capaz de enfrentarlo y ver la verdad, eso me hubiera herido, y me hubiera destrozado confirmar que él ya no me amaba, porque si lo hubiera hecho, no se hubiera fijado en ella.

—Doble mierda.

Sonríe y sus ojos se achinan, haciendo que las lágrimas se deslizan por sus mejillas.

—Triple mierda —dice ella y le sonrío con pesar.

—¿Aún lo amas? —cuestiono.

Se queda mirándome y termina asintiendo con la cabeza, baja la cabeza y seca sus lágrimas.

—Fueron muchos años, años muy buenos, él siempre tendrá una parte de mí. No sales de una relación completo, siempre se quedan con una parte de ti.

—Debes odiarlo.

—No lo hago —dice y arqueo una ceja—. Lo conozco, lo hago tan bien que no soy capaz de odiarlo y quiero que él sea feliz, aunque eso no me incluya a mí en su felicidad y a ella sí. No puedo pasar la vida entera odiándolo, aunque lo hice al principio, los detesté a ambos por no haber sido claros, lo detesté a él por haberme mentido en la cara cuando una noche le pregunté si había alguien más y dijo que no.

Lamo mi labio inferior y me levanto del taburete, comenzando a caminar por el lugar. No sé qué decir, como consejera me muero de hambre. Coloco mis manos a los costados de mi cadera y paso mi mano derecha por mi cabello, para después volverla a colocar en su antiguo lugar.

—Estuve con Darel en una relación de cinco años y no me enamoré —confieso y ella voltea a verme sorprendida—. Él no tiene nada de mí, solo cariño y agradecimiento y sé que sueno como una completa perra, pero no obligas al corazón a amar a alguien, no puedes hacerlo, aunque lo intentes con todas tu fuerza y la razón es porque ya hay alguien dentro de él, que, aunque creías que estaba fuera, al parecer no lo está.

Y eso te aterra.

—Por eso terminaste con tu novio —afirma.

—Exacto, éramos amigos y a veces todo era una rutina agotadora, no era justo para ninguno de los dos. Y mucho menos para él al estar con alguien que no lo amaba.

—A veces también sentía que era una rutina con Chad. —Ríe y niega con la cabeza—. A veces cansaba y a veces no.

Le sonrío.

—¿Te arrepientes de haberte ido?

—No —dice sin dudar—. Era lo que necesitaba, si no me hubiera ido no hubiera conocido a Axellen en el aeropuerto. —Arqueo las cejas y ella sonríe—. Él fue mi pañuelo de lágrimas mientras esperaba el avión y terminamos congeniando en el avión, desde entonces somos inseparables. Es una buena persona.

—Lo es —musito y camino hasta el taburete para sentarme—. ¿Qué te da miedo?

Deja salir un suspiro.

—No he visto a Owen desde hace meses y él me envió una invitación para asistir, convencí a Axellen que viniera y ahora Patrick también va a venir y tu igual. Y no creas que no me gusta la idea —dice rápidamente—. Todo lo contrario; me agrada tenerlos ahí, es solo que él también estará ahí y ella también.

—Uuh —musito—. No quieres verlos.

—Y tampoco hablar —añade—, no hemos hablado desde hace meses y...no lo sé, tengo miedo.

—Y esa es la razón que te trae a esta hora a mi casa —digo con entendimiento y ella sonríe—. Bien, lo comprendo. —Lamo mi labio inferior y busco las palabras adecuadas—. Sabes, siempre vamos a tener miedo de algo, algo nos llenará de terror, de pavor y vamos a querer huir en dirección contraria, pero creo que es bueno enfrentarlo, así cierras un ciclo. Ahora estás aquí. —Alzo los hombros—. Conoces diferentes personas, sin embargo, sigues estancada en el pasado.

» O puedes simplemente evitarlo e ir solo por tu amigo, si quieres puedo ser una garrapata a tu lado y no dejarte sola por ninguna razón.

Sonríe y niega con la cabeza.

—No lo sé.

—Piénsalo durante el día, o solo deja que las cosas fluyan como un rio el día de mañana.

Arruga la nariz y termina asintiendo con la cabeza.

—Ya veremos qué pasa.

—¡Perfecto! ¿Quieres algo para comer o ya desayunaste? —inquiero, tomando devuelta el tazón con cereal e introduciendo una cucharada en mi boca.

—Ya desayuné algo.

Tengo la intención de hablar, pero me quedo callada, Alice está en toda la entrada a la cocina, su cabello está hecho un nido de pájaros, tiene también el pijama de unicornios y está restregando su ojo izquierdo, mientras bosteza.

Sonrío burlona y trago lo que tengo dentro de mi boca para decir:

—Buenos días, mocosa del medio.

Sus ojos cafés dan con los míos, están hinchados y muerdo mi lengua para no preguntar nada. No responde mi pregunta, se queda mirando a Clary y traga saliva con fuerza, en su mirada se ve el nerviosismo, la persona sentada enfrente de mi carraspea y volteo a verla. Luce incómoda, Ali ha desarrollado la habilidad de hacerte sentir fuera de lugar.

—Ya debo ir al trabajo, te veo luego, Hailee. —Toma su maletín y sonríe en dirección a Ali—. Me gustan sus pijamas, son bonitas.

No hay unas gracias por parte de la enana, tampoco hay indicios de que vaya a moverse o a hablar, dejo el tazón a un lado y me levanto.

—Cuando quieras te diré dónde las compró el abuelo. —Sonrío tensa e incómoda ante el silencio.

—Seguro, no vemos.

Hago una señal con mi mano y ella sale de la casa, el silencio sigue igual en la casa, ella está mirando sus pies y juega con los dedos de sus manos. Camino hasta colocarme enfrente, tomo su mentón y lo alzo, le sonrío cuando nuestros ojos se encuentran.

Hay ojeras debajo de sus ojos, luce pálida y es como si fuera anémica. Mi corazón se contrae dentro de mi cuerpo, retorciéndose, sangrando, llorando.

—Iré a cepillarme y hacemos el desayuno juntas. ¿Bien?

No responde, solo asiente y las comisuras de mis labios tiemblan, sin embargo, me limito a sonreír aún más amplio, dejo un beso en su coronilla y luego de decir que ya vuelvo subo las escaleras. Me siento ahogada, frustrada, inútil, es una sensación desesperante, a veces tengo ganas de tomarla por los hombros y sacudirla, pedirle que hable, que sea como antes, a veces, solo a veces, quiero tirar la toalla y echarme a llorar.

Sin embargo, he aprendido que llorar no sirve de nada, no cuando no haces nada para cambiar lo que ocurre.




—¿Ali me odia? —inquiere el mocoso menor mientras caminamos por el acuario—. Porque yo no hice nada malo.

Volteo a verlo y él está concentrado en comerse su bolsa de palomitas, invitamos a Alice a venir con nosotros, pero no quiso, prefirió quedarse en casa junto al abuelo. Miro hacia Sam en busca de ayuda, porque, ¿Cómo le explicas a un niño que su hermana está cerrándose ante todos? ¿Qué ya no es la misma?

Siempre venimos juntos, miramos los peces, Henry dice algún dato y Alice siempre dice algo de los pingüinos, porque ella ama los pingüinos. Lo cuales están nadando por los costados del túnel, lo bueno del acuario es que es subterráneo y todo es fantástico, es como estar más cerca.

Excepto si los vidrios se rompen y todos morimos ahogados.

—Los niños son raros, mocoso menor —dice Sam.

El enano se detiene y voltea a vernos con el ceño fruncido, mastica con calma las palomitas que tiene dentro de su boca y nos observa extrañado. La pequeña luz que emite el agua cubre su rostro, haciendo movimientos.

—Yo soy un niño y no soy un raro.

—¿No lo eres? —dice en tono confundido Sam, intentando tomarle el pelo al enano—. Porque eres un gran grano en el trasero que me chantajea y soborna cuando puede.

Una sonrisa burlona se desliza por los labios de Henry y también por los míos, ambos miramos a Sam con los brazos cruzados sobre nuestros pechos.

—Eres débil —dice el enano.

—Muy débil mentalmente —añado y choco los puños con mi hermanito cuando Sam abre la boca indignado.

—¿Lo dices tú? —arquea una ceja rubia y me observa con burla—. Ese pequeño diablillo también te soborna. —Señala a Henry quien sonríe—. ¿O no lo hace, cabeza de zanahoria?

Touché. Es cierto, el pequeño diablillo a veces no es tan pequeño, pero no quiero perder, así que sonrío y niego con la cabeza. Desordeno el cabello del enano y lo atraigo hacia mi costado, él apoya su cabeza en mi cuerpo y sonríe hacia Sam, lo hace con malicia.

—Solo es astuto, algo que solo lo Belova somos —me encojo de hombros.

—Tu abuelo le enseña a sobornar.

—¡Claro que no! —chilla Henry—. El abuelo nos enseña a negociar, a pensar, siempre negocia con la mujer mayor de la tienda, además de que hace esto. —Guiña un ojo y sonríe de lado, arqueo las cejas por la sorpresa—. Y ella le sonríe al abuelo y le regala una manzana cuando vamos a la tienda, o a veces negocia con la cajera. Es astucia, siempre hay que utilizar el cerebro, para eso está.

Suelto una carcajada y lo obligo a avanzar, él camino delante de Sam y de mí, mientras nosotros vamos detrás de él. El rubio golpea mi costado con el codo sin llegar a dañarme y alzo la mirada hacia él.

—Tu abuelo no negocia con la señora Hilary. ¿Lo sabes, ¿verdad?

—¿Lo sé? —inquiero divertida.

—Lo sabes —afirma—. Están coqueteando, además también lo he visto "negociando" con la cajera de la caja siete, la cual es mayor, igual que él, y negociar es intercambiar babas.

Hago una mueca y me rio entre dientes.

—¿Cómo sabes eso?

Se encoge de hombros y pasa un brazo por mis hombros, atrayéndome a su costado.

—¿Por qué crees que dije que no quería volver a acompañar al abuelo a hacer las compras? —pregunta y cuando lo veo me observa obvio.

—Oh mierda.

—Así es. Tu abuelo anda de coquetón y creo que tiene un triángulo amoroso.

Sonrío amplio.

—¿Un triángulo amoroso? —curioseo y él asiente.

—Un triángulo amoroso entre la jefa, la empleada y él, aunque creo que la empleada es algo de la jefa, se parecen.

—Imagina que sean hermanas.

Suelta una carcajada por mi comentario y me observa divertido.

—Sería como una novela dramática, lo único diferente es que los protagonistas serían mayores de edad.

—Santa mierda —digo entre dientes mientras me echo a reír.

La señora Hilary es amable, además de ser la dueña de la tienda que muchas veces frecuentamos por víveres, aunque ahora que lo pienso, cuando el abuelo dijo que quería entrar en clases de cocina, mencionó que ella también estaba.

Vaya, vaya. Quién lo diría, el abuelo no pierde su encanto.

N/A

¡BUENAAAS!

Capítulo tranquilo y relajado, los que siguen son interesante 7u7

¿Quieren a Clary?

¿Les agrada Henry?

¿Que piensan de las enseñanzas del abuelo?

¿Adelanto?

OK

ADELANTO ADELANTOSO QUE ADELANTA.

A una inauguración seremos invitados, las mentiras se tambalean, un poco de celos y malos entendidos :D

¿Qué ocurrirá?

¡NO OLVIDEN IR A MI INSTAGRAM Y SEGUIRME!

#NoLectoresFantasmas

¡NOS VEMOS PRONTO!

¡CAMBIO Y FUERAAAAAA!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro