capítulo 6 " Un encuentro inoportuno "
Paso un tiempo desde que inició la rehabilitación mágica de Ganz. Las primeras semanas fueron las más difíciles para el esqueleto, debido al golpe recibido en su cabeza casi pierde la vista y por lo tanto, debía tener una venda en los ojos hasta que la magia drenada volviera a fluir en su cuerpo con normalidad. Todo el tiempo Ganz tenía que estar en absoluto reposo acostado en la cama, al principio protesto un poco, pero gracias a Frisk decidió quedarse.
Con el paso de los meses, la grieta en el cráneo comenzó a sanar, lo bueno era que el esqueleto podía moverse con mas libertad por la casa guiado por su bastón y mientras tanto, aprovechaba para agudizar sus demás sentidos cuando escuchaba las conversaciones que tenían Toriel y Frisk en la cocina, cuando comenzó a sentir los pasos de cada monstruo pasar por las ruinas, el olor de las hierbas que usaba Toriel para prepararle el desayuno.
Mas tarde, aprendió a mejorar sus reflejos, no fue fácil convencer a su amiga que la ayudara a atacarle, mas su insistencia logro que aceptara con la condición de que si llegara a lastimarlo abandonaría el "pequeño" entrenamiento y no volverían a hablar del tema.
En cuanto a Mel... Este no volvió a aparecer en todo su rehabilitación, a decir verdad extrañaba un poco su compañía, había cometido tantos errores en su vida que el único que lo mantuvo cuerdo todos esos años era Mel, si bien, Mel nació como una creación de su mente y odiaba a Papyrus con todo su ser pero también era uno de los pocos que todavía se preocupaban por el.
— Estas aprendiendo muy rápido Ganz — le lanzo una bola de fuego — me esta costando seguirte el paso, creo que me estoy volviendo mayor para esto
— No digas eso Tori, te ves igual de joven que siempre —
La mujer cabra no pudo evitar reír, hacia tanto que no veía a Ganz animado tanto tiempo por una cosa... Y eso le gustaba
— Creo que por hoy daremos por terminado el entrenamiento Ganz, no me gusta dejar a mi niño tanto tiempo
— Ve, yo luego te alcanzo
Cuando Toriel se despide, Ganz comienza a caminar entre los pasillos con ayuda de su bastón siendo observado por los demás monstruos, a pesar de su discapacidad, eso no le impedía que le siguieran temiendo.
Llegando a un pasillo estrecho donde ningún monstruo pasaba por allí discretamente saca una llave que estaba escondida, su diseño era curioso, pues la cabeza de la llave tenia la forma de un Gaster Blaster.
Te estarás preguntando ¿Donde esta la puerta? Bueno mi querido lector, la puerta No existe, la llave misma tenia un mecanismo de teletransportación similar a la habilidad de Ganz. Solo podía ser activada por el verdadero portador de la llave, por precaución solo el y solo él tenía acceso a ella. Lo único que tenia que hacer era tener una imagen clara del lugar al que quería llegar. En algún punto se había planteado una situación parecida y estaba totalmente agradecido de haberlo hecho.
Sin perder tiempo llego a su destino, podía escuchar el viento danzante moviendo las hierbas y las flores con su fragante aroma. Con paso lento y decidido logro entrar a su casa... No podía ver pero si imaginar como había quedado. Había querido poder compartir esa alegría con Papyrus, ver su sonrisa alegre, abrazarlo, sentarse juntos para ver el programa de Mettaton, contarle un cuento...
"No llores, no imagines un mundo donde están juntos, ese fue el precio que carcomen tus pecados" se reclamo mentalmente, no quería recordar... No quería recordar el rostro de su verdugo casi logrando su cometido.
Entonces recordó, la sensación de ser protegido, de ser salvado de la muerte, como si quisiera decirle que todavía había... Esperanza
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— ¡¡¿Cómo que todavía no hayas una forma de juntarlos?!! ¡¡Dijiste que podrías hacerte cargo!! —
— ¡Hey espera un momento! — alzo las manos con un claro enojo — dije que vería la situación y después decidiría si podría hacer algo, y claro que pensaba en ayudar a Ganz y a Papyrus pero con lo que acabo de ver... — agacho un poco la cabeza — rompieron todas mis expectativas
— ¿Que estas diciendo? ¿Que no puedes ayudarlos? —
— Ink mis poderes son limitados cuando entro un mundo en el que no me han llamado, apenas pude cambiar mi apariencia o pasar desapercibida sin que nadie notara mi presencia y por si no lo sabes... Ganz casi muere en manos de su hermano — se cubrió la cara — no sabes lo impotente que me sentí, con esfuerzo pude arrastrarlo a la casa de Toriel
— ¿Pero esta bien? —
— afortunadamente — suspiro — jamas pensé que su la lazo estaría así de dañado
— ¿Que piensas hacer?
— Lo que hice desde el comienzo... acompañarlos a ambos, todavía no es el momento de actuar
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— Espero que aun siga aquí
Protegiéndose del frío con solo una capucha cargaba una canasta de comida, habían pasado días desde que se propuso a juntar a ambos hermanos, sabía que era una tarea difícil por mas que decir casi imposible de cumplir.
Disfrazada de aquella anciana visualizó al capitán de la guardia real acompañado de sus camaradas prestando atención a cada una de sus órdenes.
Pronto su vista se fijo en las puertas de las ruinas... Algo iba mal .
Los rasguños se hacían cada vez mas difícil de borrar, podía sentir la energía cada vez hacerse mas y mas débil y solo significaba una cosa.
"Estaba por lograr su cometido"
El pánico se adueño por unos instantes sus pensamientos, aquella suposición estaba mas cerca de cumplirse y ella no había progresado con su relación para nada.
— ¿La puedo ayudar en algo señora?
La voz atrás de ella le sorprendió un poco, debía estar mas atenta de que nadie mas que los esqueletos supieran de su existencia.
— No, estoy bien — fingió una voz alegre — solo estaba de paseo
— Pues siento decírselo pero esta zona estará bloqueada por un tiempo — aquel lobo tomo su brazo con algo de firmesa — con gusto la escoltare personalmente a Snowdin
— No es necesario, conozco estos alrededores como la palma de mi mano
— Al igual que todos señora...
Si ganara una moneda cada vez que escuchaba un comentario como ese, sería millonaria. En cada mundo al que entraba siempre había alguna desgracia, era inevitable que en el subsuelo se esparciera la desesperación.
— Si no le importa... — le entrega la canasta — digale al capitán que se lo envía una conocida
Para cuando el guardia recibió la cesta la anciana había desaparecido.
— Que mujer tan extraña
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Mientras tomaba una taza de te, siente una presencia diferente en su entorno pero tan conocida a la vez. No puede verla pero gracias a sus otros sentidos claramente puede escuchar su voz. Sin hacer mucho ruido sale de su casa
Ella había vuelto al lugar donde había visto al esqueleto por primera vez, Sentía algo de frío sin su chaqueta, aun así, no le afectaba tanto.
— suspira — en que estoy pensando, me hago llamar protectora cuando en verdad no he hecho ningún progreso
— yo diría que salvar la vida de un esqueleto con una vida miserable seria un gran progreso
Ella se pone en guardia, pero al saber de quien se trataba relajo sus brazos
— Eres tu... ¿Verdad?
No consideró responder
— Aun siento tu presencia — aclara — ya no tiene caso que te sigas escondiendo
Sigue sin responder
— No estoy loco ¿Cierto? — sonríe forzadamente — por favor, dime que no estoy loco
— No estas loco — responde suavemente
— ¿por qué? ¿Por qué darme una esperanza muerta?
— porque la esperanza vive aunque no la veas, por eso estoy aquí...
Un silencio se presento entre ambos seres. Ganz no quería acabar con mas desgracias de las que ya tenía, pero ¿Qué mas podía perder?
— ... ¿Quieres tomar un te y algunos dulces?
— ¿Es alguna clase de invitación?
— mas o menos... Es un poco deprimente no tener a alguien con quien compartir estos dulces
Continuará....
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