II
Narra Adrien.
Estaba llegando a casa tras un día bastante pesado, aunque a decir verdad nunca tenía ganas de volver a lo que era aunque para nada se sentía cómo mi hogar, mi guardaespaldas aparcó el coche, bajó y me abrió la puerta, le agradecí haciendo un ademán con la mano y subí las escaleras corriendo, abrí la puerta la cual parecía estar algo atascada así que le di un empujón y se abrió sin problema, al entrar no había notado la presencia de nadie más, pues nunca había nadie más que mi padre, Nathalie y yo.
Escuche un ruido que me hizo saltar del susto y tirar mi mochila, iba a recoger todo lo que había salido cuando estaba por recoger el último cuaderno que había salido, una mano fina y tersa toco la mía, al hacer contacto sentí una sensación muy extraña como energía correr por mis nervios.
Levante la vista para encontrar unos enormes y brillantes ojos color gris azulado, con toques amarillos alrededor de las pupilas de aquella chica, más abajo se encontraban unas mejillas rosadas las cuales resaltaban en su piel que me hizo pensar en un melocotón, por su color. Ella me sonrió y metió mi cuaderno a mi mochila, tomó la cinta de esta misma y me la entregó.
Se levantó y su sonrisa se borro para dejar ver una versión de mi padre en chica.
- Tu debes ser el Joven Adrien Agreste - mencionó, su voz era dulce y gentil, al igual que su apariencia.
Me levanté a su lado y pude verla mejor, tenía rasgos latinos y algunos lunares en el rostro, dos en el párpado derecho y uno en su mejilla izquierda justamente abajo de párpado inferior, su cabello era dorado pero un poco oscuro y bastante largo hasta la cintura en corte de V, piel color melocotón y de complexión delgada, llevaba puesta una sudadera verde bosque, jeans negros y unas converse grises, en su espalda una pequeña mochila que hacía juego con la sudadera, nada formal, por lo que no era personal de negocios.
Yo le sacaba media cabeza pero era alta para ser chica.
Una cuestión llegó a mi cabeza, deteniendo el análisis que estaba haciendo.
¿ Que hacía en mi casa ?
No era mi intención ser grosero pero a mi padre no le gustan las visitas y no recordaba haberla visto antes...
Seguía estudiandola con la mirada, mientras preguntas pasaban por mi cabeza, hasta que me saco de mis pensamientos .
- Sabés no es cortes ignorar a las personas cuando te hablan - sonrió después de hacer el comentario.
Avergonzado, respondí a su pregunta, que en realidad no había escuchado pero creí que era la que todo el mundo hace cuando conocen a una persona.
- Ah! perdon, soy Adrien un gusto - extendí mi mano para saludar a lo que correspondió sin dejar de sonreír, nuevamente esa energía recorrió mi ser.
- mi nombre es Christina el gustó es mío - dijo de forma educada regresando su mano atrás de su espalda.
Estaba por preguntarle si esperaba a alguien o si se le ofrecía algo, pero mi padre interrumpió la pregunta que ni siquiera pude formular.
Iba bajando las escaleras con Nathalie y el guarda espaldas quien iba bajando unas maletas.
No sabia que rayos estaba pasando hasta que vi en la mano de mi padre su libreta de diseño...genial se va de viaje y seguramente yo iría con él.
- Adrien veo que ya conoces a la señorita Sheridan ella se hará cargo de ti por 2 meses - expresó mi padre sin ninguna emoción en su rostro.
Sinceramente no era lo que yo esperaba pero quería comprobar que era real lo que decía.
- Padre no crees que ya tengo edad suficiente para cuidarme solo ? Quiero decir la señorita Sheridan se ve que es excelente en su trabajo pero yo creo que soy capaz de - mire a mi padre fijamente, mientras hablaba, lo cual fue mala idea.
- Ya tome mi decisión, y te quedaras en casa de la señorita Sheridan - Él interrumpiendome y sin apartar la mirada de mi, le pidió a Nathalie que me acompañara a mi habitación a preparar mis maletas.
Christina solamente miraba la escena con seriedad, lo cual hizo que la mirara extrañado, era la primera persona que escuchaba a mi padre algo molesto y ni siquiera se inmutaba.
Narra Chris.
Después de intercambiar número con Nathalie, ayudé a Adrien a subir sus maletas a mi coche, después el subió a la parte de atrás, se despidió de Nathalie y su padre desde la ventana del coche con un gesto de mano, Nathalie se lo devolvió con una leve sonrisa y nos fuimos rumbo a mi hogar.
Mi departamento era algo grande aunque no era la gran cosa, Así que creía Adrien estaría cómodo allí, mientras pensaba en mis asuntos miré pot el retrovisor a Adrien quien dormía en el asiento de atrás, al parecer estaba bastante cansado e imaginaba había tenido un día atareado.
Llegamos y estacioné el auto en el lugar asignado, bajé y abrí la puerta de atrás donde se encontraba Adrien con cuidado de no tirarlo, busqué la forma de despertarlo sin que fuera algo brusco y desde ese momento me odiara.
- Adrien - le puse mi mano en su hombro y lo moví un poco para que despertara.
Lo cual funcionó pues empezó a abrir los ojos parpadeando, acostumbrándose a la luz.
- Lamento tener que despertarte pero hemos llegado - dije haciéndome aun lado y dirigirme a la cajuela para tomar las maletas de Adrien.
- no hay problema - dijo después de bostezar, bajó del auto estirándose, cerrando la puerta a sus espaldas.
El rubio me sonrió y tomo sus maletas, yo le ofrecí mi ayuda para llevarlas, pero se negó, fuimos al elevador y entramos para subir al último piso donde se encontraba mi departamento.
Al llegar a mi piso, abrí la puerta de mi casa, escuche unas patas apresuradas, que dereapaban con el piso de madera, una bola de pelo blanca y negra llegó a saludar dando brincos y vueltas, también uno que otro ladrido, había olvidado mencionarle a Nathalie que tenía un perro, pero en ese momento Apolo estaba en casa de mi vecina y su hijo pequeño a quien le gustaba cuidar de Apolo mientras yo me iba a la universidad o salia por varias horas, tenía un duplicado de mi llave para devolver a Apolo a la hora que le pidiese.
Entré y atrás de mi entró Adrien, me agaché para acariciar a mi mascota y que me llenara de saliva.
Apolo se dirigió a Adrien para olisquear y también darle la gran bienvenida que me había dado a mi le di la orden para que se sentara y así lo hizo, me levanté del suelo dando un suspiro y sacudiendo mi ropa, cerré la puerta del departamento y miré a Adrien con una sonrisa.
- lo siento, olvidé mencionar que tenía mascotas pero Apolo es muy amigable y bien portado -
Miré a Apolo y el ladro afirmando lo que había dicho o eso quería creer.
- no importa - soltó sus maletas y se agachó para acariciarlo.
- Yo nunca tuve a mascotas, pero me gustan mucho los animales - Apolo llenó de lamidas a Adrien mientras Adrien reía y sonreía.
- Ven vamos a tu Habitación - Sonreí y ayudé a Adrien a levantarse del suelo.
Narra Adrien.
Llegamos al departamento de Christina, al entrar escuché un ruido cómo un jadeo, desde el pasillo a las habitaciones llegó corriendo una bola de pelos negra y blanca hacia Christina.
Al parecer tenia mascota, el perro saltó emocionado al ver a su dueña, Christina se agachó para acariciarlo y que la llenara de saliva.
Después de ella el animal se acercó a mi con intención de olerme y hacerme la misma bienvenida, con una orden el perro se sentó sin dejar de verme, mientras tenía la lengua de fuera, se veía bastante gracioso y tierno, Christina se levantó del suelo con un suspiro, limpió su ropa y cerró la puerta detrás de mi, ella me sonrió y se colocó al lado de su mascota.
- lo siento, olvidé mencionar que tenía mascotas pero Apolo es muy amigable y bien portado - dijo ella mirando al perro que al parecer se llamaba Apolo.
Apolo ladró cómo si afirmará lo que Christina había dicho.
A mi me gustaban los animales, pero nunca pude tener mascotas así que me alegraba poder pasar dos meses con un perro, me agache para acariciarlo y al momento en el que lo hice Apolo se acercó a mi moviendo la cola, llenandome de lamidas, reí a tal acción mientras acariciaba a Apolo.
- Bueno vamos a tu habitación - Alcé la mirada para encontrar la de Christina ella me veía con una sonrisa, ofreciendome su mano para ayudarme a levantar del suelo.
Tomé su mano y me levanté,tome mis maletas y la seguí, su departamento era muy bonito, tenía un estilo rústico pero a la vez era moderno. Los pisos eran de madera oscura, sus muebles eran entre negros y también tenían toques de madera, algunas paredes estaban decoradas como si solo fuese concreto, tenía cuadros coloridos en la sala de estar, junto con un librero que abarcaba toda su pared, en una esquina pegada a una pared estaba la tv encima de un mueble y también estaba una consola de videojuegos, tenía algunas macetas con flores coloridas y algunos adornos de su casa eran color rojo.
Me llevo a mi habitación era de tamaño perfecto ni muy grande ni muy pequeña, la cama seguía siendo grande como la mia, había un escritorio y tenía su propio baño, al igual que una gran ventana en donde a lo lejos se podía ver la torre Eiffel.
- Bueno esta es tu habitación, siéntete cómodo, se que mi casa no ers tan grande y me imagino que esto no es nada comparado a tu habitación - dijo ella desde la entrada, mientras yo dejaba las maletas aún lado de mi cama.
- No, En verdad está perfecto, muchas gracias, tu casa es muy bonita - comenté mirando a Christina.
Ella esbozó una sonrisa a mi comentario y yo seguí el gesto.
- Estaré en la habitación de enfrente, avisame si necesitas algo en un rato iré a prepara la cena - Dijo saliendo de mi ahora habitación, cerrando la puerta.
A decir verdad pensé que era igual que mi padre, fría y seria pero no era así, ella era muy agradable, me hacia sentir muy bien una sensación que no estaba desde hace años.
Empece a guardar mi ropa en el armario, cuando plagg salio de mi camisa, mirándome a detalle.
- así que una niñera ? - comentó con voz coqueta, levitando frente a mi.
- Mi padre, sabes como es el cree que no tengo edad para cuidarme solo - negué con un movimiento de cabeza mientras suspiraba.
- Oh yo no hablo de eso - dijo cruzandose de brazos.
- Entonces ? - alcé una ceja por su comentario pues no sabía de qué hablaba
- Pues al parecer te diste cuenta que no hay un solo tipo de queso y ahora tomaste uno diferente y mayor - Plagg se acercó mientras hablaba
Abrí los ojos dejando mi ropa en la cama al escuchar su comentario.
- Que ?! no ! Apenas y la conozco, además es 3 años mayor - fruncí el ceño mirando a Plagg quien se reía de mi.
- Cómo digas, ahora dame mi queso que muero de hambre - se acercó a mi camisa buscando un pedazo de Camembert.
- Deberías ser una rata, no un gato - abrí otra maleta dónde había una caja de cartón la tomé y guardé en un cajón del armario, la caja contenía el queso de plagg, esperaba y en verdad rezaba porque no apestara la habitación.
- Que ?! escuche eso - Plagg habló con la boca llena.
Yo empecé a reír al verlo enojado, seguí acomodando mis cosas para terminar de instalarme en mi nueva habitación temporal.
No estaba seguro si la pasaría bien pero en verdad me sentía bastante cómodo con la compañía de Christina y Apolo.
Escuché cómo rascaban la puerta de mi habitación, Plagg se escondió atrás de una maleta vacía que seguía en mi cama, abrí la puerta y Apolo entró como si nada subiendo a mi cama.
- De todas las mascotas tenía que tener un perro - Plagg se quejó al ver a Apolo recostado en mi cama, el perro notó a Plagg y lo lamió saludando.
Cerré la puerta y empecé a reír nuevamente por la cara de odio que tenía Plagg.
Narra Chris.
Después de dejar a Adrien en su habitación fui a la mía, cerré la puerta, y sin siquiera pasar dos segundos del gorro de mi sudadera salió Malakai v dando una vuelta en el aire para después estirar sus pequeñas patas.
Me tiré a mi cama dando un suspiro y al igual que Malakai me estiré.
- Genial tengo trabajo - sonreí mirando al techo.
Aún no podía creer que Gabriel Agreste me haya dado trabajo era increíble.
- Lo se y está chido - Malakai se acercó a mi rostro y me miró a los ojos.
- Pero también recuerda que tienes un entrenamiento que cumplir además ya no estamos en el templo Chris, aquí tienes a LadyBug y Chat Noir, ellos son tu objetivo principal, debes protegerlos a toda costa, recuerda tener cuidado sabes que más que nunca debes cuidar los prodigios aún más ya que...Snow... - Malakai me dió un sermón, hasta mencionar lo último su voz se apagó poco a poco, movió las orejas para atrás mostrando algo de tristeza.
Me senté en la cama y extendi una mano para que Malakai se sentara y así lo hizo.
- Lo se..... - dije pensando en lo que Malakai había dicho.
Miré nuevamente a Malakai, y hablé de forma suave aunque igualmente enérgica.
- Tranquilo - le acaricie la cabeza con un dedo y el me miró entrecerrando los ojos.
- Volviendo al tema de los portadores Ladybug y Chat Noir - me levante de mi cama y fui a mi balcón, la tarde era tranquila, se escuchaban niños riendo, algunos timbres de bicicleta, una brisa pasó por mi rostro era agradable, ya que el clima era bastante caluroso pues empezaba el verano.
- Recuerda, no dejes que nadie se apodere de sus prodigios, tu eres la sucesora de el gran guardian de los prodigios mas antiguos y poderosos de la planeta, la creación y la destrucción; el lobo negro y el lobo blanco... Son quiénes equilibran esto, pero desde que Snow no está debes hacerlo tú - Malakai seguís dándome el mismo sermón que yo ya sabia.
Le sonreí a Malakai asintiendo por milésima vez, entré a mi habitación, cerrando la puerta de cristal de mi balcón, abrí mi closet y me cambie por un short y una camisa de tirantes color vino.
- Lo se Kai Lo se, estoy consiente de todo eso - comenté mientras me cambiaba para que el pequeño Kwami estuviera tranquilo.
Me agobiaba tener que hablar del tema de los guardianes, sabía que era mi responsabilidad pero quería cambiar de tema.
- Dime que opinas de Adrien ? - fue el primer tema que vino a mi mente.
- Dos tres, sabes apenas lo estoy investigando pero se ve buen chico, no creo que te dé problema alguno - El Kwami tenía los ojos cubiertos esperando a que terminara de cambiarme.
- Oye tengo hambre tienes Gomitas ? Muero de hambre - de toda la comida que existe en el mundo mi Kwami comía gomitas, aunque no me quejaba pues mi ropa siempre olía a frutas.
- Si si, están en el escritorio - terminé de cambiarme y Malakai se descubrió los ojos, le señalé la bolsa de gomitas que estaban en mi escritorio y el emocionado voló hasta ella.
Yo solo sonreí y rodeé los ojos, empezaba a atardecer, era mi momento favorito de la tarde y hacia bastante calor así que amarre mi cabello en una coleta, aún tenía que terminar un proyecto de diseño para el Viernes y el día de hoy era Martes por lo que no tenía mucho tiempo, me quite mis zapatos y calcetines, puse algo de musica, tome mis audífonos y los coloqué en mis oidos, salí de mi habitación, cerrando la puerta y entré a la tercer habitación la cual era mi estudio.
Dentro tenía telas, un escritorio grande con una máquina de coser y atrás un montón de cajas donde guardaba mis herramientas de costura, al otro lado del escritorio tenía mis lápices, colores, acuarelas, plumones y todo lo que necesitaba para poder crear diferentes diseños
En una esquina estaban dos maniquíes de costura uno con silueta de hombre y otro con silueta de mujer, los dos tenían parte de un conjunto que estaba haciendo, pues ese era el proyecto, dos conjuntos para el Verano, por suerte solo me faltaba la camiseta o lo que fuese a llevar arriba, entonces me puse a trabajar, Malakai apareció traspasando la puerta y me empezó a dar opiniones sobre los diseños que estaba realizando.
- Que opinas Kai? - Dije apoyando mis manos en la cadera alejándome de los maniquíes.
- Quedaron excelentes, tienes talento Chris - me felicitó mi pequeño compañero lo cual me hizo sentir muy bien.
Miré por la ventana y me percaté que el tiempo había pasado bastante rápido, por fin termine el proyecto que me tenía tan preocupada y llevaba trabajando en el desde hace un mes, eran de colores cálidos y se veían bastante bien, ahora solo tenía que esperar a la fecha de entrega.
La noche había caído y creí sería momento para buscar a Adrien y preparar la cena para los dos.
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