I
Narrador omnisciente....
Chris una estudiante universitaria, con un gran futuro por delante al igual que el destino de volverse una guardián, se encontraba caminando en la calle, llevaba cargando algunos afiches, los cuales decían información sobre el servicio de niñera que ella ofrecía, pues ella misma pagaba su propio piso y se mantenía a si misma y a su mascota Apolo un pastor australiano negro con blanco, tenía una beca del 100% por parte de la Universidad y la cual no pensaba perder por nada del mundo.
Mientras caminaba por las calles de París, pegando los últimos afiches, la voz de una mujer llamó su atención, la chica se giró para ver a esta mujer quien se encontraba a sus espaldas.
- disculpe señorita -
Narra Chris
Llevaba toda la mañana pegando afiches, lo cual era un alivio saber que el que estaba por pegar era el último, tomé el afiche y lo pegué suspirando cansada, aún tenía que volver a casa para terminar un proyecto escolar.
Escuche una voz detrás mío llamando mi atención, voltee y vi a una mujer aparentemente joven no mas de unos 30 años, llevaba su cabello recogido en una coleta, lentes y estaba vestida muy formal, a decir verdad me impresionaba pues ella era el significado de seriedad y formalidad, sus ojos eran algo fríos y daba pinta de secretaria.
- Puedo ayudarle? - pregunté con cortesía.
Me percaté que llevaba en su mano uno de mis afiches recién pegados por lo que tuve algo de esperanza a tener trabajo.
- Usted esta buscando trabajo como niñera? - preguntó tomando la hoja color lavanda que acababa de pegar en algún lado.
- Así es - asentí con mi cabeza al mismo tiempo en el que hablaba.
La mujer dejo de ver la hoja, su atención ahora había vuelto a mi por unos instantes, caminó hasta un coche que parecía ser último modelo, haciendo un ademán con la mano me pidió que la acompañara, cómo es de esperarse dude si seguirla o no pues no es común encontrar a un desconocido en la calle y si subir su auto.
Tras pensarlo unos segundos decidí subir pues había algo familiar en ella y sabía defenderme en cualquier caso.
Al entrar lo primero que vi fue al chófer, un hombre enorme y esbelto, me recordaba a un gorila de lomo plateado, me acomode aunque mi cuerpo estaba algo tenso, empecé a examinar con la mirada todo el auto, por si acaso, pero lo veía bastante bien.
Durante todo el camino la mujer se la paso revisando su teléfono y a decir verdad había un silencio bastante incómodo, a veces el chófer me miraba de reojo, cruce mis manos posandolas en mi regaso, y empecé a mirar por la ventana, para saber con exactitud a dónde nos dirigíamos.
- Mi nombre es Nathalie, soy la asistente de Gabriel Agreste -
Comentó de la nada, llamando mi atención, ella me extendió una mano y yo la acepté saludandola.
Algo confundida y sin embargo también emocionada, pues Gabriel Agreste era uno de los mejores diseñadores del mundo y el mejor de todo París, para mí el era uno de mis modelos a seguir.
- Dígame cuanto tiene de experiencia siendo niñera? - cuestionó Nathalie volviendo la vista a su teléfono.
- Llevo 4 años en este pequeño empleo de ser niñera, tomé un curso de primeros auxilios, tomé clases de defensa personal, licencia de manejo y todos los servicios que aparecen en el afiche - expresé de manera tranquila aunque por dentro la emoción y los nervios me comían a cada segundo que el coche se acercaba a la Mansión Agreste.
- Ya veo -
Nathalie parecía no impresionarse con nada, después de eso no hubo conversación alguna, solamente se escuchaba el ruido del motor y podía jurar que nuestras propias respiraciones; El silencio era cada vez mas incómodo yo solo quería abrir la puerta y huir pero no podía hacerlo solo me decía a mi misma que pronto llegaríamos al lugar, no podía perder la compostura, y mucho menos frente a la asistente de Gabriel Agreste.
Después de unos minutos llegamos a una enorme mansión, la fachada era color blanco y brillaba con los rayos del sol que esta misma absorbía, tenía jardines verdes y perfectamente cuidados, el chofer saco un pequeño control de su saco y abrió el enrejado.
A medida que avanzamos mi corazón latía más y más fuerte, el coche se detuvo al igual que mi corazón, El chófer bajó del auto primero, después abrió la puerta de Nathalie y acto seguido fue a la puerta del asiento dónde me encontraba yo, esperé a que Nathalie bajara y después lo hice yo, agradecí con un gesto de cabeza al chófer, ahora que lo veía era extremadamente enorme y algo intimidante.
Caminamos hasta una enorme puerta igualmente blanca la cual se abrió de par en par, Primero pasó Nathalie y el chófer que al parecer también era guardaespaldas, al último entré yo.
Por dentro el lugar era aun mas grande de lo que creía, de colores fríos que me mareaba verlos, blanco, negro, gris, algunas cosas tenían un efecto marmolado, como eran las escaleras y pilares.
Estudiaba mi alrededor asombrada y también algo abrumada, la vibra del lugar no daba una sensación de hogar, si no más bien de tristeza y soledad.
Nathalie se detuvo y me saco de el trance en el que me encontraba, me miró antes de subir por unas escaleras que partían en dos.
- Espere aquí por favor -
Asentí y Nathalie se apresuró a subir las escaleras tomando el camino de la izquierda, que daba a otras escaleras, yo solo me quede parada viendo como subía algo apresurada, el guardaespaldas, gruñó y se fue por la puerta, me despedí con una sonrisa, el salió por la puerta dejándome sola en aquella entrada.
Mientras tanto me puse a admirar todo de nuevo, la combinación de colores no era de mi agrado, lo único que era un poco mas colorido era unas plantas que adornaban la escalera y un enorme cuadro con marco dorado el cual había llamado mi atención, en el estaba retratado un señor de pelo blanco,ojos grises y piel blanca nadie más que el mismo Gabriel Agreste, se notaba que era un hombre solitario, que no sonreía ni siquiera para un retrato y había algo en el que me resultaba atemorizante, desvíe la vista a su lado, dónde estaba retratado un joven de pelo rubio, piel algo bronceada y ojos verde esmeralda, Adrien Agreste, el hijo de Gabriel; Mientras estudiaba la pintura me percate de la penetrante y fría mirada del señor Agreste, se veía muy serio como si nunca hubiera sido feliz o no desde hace ya mucho tiempo, cómo si esa emoción lo hubiese abandonado; Por otro lado el joven Adrien tenía la mirada triste pero aun así sus ojos tenían vida en ellos, no estaba feliz eso era obvio pero se notaba más vivo que Gabriel.
Seguía observando cada detalle de la casa, pues no tenía nada mejor que hacer.
Hasta que escuche unos pasos provenientes de la escalera, Nathalie bajo acompañada de el hombre que estaba en el cuadro de la escalera, el más célebre de París, vestía un pantalón rojo, un saco blanco y unas gafas, cómo de costumbre y cómo se le había visto una que otra vez, era bastante alto y su semblante aún más serio de lo que aparentaba, pero no me dejaría intimidar, no quería perder una oportunidad de trabajo, estudie con la mirada cada paso que daba mientras bajaba escalón por escalón.
En poco tiempo pude comprender que el imponía, era un líder nato, pero aun así solitario se notaba por la distancia que Nathalie le tenía por cada paso que daba ella tenía dos de distancia.
Él se acerco a mi, era aun mas alto de lo que esperaba tenía que levantar ligeramente la cabeza para verlo a los ojos, me miro de pies a cabeza, para luego hablar.
- Con que usted es la niñera - su era voz bastante ronca y profunda, que con solo escucharla te producían escalofríos y ganas de salir corriendo.
- Así es señor - respondí seria, aunque por dentro los nervios me comieran viva.
- cual es su nombre ? -
- Christina Sheridan Villa Real -
En ese momento un interrogatorio comenzó, sentía que estaba en uno de esos concursos dónde te contaban el tiempo para responder de manera correcta.
- Dime cuanto llevas siendo niñera y que conocimientos tienes -
- Llevo 4 años con este empleo, me especializó en niños de todas las edades hasta los 16 años, se primeros auxilios, defensa personal, tengo todos los números de emergencia, la rutina que me dejen los padres será la que seguiré sin excepción alguna y siempre puntual en todo, si me permite puedo enseñarle mi licencia de conducir y mi credencial que justifica que soy apta para este empleo - dije casi quedándome sin aliento, mientras tomaba la pequeña mochila verde bosque que llevaba a mis espaldas
Agreste, esbozo una pequeña sonrisa que duro menos de un segundo, no sabia que pensar, pero al parecer creo que había logrado responder todo correctamente.
- no hace falta ninguna identificación con lo que haz dicho me basta, veo que tomas muy enserio tu trabajo, eso me agrada - llevo una mano a su mentón, pensativo.
Hubo una breve pausa y empezaba a dudar si en verdad había logrado impresionarlo o no.
- Bien señorita Sheridan, tiene el trabajo, Nathalie le dará el horario que amerita para tomar cargo de mi hijo, el personal esta de vacaciones y estaremos fuera por 2 meses, por lo tanto usted se hará cargo de mi hijo durante este tiempo, todos los dias Nathalie llamara a las 6:00pm para saber como esta Adrien se tiene que hacer todo lo que dice en su horario sin excepción, en eso se basara su pago - explico dando la vuelta para volver a lo que yo suponía era su oficina.
- perfecto - dije llevando mis manos atrás de mi espalda.
Por dentro estaba muriendo de emoción y de miedo a su vez.
- Por cierto espero y no sea molestia que Adrien se quede en su casa ya que aquí no habrá nadie - siguió subiendo las escaleras, se detuvo frente una puerta color negro.
- no hay problema - dije hablándole a Nathalie quien se encontraba a mi lado.
- bien Nathalie acompaña a la señorita a su casa para revisar que todo este en orden para que se quede mi hijo - comentó dándonos la espalda.
Nathalie asintió y Gabriel desapareció tras la puerta.
Después de esa plática con el señor Agrestes, Nathalie me acompañó a mi casa para ver que todo "estuviera en orden" y al parecer todo esta bien, y era del agrado de ellos, Nathalie llevaba una tableta consigo, dónde estaba el señor Agreste conectado cómo era de costumbre verlo.
Después del recorrido en mi casa, volvimos a la mansión esta vez en mi coche.
Nathalie subió las escaleras y yo espere en el mismo lugar de la primera vez.
Estaba muy tranquila y emocionada por tener empleo, ya que me estaba quedando sin presupuesto.
Seguía sumergida en mis pensamientos hasta que sentí como la puerta se abrió de golpe, para no perder el equilibrio di unos pasos hacia adelante bastante torpes.
Voltee hacia la puerta para ver quien o que había sido, y vi al chico de la pintura que estaba en la escalera.
Adrien Agreste, era alto mas alto que yo y delgado pero se notaba en sus brazos que hacia ejercicio, su piel se veía bronceada, y su cabello algo desordenado.
Aclare mi garganta a lo que el rubio dio un pequeño brinco, del susto tiro su mochila, su tableta y uno que otro libro salió de esta misma, él se agacho rapidamente para tomarlos y volverlos a guardar.
Sonreí y me agache para ayudarlo, cuando los dos tomamos el mismo libro, haciendo que nuestras manos se encontraran, su mano era algo delgada y era tibia,una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo erizando mi piel.
Levanté la mirada y le sonreí, aunque seguía pensando en que sentía una energía muy fuerte proveniente de Adrien.
Él solo me miro un momento algo ruborizado, se notaba que era diferente a su padre, su mirada era calida, gentil, llena de vida.
Le di la correa de su mochila y extendió su mano recibiendola, me levanté del suelo nuevamente, para seguir esperando a Nathalie.
Este es oficialmente el primer capítulo de mi pequeño fic, en el cual llevo tres años más o menos, pero nunca había tenido el valor de publicarlo, espero y les sea de su agrado!!
Malfoy, out.
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