⛓35. Te necesito⛓
Dios, ¿Realmente estaba apunto de hacerlo? Debía de estar loco, pero tal vez Jimin tenía razón. Es decir, ¿Cómo a él? ¿Cómo a Min Yoongi le iba a gustar un criminal como Park Jimin? Seguro que solo era tentación, porque desde que ocurrió su primer encuentro sexual en la celda tiene esa tonta idea.
Seguro que solamente era el maravilloso cuerpo de Jimin, jamás había visto a un hombre con ese cuerpo tan esculpido, y ni hablar de sus labios, besarlo se estaba convirtiendo en su actividad favorita del día. Desde que despertaba, ya ansiaba que llegara la noche solo para poder tener ese momento íntimo con el menor, porque de verdad que...
¡Cielos, deja de pensar tonterías!
Agitó su cabeza, tenía que dejar de imaginarse cuentos de hadas con ese chiquillo porque ese chiquillo era trabajo. Trabajo que quería concluir ya para salir de ese asqueroso lugar.
Pero, ¿Y si Jimin en realidad no tenía nada que ver con la fuga de su noviecito? Su novicito, que asco le daba ese tipo, pero ese no es el punto aquí.
Si Jimin era inocente, entonces no le afectaría en la condena. Pero Dios, igualmente le quedan muchos años para salir de ahí, estando rodeado de esos estúpidos monos hormonales que pagan por sus servicios. ¿Cómo podría hacer para que dejara ese trabajito?
¡Min Yoongi, golpearé tu puta cabeza contra la litera!
Se dijo así mismo, cierto, iba a dejar de pensar esas cosas. Pero la ansiedad era tanta, que siempre volvía a lo mismo.
Se dirigió a la biblioteca, hacia la sección donde estaban esos libros con miles de páginas que nadie nunca tomaba. Era el lugar perfecto para esconder su dinero, porque sí, el dinero que Namjoon se encargaba de hacerle llegar, casi nunca lo utilizaba más que para una que otra paleta que le debía a Jimin. Ese dinero siempre terminaba siendo para Jimin, justo como ahora.
Por supuesto que sabía el precio de Jimin, y estaba totalmente dispuesto a gastarse todo el dinero en él, a la mierda todo.
Tomó el dinero necesario, dejó el libro y salió de ahí con toda la prisa del mundo.
Ahora, ¿Dónde estaba Jimin? En la biblioteca no lo vio, tampoco en la celda, se dirigió al gimnasio y solo vio a Taehyung junto a Jungkook, la sala de televisión y nada, ¿En el Vis a Vis? Imposible. Baños, comedor, lavandería, patio, nada.
¡Por una mierda, le iba a reventar el pene y Jimin no estaba en ningún lugar!
Se tenía que calmar, estaba con la ansiedad a full y la calentura a todo lo que da, se detuvo un momento, respiró hondo y se relajó. Ok, ¿Dónde se mete Jimin cuando no está trabajando en la biblioteca o en la celda?
SeokJin.
¡Claro, tal vez en la cocina junto a Jin!
Corrió de nuevo hacia la dirección del comedor, lo cruzó ignorando los saludos de parte de Hoseok y Hyungwon, se metió a la cocina y por fin, vio al menor.
Estaba recargado sobre una de las encimeras con los brazos cruzados hablando tranquilamente con SeokJin, pero con su abrupta entrada, ahora ambos chicos lo veían con el ceño fruncido y expresiones confusas.
— Park Jimin, te e estado buscando hasta debajo de las putas piedras. — Jimin ladeó la cabeza. — SeokJin, sal de aquí.
— ¿Perdón? — Preguntó el mayor. — Es mi cocina, paliducho. — Le recordó.
— A menos que quieras ver como follo con Jimin, entonces está bien. — La cara de Jin se deformó en desagrado, giu no, eso no le interesaba en lo más mínimo.
— Provecho. — Murmuró saliendo de ahí.
— ¿Yoongi? — Le habló Jimin. — ¿Qué haces, tarado? — Preguntó al ver que el mayor se estaba acercando a él.
Yoongi no respondió, solo se puso frente a él menor y miró detalladamente su rostro. Dios, es que no podía negarlo, era completamente precioso, con sus ojitos color avellana, adornados de esas lindas pestañas y unas ojeras notables pero que en él, se veían perfectas, su naricita pequeña, sus abultadas mejillas con pequeñas pequitas expandidas sobre la zona y lo mejor, sus labios gruesos, que ahora estaban partidos, pero igualmente hacia que besarlo fuera la mejor sensación del mundo.
— Estás precioso, Jimin. — Murmuró cerca de los labios contrarios. El menor pasó saliva.
¿Hace cuanto que no lo halagaban de esa forma tan honesta? ¿Hace cuento que alguien lo veía con ese brillo tan hermoso en los ojos? Tal vez nunca, ni siquiera su padres lo veían así de lindo.
— ¿Y-Yoongi? ¿Qué...
— Jimin, te necesito. — Lo interrumpió. — Mira, no se que mierda me pasa cuando estoy contigo. Incluso ahora, estando a centímetros de tus labios, siento que el corazón me va a explotar. — Confesó. — Pero, tal vez tienes razón, tal vez con un acostón esto se me pase y dejaré de sentir este raro sentimiento en el estómago. Porque me es incómodo sentirlo y no saber lo que significa.
Eso le agradó, pero también entristeció algo a Jimin, ¿Pero porque se ponía triste? Era su negocio después de todo.
La verdad que eso de "Un acostón y se me pasa" lo desanimaba.
— ¿Seguro, Yoongi? — Susurró.
— Creo que estoy siendo egoísta, porque lo hago más por mí, para dejar de pensar en ti todo el día... Pero... Supongo que te ayudará también. — Explicó. — Si, Jimin. Estoy seguro.
Jimin asintió con algo de duda, claro que le interesaba pero, ¿De verdad solo eso era para saciar al mayor? ¿No le gustaba a Yoongi como se lo había dicho el día anterior?
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