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Tú y yo contra el mundo

- Psss... Ney... Despierta... -susurró Leo al tiempo que me sacudía ligeramente.

Yo abrí los ojos poco a poco, vislumbrando primeramente la cara sonriente de Leo, al parecer, ambos nos habíamos quedado dormidos en el sofá de su sala. Yo estaba encima de él, aún con su ropa prestada puesta, abrazándolo y con mi cabeza apoyada en su pecho, le sonreí inmediatamente que lo vi, cómo había extrañado estos momentos, él y yo juntos, no había mejor sensación, permanecimos así por unos minutos, observando nuestro reflejo en los ojos del otro con expresiones felices y mejillas rosadas... De repente, me acordé en dónde me encontraba, pensé que Antonella estaba en casa y me puse muy nervioso, así que me levanté rápidamente, sentándome a un extremo del sofá, por alguna razón, esto le causó gracia a Leo, el cual se sentó entre risas.

- Buen día Ney –me dijo alegremente.

- Buen día Leo –le respondí con amabilidad, sin embargo, no dejaba de extrañarme su tranquilidad, es decir, su novia podría bajar y encontrarme aquí, lo cual me ponía los pelos de punta.

- Debemos estar en el campo temprano para entrenar, puedes ir a ducharte mientras preparo el desayuno, si no tienes ropa tengo un conjunto de entrenamiento extra en la habitación de huéspedes... -yo asentí en agradecimiento y lo miré nuevamente dudoso, él soltó una carcajada- Anto no está, si es lo que te inquieta –volvió a sonreír, ¡Deus, cómo extrañaba su sonrisa!, era como si pudiera leer mi mente, "Con razón estaba tan relajado", pensé.

Ambos nos levantamos del sofá al mismo tiempo, él caminó a la cocina y yo hacia las escaleras. Subí, me bañé y me arreglé en el cuarto de visitas, colocándome la vestimenta que se me había indicado, no era difícil para mí ubicarme en esa casa, la conocía como la palma de mi mano, ya había venido otras veces, no pude evitar sonrojarme al recordar esos momentos. Tardé un poco en este proceso, por ello no encontré a Leo al bajar, supuse que había terminado de cocinar y se encontraba alistándose, sentí la tentación de regresar arriba e ir a su habitación, pero no lo hice, en cambio, preferí servirme la comida en un plato y sentarme a la mesa.

Terminé prontamente, todo estaba sumamente delicioso, fui a lavar los trastos y me dirigí a la sala a esperar a Leo, allí me puse a observar varias fotografías que estaban en la repisa. La más grande de todas era del pequeño Thiago, sonreí al verlo, adoraba a ese niño como si fuese mío, era sumamente hermoso, muy parecido a su padre, de repente mis pensamientos fueron interrumpidos porque Leo había puesto su mano en mi hombro, no me di cuenta en qué momento bajó, pero allí estaba, detrás de mí, arreglado y sonriéndome.

- ¿Listo para irnos? –preguntó feliz.

- ¿No vas a desayunar? –interrogué extrañado.

- ¡Ya lo hice! –carcajeó, "Creo que me tardé más de la cuenta en la ducha... De nuevo", pensé entre risas, yo volví a mirar la foto del pequeño por unos instantes.

- ¿Dónde está Thiaguito? –expresé con curiosidad.

- En Inglaterra con su madre, ella fue a visitar a una amiga –respondió relajadamente, en ese momento recordé algo que hizo desaparecer mi sonrisa por completo... ¡Antonella estaba embarazada! Sentí un nudo en la garganta con esta reflexión por todo lo que significaba.

- Supongo que fue a contarle la buena nueva... Felicidades –mencioné seco, casi sin mirarlo a los ojos.

Él me contestó un lánguido "Gracias", sabía que lo había incomodado el tono en el que hablé, pero no me arrepiento de ello, ¡cómo esperaba que me sintiera con esa noticia! Después de este episodio, ambos salimos de la casa hacia nuestros respectivos autos, yo mantenía mi misma expresión.

- Ney, tengo que hablar contigo sobre eso... -dijo Leo en tono preocupado.

- No es necesario, no me debes ninguna explicación... -lo interrumpí, aún seguía serio- Después de todo, no éramos nada, ¿o sí?

Leo bajó la cabeza, reconociendo la validez de mis palabras, dolorosas, pero ciertas al fin, a continuación, ambos seguimos en nuestros asuntos, sin dirigirnos la mirada durante el trayecto. Llegué a mi auto y lo arranqué con rumbo hacia el campo, Leo venía detrás de mí, de vez en cuando veía el retrovisor para verificar que se encontraba allí, aunque no dejaba de perderme en mis pensamientos. No podía evitar seguir sintiendo aflicción, por mucho que me alegra que ya Leo sepa lo del chantaje y que enfrentaremos juntos las consecuencias, nada cambiaría entre nosotros... Él y su novia tendrán otro bebé, aún la ama y no van a separarse, de pronto recordé la discusión que tuve con Bruna, sus palabras hirientes al referirse a la superación del argentino de nuestro romance hacían eco en mi cabeza, humedeciendo mis ojos y ocasionándome jaqueca... "Leo me ha olvidado...", pensé desolado.

Me sentía terrible, aunque tengo que admitir que al llegar al centro de entrenamiento me sentí peor...

Un tumulto de gente, en su mayoría fotógrafos y reporteros, bloqueaban la entrada principal del recinto. Todos ellos se alebrestaron en cuanto vieron mi vehículo y el de Leo que venía detrás, se acercaron creando bullicio e impidiendo el paso, ¡qué suerte que tenía los vidrios arriba!, sin embargo, se oía casi todo lo que decían: "¿Las imágenes que circulan en las redes son reales?", "¿Mantiene un relación romántica con Messi?", "¿Usted es homosexual?", y otro sinfín de cosas. Mantuve la calma y tomé la mejor decisión, rodear el complejo e ir por la entrada secundaria, lo mismo hizo Leo.

Pudimos entrar a las instalaciones finalmente, eso sí, algunos de los paparazzis nos siguieron hasta el estacionamiento, por fortuna, logramos acceder al interior a tiempo para evitarlos. Leo y yo respiramos de alivio al encontrarnos en el pasillo principal, ambos nos miramos con la misma expresión, ¡esto es lío! Me sentía muy mal, el ruido externo era tremendo, me ocasionaba dolor de oídos, aunque qué podía esperar, esto era exactamente lo que me temía.

Los dos nos dirigimos hacia los vestuarios, allí se encontraban algunos de nuestros compañeros, los cuales nos miraban preocupados y extrañados.

- ¿Cómo lograron entrar? ¡Está hecho un caos afuera! –expresó Luis Suárez.

- Tuvimos que dar la vuelta para poder hacerlo –dijo Leo.

Después de esto, ellos se nos quedaron viendo momentáneamente con inquietud, reinaba el silencio total, creo que puedo decir que tanto Lionel como yo nos sentíamos afligidos, es decir, no queríamos que el equipo pagara las consecuencias de nuestras acciones.

- Lamentamos esto chicos –vociferó Leo con pesar, yo sólo asentí. Ellos permanecieron callados por unos segundos más, pensé que estarían enojados, lo que me hizo doler las entrañas.

- La han liado tremendamente ustedes dos... -expresó Xavi, estrujé mi cara con tristeza- Pero los apoyaremos en todo –sonrió, mis ojos se iluminaron en este instante.

- Sí, somos un equipo, somos hermanos y los ayudaremos en lo que podamos –agregó Andrés también con una sonrisa, noté que los demás asentían.

- ¡Més que un club! –gritó Piqué alzando sus brazos a lo que el resto le siguió la corriente, después todos juntamos nuestras manos y las llevamos al aire bajo este mismo grito unísono, para después darnos un caluroso y reconfortante abrazo de grupo.

"¡Gracies chicos!" Fue lo único que pudimos decir Leo y yo, una vez más lo confirmaba, tenía a los mejores compañeros del mundo, quería llorar de la alegría, sentir su respaldo era como renacer... ¡Gracies chicos!

A continuación, cada quien fue a arreglar sus cosas, debíamos entrenar. Vi que Leo hablaba con Suárez, no les presté mucha atención pero supuse que estaba aclarándole algunas dudas al uruguayo, él no sabía mucho sobre nuestra "situación", sólo lo poco que había salido en las noticias o en las redes... Hablando de redes, ¡ni siquiera vi exactamente qué había pasado!

Aproveché que no tenía nada que hacer y tomé rápidamente mi celular, conectándome directamente a un portal de noticias, seleccioné uno de los tantos artículos relacionados al tema, éste decía: "Aparecen fotos 'comprometedoras' de Messi y Neymar" Lo leí:

Esta madrugada (horario local) se han filtrado una serie de fotos polémicas a diferentes redes sociales que involucran a los futbolistas Lionel Messi y Neymar Júnior (...).

(...) Las imágenes fueron subidas desde cuentas alternas y anónimas e inmediatamente causaron impacto entre los cibernautas, generando todo tipo de rumores acerca de la verdadera "relación" que mantienen ambos jugadores y sobre la posible existencia de un romance entre ellos (...).

(...) Hasta los momentos, ninguno de los dos se ha manifestado públicamente con respecto a esta situación (...) He aquí las imágenes mencionadas:...

En esta parte se detallaban todas las fotos que Bruna me había mostrado aquella tarde en la cafetería de Brasil. Llevé mis manos al rostro, quería pensar que era una pesadilla, pero no, ella sí lo había hecho ¡¿Ahora qué diablos se supone que voy a hacer?!, pensé con exasperación.

Ingresé a mi cuenta de Twitter y me encontré con un montón de comentarios y mensajes, lo mismo mi página de Facebook y mi Instagram... ¡Todos ellos abarrotados! No quise mirar ninguno, en parte porque eran demasiados, pero también por miedo, ese terror paralizante similar al que sentí al enterarme de la existencia de las fotos, el que me obligó a acceder a las peticiones de Bruna, el que me mantuvo en silencio durante todos estos meses,... el causante de que dejara ir a mi Leo.

Apagué mi celular para no enterarme de las demás notificaciones que llegaban, igual todas trataban de lo mismo. Despejé mi mente lo mejor que pude y me dirigí al campo con los muchachos para entrenar, si es que al menos eso nos dejarían hacer en paz.

Los ejercicios estuvieron relativamente tranquilos, eran a puerta cerrada así que ningún reportero nos interrumpió, claro, salvo por la algarabía proveniente de afuera que nos hacía doler la cabeza. Mi pareja fue Rafinha mientras Messi entrenaba con Suárez, quise ir con el argentino en primera instancia pero me abstuve de hacerlo, creí que era la mejor opción, aún me dolía saber que éste ya me había superado, que lo nuestro jamás podía volver a ser lo que era antes, "Nada puede ser peor ahora", pensé, aunque aclaré prontamente que estaba equivocado.

Terminamos los entrenamientos y nos fuimos a las duchas, estábamos en los camerinos, la mayoría de nosotros listos para salir, cuando uno de los secretarios entró por la puerta, anunciando a Messi y a mí que tendríamos una reunión más tarde con el presidente Bartomeu. Ambos nos miramos con inquietud, por otro lado, nos extrañaba que no nos hubiesen llamado más temprano. Antes de salir de los vestuarios, los muchachos nos mandaron mensajes de ánimos, Dani y Piqué me abrazaron al igual que a Leo, algunos aceptaron quedarse un rato más para ver qué pasaría con nosotros, nuevamente, "Gracies chicos".

Teníamos que esperar que el presidente saliera de una importante junta, era cerca del mediodía así que Leo y yo nos quedamos junto a los muchachos que permanecieron allí para apoyarnos: Dani, Rafinha, Masche, Gerard y Luisito; los siete fuimos al cafetín del club y almorzamos reunidos. Los chicos trataban de bromear o hacer payasadas, todo con tal de levantarnos la moral y aliviarnos el mal rato que estábamos pasando.

Concluido el almuerzo, esperamos un rato más, hablábamos de diversos temas, después, tuvimos que emprender nuestra ruta a la oficina presidencial, dejando al resto en aquel cafetín a la expectativa de las noticias que traeríamos.

Leo y yo caminamos por el largo pasillo y subimos a la planta que albergaba las oficinas principales, reinaba el silencio, ambos estábamos nerviosos, nuestras manos sudaban, la respiración aceleraba, como si estuviésemos a punto de caminar por una cuerda floja o fuésemos arrojados a un acantilado y no, no exagero, esa era la sensación predominante.

Entramos a la oficina, fuimos recibidos por la secretaria, la cual nos hizo sentarnos en la sala de espera, el dirigente aún se encontraba en la junta pero, al parecer, estaba por concluir, así que debíamos aguardar nuestro turno. Tomamos asiento en los mullidos sillones que adornaban ese espacio, uno al lado del otro, una mesa de cristal se hallaba frente a nosotros con algunas revistas referentes al club, estuve tentado a tomar una cuando la secretaria encendió el enorme televisor del fondo.

En la pantalla lo primero que apareció fue una reportera bastante conocida en la ciudad, justo al frente de la multitud de la entrada, sostenía un micrófono con el logo de un popular noticiero.

Reportera: "Buenas tardes a todos en el estudio, me encuentro en vivo desde las instalaciones deportivas del Football Club Barcelona, en donde hace varias horas ingresaron los futbolistas Lionel Messi y Neymar Júnior para sus entrenamientos matutinos"

Se mostró la grabación de nuestra "accidentada" llegada al campo. Leo y yo ensanchamos bastante los ojos con preocupación.

Reportera: "Hasta ahora, ninguno de los dos ni sus allegados han declarado nada sobre las controvertidas fotos que fueron subidas a las redes sociales en horas de la madrugada aquí en España. Son más de las dos de la tarde y aún ambos futbolistas no abandonan las instalaciones. Varios de sus compañeros han salido pero se han mostrado renuentes a hablar con la prensa..."

La chica siguió hablando por unos instantes, se mostraron en pantalla algunas de las imágenes (las menos 'explícitas'), mientras el tumulto de gente no dejaba de hacer ruido, a los reporteros se le habían sumado más personas, no supe distinguir si eran fanáticos o simples transeúntes, en fin, el bullicio creció. Vimos grabaciones tomadas hace apenas pocas horas, en donde los corresponsales se dirigían al estacionamiento, tratando de interceptar a varios compañeros blaugranas. Se mostró cómo la mayoría se montaba rápidamente en sus vehículos, negándose rotundamente a hablar con la prensa, claro, eso no los salvó del acoso constante hasta que se marcharon.

Leo y yo sólo podíamos vernos las caras, ¡era un completo desastre! Yo me llevé la mano izquierda a la boca, apoyando mi codo en mi rodilla, quería desaparecer, desviaba la mirada lejos del televisor para evitar que me diera un ataque de nervios, me encontraba muy inquieto y estresado, no dejaba de mover la pierna, en eso sentí unos suaves dedos encima de mi mano derecha, eran los de Leo; viré la cabeza y nuestros ojos se conectaron, su mirada cálida me daba cobijo, le sonreí ligeramente y me fue respondido con un dulce abrazo, ambos estábamos juntos en esto, pasara lo que pasara.

A la secretaria se le escapó un "aww", ambos nos separamos y la observamos con gracia, ella se había puesto rojita y se ocultaba riendo.

- Lo siento... pero es que se ven tiernos juntos –respondió con cierta pena y sus mejillas a punto de estallar. Leo y yo sonreímos, al menos a alguien le parecía tierno todo esto.

Seguidamente, varios hombres encorbatados salieron de la oficina presidencial, tenían expresiones serias y apenas nos dirigieron la mirada, tragué saliva y se me hizo un nudo en la garganta. La secretaria nos indicó que podíamos entrar y así lo hicimos.

La oficina era sumamente grande, con un enorme ventanal, múltiples estantes y cuadros, tenía una puerta a un costado que daba a la sala de juntas, aunque el foco de atención era el escritorio en donde se hallaba sentado el dirigente, el cual nos indicó que tomáramos asiento en las sillas del frente, Leo se ubicó a la derecha y yo a la izquierda. El presidente nos dio la bienvenida amablemente y le contestamos en el mismo tono, aunque su expresión para nada denotaba felicidad, no lo culpo, era de entenderse que estuviese así después del escándalo.

- Bueno chicos, soy todo oídos, quiero saber su versión de la situación –expresó Bartomeu lo más pausadamente que pudo, yo me sentí alarmado, las manos me sudaban terriblemente, similar a cuando estás en la escuela y te envían a la oficina del director porque hiciste algo malo, aunque en este caso, Leo y yo no habíamos hecho nada malo, mal visto quizás para algunas personas, pero no era malo, sólo era amor. Lionel trató de abrir la boca para contestar pero no lo dejé, en parte porque sentía que era mi culpa, después de todo, era mi ex la que había tomado las fotografías por venganza hacia mí.

- Las imágenes son reales y fueron tomadas durante el Mundial de Brasil–vociferé lentamente, respirando con pausas largas de manera que mis nervios no estallasen- En ese momento, yo me encontraba recuperándome de la lesión y, pues, Lionel fue a visitarme a la casa para ver si estaba bien... Él y yo... teníamos un romance - Bartomeu me miró extrañado, sus ojos se ensancharon al máximo, queriendo ser más grandes que el tamaño de sus gafas, éste tomó un hondo respiro, no sé si era por la conmoción o porque estaba reprimiendo sus ganas de matarnos. Yo estaba muy agitado, no dejaba de transpirar ni de sacudir mi pierna, me visualice a mí mismo siendo echado a patadas del club, de repente, el presidente miró hacia arriba, como si estuviese considerando algo.

- ¿"Tenían" una romance? ¿Quiere decir que ya no más? –dijo, Leo de nuevo quiso contestar y otra vez se lo impedí.

- Así es señor... Teníamos –esta última palabra la dije tajantemente mirando a Messi, él bajó la cabeza, sabía perfectamente lo que había querido decir, todo estaba relacionado con nuestra charla matutina, me seguía sintiendo bastante afectado por la idea del nuevo bebé... "Él ya te olvidó Ney, debes superarlo", me repetía mi subconsciente atormentado.

- ¿Qué va a pasar ahora? –preguntó Leo seriamente, despertándome de mi aletargo momentáneo.

- ¿Qué quieren qué les diga? ¡No tengo idea! ¡Esto es sumamente complicado! –exclamó, pensé que estaba furioso pero no mostró ninguna expresión en su rostro- Estas fotos han colapsado todas las redes, no dejan de llegar mensajes y tweets a las páginas del club, no es precisamente la publicidad que estoy buscando... -llevó sus manos a su frente en un respiro, yo arrugué los labios, "te despedirán Neymar, júralo que lo harán"- Saben perfectamente que no estamos pasando por un buen momento, la temporada anterior fue un desastre, la actual va por el mismo camino, hay problemas con el entrenador, sin mencionar los vaivenes financieros y esa condenada sanción de la FIFA... ah, y ahora esto... Menos mal que no sufro del corazón, ¡estuviese muerto! –bromeó, aunque no era para reírse, de hecho, ninguno lo hizo- Entiendan algo, ustedes en sus vidas privadas pueden hacer lo que quieran, yo no soy nadie para juzgarlos o para decirles con quién tienen que estar, me sorprende claro, sobre todo de ti Leo, que llevo más tiempo conociéndote... En fin, no me meteré en eso, en donde sí me involucro es cuando estas cosas afectan al club... Los patrocinadores no se han manifestado al respecto, no sé cómo lo hayan tomado, acabo de tener una reunión con varios miembros de la junta directiva hace unos instantes (los sujetos de corbata) y hemos llegado a varios acuerdos... Uno de ellos es guardar silencio por ahora, al menos hasta que se calmen las aguas y analicemos exactamente la recepción que tendrá, ¿están de acuerdo? –ambos asentimos, nos pareció la mejor opción, dado el impacto de la noticia- Bien... Otra pregunta, ¿alguien más sabía de su relación? Sean sinceros.

- Sólo familiares muy cercanos y nuestros compañeros de equipo –afirmó Leo- Ninguno ha dicho nada al respecto.

- Bien... -volvió a asentir, no dejaba de vernos con expresión seria, como si en cualquier momento nos soltaría la bomba del despido- En ese caso, hemos concluido... Pueden retirarse... -estábamos a punto de levantarnos, cuando...- ¡Esperen! Lo olvidaba, Neymar, quédate, necesito hablar contigo en privado.

- Sí, señor –mencioné volviéndome a acomodar en la silla, Leo me observó preocupado y luego se marchó. Yo enfoqué toda mi energía en permanecer sereno, Bartomeu me miró fijamente a los ojos- ¿De qué quiere hablarme señor?

- Esta situación es un lío, ¿eh? –sonrió incómodamente, yo falsifiqué una risa, sabía que no me esperaba nada bueno- Pero entre todo hay una que otra noticia agradable... Me enteré de tus múltiples ofertas, en especial la del Manchester United, ¡ese es tremendo ofertón! –hizo otra risita incómoda, yo entrecerré los ojos, él de repente aclaró la garganta y presentó dificultades al hablar, como si lo que estuviese a punto de decir supusiera un esfuerzo tremendo - ¿No has pensado en... considerarla? –yo me crucé de brazos y lo miré seriamente.

- Señor, con todo respeto, vayamos al grano –declaré firmemente, él tomó otro respiro.

- Está bien Ney... La junta cree que lo mejor sería que tomaras en cuenta ese trato, digo, tiene múltiples beneficios, mayor sueldo, contratos publicitarios y la posibilidad de extenderlo por más de cinco años...

- ¿Quiere venderme? –pregunté frunciendo el ceño pero sin levantar la voz, simplemente quería que fuese directo y me dijese de una vez lo que pasaba, él era un tipo agradable pero, en esas ocasiones, le daba demasiada vueltas al asunto, al punto de exasperarte.

- Entiende algo Ney y esto te lo digo con todo el corazón: yo no quiero venderte... Eres un gran jugador y me encantaría que te retiraras aquí en el Barça, pero la junta ha votado y ha sido mayoría... Lo siento, pero tienes que irte –vociferó con pesar, yo arrugué mis labios y ladeé la cabeza, un vacío tremendo se creaba en mi interior, mis ojos se humedecían pero yo luchaba con todas mis fuerzas para no llorar.

- Me imagino que... ¿esto es por causa de las fotos? –expresé con dificultad, sólo para que me respondiera lo que obviamente ya yo sabía.

- Tristemente así es... Ellos creen que es mejor para todos que fiches por el United para...

- Para que el problema recaiga allá y no aquí... -completé con seriedad, Bartomeu suspiró y asintió- No necesita explicarme más, entiendo perfectamente y, si no hay nada que pueda hacer al respecto, entonces, ni modo... Aceptaré ese trato –suspiré con resignación, estaba que me moría.

- Está bien Ney, lo anunciaré mañana en la próxima junta... Las negociaciones empezarán la semana que viene, nos pondremos en contacto contigo y con tu padre para entonces, ¿sí?

- Sí... -tomé un respiró nuevamente- Supongo que tendré que ir practicando mi inglés –sonreí falsamente, el dirigente me miró compasivo, entendía que esta situación no era grata para ninguno de los dos- Si eso es todo, ¿puedo retirarme?

Bartomeu sólo pudo emitir un débil "Claro", posteriormente me levanté de mi asiento y me marché de la oficina hacia la cafetería con los muchachos. Mi expresión era la más inamovible hasta ahora, no reflejaba absolutamente nada, el dolor estaba por dentro... Primero perdí a Leo ahora al Barça... ¡¿Qué otra cosa debo perder?! ¡¿Acaso no puedo ser más desdichado?!

Llegué con mis compañeros, estaban justo donde los dejé, todos ellos me miraron con expresión expectante.

- Ney, ya Leo nos contó sobre lo que les dijeron –vociferó Piqué- Uff, qué suerte que no les armaron un lío más grande.

- Sí, vaya suerte... -suspiré cabizbajo- A propósito, ¿dónde está Leo? –pregunté notando su ausencia en el grupo.

- Está por allá atendiendo una llamada –intervino Luis, indicando con la mano la posición del argentino, estaba de espaldas cerca del pasillo principal.

- ¡Irmão conta! ¿Qué fue lo que te dijeron? –interrogó Dani Alves con curiosidad. Yo tomé todo el aire que pude y los miré a la cara.

- Me voy del club –mencioné con tristeza y la reacción de todos fue unísona: ¡¿Qué?!, era lo único que pudieron expresar- Negociaran mi fichaje con el Manchester United... Así que... seré culé hasta que finalice la temporada, después me iré a Inglaterra –bajé la cabeza con pesar y dejé escapar un sollozo, sentí como Dani y Javier me abrazaban, mi rostro estaba encima del hombro de mi compatriota, aún con algunas lágrimas, Luis me daba suaves palmaditas en la espalda, a ninguno le gustaba estar en este ambiente.

- Pero... ¿No hay nada que puedas hacer? ¡No es definitivo! ¡Puedes decidir quedarte si así lo deseas! –exclamó Geri tratando de levantarme el ánimo, yo me separé momentáneamente de Masche y Alves para verlo y negar con la cabeza.

- No puedo, los directivos ya votaron a favor de mi salida y han decidido cederme al club inglés... ¡Aun cuando saben que quiero quedarme! –gemí, Rafinha bajó la cabeza con los ojos humedecidos, lo mismo Luis y Dani.

- ¡Hay que hablar con ellos! ¡No queremos que te vayas! –prosiguió Piqué.

- Escuché que habrá junta mañana también... -agregó Mascherano.

- ¡Perfecto! ¡Iremos y les diremos sus verdades! ¡No pueden venderte así como así! –gritó el catalán, admiraba a Geri por su determinación, pero a veces podía ser bastante terco, además de su manía de meterse en problemas por no saber controlar su boca.

- Gracias chicos... -susurré en agradecimiento secándome algunas lágrimas, aunque no tenía mucha esperanza que esto funcionara, la decisión estaba tomada y era muy difícil que se retractaran- Si me disculpan, voy al camerino por mi celular...

Ellos me sonrieron levemente y me dieron espacio para salir, seguí mi camino pero me detuve momentáneamente cuando escuché a Leo despedirse desde el pasillo con la siguiente frase: "Hablamos luego, cuídate... Te quiero Anto"

Mi corazón se rompió en pedazos y reanudé mis sollozos, el argentino colgó y volteó hacia donde estaba, dándose cuenta por fin de mi presencia, yo traté de ocultar mi rostro para que no me viese llorar.

- Ney... ¿qué pasó? ¿Qué te dijeron? –mencionó mientras se acercaba pero yo no quise hablar con él, sólo seguí cubriendo mi cara al tiempo que salía corriendo lejos de allí- ¡Espera! ¡Ney! –gritó Leo tratando de alcanzarme pero no lo hizo, supuse que alguno de los muchachos le había dicho que me dejara tranquilo.

Me fui rápidamente a los vestuarios, una vez allí terminé de estallar en un llanto desgarrador, me senté en el piso, apoyando mi espalda en la puerta de mi casillero, mis manos estaban en mi cabeza. Era difícil para mí asimilar todo lo que me estaba pasando de golpe, tener que lidiar con el escándalo de las multitudes externas (si, seguían allí), que los directivos quisieran venderme a otro club para proteger su imagen y, lo más doloroso del asunto, el recordar una y otra vez que Leo ya me había superado... ¡No tengo idea de cuál de las tres cosas era más insoportable!

Me levanté después de un rato, un poco más calmado, tomé mi teléfono y lo encendí, no era sorpresa que mis buzones estuviesen atestados de notificaciones de todo tipo y un montón de llamadas perdidas, entre ellas de mi padre, decidí devolvérsela, me contestó de inmediato.

- ¡Juninho! ¿Cómo estás? –vociferó en tono alarmado- Llevo llamándote un buen rato, quiero que me cuentes todo por favor, ¡las imágenes han causado un revuelo tremendo aquí en Brasil!

- ¡Pai! Pues, me siento terrible... Discutí con Bruna y ella terminó por publicarlas –dije apesadumbrado.

- ¡Oh meu Deus! ¡¿Cómo pudo hacerte esto?! –exclamó enojado- ¿Has hablado con ella?

- No desde anoche, no sé ni siquiera dónde está... Verás, después de nuestra pelea, fui a decirle la verdad a Leo, me quedé en su casa y llegamos juntos al estadio.

- ¿Cómo está afrontando la situación?

- Supongo que le duele igual que a mí, pero no te preocupes por él, ya tiene suficiente apoyo... -mencioné con desolación al recordar esa despedida del argentino al colgar su llamada con Antonella, su novia y a la que amaba realmente- En fin, te quería contar algo... Si procederá mi traspaso al United.

- ¡No lo puedo creer! Es decir, no me lo esperaba... Y, supongo que esta no ha sido tu idea –inquirió, qué quieren que les diga, él me conocía mejor que yo mismo.

- La junta lo ha decidido y no hay nada que pueda hacer más que aceptar irme, te llamaran en unos días.

- Lo siento mucho filho, sé que te encanta estar en ese club... Mira el lado positivo, te vendrá bien un cambio de ambiente, tú sólo has lo que hasta ahora y confía en tu talento... Sé que es duro tener que separarte de tus amigos y de él... Pero estoy seguro que lograrás hacerlo –sus palabras me daban fuerzas, aunque no lograron evitar que una lágrima resbalara por mi mejilla.

- Tudo passa pai, ¿no?

- Así es meu filho... Eu te amo, desearía estar allí para darte un fuerte abrazo.

- Yo también quisiera que estuvieses aquí –gemí.

- Pronto lo estaré hijo, pronto... Ahora me despido, tu madre y yo te amamos, nunca olvides eso... Cuídate mucho Ney.

- Obrigado papai... Eu os amo... Obrigado –sollocé, ambos colgamos imediatamente.

Sequé las lágrimas que quedaban en mi rostro y guardé mi celular, organicé las cosas en mi casillero dejando todo listo para irme. Me devolví al cafetín para despedirme de los muchachos, nuevamente no encontré a Leo con ellos pero esta vez ni siquiera me molesté en preguntar por él. Ellos accedieron a escoltarme hasta mi vehículo para protegerme de la multitud, hecho que agradecí profundamente, no obstante, justo cuando estoy a punto de salir, uno de los asistentes de presidencia me interceptó en el pasillo para decirme que habían dejado unos papeles para mí de parte de Atención al Jugador y tenía que firmarlos de inmediato. Acepté a regañadientes, eran más de las cuatro de la tarde y, generalmente, esos documentos eran muy extensos, así que me llevaría mi tiempo, no tuve más remedio que dejar a los chicos seguir su camino, ya me las arreglaría para salir sin ser acosado, rogaba por un milagro.

Subí nuevamente a la oficina presidencial y noté que la secretaria no estaba, ella era la que siempre portaba los papeles así que tuve que sentarme a esperarla en aquella silenciosa soledad... de pronto escuché voces provenientes de la oficina de Bartomeu, la puerta estaba entrejuntada así que dejaba escapar algunas palabras, yo me acerqué lentamente en cuanto distinguí una de las voces más retumbantes y más familiares para mi cerebro, además, que el enfoque principal de la conversación era sobre... ¡mí!

- Así que pretendes vender a Neymar al United... -dijo Messi serio.

- No, Leo, es la junta la que ha decidido hacerlo, yo la verdad no quiero, pero debo atenerme a las medidas tomadas –expresó Bartomeu en aquel mismo tono semi nervioso que había usado al tratar de explicarme la situación.

- ¡Esa no es una buena decisión y lo sabes! –exclamó Leo, mis ojos se ensancharon al máximo y mis pupilas se dilataron- ¿Vas a dejar ir al que probablemente sea la estrella joven más prometedora de los últimos tiempos? ¡Sería uno de los peores errores que puedes cometer en tu gestión como presidente!

- ¿Esto no lo estás diciendo sólo porque estás "enamorado" de él, verdad? –respondió el dirigente con cierto sarcasmo, Leo soltó un respiro.

- Tienes razón... ¿Qué quieres que te diga? ¡Estoy perdidamente enamorado de Neymar! –vociferó alzando el tono paulatinamente, mis mejillas ardieron en ese momento y mis ojos se humedecieron "Leo me ama... Aún lo hace", pensé en un destello de esperanza; el argentino continuó- Pero, en este preciso instante, no me estoy dirigiendo a ti como una persona enamorada, te hablo desde el punto de vista futbolístico y sobre lo que el brasileño representa para el club... ¡Él es el futuro! Yo no voy a jugar para siempre por mucho que me duela aceptarlo... Este año cumpliré veintiocho, el tiempo seguirá avanzando y llegará ese triste punto en el que no podré hacer las cosas que hacía antes o que hago ahora y, ¿quién crees que será el más adecuado para sustituirme? Al fin y al cabo, ese fue el objetivo principal con el que lo trajeron, ¡para que tomara mi lugar!... Sé que ves en él lo mismo que yo veo, es un crack y estoy seguro que, algún día, será el mejor jugador del mundo... No cometas la tontería de dejarlo ir –mi pulso incrementaba aceleradamente, no necesitaba verme al espejo para saber que mis mejillas estaban a punto de explotar, ¡Deus! Todas las cosas que Leo ha dicho, lo que opina sobre mí, deportivamente hablando, viniendo de él significan mucho, muchísimo, es decir, ¡el mejor jugador del mundo, quizás de la historia, mi ídolo, consideraba que yo podría tomar su lugar! Una alegría enervante me embargó repentinamente, mientras yo seguía ocultándome detrás de la puerta sin hacer ruido.

- Concuerdo contigo en absolutamente todo lo que dices... Pero Leo, entiéndeme, no hay nada que pueda hacer, la junta no cederá, ya lo he intentado planteándoles estos mismos argumentos y no me han hecho caso –dijo el dirigente, ocurrió una pequeña pausa, visualizaba a Messi en mi mente y sabía que estaba maquinando algo, sólo que jamás imaginé de qué se trataba...

- Entonces, veo que no me dejan otra opción... -suspiró- ¿Alguna vez te hablé de las múltiples ofertas que recibo de parte de otros clubes? Quizás te has enterado por los rumores, pero es sólo para confirmártelo: Bayern de Munich, PSG, Inter, Milán, Chelsea, Manchester City, United... ¡Incluso del Real Madrid! Todos ellos estarían dispuestos a ofrecer mucho dinero por ficharme, de hecho, varios me mostraron ofertas bastante tentadoras, en donde duplicaban o triplicaban mi salario actual... Entre estos el City y Chelsea.

- ¿No estarás pensando en irte... verdad? –expresó el presidente con dificultad, yo seguía atónito ante lo que atendía.

- La vida da muchas vueltas, ¿quién sabe?... Debes tener en cuenta que vengo de una temporada anterior terrible, esta le sigue los pasos y no me llevo bien con Luis Enrique... Sin mencionar la persecución constante de la prensa y de Hacienda... No sé, puede que esté considerando seriamente cambiar de aires... -mencionó con cierto tono de sarcasmo.

- No... no creo que seas capaz de irte... ¿o sí?

- Entonces has que Neymar se quede –declaró con firmeza.

- ¡Ya te dije que no puedo hacer eso!

- Escucha con atención porque quiero que les notifiques a los directivos exactamente lo que te voy a decir: Si Neymar se va del club, entonces yo me voy con él -¡¿Qué?! Llevé mis manos a mi boca, quedé completamente perplejo, aunque traté de mantenerme enfocado, la charla continuaba.

- ¡¿No me hablas en serio?! ¡Es una locura! ¡Ni siquiera jugarán en el mismo club!

- Al menos estaremos en la misma ciudad, o en el mismo país... Esa es mi decisión, sólo comunícaselo a los directivos –se oyó un fuerte respiro de Bartomeu.

- De acuerdo... Se los diré en la junta de mañana –dijo resignado- ¿Algo más que quieras que decirme?

- No, eso es todo, me retiraré, gracias.

Escuché el sonido de la silla rodándose y me acomodé rápidamente en mi asiento, fingiendo completa normalidad. Messi salió de la oficina y lo primero que hizo fue observarme con sorpresa.

- Ney... ¿qué haces acá? –preguntó curioso, yo no sabía que contestar, aún me encontraba en estado de shock.

- Es... Estoy esperando a... a la secretaria, debo firmar unos papeles –vociferé con dificultad, Leo alzó una ceja.

- ¿Acaso escuchaste la conversación? –inquirió, yo arrugué mis labios y me llevé una mano a la cabeza, ¿debía decirle la verdad?

- Eh... no... acabo de llegar –mentí, él me miró dudoso por unos instantes pero después cambió de expresión.

- Bien... Ney, necesito hablar contigo, por favor, es muy...

En ese preciso instante la secretaria entró trayendo los documentos pertinentes, sonrió sorprendida al vernos y nos saludó nuevamente, ambos le respondimos igual aunque, en cierto modo, sentimos que nos había interrumpido.

- Leo tengo que ir a revisar los documentos... Tardaré un poco –expresé con cierto desaire.

- Búscame cuando termines por favor... Estaré en la cancha –dijo Leo tomando mi hombro y viéndome fijamente, yo sólo asentí.

Después de esto, Messi abandonó la estancia, yo me quedé allí con un gran remolino emocional al tiempo que revisaba cada hoja y ponía mi firma en las partes correspondientes. No podía dejar de pensar en la conversación que mantuvo Leo con el presidente, era algo increíble, todavía estaba impactado, ¡Messi estaba dispuesto a dejar al Barcelona, el club de sus amores, por mí! ¡Por mí! No sabía que sentir al respecto, ¡era una locura!... ¡La más tierna locura que alguien ha estado dispuesto a hacer por mí! Juro que mi corazón no dejaba de acelerarse a cada minuto y que mi estómago cosquilleaba sin parar... ¡Messi aún me amaba!

Me tardé muchísimo con esos papeles, ¡eran un montón! Una vez finalizada la tarea miré el reloj, eran más de las seis, ¡Rayos!, pensé con desesperación. Me marché rápidamente de la oficina y me dirigí a la cancha, rogué porque Leo siguiera allí, por fortuna, si lo estaba.

El ambiente era pacífico, inusualmente silencioso dada la multitud del exterior; las luces tenues enfocaban el verde césped, mientras se dejaba ver un cielo paulatinamente estrellado, oscureciéndose cada vez más. Leo estaba sentado en una de las butacas de la banca ("un hábitat casi desconocido para él", pensé entre risas), con las manos en los bolsillos de su suéter y las piernas estiradas, sonrió al verme, nuestros ojos se iluminaron al encontrarse, yo me acerqué a su posición y tomé asiento junto a él. Al principio, observábamos la grama semi iluminada, ambos envueltos en una atmosfera serena, una paz inusual que no habíamos sentido desde hace tiempo, oíamos el sonido de nuestras respiraciones, era como estar dentro de una burbuja, sólo él y yo, juntos otra vez.

- Cuanta calma... De repente te hace olvidar los líos... -pensé en voz alta, Leo sonrió levemente, bajó la cabeza y tomó un respiro.

- Sé que escuchaste la charla que tuve con Bartomeu... -vociferó tranquilamente, yo me puse un poco nervioso y miré hacia todas partes.

- Eh... ¿Yo?... eh... -balbuceé, el argentino soltó una carcajada, yo terminé sonriendo, qué más da, me había descubierto- Si, la escuché... Tengo que decir que... ¡Estás loco! ¡No puedo creer lo que hiciste! –reí un poco- ¿Qué pasa si no funciona?

- Funcionará... No se arriesgaran a perdernos a los dos.

- ¿Cómo estás tan seguro?

- Sólo lo estoy –me sonrió- Y si no, pues, ambos tendremos que tomar cursos de inglés –reímos por unos instantes, después lo miré fijamente a esos hermosos ojos cafés que todavía me enloquecían.

- Sigo totalmente sorprendido... El Barça es tu vida, Leo –suspiré, él tomó mi rostro entre sus manos y se acercó un poco más a mí.

- No, Ney, tú lo eres –susurró, los dos estábamos sonrojados, podíamos sentir nuestras respiraciones, yo apreté mis labios y miré los de Leo, me moría de ganas por besarlos de nuevo, estábamos a punto de hacerlo pero mi memoria se encargó de recordarme los verdaderos hechos, así que me detuve y me separé de él lentamente. Él me miraba extrañado mientras mi expresión tornaba en tristeza.

- Lo siento Leo... pero lo nuestro ya no volverá a ser lo de antes –suspiré y mis ojos se humedecieron, "ya no eres mío Leo, por mucho que me hiera"- Tendrás otro hijo con la mujer que amas... Me duele, pero es algo que debo aceptar... Como te dije antes, lo que más importa es tu felicidad –volví a emitir un respiro y bajé la cabeza, era duro para mí admitirlo, una lágrima resbaló por mi mejilla, Leo puso su mano en mi hombro.

- Ese es otro tema que quería hablarte...

- Te dije que no me debías ninguna explicación... –interrumpí, aun con la cabeza gacha- Entiendo a la perfección, sé que aún la quieres y...

- Ella y yo terminamos hace tiempo –intervino deliberadamente ¡¿Qué?!, expresé abriendo los ojos al máximo, lo miré a la cara con suma incredulidad a lo que él sonrió ligeramente- Es la verdad, no somos novios.

- Pe...pe... pero ustedes... vi... viven juntos... salen en las noticias juntos –titubeé totalmente boquiabierto y confundido, no entendía nada de lo que estaba pasando, ¿Leo y Anto no son novios?

- Es una historia complicada... Finalizamos nuestra relación antes del Mundial, pero decidimos mantenerlo en secreto para no sufrir el acoso de la prensa y las constantes preguntas, ella accedió a seguir viviendo a mi lado para cuidar a Thiago y nada más... Ambos sólo somos amigos –me sonrió, yo seguía sin poder creerlo.

- ¿Qué me dices del nuevo bebé? –pregunté serio, Leo dejó de reír y tomó un respiro.

- Sobre eso... No sé cómo explicarlo... Ney, ¡yo me sentía muy mal! Aún seguía pensando en ti, no dejaba de dolerme, lloraba casi todas las noches recordando lo que habíamos vivido... -yo suspiré, podía sentir la aflicción con la que emitía esas palabras, era mi culpa- Quería sacarte de mi mente pero no lo lograba, me frustraba no poder hacerlo y, pues, cuando el enojo, un poco de alcohol y las ganas de olvidar a alguien se juntan, se pueden complicar las cosas... No me malentiendas, me siento feliz porque voy a tener otro hijo, aunque no lo hayamos planificado y su madre y yo no sigamos teniendo una relación... ¡Esto es sumamente complejo! –vociferó llevándose la mano a la cabeza. Yo lo observé por unos segundos, arrugué mis labios y lo miré a los ojos.

- Y... ¿conseguiste olvidarme? –vociferé con pesar, temiendo que la respuesta fuese afirmativa.

- Eso es imposible Ney... Esa batalla estaba perdida mucho antes de empezar –él esbozó una pequeña sonrisa, apenas visible en la comisura de sus labios, mi pulso se aceleró inmediatamente.

- ¿Por qué no me habías dicho nada de esto, sobre Antonella y tú? –pregunté, queriendo más explicaciones.

- Durante el Mundial, ¿recuerdas cuando te había dicho que tenía que hablar algo importante contigo? –yo asentí, por supuesto que me acordaba- Esa noticia estaba incluida allí, conjuntamente con... -se detuvo de repente y observó al césped entre risas, yo me lo quedé viendo.

- ¿Conjuntamente con...? –interrogué, haciéndole señas con las manos para que continuara, "¿será lo que estoy imaginando?", él volvió a reír y se sonrojó al máximo, era un adorable tomatito otra vez, me miró nuevamente a los ojos.

- Pues... Te iba a pedir que fuésemos novios –en ese momento las mejillas de ambos estallaron, "¡Sí, era eso, lo sabía!", mis pupilas se dilataron, las mariposas en mi estómago revoloteaban hasta más no poder y mi corazón se quería salir de mi pecho.

- Supongo que, después de lo que te dije ese día, se te pasaron las ganas –dije con desaire, él sonrió de la nada y rodó la cabeza.

- ¿Qué te hace pensar eso? –rió, yo lo miré extrañado- Este no es precisamente el lugar ni el contexto que había planeado, pero también sirve –me sonrió, yo lo miré expectante, presentía lo que estaba a punto de hacer y tuve la sensación que me derretía, ¿esto está pasando de verdad?

Él se levantó de su asiento, me tomó de la mano para que lo siguiera y así lo hice, aún en silencio, esperando con ansias sus próximas palabras; caminamos unos pocos pasos hasta pisar el verde y suave césped, allí nos detuvimos. Ambos nos perdimos en nuestros ojos, sonriendo como tontos y con las caras rojas, Leo tomó mis manos entre las suyas y las acarició con sus pulgares, sentí que estaba en un sueño, un hermoso sueño del que no quería despertar, salvo que fuera por las siguientes palabras que estaba a punto de escuchar...

- Sé que hemos pasado por tanto y lo que nos falta por soportar, existe una posibilidad de que nos vayamos a Inglaterra, que la gente y la prensa no deje de acosarnos... Pero nada de eso va cambiar lo que yo siento hacia ti... Así que... Neymar Da Silva Santos Júnior... ¿Quieres ser mi novio?

¡Oh meu Deus!... ¡Está pasando! ¡Realmente está pasando! ¡Acaba de hacerme la tan esperada petición! Aquella que sólo había imaginado en mis más anheladas fantasías, ahora era una realidad, estaba sucediendo, pese a los problemas, los malos entendidos y todas las complicaciones que se nos han presentado, él y yo estábamos allí, en esa cancha, bajo la luz tenue del recinto mezclada con la de la luna, bajo un cielo estrellado, tomados de las manos y viendo nuestros ojos, escuchando nuestras respiraciones y sintiendo como nuestros pulsos aceleraban a niveles extraordinarios... Era mágico, simplemente mágico.

- ¿Ney? –expresó Leo nervioso, me había tardado más de lo habitual en responder, no porque lo estuviese meditando demasiado, sólo me hallaba en un mundo alterno de felicidad extrema, volví de mi aletargo y mi reacción fue casi inmediata: me abalancé sobre él para abrazarlo con fuerza, prácticamente lo cargué.

- ¡Sí! ¡Sí! ¡Siiii! –grité con algarabía mientras me aferraba cada vez más a su cuerpo y dejaba escapar unas cuantas lágrimas de alegría- ¡Claro que seré tu novio! ¡Es lo que siempre he querido! –lo solté por un segundo y él me miró ruborizado, yo seguía agitado, la felicidad que profesaba en ese momento no era de este mundo, era algo celestial que no me dejaba estar quieto- ¡Quiero gritarlo al mundo entero!

- Ney, calma... te pueden escuchar –susurró Leo entre risas tratando de hacer que bajara el volumen de mi voz, teniendo en cuenta que podrían encontrarse periodistas afuera aún, pero no me importó en lo absoluto, yo no quería parar.

- ¡Qué es una raya más para un tigre! ¡Me da igual lo que piensen! ¡Estoy feliz! –clamé aún más fuerte alzando los brazos al aire, el argentino me miraba completamente rojo y sonriente, pero a la vez hacía señas con la mano para que hablara más bajo.

- ¡Ney! Shhh... ¡Has silencio por favor! –ambos reímos.

- Não! Estou contente! Eu sou o namorado Messi! –grité y empecé a andar en la cancha de un lado al otro como un desquiciado al tiempo que cantaba- ¡Soy el novio de Messi! ¡Soy el novio de Messi! –Leo ocultaba su cara con sus manos, trató de alcanzarme así que la escena se tornó muy graciosa, yo estaba corriendo sin parar coreando esa misma frase una y otra vez mientras Leo me perseguía sin cesar para que me controlara, ninguno de los dos dejaba de reír, fue muy divertido y tierno a la vez. Leo se detuvo al cabo de un rato para tomar aire, yo fui hacia donde estaba y lo abracé por la espalda, seguí gritando.

- ¡Basta Ney! ¡Estás loco! –rió.

- ¡Tú me vuelves loco! ¡Loco! –exclamé levantándolo, carcajeamos, seguidamente lo tomé por la cintura y dimos varias vueltas, perdimos el equilibrio y ambos caímos al suelo, justo en el círculo central. Sonreíamos como lunáticos, teníamos las piernas entrecruzadas, mi cabeza estaba en su pecho, mis brazos lo envolvían mientras él yacía debajo de mí, con la cara a punto de estallar y sin aliento por tanto reír.

Después de unos minutos volvió a reinar el silencio, yo me alcé un poco, subiendo lo suficiente para poder verlo a los ojos, ahora mi brazo derecho estaba bajo su cabeza cual almohada, él me abrazaba por la cintura cuando posó suavemente su mano derecha sobre mi rostro. Aquel momento era perfecto, nuestros corazones latían como uno solo, en perfecta sincronización, su cara estaba apenas iluminada por los tenues faroles, pero para mí irradiaba como un sol, un sol que salía después de la tormenta que habíamos pasado, sus ojos y los míos eran los únicos que hablaban, intercambiando palabras hermosas que se habían querido decir desde hace mucho tiempo, me incliné y, por fin, tras todos estos meses de agonía, pude sentir sus labios con los míos otra vez, como si uno no pudiera existir sin el otro, se complementaban cual piezas de rompecabezas, esos labios eran la droga más adictiva, me hacían volar sin siquiera dejar la tierra, cada toque era simplemente sublime, no quería separarme nunca... "Te amo mi Ney", fue lo que susurró mi amado, mi novio, el amor de mi vida, mi persona favorita en todo el mundo, aquel que me completaba y le daba sentido a toda mi existencia, yo había nacido para amarlo hasta que mi corazón dejara de latir, así tuviésemos que enfrentarnos al mundo entero con tal de defender nuestro amor, eso no iba a cambiar lo que yo sentía por él ni lo que él sentía por mí y como nuestras almas se conjugaban en una sola... Eu te amarei para sempre... Meu Leo...



¡Hola a todos!

¡Primer capítulo del año! xD

Primero que nada, les mando un gran saludo y les deseo todo lo mejor en este nuevo año :D

Una vez más gracias por estar allí, por leer, por votar, por comentar y por seguir esta historia... ¡Gracias! ¡Eu os amo! -Icious



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