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Mundial amargo

/* Capítulo narrado por Messi */

¿Qué somos?... Una pregunta difícil de responder. Yo amo a Neymar con toda mi alma, desde que lo vi por primera vez tuve el presentimiento que ocuparía un lugar especial en mí, no me equivoqué, era mi persona favorita en el mundo, él cambió mi vida por completo, me hizo experimentar cosas que nunca antes había sentido, quería tenerlo entre mis brazos todo el tiempo y besarlo hasta que los labios me sangraran, observar su bella sonrisa, tocar su piel morena, mirar esos hermosos ojos que me enloquecían y acariciar su suave cabello. Por otro lado, él tenía toda la razón, nuestra relación era bastante confusa, y como no, una cosa era lo que la sociedad percibía de nosotros y otra muy diferente era lo que sentíamos el uno por el otro. Yo quería que Ney formara parte de mi vida y, aunque nunca fui fan de las etiquetas, quería demostrárselo, pero antes debía ordenar mi entorno.

Lo primero que debía hacer era terminar con Antonella, esto probablemente sería lo más complicado, después de tantos años me había acostumbrado a su presencia, a tenerla cerca todo el tiempo, la amaba, claro, pero como una amiga, tenía que aceptar el hecho de que entre nosotros sólo existía eso, una relación de amistad que no daría vuelta atrás, mucho menos ahora que tengo a Ney; a propósito, puede que él no me haya creído, pero lo que dije es cierto, desde que estoy con él no he vuelto a estar con Anto y lo más seguro es que esto no cambie, ahora siento que soy sólo suyo.

En fin, volviendo al tema, debía armarme de valor y hablar con ella, estaba nervioso, me preocupaba cuál sería su reacción, la conocía bien y sabía que era una persona bastante tranquila que odiaba las confrontaciones, pero uno nunca sabe, lo menos que quería era terminar en guerra con ella por Thiago, la casa y esas cosas, eso sería devastador.

La semana había sido catastrófica, el Atlético nos eliminó de la Champions al ganarnos en el Calderón 1-0, aparte, que tuvimos unos pésimos partidos de Liga, la estábamos pasando muy mal. Pero lo que más me preocupaba era el hecho de platicar con Anto, no podía dejar pasar tanto tiempo. Una noche, estando en casa, fui a hablar con ella, se encontraba en la habitación de Thiago tratando de hacerlo dormir, me apoyé en el marco de la puerta observando la escena, finalizada la tarea ambos salimos al pasillo, "Tenemos que hablar", fue lo único que le dije, ella asintió y bajó a la sala, yo la seguí, se veía tranquila, tal vez demasiado, digo, normalmente las palabras más temidas en una relación son 'tenemos que hablar'. Nos sentamos juntos en el sofá, ella me miraba fijamente mientras yo apoyaba mis codos en las rodillas, entrecruzando mis manos y con la mirada gacha, estaba nervioso, por un momento pensé en arrepentirme, "Vamos Messi, tú puedes hacerlo".

- ¿Qué querías hablar conmigo Leo? -preguntó Antonella, preocupada al notar lo ansioso que estaba, yo la miré a los ojos con expresión asustadiza, temía cual fuese su reacción después de contarle la verdad.

- Anto, yo... eh... no sé cómo decirlo... -tartamudeé.

- Me estás asustando Leo, ¿qué ocurre? -respiré hondo, era el momento, ahora o nunca.

- Es sobre nuestra relación... Verás, es difícil para mí hacer esto pero creo que... bueno... tú y yo... -no tienen idea de lo complicado que era hacer esto.

- ¿Deberíamos terminar? -completó, me sorprendió que dijera esto, pero más aún, me sorprendió la tranquilidad con que lo hacía, no sabía qué sentir al respecto, debía ser sincero.

- Sí, Anto, a eso me refiero... No me malentiendas, yo te amo, sabes eso, es sólo que... como amigo.

- Eso lo sé Leo -expresó con la mayor calma, eso me estaba preocupando, demasiada tranquilidad no era normal, sentía que en cualquier momento iba a sacar un cuchillo para matarme (creo que estoy exagerando demasiado)- Lo que existe entre nosotros últimamente es amistad, de hecho, si repasas todo, eso es lo único que hemos sido, lo que pasa es que nos estamos dando cuenta de ello ahora... Yo también te amo Leo, pero más como un hermano que como una pareja... -sonrió, yo me sorprendí al escuchar esto, no lo esperaba pero, al mismo tiempo, me aliviaba saberlo, le sonreí de vuelta, nos acercamos y nos dimos un fuerte abrazo, "Nunca imaginé que esto pudiese pasar al terminar con alguien", pensé- Además, sé que te has enamorado de alguien más... -susurró al separarnos.

¡¿Qué?! ¡¿Cómo?! ¡¿Cuándo?! ¡¿Qué?! Quedé pasmado sin poder articular palabra, me puse pálido de la nada (más de lo que soy), ¡¿cómo se enteró de eso?! Entré en pánico, pensé que había sido lo suficientemente discreto pero me equivoqué. Permanecí inmóvil por unos segundos, nos observábamos fijamente, "Ahora sí, Lionel, va a sacar el cuchillo", pensé. Inesperadamente, Anto empezó a reír... ¡¿Qué?! No entendía absolutamente nada.

- Ja, ja, por Dios Lionel... ¡Mira tu cara! -carcajeó, yo seguía con mi expresión de "¿Qué diablos está pasando?"- ¿En serio creíste que no me daba cuenta? Cada vez que se mensajean puedo ver que te sonrojas y sonríes tontamente, aparte, todas las veces que salías y regresabas tan tarde, poniendo siempre la excusa de que ibas a ver a tu amigo Neymar... -río, yo bajé la vista.

- De hecho... -suspiré- Es él de quien estoy enamorado... -susurré, en ese momento Anto dejó de reír y me miró fijamente, abriendo mucho los ojos en expresión sorprendida... "Cuchillo..."

- Ah... bueno, eso explica muchas cosas... -sonrió, sabía que estaba pensando en todas las veces que celebrábamos nuestros goles- No te juzgo Lionel, no soy quien para hacerlo, y debes saber que te apoyaré en todo, digo, para eso somos amigos...

- Gracias Anto... Perdón por ocultarte todo esto, estaba muy asustado, no sabía cómo ibas a reaccionar, pensé que terminarías odiándome o algo así.

- ¡Estás loco Lionel! ¡Yo nunca podría odiarte! Hemos pasado tan buenos momentos juntos, tenemos un hogar y un hijo precioso y sano, son cosas a las que estoy tremendamente agradecida y permanecerán en mi memoria por siempre... -sonreí- Por otro lado, si lo amas de verdad y él te ama a ti, lo mejor sería que estuviesen juntos, ¿no crees? Sé que es complicado, arriesgan mucho, debes estar consciente de ello, pero no importa lo que sea, yo trataré de ayudarte en lo que pueda... Lo primero es tu felicidad y, si está al lado de Neymar, que así sea... -se me iluminaron los ojos en ese instante, "Cómo puedo dejar ir a esta chica" pensé con una sonrisa, soy afortunado de tenerla en mi vida.

- Eres la mejor Anto, te amo -dije abrazándola, no podía estar más contento en ese momento.

- Lo sé Leo, yo también te amo... sí preguntan, di que yo te terminé ¿sí? -carcajeamos, yo asentí y le besé la frente- Además, tengo que admitir que tienes buenos gustos, Neymar no está nada mal.

- Es mío, eh, mío -bromeé haciéndome el celoso, nos reímos con fuerza.

Permanecimos en el sofá por un rato largo, entre risas y bromas. Yo le conté a Anto todo sobre mi relación con Ney (exceptuando las partes de sexo, claro), sentía que debía saberlo como mi mejor amiga, ella me daba consejos al respecto, era la mejor en ello. Se hizo súper tarde y nos fuimos a dormir, quedamos en no hacer pública nuestra ruptura hasta saber exactamente qué pasaría conmigo y Ney, yo no podía estar más feliz, nunca me había sentido tan bendecido al tener a Antonella a mi lado, siempre me preguntaré como una mujer tan maravillosa pudo haberse fijado en mí, más aún, cómo después de saber que la engañé puede estar brindándome todo su apoyo, no había manera de agradecerle en esta vida ni en la otra. En cuanto a Ney y yo, pues, ahora que era libre debía aclarar los términos con él... La respuesta al '¿qué somos?' debía ser contestada... yo sabía cómo...

* * *

Bien, definitivamente, esa temporada había sido un fiasco, perdimos la Liga en el último partido con el Atlético de Madrid y la Copa del Rey frente al Real Madrid, por si fuera poco, los merengues ganaron la Décima, eso fue un golpe anímico bastante grande para toda la plantilla. Yo estaba triste, detestaba perder, pero debía sobreponerme, tenía que estar enfocado en mi próximo objetivo: El Mundial.

No había momento más importante en la carrera de algún futbolista que poder disputar un Mundial, era una experiencia única y a la vez estresante, más aún si tienes la presión de ser el mejor y llevar a tu selección a la final... Nunca ha sido fácil ser yo.

En cuanto a Neymar, pues, no nos habíamos visto en un tiempo, los diferentes compromisos con los seleccionados habían ocupado toda nuestra agenda, no obstante, siempre nos mandábamos mensajes, sobre todo en las noches. Siempre lo felicitaba cuando hacía un gol, al igual que él a mí, también bromeábamos, yo lo hacía con él especialmente después que se pintará el cabello de amarillo que, aunque igualmente me parecía súper atractivo, no dejaba de ser gracioso.

Había pasado la fase inicial, Argentina era líder del grupo H con 9 puntos; ese día acabábamos de ganarle a Nigeria 3-1 con dos goles míos, me sentía muy feliz al obtener la victoria, además de estar en la tabla de goleadores. Teníamos la ilusión, como todos, de levantar la Copa, creo que ese siempre es el sueño de todo jugador. En fin, esa noche mis compañeros y yo celebramos con una cena en el hotel donde nos quedábamos, nada muy descontrolado claro, aún debíamos enfrentarnos a Suiza en los octavos. Me dirigí a la habitación que compartía con el Kun, él estaba allí, en ese momento recibí un mensaje de Neymar que me hizo sonrojar, como pasaba siempre que me mensajeaba. Sergio sabía de qué se trataba y no dejó de hacerme bromas al respecto, picándome en el estómago o cosas así, yo le había contado de lo mío con Ney, era uno de mis mejores amigos así que tenía derecho a saberlo, él se alegró al ver que estaba muy enamorado y me ofreció su apoyo incondicional.

Yo me dirigí a mi cama para leer el mensaje, al tiempo que Kun me gritaba desde la sala a modo de broma: "¡Qué par de tortolos!". Yo me reí ante esto.

- "Leoo, amooor ¡Qué bien has jugado! ¡Felicidades por quedar líderes de grupo! ¡Qué golazos! ¿Te he dicho que eres el mejor?" -me sonrojé.

- "Gracias mi vida, la verdad estoy muy contento ¡Estamos en Octavos! Tú también estás haciendo un trabajo excelente, vamos de goleadores"

- "Lo sé mi cielo... ¡Qué emoción! ¿Te imaginas que lleguemos juntos a la final? Estuve sacando cuentas y es posible que nos encontremos en el último partido. Sería genial por el hecho de poder verte pero no por tener que enfrentarnos... Eso no me gusta :("

- "Claro que me encantaría estar en la final, más si es contigo, pero tampoco quisiera enfrentarte, sobre todo porque si pierdes entonces tendría que verte llorando y eso me partiría el corazón"

- "¿Qué te hace pensar que yo seré el que llore y no tú? Brasil le gana a Argentina, jum"

- "No, no, Argentina le gana a Brasil :P"

- "¿Vamos a tener esta discusión otra vez? :/"

- "Que sea empate entonces, cariño"

- "Eso está mejor :D... Quiero verte, te extraño tanto, me hacen falta tus besos :,("

- "Tú también me haces mucha falta amor mío, te extraño cada segundo, de hecho, estaba pensando que podríamos vernos en estos días... Tengo algo importante que decirte"

- "¿Qué cosa? Dímelo, ¡AHORA! ¿Es algo bueno o malo? ¡Quiero saberlo!"

- "Ja, ja, amo cuando estás ansioso... Y no, no voy a decirte aún, tiene que ser en persona"

- "¿Por qué? :( ¿Te excita torturarme, verdad?"

- "Tú me excitas amor mío ;)"

- "Y me llamas pervertido a mí... Pero en serio, ¿no puedes decirme por aquí? Te enviaré una foto de mi puchero si no lo haces"

- "Ja, ja, eso no funcionará"

- "¿Y una mía si te hará cambiar de opinión? ¿Sabes? Estoy acabando de salir de la ducha y aún no me he vestido... >:)"

- "Me encanta que trates pero ni con eso te voy a decir :P"

- "¡Está bien! ¡Tú ganas! Tendré que esperarme entonces... ¿Cuándo?"

- "No lo tengo claro aún, cualquier día que estemos libres, ¿te parece?"

- "Está complicado, pero está bien... Ahora debemos dormir es tarde"

- "¿No vas enviarme tu foto? >:)" -sonreí lascivamente, en eso recibí una selfie de Neymar frente al espejo en donde se notaba sólo su torso descubierto y su mirada sexy, me sonrojé y mordí mi labio por la excitación aunque, ciertamente, esperaba que fuese cuerpo completo- "¿Y la otra parte? No me dejes con las ganas >:)"

- "Te quedaras así porque no pienso mandarte otra foto, eso te pasa por no decirme, jum"

- "¡Eso no se hace Ney! Pero, ni modo, no voy a decirte hasta que estemos cara a cara. Por ahora, te deseo buenas noches mi vida, que sueñes bonito <3"

- "Buenas noches mi Leo, que duermas bien, te amooo"

- "Yo te amo más"

- "No, yo te amo más"

- "¡No, yo!"

- "¡Yo dije! eoeoeo"

- "Ve a dormir de una vez... Y yo te amo más, caso cerrado <3"

Me desconecté con una sonrisa imborrable en los labios, podíamos haber seguido esa infantil discusión toda la noche pero debíamos descansar para estar a tope para los entrenamientos. Kun se fue a dormir al poco rato, no sin antes molestarme por la expresión sonrojada que Neymar había ocasionado en mí. Lo que tenía que decirle era tan importante que no podía hacerlo por un simple mensaje o una llamada, debía ser en persona para verlo a los ojos, iba a contarle que terminé mi relación con Anto (sí, aún no lo había hecho) y a pedirle que fuese mi novio, finalmente, después de tanto tiempo iba a pedírselo. Créanme que no fue nada fácil, siempre pensaba en cómo hacerlo, Antonella me ayudó en esto, me recomendó que se lo dijera de frente, siendo yo mismo, quizás acompañado de algún detalle o algo así. Tenía todo planeado en mi mente, en cualquier momento que tuviésemos libre, le pediría escaparnos a la casa de Ipanema otra vez en donde, en medio de una velada romántica, se lo diría ... Estaba tan emocionado por esto, pensar que Ney y yo pondríamos nombre a nuestra relación era sólo el primer paso, algún día, quién sabe, podría estar pidiéndole matrimonio... ¡Algún día, mi vida, algún día!

Lastimosamente, nada ocurrió como lo tenía planificado. El partido con Suiza complicó las cosas, ir a prórroga hacía que el equipo tuviese que descansar más, por ende, no podía abandonar la zona de concentración en los días que venían libres. Por fortuna, nuestras selecciones habían clasificado a la siguiente fase, Brasil enfrentaría a Colombia y nosotros a Bélgica, parecía ideal, pues, después de los cuartos generalmente daban un período más largo de descanso antes de las semifinales. Había quedado en verme con Neymar el lunes después de nuestros partidos, era perfecto porque podríamos escaparnos un ratito a Ipanema y pasar todo el día allá como lo tenía previsto, pero no sabía lo que iba a suceder después...

Ese sábado, después de una ronda completa de entrenamientos previos al partido del día siguiente, me encontraba con el Kun y Masche en mi habitación observando el juego de Brasil con Colombia. Obviamente, yo estaba apoyando a mi Ney a lo que los chicos no dejaban de hacerme comentarios bromistas. El encuentro se tornaba extraño, estaba muy reñido y se cometían millones de faltas de parte y parte, era uno de los peores arbitrajes que había visto en mi vida, no sé por qué, pero tenía un mal presentimiento al respecto... No me equivoqué, sucedió lo inexplicable, algo aterrador, se me heló la sangre al ver a Neymar tendido en el suelo, llevándose las manos a la espalda con expresión de dolor después de una fuerte patada de Zúñiga. Llevé mis manos al rostro, no lo podía creer, vi como los paramédicos se lo llevaban de urgencia, no quería sacar conclusiones apresuradas pero temía lo peor, el golpe había sido fuerte, me horroricé con pensar que fuese una fractura grave, era una zona delicada, un impacto desventurado podría truncar toda su carrera.

Entré en pánico, empecé a maldecir y a llorar desconsoladamente, Kun y Masche me abrazaron tratando de calmarme, era imposible que me tranquilizara, lo único que quería era estar con mi Ney, saber que estaba bien, sentí esa necesidad casi innata de protegerlo, pero no podía moverme de allí ¡Maldita sea! Esa noche no pude dormir bien, no dejaba de revisar mi teléfono en busca de noticias sobre Neymar, pero no decían nada concreto más allá de que le estaban realizando exámenes y todo ello, recé y recé para que estuviese bien... ¡Dios cuida a mi Ney, por favor!

Al día siguiente jugamos contra Bélgica, ganamos y clasificamos a la Semifinal, era grandioso para la selección estar en semis después de tanto tiempo, todos celebraban, menos yo, no podía hacerlo hasta que no tuviese noticias de mi amado. Se confirmaron mis temores cuando el seleccionado brasileño anunció públicamente que Neymar había sufrido una fractura en la vértebra lumbar que, si bien no perjudicaría su carrera como futbolista (cosa que me aliviaba), no podía seguir disputando el resto del torneo. Me entristecí al saber esto último, sabía que jugar un Mundial era uno de sus grandes sueños y perdérselo por lesión suponía un profundo dolor. Debía apoyarlo en ese difícil momento, quería estar a su lado, me propuse visitarlo a como diera lugar, tenía que hacerle saber, en persona y no por medio de mensajes o llamadas, que estaba ahí para él, aunque eso significara dejar unas horas la concentración y olvidarme de Ipanema.

Le pedí a Kun y a Masche que me cubrieran con el entrenador mientras tomaba un vuelo a Río, Neymar se encontraba allí con su familia. Era martes, quería visitarlo el lunes pero no pude conseguir boletos para ese día... ¡No tienen idea de lo desesperado que estoy por verlo!

Aterricé en la ciudad a las dos de la tarde, inmediatamente tomé un taxi para dirigirme a la casa de los padres de Ney, por fortuna, me sabía la dirección. Llegué prontamente a mi destino, fui bastante descuidado, ni una capucha me puse, sólo llevaba una simple camiseta blanca, unos jeans azules y zapatos deportivos blancos, no me importaba que la gente me reconociera sólo quería estar con él, ni siquiera le había marcado antes para ver si estaba solo o con sus padres, qué me estaba pasando, actuaba como un adolescente inmaduro e inconsciente. Toqué la reja de entrada, no sé por qué, pero tuve la sensación de ser observado, examiné a mi alrededor, no veía nadie salvo un par de autos vacíos. La puerta se abrió y noté que mi amado se acercaba hacia mí, se veía tremendamente mal, lucía débil y triste, portaba una bata vinotinto y un mono negro, no traía camisa debajo de la bata así que se notaba el yeso que le habían puesto, caminaba con cierta dificultad, se sorprendió al verme ahí, yo no pude contenerme y, una vez que se aproximó lo suficiente, lo abracé con fuerza (no demasiada, tampoco quería romperle las otras vértebras) y lo besé en la mejilla. A ambos se nos humedecieron los ojos al vernos, él me invitó adentro, se encontraba acompañado sólo por su hermana y su hijo.

Ingresé a la sala y lo primero que sentí fue el abrazo efusivo de Lucca, le alegraba verme tanto como a mí a él, era un niño realmente adorable, lo quería como si fuese mío, lo cargué entre mis brazos y alboroté su rubia cabellera.

- ¡Papai Leo! Te extrañé mucho -exclamó al tiempo que le daba un beso en su frente.

- Yo también te extrañé mucho, mi pequeño -expresé con ternura, pude ver como Ney sonreía.

- ¿Y mi hermanito Thiago? -preguntó el pequeño con los ojos engrandecidos.

- No pudo venir lindo, pero te aseguro que también te echa mucho de menos -le volví a besar la frente.

El chiquito me abrazó nuevamente con más fuerza, después corrió a su cuarto por unos juguetes y se puso a jugar en el patio. Ney y yo nos dirigimos una mirada intensa, a continuación nos desplazamos a uno de los sofás de la sala. Él estaba triste, observaba constantemente al suelo, yo estaba a punto de llorar, odiaba verlo así, con mis manos tomé su mentón, nos miramos a la cara, le besé los labios con ternura sólo para tomarlo entre mis brazos, él apoyó su cabeza en mi pecho, estaba sollozando, yo acariciaba su cabello y su espalda.

- Mi Ney... No me gusta verte así -expresé con melancolía.

- Me siento terrible Leo... -gimió- Sé que pudo ser peor, pude haber perdido mi carrera por completo... Pero aun así es duro, es mi primer Mundial y no quería acabarlo de esta manera... -lloró, se me partió el corazón.

- Ney... mírame... -tomé nuevamente su rostro, con mi mano le retiré las lágrimas y besé su frente- No es tu culpa lo que pasó, son cosas del fútbol... Eres joven y estoy seguro que vas a disputar muchos Mundiales más... -emitió un sollozo, derramé una lágrima- No llores más mi amor... Yo estoy aquí contigo, te apoyaré en todo lo que necesites... Siempre, Ney... Siempre...

- Sempre, Leo... Sempre... -susurró un poco más calmado al tiempo que nos besábamos.

Estuvimos hablando por unos minutos de diferentes temas, trataba de distraerlo de su lesión, sólo así se sentiría mejor. En eso, apareció Rafaella, se sorprendió al verme allí, nos saludamos alegremente, no obstante, estaba preocupada.

- Lionel, en verdad estoy contenta que hayas venido a ver a Neymar, él es muy afortunado al tenerte -"Yo soy el afortunado", pensé- Pero mis padres están a punto de llegar y, no sería apropiado que te encontraran aquí... Ellos todavía no lo saben.

- Entiendo Rafa, no te preocupes, sólo quería asegurarme que estuviese bien -dije tomando la mano de mi Ney, él me sonrió.

Después de ello, me despedí de Rafa y de Lucca, el cual, al enterarse que me iba, salió corriendo del patio hacia mi posición para darme un caluroso abrazo, no tienen idea de cómo amo a este niño. Neymar me acompañó a la reja de salida, íbamos tomados de las manos, me sentí nuevamente observado pero no pensé en ello, mi Universo en ese entonces era él, mi Ney, el amor de mi vida.

- Gracias por venir mi Leo, también gracias por preocuparte por mí... Te amo -dijo al tiempo que se acercaba para besarme.

- Yo te amo más mi vida -susurré en sus labios, con mi mano tomé suavemente su cabello, no quería dejarlo ir jamás- Te extrañaré cada segundo.

- Eu mais a você, meu coração -me susurró al separarnos, él acarició mi mentón suavemente, posando sus cautivantes ojos avellanas en mí, no tienen una idea de cuánto amo esos ojos, si pudiera vivir en ellos lo haría sin pensarlo dos veces- A propósito, ¿qué era eso tan importante qué querías decirme?

- Te lo haré saber luego amor mío, ahora no es el momento -dije volviéndolo a besar, era verdad, no era el tiempo apropiado para decirle, considerando su tristeza y el hecho de que sus padres estaban a punto de llegar.

- De acuerdo... Hasta luego mi Leo -expresó al tiempo que nos dábamos un fuerte abrazo.

- Hasta luego mi Ney, descansa.

Me separé de él con tristeza, era curioso que, a pesar de tener poco tiempo de conocernos (una temporada prácticamente), cada vez más me dolía tener que alejarme de él, entró en mi vida como nadie antes lo había hecho, se alojó en mi corazón para siempre, sentía que era la persona con la quería pasar el resto de mis días, si reía yo reía con él, si lloraba yo lloraba con él, estaba dispuesto a enfrentarme al mundo entero con tal de protegerlo, de estar junto a él, como dije antes, nunca pensé llegar a sentir esto por alguien.

A medida que me alejaba no dejaba de voltear mi cabeza hacia su casa, él seguía allí, saludándome con melancolía, "No estés triste mi cielo, nos volveremos a encontrar", pensaba, escuché un ruido en la calle, lo ignoré y seguí mi camino. Me devolví al aeropuerto, por fortuna, conseguí rápidamente un vuelo directo a la ciudad de concentración de la selección. Llegué casi a las siete de la noche, el entrenador no se había dado cuenta que me marché, esto debía agradecérselo al Kun y a Masche, hicieron un excelente trabajo despistándolo. Subí a mi habitación directamente, estaba vacía, los muchachos debían estar cenando, yo no tenía hambre así que decidí irme a dormir de una vez, me puse la pijama y me acosté en la cama, cerré mis ojos y soñé con mi Ney, él rondaba frecuentemente mis pensamientos, qué podía hacer, el amor me pegó tremendamente fuerte.

Pasaron los días, seguía comunicándome con Neymar por medio de mensajes, lo consolé cuando su selección cayó estrepitosamente ante Alemania 7-1, sabía que le dolía, más a aún cuando él no pudo ayudar a sus compañeros, era una tragedia nacional, a mi parecer, peor que el Maracanazo. En cuanto a nosotros, pues, estábamos muy emocionados porque disputaríamos el partido final, tuvimos un partido muy reñido con Holanda, se fue a los penales, sabíamos que no era lo mejor, supondría necesitar más descanso.

Llegó el día de la Final, no tienen una idea de lo que se siente, es como una mezcla extraña entre excitación, nerviosismo, estrés y alegría, pocas veces se experimenta esa sensación. Todo el mundo nos observaba, atentos a nuestros movimientos, queríamos ganar, claro está, levantar esa copa y coronarnos como los mejores, ese ha sido mi sueño desde siempre, darle esa alegría al equipo y a Argentina, no obstante, la gloria se nos hizo esquiva en los noventa minutos y, en la prórroga, se nos escapó por completo. Un gol de Götze puso fin a nuestro sueño mundialista, Alemania era el campeón de la Copa del Mundo. Nosotros estábamos devastados, en especial yo, trataba de mantener la compostura con una expresión seria, pero mi tristeza se reflejaba en mis ojos y en todos los del equipo, nuevamente fallé, le fallé a Argentina, sólo quería desaparecer en ese momento, huir al rincón más apartado del Universo y quedarme allí para llorar sin que nadie me viera, nunca me había sentido tan triste en toda mi vida, al menos hasta entonces. Recibí el balón de oro al mejor jugador del partido, decisión polémica que sorprendió a todos, incluso a mí, ¿por qué estaba recibiendo esa cosa? ¿No lo entienden? "Esto no me interesa, estoy destruido, podrían dejarme en paz, podrían dejar de apuntarme, de gritarme, de acosarme con sus flashes hostigantes, sólo quiero estar solo... solo para poder llorar", pensaba en lo más profundo de mi interior mientras veía a la nada... En serio, no quería estar allí. Sabía que lo peor estaba por venir, se me criticaría y se me juzgaría por no hacer 'nada' por ganar, por no sentir la camiseta, por ser un 'pecho frío'... si supieran, él que más estaba sufriendo era yo, siempre soy yo, ¿creen que a mí no me gustaría ganar algo para la patria que me vio nacer? Muchas de esas personas no saben por todo lo que he pasado, lo difícil que es estar en esa cancha y, más aún, llevar el peso de tu selección y sentir la presión de ser aquello que se supone debes ser, pero no los culpo, ni tampoco les reprocho nada, quizás si estuviese en su posición también hiciera lo mismo, no tengo más opciones que callar y aceptar que me 'maten', siempre es así de todos modos, y yo sigo volviendo... y seguiré volviendo hasta que ya no pueda más.

Pasado el desastre inicial, la selección regresó al hotel en silencio, sentíamos que habíamos llorado lo suficiente por ese día, probablemente, retomaríamos el llanto al día siguiente.

Desperté esa mañana deseando que fuese un mal sueño, quería que Kun me halara de un brazo y me dijera "Leo, si ganamos", no tienen idea de lo mucho que me hubiese gustado escuchar eso. Me levanté animadamente cuando observé a Sergio el cual, leyendo mis pensamientos, meneó su cabeza con decepción, haciéndome entender la realidad. Me llevé las manos al rostro y volví a hundir la cabeza en la almohada, ¿para qué despertar? A veces puedo ser exagerado, lo entiendo, pero me afecta demasiado. Bloqueé mi teléfono para no ser molestado, con mi humor actual era lo mejor, no quería hablar con nadie.

Los pocos días que me quedaban en Brasil se fueron volando, no había hablado con mi Ney hasta entonces, no tienen idea la falta que me hacía, hice mal al aislarme de todos, en especial de él, si algo me podía ayudar en estos momentos era estar a su lado, verlo sonreír, abrazarlo y besar sus labios, así que, un día antes de partir y, aprovechando que estábamos en la misma ciudad, decidí llamarlo:

- ¡Hey Ney! ¡Amor mío! ¿Cómo estás? -pregunté animadamente, estaba ansioso por oír el sonido de su voz.

- Hola Leo, ¿bien y tú? -respondió, "qué extraño, generalmente no es así de serio".

- Pues, ya sabes, triste por lo de la final pero ansioso por verte, ¿te parece si nos vemos esta tarde? Así te platicaré sobre eso tan importante que tengo para decirte.

- De hecho yo también tengo algo que decirte, me parece bien esta tarde -seguía distante, no quise preguntarle nada, tal vez sólo eran imaginaciones mías.

- ¡Está bien mi cielo! Hay una cafetería cerca de la playa, es un lugar discreto así que podemos vernos allí, ¿sí?

- Está bien Leo... bien... Nos vemos...

- Nos vemos amor... te amo... -colgó sin responderme el 'te amo'.

Estaba preocupado, Neymar no era así, tan frío y distante, él era el cursi generalmente, no quise deducir nada, después de todo, ambos habíamos sido golpeados anímicamente por este Mundial, "Sí, esa debe ser la razón".

Me arreglé lo más que pude, sin parecer demasiado formal, usaba una camisa negra, pantalones blancos, zapatos negros tipo vans y chaqueta de cuero negro, sabía que a mi Ney le encantaba que usara este tipo de chaquetas y, pues, quería complacerlo. Llegué al lugar a las cuatro de la tarde en punto, quedaba a unos quince minutos del hotel, no era muy lejos, si tenías auto. El lugar era precioso y sencillo, si bien no era la casa de Ipanema, parecía un sitio perfecto para proponérselo. Las mesas estaban en una especie de muelle con vista al mar y al maravilloso atardecer, algo me llamó la atención, mi amado estaba sentado en una de las más alejadas, cerca del cerco de madera que rodeaba al muelle. "Qué extraño, Neymar nunca ha sido tan puntual", pensé. Me acerqué a él con una sonrisa, se veía guapísimo, como siempre, con lentes de sol tipo aviador, su inseparable gorra, camisa verte, pantalones negros y botines de colores. Lo abracé efusivamente, él me correspondió el abrazo pero no con la misma intensidad, en un principio pensé que era porque estábamos en público pero, al sentarme, noté que efectivamente no había nadie alrededor, "¿Por qué Ney está tan distante?".

- Te extrañé mucho mi Ney, lamento no haberme comunicado contigo, después de la final he estado bastante mal...

- Lo sé Leo, me imagino, vi el partido y no lucías nada bien... Lamento que hayan perdido.

- Está bien Ney, ya lo superaré, son cosas de fútbol... -reí levemente, no quería acordarme de los malos momentos y dejar que empañaran el tiempo que pasaba con mi amado, no lo iba a permitir- ¿Cómo sigue tu espalda?

- Mejor, ha avanzado muy bien... Podré empezar la temporada con tranquilidad al parecer... -sonrió sutilmente, pero no dejaba de tener esa expresión vacía en los ojos que tanto me inquietaba.

- Entonces... dime... ¿qué era eso querías decirme?

- Mejor di primero lo que tenías que decirme...

- Tú primero Ney, no te preocupes -insistí, pensé que era mejor dejar mi propuesta para el final, estoy seguro que no se le esperaba, no quiero imaginarme su cara de emoción cuando le diga que terminé mi relación con Anto y pronuncié las palabras: "Neymar Júnior, ¿quieres ser mi novio?", sabía que se abalanzaría sobre mí, bueno, quizás no por su yeso pero, de seguro, nos besaríamos apasionadamente al tiempo que contemplaríamos juntos el atardecer... Sin duda, sería la escena romántica perfecta, bueno, tengo que aterrizar para escuchar lo que mi futuro novio va a decirme... ¡No puedo esperar!

- Leo... -suspiró, tragó saliva, lo miré fijamente, tratando de contener las ansias internas- Debemos dejar de vernos...

¡¿QUÉ?! ¡¿Acaso escuché bien?! Mis ojos se ensancharon demás en ese momento, meneé de un lado a otro la cabeza con estupefacción, ¿era una broma, verdad? Díganme que lo es, por favor.

- Ney, no quiero parecer grosero, pero si es una broma...

- No lo es, Leo -expresó bajando la cabeza para luego mirarme a los ojos- No debemos vernos más...

- ¿Por qué? -expresé en medio de un triste susurro.

- Volví con Bruna... Me di cuenta que era ella con la que siempre he debido estar... -mencionó cabizbajo, ni siquiera me miraba a los ojos, simplemente no podía creerle.

- ¿Estás oyendo lo que dices? -reí nerviosamente- ¿Bruna? ¿En serio? Ney, déjate de bromas, no seas boludo.

- Te digo la verdad... yo aún la amo... -suspiró, seguía esquivando mi mirada.

- No te creo Neymar, no puedo hacerlo... ¿Qué fue lo que ocurrió estos días que te hizo pensar así? Cuando fui a visitarte no te comportabas de esta manera, quiero saberlo ahora... -expresé serio pero con una gran tristeza por dentro, seguía con la esperanza de que fuese una jugarreta de mal gusto, o uno de esos programas de cámara escondida, cualquier cosa era mejor que lo siguiente que iba a escuchar... Neymar dio un respiro hondo.

- Nunca la he olvidado... peleamos, sí, pero nunca la olvidé ni dejé de amarla... -seguía sin mirarme, arrugó los labios por unos segundos- Esa noche en las duchas estaba muy susceptible, acababa de terminar con ella, estaba dolido y tal vez el contexto en el que nos encontrábamos me hizo pensar cosas... -sentí un gran puñal en mi corazón, mis ojos se humedecieron, pero no lo interrumpí, dejé que continuara- Malinterpreté nuestra amistad y me dejé llevar... -yo llevé mis manos a mi cabeza, no quería llorar, no frente a él.

- ¿Qué pasó en Ipanema? ¿Qué pasó en Andorra? ¿Qué pasó durante todas esas noches?... -suspiré hondo, evitando que salieran mis lágrimas, pude ver que se le humedecían los ojos- ¿Qué pasó con todas las veces que me dijiste 'Te amo'? ¿Nada fue cierto?

- No me malentiendas Leo, yo si te amo sólo que como amigo... Eres mi mejor amigo y, tal vez, el hecho de que rompiera con Bruna me hizo verte de una forma en la jamás debí verte... -miró a la playa, llevándose la mano a la boca, sabía que tenía tantas ganas de llorar como yo.

- Algo te ocurrió en estos días Ney, no sé qué es pero puedes contármelo, tú no eres así... -gemí.

- Lo único que ocurre aquí es que amo a Bruna... eso es todo... por favor, no insistas más... -una lágrima resbaló por su mejilla, sabía que ocultaba algo y no me lo quería decir- Lo mejor para todos es que terminemos esto, Leo...

- Mírame a los ojos y júrame que lo que me dices es cierto... -le tomé el mentón delicadamente para hacer que me mirara, sus ojos avellana se encontraron con los míos, los de él botaban algunas lágrimas, "Dime la verdad mi Ney, sé que me amas tanto como yo a ti", le expresé al observarlo.

- Es cierto... -susurró, pero con esas solas palabras me destrozó lo poco que quedaba de mi corazón, cerré los ojos y solté su mentón, no quise mirarlo más, pero tampoco quise llorar delante de él.

- Está bien, Ney, si tu felicidad está al lado de Bruna yo... me haré a un lado... -suspiré desviando la mirada al mar, queriendo desaparecer.

- Perdóname Leo... -gimió.

- Descuida Ney... Yo no soy quien para evitar tu felicidad... pero sólo para que lo sepas... Todo lo que dije, todas las palabras, los gestos, los abrazos, las caricias, los besos... todo fue verdad... Yo realmente sentí todo eso... Lástima que tú no -él gimió y llevó sus manos a su rostro.

- No quiero perder tu amistad Leo... -lloró.

- No lo harás... Como te dije antes, todo lo que te he dicho es verdad, una de esas tantas cosas fue: "Nunca dejaremos de ser amigos", ¿lo recuerdas? Fue en el primer partido de la temporada -él asintió- Voy a cumplir con eso, así me cueste -él volvió a asentir, sentí su mirada en mí pero no quise observarlo, si lo hacía iba a llorar como una Magdalena- Tengo que irme Ney, nos vemos luego -me levanté de la mesa, mi expresión era lo más inamovible posible, muy parecida a la que tenía en la Final, puede que pareciera que no sentía nada pero por dentro me estaba muriendo.

- ¡Espera! -exclamó Neymar tomándome del brazo- ¿Qué era lo que me ibas a decir?

- Nada importante... sólo que el club nos envía todo su apoyo tras las derrotas de nuestros equipos y tu lesión -mentí, qué sentido tenía pedirle ahora que fuésemos novios.

- Ah... está bien... -me soltó el brazo, y miró hacia el piso- Adiós Leo...

- Adiós Ney...

Me marché inmediatamente de allí, sin expresión alguna y sin mirar atrás. Tomé el primer taxi que vi y me dirigí al hotel. Una vez allí me escabullí entre los pasillos, sin que lo notaran mis compañeros, entré en mi habitación y cerré con seguro. Hundí mi cabeza en la almohada lo más que pude sólo para deshacerme en lágrimas... tortuosas lágrimas. ¡Nada fue cierto! ¡NADA! ¿Cómo pude ser tan estúpido? ¿Cómo pude involucrarme tanto? ¡¿Por qué justo ahora tenía que venir con eso?! Era algo que no cabía en mi cabeza, estábamos tan bien, la última vez que fui a visitarlo a su casa todo estaba en orden, él aún me amaba, ¿por qué ahora lo negaba? Lo que es peor, ya no soy su Leo, ahora simplemente soy 'su amigo', título que, después de lo que hemos pasado, es incómodo de usar. Sus ojos me gritaban otra cosa, aquellos ojos que quise evitar sólo para no llorar, ¡debí haberlo hecho! Tal vez así él sabría que me duele, que tengo emociones y que mi corazón estaba roto, pero para qué decírselo, ¿para preocuparlo más? ¿Con qué objeto? Después del mal mes que hemos pasado, otro tormento sería lo último que quisiera causarle. Llevé mis manos al cuello, no lo había notado, pero traía puesta la cadena con sus iniciales que hacía juego con la que le había regalado en enero, me la quité de inmediato y la arrojé al suelo, seguía llorando, puedo asegurar que derramé más lágrimas ese día que tras la final el Mundial, en uno sólo había perdido una simple Copa... aquí había perdido la vida...



¡Hola a todos! Primero que nada, les tengo un anuncio importante... Empecé una nueva obra, no subiré tan seguido en ella porque necesito bastante tiempo para que quede exactamente como lo tengo planeado, cargaré el primer capítulo solamente. La obra se llama "El Guardián Real", sólo les puedo adelantar dos cosas:

1- Es Neymessi y Cristessi

2- Tiene una perspectiva un poco diferente, basado principalmente en la Edad Media, con sonetos de juglares como introducción en los capítulos.

Espero que les gusté y disculpen si a veces me tardo mucho en actualizar. Ojo, no voy a dejar de escribir Friendzone Fc, ahora es que falta para que termine, todavía queda un poco de drama... sólo les puedo decir eso...

Nuevamente gracias por estar allí y por todo el apoyo que me dan... No tienen idea de cuan agradecida estoy... ¡Eu os amo! -Icious


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