Mi vida no ha sido precisamente color de rosa. Tuve varios problemas desde que tengo memoria y todos ellos me afectaron mucho... Yo diría que demasiado. Hasta que un día dije basta. Estaba harto de toda esa porquería, quería hacer mi vida sin tener que preocuparme de las cosas que me traían amargura.

Así fue como llegué a la ciudad de la locura, mi amada Las Vegas. Allí soy libre de hacer lo que se me plazca sin tener que pensar en aquellas personas que arruinaron mi vida. Todo eso ya quedó en el pasado, ahora solo miro el presente. Y es el mejor presente que jamás he tenido.

Fiestas, casinos, alcohol, muchos amigos, más fiestas y más alcohol. Pero no se preocupen, mi vida no es simplemente parranda, también trabajo para mantenerme.

Mis padres siempre quisieron que fuera contador, dijeron que tenía facilidad para los números pero yo no lo veía así. El sentarme en un escritorio no era lo mío, yo quería salir y ver el mundo. Así que por ello me volví fotógrafo. También estoy haciendo un curso de escritura creativa. Quiero dejar una marca en el corazón de todos cuando me vaya. Quiero que cuando vean una foto o un libro, lean mi nombre y digan: — ¡Wow! Adoro su trabajo. Él fue uno de los mejores de la época.

Pero a veces no es bueno planear las cosas. La vida da giros inesperados que pueden cambiar tu vida en un abrir y cerrar de ojos. Aunque lo que me sucedió a mí no tiene explicación. No entiendo porqué.

La vida me dio una segunda oportunidad de vivir. Todo el mundo dice que fue por una razón y hasta el día de hoy no entiendo cuál fue.

¿Qué hay en mi vida que tengo que cambiar? ¿O será que hay algo que tengo que hacer antes de morir?