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Parte 2 - "¿Qué escondes April?"



Mientras conducíamos le pregunté a April a dónde quería que fuéramos, ella insistió en ir al parque. Recordaba que la mayoría de las fotos estaban tomadas en ese lugar. Asumo que pese a lo horribles que estaban, sabían que era el mejor sitio para conseguir fotografías de lujo. Sin embargo, cuando buscaba un lugar para estacionar el auto me enteré de algo que me desconcertó. 

Si lo hubiera sabido hubiese pedido más dinero. Ahora entendía porque eran espantosas las fotos; el tipo siquiera había entendido la esencia del trabajo y, aunque me cueste admitirlo, a mí también.

— Espera —coloqué el freno de mano y la miré confundido— ¿Entonces estas no son simples fotografías?

— Nada es una simple fotografía.

— Me refiero a que no es tomar fotos de lo primero que veo, sino que hay que hacerlo con un propósito en específico. ¿Por qué no me lo dijeron antes? En ese caso hubiese pedido 30 por cada una.

— ¿Me estas tomando el pelo?

— ¿Qué más da? Ya hice el trato por 20 —abrí la puerta, pero antes de bajarme le miré y apunté con el dedo de forma acusadora—. Pero ten presente que lo que hicieron fue un engaño y puedo acusarlas legalmente.

— ¡¿Qué?! —Gritó y al bajarse del auto golpeó la puerta con violencia.

Me reí internamente; este era el coche de Sam, su queridísima amiga, y lo estaba maltratando.

— ¡Nosotras no te mentimos! Tú bien que viste las fotografías.

— Ahí no se entendía nada, ¿pero qué más da? Ya estoy aquí, ¿no?

April resopló molesta. Se veía en su cara que tenía intenciones de decirme de todo; que no quería dejar pasar lo sucedido, sin embargo, logró contenerse y pudimos tener una charla decente.

— Escucha, esto es lo que tienes que hacer. Nuestro proyecto trata sobre cómo la influencia humana puede afectarnos de distintas maneras. Si estamos tristes, el hecho de que alguien nos levante el ánimo puede cambiar nuestra actitud. ¿Entiendes lo que te digo?

— Sí, lo entiendo, ¿pero cómo se supone que capture eso en una fotografía?

— Tú dijiste que eras el experto.

La fulminé con la mirada.

— Simplemente toma fotos de las personas, aquí en el parque hay muchas. Solo intenta captar la esencia del proyecto — se giró como para irse y de inmediato se volvió hacia mí— . ¡Ah, casi lo olvidaba! ¿Puedes tomar algunas individuales que muestren diferentes emociones o etapas de nuestra vida?

— Sí, eso creo pero, ¿no te vas a quedar conmigo?

— No puedo, en treinta minutos tengo una entrevista. Así que te quedas a cargo.

Hice una mueca y de inmediato April se fue.

¿Qué se suponía que iba a hacer ahora? El trabajo era realmente difícil y dudaba de que allí pudiese encontrar material. Pero, ¿saben qué? No me importa. Aquí decidieron traerme y de aquí obtendrán sus fotos.



Debió haber pasado como hora y media. Honestamente había perdido la noción del tiempo. 

¡¿A quién engaño?! Estaba aburridísimo y cada cinco segundos veía mi reloj. Aquella cosa parecía moverse más lento conforme la miraba. Estaba desesperado, necesitaba que April apareciera de una maldita vez.

¿Entienden mi desesperación?

Me senté en una banca del parque y con la mirada buscaba algo qué fotografíar, pero era imposible, aquí no encontraría nada de lo que ellas me piden. Creo que para ser sinceros solo tomé unas cinco fotos... y una de ellas fue del perro caliente que me compré.

Es un verdadero asco. La gente de aquí es demasiado alegre y no me da material con qué trabajar. Había pensado en movilizarme por algún suburbio o algo por el estilo, pero hacía demasiado calor como para gastar energías. Además, April se había llevado las llaves del auto consigo, por lo que no podía utilizarlo. Estaba ligado a ella como un perro con correa.

— ¿Qué tal te fue?

Aquella voz me tomó por sorpresa. Me volteé en su dirección y pude ver a April acercándose a mí. Se veía contenta, creo que la entrevista había ido de lujo. A ver qué sucede cuando le diga la verdad.

— Pueeeees —dije, levantándome de la banca. De inmediato su sonrisa se esfumó.

— ¿Pues qué?

— Pues digamos que no me fue para nada bien. Aquí no hay material.

— ¿Qué? ¿De qué hablas? ¿Te pasaste una hora y media viendo las nubes?

— A decir verdad tomé algunas fotos.

Le enseñé mi cámara y April me la arrebató de las manos, creo que dejó parte de su esmalte naranja en mi piel.

— ¡Oye, no toques eso! —Le advertí, pero ella hizo caso omiso de mis palabras.

La encendió y se metió a la galería para ver las fotos. Su expresión no tuvo precio.

— No te cobraré por la del perro caliente.

— No puedes hablar en serio.

— Ya te dije que aquí no hay nada con qué trabajar.

Mientras me excusaba, April se frotaba la frente, frustrada por todo lo que estaba pasando. No era mi culpa que hiciera un trabajo difícil, para la próxima elijan algo más fácil.

— Sam no quería contratarte, ¡y yo fui la que se lo pidió! Sabía que era un riesgo pero estábamos desesperadas. La entrega es en dos semanas y necesitamos esas fotografías, Logan. ¡No puedes hacernos esto!

Me golpeó el pecho con mi propia cámara. La tomé entre mis manos y la miré confundido. ¿Qué quería que hiciera? Estoy siendo honesto con ella y me trata como si todo fuese mi culpa. No es mi problema que el primer fotógrafo haya sido una mierda, pero tampoco lo es el hecho de que estemos en un pueblo de mierda.

Las fotos no eran malas, a decir verdad me gustaron muchísimo, pero solo dos de ellas captaban el espíritu de lo que querían.

— ¡No te hagas la enfadada conmigo! Aquí es muy difícil encontrar algo bueno. Déjame ir a otro lugar y tal vez te consiga algo de primera calidad. Todavía quedan 20, algo podremos sacar.

— ¡Oh, no! Yo no pienso pagarte por estas fotos que acabas de sacar.

— ¿Disculpa?

— Eso que tienes ahí no cuenta. Siquiera te esforzaste.

— Soy la única esperanza que tienen, así que no creo que sea hora de ponerte difícil.

Ella entornó los ojos y me fulminó con la mirada. Se debatía entre si debía despedirme o no; repasando los pro y los contra de hacerlo. Pros, no tendría que trabajar con un patán. Contras, perderían el proyecto y la oportunidad de trabajar en la editorial.

Sip. Creo que es obvio a dónde se inclina la balanza.

— Te daré una oportunidad más.

¿Qué? En momentos como este aceptar la derrota es lo mejor.

En fin, me da igual, todavía tendré esos quinientos dólares.

— Pero no lo eches a perder.

Sonreí y cuando menos se lo esperó le tomé una fotografía.

— ¡Oye!

— Tranquila, esta no te la cobro. «¿Quién en su sano juicio pagaría por una foto tuya?»

Me observó no muy convencida por unos segundos y luego me dijo que volviéramos al auto. Mañana seguiríamos con las fotos, hoy supuestamente tenía que hacer algo importante con su "amor".


Estuve tres días yendo y viniendo por lugares sumamente idiotas. Sam y April hablaban sobre sitios a dónde podríamos ir para encontrar buen material, pero honestamente sus opciones no servían mucho. Intenté expresarme, pero ellas no me escucharon. Esto no era simplemente ir a un lugar y comenzar a sacar fotografías, se necesita inspiración. Necesito conectarme con mi trabajo, encontrar mi zona y una vez hecho eso las cosas parecen salir solas.

En todo este tiempo he tomado como unas setenta fotos, pero solo un puñado de ellas capta la verdadera esencia de lo que quieren. Las observo con detenimiento e intento estudiarlas para poder entender lo que quieren, pero es muy difícil. Termino frustrándome yo mismo porque siento que nada de lo que hago vale la pena.

A estas alturas tendría que ser asquerosamente rico, pero decidí cobrarles por cada foto que consideren buena para el proyecto. Hasta el momento voy unos... ciento veinte dólares.

No entiendo qué es lo que está pasando. Esto no tendría que ser así. ¡Ya tendría que haber obtenido las 25 fotos! ¿Por qué no puedo hacerlo? ¿Por qué cada vez que estoy con mi cámara siento que lo que veo es una porquería?

Me cuesta creerlo, pero cada tanto surca por mi mente la idea del viejo barbudo. ¡Juro que si es tu culpa te...! No sé qué es lo que se le hace a Dios, ¡pero algo saldrá!


Mi padre se quitó las gafas y las arrojó sobre la mesa. Trabajaba en el living porque la mesa de allí era mucho más amplia para desparramar todas sus cosas.

Me miró con seriedad, frustrado. Sabía lo que quería decirme, pero nada de lo que dijera era mi culpa. Por algún motivo no me sentía yo mismo. Había perdido mi toque. Siquiera las fotos que sacaba por placer me parecían de buena calidad.

— ¿Estas intentando sabotear a tu hermana?

— ¡Claro que no! ¿Cuántas veces tengo que decirlo? Estoy haciendo mi mejor esfuerzo, pero por alguna razón no puedo atinarle a lo que quieren.

— ¿Qué necesitas para entenderlo?

Me encogí de hombros.

— No lo sé —agaché la cabeza. Me removí en mi asiento, incómodo por las palabras que se trancaban en la punta de mi lengua—. Tal vez si confiaran en mí y me dejaran hacerlo por mi cuenta...

— ¿Te pone nervioso que te observen? Tu hermana dice que teme dejarte hacer lo que quieras y luego termine por pagarte una fortuna.

— Ya le dije que le daría todas las fotos y ella elegiría las 25 que más le gustaran. ¡No voy a estafarla! —Suspiré y consigo se fueron todas las tensiones—. No me gusta que estén sobre mí vigilando todo lo que hago. Entiendo que no les queda mucho tiempo, pero prometo que no estaré una semana haciendo esto.

— No te está mintiendo, Tim.

La voz de mi madre se escuchó a mis espaldas. Ambos nos volteámos, tenía una sonrisa benevolente en su rostro.

— ¿Por qué no hablas con Sam para que le deje hacerlo solo? Creo que sus fotografías son estupendas. —Dijo acercándose a mí. Pude sentir como quería poner sus manos sobre mis hombros, pero se contuvo y terminó por apoyarlas sobre el respaldo de la silla.

— ¿Cómo lo sabes? —Le pregunté confundido.

— El otro día encontré la página web que tienes con tus amigos, esa de los eventos. Tu nombre sale al pie de la mayoría de las fotos. Son estupendas.

Me sonrojé. Ya me habían alagado con anterioridad, pero el que lo hiciera mi madre era algo... diferente. No entiendo por qué me sentía así, quiero decir, no me importa su opinión.

— De acuerdo —respondió mi padre—. Hablaré con Sam después del almuerzo.

— ¡Gracias!

— Pero no prometo nada.

Almorzamos y Sam había quedado de venir después de la una. Mi padre se la llevó al despacho ni bien cruzó por la puerta de entrada. Quería escuchar su conversación para saber de primera mano los hechos, sin embargo, mis planes se vinieron abajo. Mi madre y Jonathan permanecieron en el living bebiendo café. Así que me vi obligado a subir a mi habitación y esperar la resolución.

Estaba estresado, me dolían el cuello y los hombros. Estaba a punto de estallar cuando siento que tocan el timbre. Me asomé por la barandilla de la escalera, tenía una perfecta panorámica de la puerta. Allí aparecieron April... y Dylan detrás. Al mismo tiempo que mi madre abrió la puerta, Sam y papá salieron de su despacho.

¡Dios, no! Quería bajar para ver lo que había sucedido, pero no quería tener que fingir una sonrisa por April y muchísimo menos por Dylan. Ese tipo es un imbécil.

Se aglomeraron sospechosamente en el living. Por miedo a que me vieran volví a mi habitación. Me senté en la cama y esperé por varios minutos hasta que escuché la voz de mi padre llamándome. Bajé las escaleras y veo que todo mundo está sentado menos Sam y papá. Eso sin duda me puso más nervioso de lo que ya estaba. Todo mundo me miraba y guardaba silencio. ¿Qué diablos estaba pasando?

— Hijo, me complace decirte que llegamos a un acuerdo con Sam. Te dejará completa libertad en el trabajo, siempre y cuando siga en pie el trato de 5oo dólares por 25 fotos.

— Claro.

Con tal de que me dejaran libre aceptaría solo cinco.

— Pero, aparte de eso hicimos otro trato.

Sam estaba cruzada de brazos y al oír aquello rodó los ojos fastidiada. Sea lo que sea la idea no le convencía para nada. Vaya uno a saber el soborno que le ofreció papá. Veo un cheque con muchos ceros en su futuro.

— Logan, no te lo habíamos dicho pero este fin de semana habíamos planeado viajar a Southport en Carolina del Norte.

No sé qué había de malo, quiero decir, en otras circunstancias estaría enojado con mis padres por no informarme de su viaje, pero considerando la realidad la verdad es que me vale muy poco lo que hagan. Para mi es muchísimo mejor, tendré la casa solo para mí. Podré hacer lo que se me apetezca. Realizaría mi trabajo de día y saldría a bailar por las noches. Esta no podría ser una noticia mejor.

— La idea era un viaje romántico, solo para parejas, pero...

Mi padre observó a Sam con la esperanza de que ésta siguiera con el discurso. Ella pareció fulminarle con la mirada, gritando con los ojos que no quería hacerlo, sin embargo bastó un simple gesto de mi padre para convencerla.

Suspiró y miró al techo antes de continuar.

— Papá y yo decidimos que tal vez el que cambio de aire te ayudaría con la fotografía... así que tú y Adrian vendrán con nosotros.

Mis ojos se abrieron como el dos de oro. Abrí la boca para decir algo, pero April me arrebató las palabras.

— ¿Qué?

— Sé que dijimos que sería un fin de semana de parejas, pero esto podría ayudar a Logan y al mismo tiempo a ustedes. Además, podremos tener nuestro tiempo a solas. Logan tiene libertad de ir y venir cuando quiera. ¡Lo pasaremos genial!

Mi madre estaba a rebosar de la alegría. Jonathan, el esposo de Sam parecía estar de acuerdo con la situación. Después de todo él había querido que entre mi hermana y yo se solucionaran las cosas. Por otra parte, papá dijo que ya habían hablado con Adrian y éste estaba más que feliz de asistir con nosotros.

Dylan no parecía molesto o contento, se mostraba bastante neutro con la situación. Creo que en teoría no le molestaba mi presencia, sino el hecho de poder disfrutar de su novia en paz. Sin embargo, creo que April estaba a punto de estallar. Estaba roja y no podía quitar la cara de asombro. A juzgar por su estado diría que el corazón le latía bastante fuerte.

— Sam, ¿podemos hablar en privado?

— Amm, claro.

Se dirigieron a la cocina y luego al patio trasero. La curiosidad me estaba matando por dentro. Necesitaba saber qué era lo que estaba pasando por la cabeza de April en esos momentos.

— Tengo que ir al baño —anuncié, pero nadie me hizo caso. Estaban más enzarzados en su conversación que en lo que tenía para decir. Aproveché el momento y me adentré en la cocina. Pude ver a April y Sam bajo el techo de la barbacoa. Me acerqué a la puerta y para así obtener una visión perfecta de ambas, mientras que la ventana abierta me ofrecía una estupenda acústica.

Entorné la vista y así pude ver las lágrimas en los ojos de April.



April se llevó las manos a su rostro, apretó los ojos levemente para que las lágrimas dejaran de salir, pero solo logró el efecto contrario. Sorbió por la nariz y luego miró a Sam con desprecio.

— Eres mi mejor amiga... sabes todo de mí... ¿entonces por qué me haces esto? ¿Por qué dejaste que Logan nos acompañara?

— April, lo siento tanto —intentó abrazarla, pero ella se alejó—, pero fue idea de papá. ¿Qué querías que hiciera?

— ¡Decir que no! —chilló con frustración.

Samantha bajó la cabeza y llevó sus dedos alrededor del tabique nasal. Siempre hacía eso cuando el estrés la sobrepasaba, cuando no encontraba una solución al problema.

— Te prometo que Logan no te molestará. Estaré todo el día encima de él y...

— ¡Cierra la boca! —Le espetó de pronto, obteniendo la reacción esperada. La rabia centellaba en el interior de sus ojos—. ¿En verdad crees que me voy a tragar ese cuento? Me has dicho la misma mierda todos estos días, ¿y adivina qué? ¡Yo soy la que ha estado soportando a Logan todo este tiempo!

Un poco más y diría que estaba a punto de experimentar un ataque de pánico. Me sorprendía lo alterada que se ponía, más aún el hecho de que sus manos temblaran. ¿Qué pasaba con ella? Ni siquiera yo me pongo así cuando hablo de nuestro pasado o de hechos recientes.

— April, cálmate, por favor. — Su tono de voz era pausado, suave. Sentía que estaba hablando con un demente... y en parte creo que lo era.

— ¡No quiero calmarme! —Las lágrimas corrían por sus mejillas enrojecidas.

No podía evitar mirarla, no podía evitar sentirme mal por ella. Me pregunto qué es lo que estará pasando por su cabeza en estos momentos. ¿En qué pensaba como para que reaccionara de esa manera?

Se dejó caer sobre el respaldo de la silla. Se inclinó hacia adelante; los cabellos le cubrían el rostro haciéndome imposible leer sus ojos. Escuchaba el ruido de su respiración: agitada... desesperada... miedo.

— Ya no puedo más, Sam... —El llanto transformó su voz por completo. Un temblor me recorrió el cuerpo—. Ya no puedo...

— En verdad lo siento. Yo... —Se acercó a ella, pero April se apartó de un saque.

— Dile a Dylan que lo espero en el auto... Ya no quiero estar más aquí.

Retrocedió unos pasos, como si su mente estuviese analizando lo sucedido, procesando la información de lo que acaba de pasar. Buscando una mentira para sus lágrimas, una pantalla para sus emociones. Material con qué construir el muro que se había derrumbado en su interior.

Se escapó por el garaje. Samantha se mantuvo unos segundos varada en el mismo sitio. No le veía el rostro debido a que se encontraba de espaldas, pero le escuché sorber por la nariz; estaba llorando. ¿Por qué? Entiendo que sean mejores amigas, sin embargo presiento que ella sabe más de lo que dice.

Antes de que me descubriera salí disparado al baño. Cerré la puerta y me recargué en esta. Mi mirada viajó del techo hasta el espejo que había enfrente de mí. Me sentía raro... Me veía raro. Otra vez esa sensación extraña que perturba mis entrañas. Sabía perfectamente cuándo y cómo percibí lo mismo, pero me rehusaba a creer el porqué.

Esta no es la misma April que conocí. La de antes era más ruda, aventurera, dispuesta a arriesgarse si era necesario. Esta es demasiado dulce, alegre... frágil. ¿Qué sucedió con ella? No puedo creer que haya cambiado tanto, un pedazo de la antigua aún debe de estar en algún lugar de su ser. Recuerdo que a los pocos días de llegar, cuando la enfrenté, no esperaba que me diera ese tipo de pelea. Sé que ella tiene ese lado agresivo, pero por alguna razón siento que me está engañando. 

Tengo dos facetas de ella, ¿cuál es la verdadera? 

¿Qué escondes April?


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¿Qué creen que le pase a April?

¿Creen que acepte ir al viaje? Yo creo que sí...., pero, ¿que piensan que sucederá? 

Logan, April y Dylan... una combinación no muy buena que digamos.

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