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Capítulo 14

XIV.
Otra oportunidad.

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El partido estaba siendo un desastre, eso era algo que Sofía tenía claro. Ya había acabado el primer tiempo y no sabía si sufrían más sus compañeros jugando o ella viendo todo desde el banquillo.

Aunque poseía una chispa de alegría ya que desde su posición pudo ver a su hermano quién tenía sentado al lado al primer DT que la recibió en los halcones.

Le gustaría decir que el camino al vestuario fue silencioso, pero sería una mentira. Escuchaba a Ricky quejarse del cómo Lorenzo actuaba como un individualista, aunque para ella, parecía más bien perdido; algunos quejarse de que el 4 – 5 – 1 no favorecía al juego y muchas más conversaciones que no lograba oír con claridad.

— Es una verdadera vergüenza lo que está pasando en la cancha. Están dejando el nombre de los halcones por los suelos. — Fue lo primero que dijo su DT al ingresar.

Dedé levantó su mano y empezó a hablar. — Director-

— ¡Director nada! — Le cortó al brasileño. — Y para el segundo tiempo quiero contraataques rápidos. Quiero que todos los balones lleguen a Lorenzo, como lo practicamos en los entrenamientos.

— Es todo lo que intentamos, señor. Pero es que- — Esta vez el que no pudo acabar fue su amigo mexicano.

— ¡Es que no quiero que lo intenten! ¡Quiero que lo hagan! — Exclamó y volteó a ver a su hijo. — ¿Y tú, Lorenzo? ¿¡Qué pasa!? Quiero que despiertes de una buena vez. —Sacó su teléfono. — Todavía no termino con ustedes. — Y salió del vestuario.

Sofía pensó que ya era momento de poder respirar sin ser regañada. Pero no tuvo mucho tiempo, ya que en menos de 5 minutos el director había vuelto.

Bendecido sea el pajarito que le apareció a Diego y los cambios tan inteligentes que le dijo.

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— Los dos equipos están en el campo de juego para continuar con el segundo tiempo. Por ahora los vikingos se llevan la victoria. 1 – 0 es el resultado. De mantenerse esto así, los halcones se despiden del campeonato. — Relata Joaquín a través de su canal. — Parece que en esta ocasión Sofía Moretti entra en el lugar de Adrián Roca como mediocampista. Esperemos que el debute de la primera jugadora en la copa no sea su último partido. — Cuenta al ver cómo la castaña se posiciona en el lugar del 5. — ¡Silbato inicial y qué llueva talento no más! ¡Comienza el segundo tiempo!

Un 4 – 4 – 2 por parte de los halcones se dejaba ver en la cancha y se notaba con mayor claridad el control que tenían los halcones sobre la pelota.

Sofía estaba segura de sí misma, no planeaba que este fuera su último partido de la intercopa. Teniendo la pelota en su posesión se salta la marca y le desliza con delicadeza el balón a Pablo.

— Vuela Pablo como un avión. Se la pasa a Lorenzo y ¡Lorenzo! — El reportero espera el gol. — ¡No, Lorenzo! — Todos ven cómo el balón pasa por arriba del arco y se quejan. — Lorenzo la tiró a cualquier lado, señores. Esa pelota estuvo más cerca de entrar por la ventana de mi casa que en el arco de los vikingos.

Sofía pasó a un lado de Lorenzo y le hizo un pulgar arriba al verlo estresado. — Tranquilo, capitán. Aún tenemos 30 minutos para darle vuelta. — Y la inglesa se alejó lo suficientemente rápido cómo para no poder observar la mirada extrañada que le brindó el goleador.

— Los vikingos salen y hacen un ataque que podría terminar en gol... ¡Pero no! Roba Catorce que se la pasa a Sofía Moretti y hace una jugada impecable evadiendo a la defensa. Tira para el arco y ¡GOL!

La ojiazul corrió hacia la tribuna con una sonrisa en el rostro y se arrodilló en el césped del campo con los ojos cerrados. Levantó los brazos al sentir a su par de amigos extranjeros abrazarla y cómo poco a poco se unía el resto del equipo; cuando sintió su respiración ligeramente más calmada, se levantó para volver a su posición.

— ¡Gol de los halcones! Sofía Moretti con el empate 1 – 1, señores. ¡Este partido está empatado!

Después de unos minutos suena el silbato y todos los jugadores se quedan quitos en sus lugares. — ¡Final! El árbitro suena el silbato indicando el final del partido, señores. 1 – 1 es el resultado. Y, con esto, tenemos penales.

Diego se acercó a los halcones que habían empezado a realizar una fila de penales en un lado de la cancha. — Lorenzo. — Y el mencionado dio un paso adelante. — Ricky. Dedé. Sofía. — El trío se sonrió mutuamente y se posicionaron al lado del capitán. — Y, Catorce. — Decir que hasta el mismo Apolodoros estaba sorprendido era poco.

— Comienzan los Vikingos. Va a rematar Olaph Jourghen. Va a rematar Olaph... ¡Gol de los vikingos! — Ahora era el turno de Lorenzo, por lo que sus compañeros lo animan. — Turno de Lorenzo Guevara. Nada que hacer para el arquero de los vikingos, que sabe que es implacable el número 9. — Lorenzo coloca el balón. Suena el silbato. Lo patea y... — ¡Lorenzo Guevara malogró su penal, señores! Impensado, parece que acaba de agujerear una nube el número 9. — Lorenzo se arrodilló frente a la portería mirando a la nada mientras el resto del equipo y los alentadores se lamentaban de lo sucedido. — Con este error se termina el récord de peales del goleador de los halcones. — Joaquín comenta. — Es el turno de los vikingos, va a rematar Nicolás Benson. Los vikingos van adelante por 1 – 0. Remata Nicolás y ¡Gol de los vikingos!

— Turno de Ricky Flores. Acomoda el balón. Mira fijo al portero y... ¡Gol! ¡Gol de los halcones! Es un aire que le da Ricky Flores a los halcones 2 – 1 en el resultado de los penales.

Otro jugador de los vikingos realizó el penal y lo acertó. — La presión recae sobre Sofía Moretti. En este momento ¿Qué estará pasando por la cabeza de la jugadora? Mira fijamente al arquero patea y ¡GOL! La número 16 logró realizar un gol en el centro de la portería, señores. Nada que hacer para el arquero confundido de los Vikingos. Ahora los halcones están más cerca de empatar la serie de penales.

— El 4to penal, señores. Rafael está en el arco. Se le ve seguro al arquero de los halcones dorados... ¡Ataja Rafa el penal, señores! — La inglesa y el resto de jugadores felicitan desde su posición al arquero de 4to año; mientras que el número 6 se acercaba para realizar su penal. — Turno de André Duarte... Va rematar Dedé. Toma distancia, mira al arquero, remata y ¡Gol! Y empata la serie de penales 4 – 4.

El actual arquero titular había logrado atajar otro penal de los Vikingos recibiendo más aliento por parte de sus compañeros y ahora toda la esperanza de ganar el partido de una vez por todas recaía en el número 14. — Apolodoros Nickotatopulos cuántos pasos te separan de la gloria... o la derrota. — Comenta el de apellido Costa. — Apoya el balón en el punto de penal... Va a rematar Apolodoros Nickotatopulos... ¡GOLAZO DE CATORCE! ¡Los halcones pasan a cuartos de final!

Y todos los halcones salieron a abrazar al jugador que logró realizar el gol final. Levantándolo en lo alto y festejando su victoria.

Sofía volteó extrañada al ver que el más alto de ellos faltaba y sólo pudo ver a lo lejos cómo el azabache pasaba por un lado de su padre para dirigirse al vestuario.

Suspiró.

Hablaría con él en otra ocasión.

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La mayoría en el vestuario aplaudía ante el director deportivo. Sofía solo sonreía.

A ella ese hombre seguía sin darle buena espina.

— Tranquilos, tranquilos. Aquí el mérito es de ustedes.

— Pero los cambios del medio tiempo nos salvaron. — Todos asintieron ante lo dicho por Mariano.

— Eso sí. Pero ustedes aguantaron la presión y demostraron por qué están donde están. — Dejó en claro el Guevara. — Bueno ¡Vamos halcones! A las regaderas y a descansar.

Algunos jugadores se abrazaron, pero el sentimiento de armonía acabó cuando el DT mencionó el nombre del 9. — Lorenzo. ¡Ven acá! — Y aunque ambos estuviesen haciendo un intento de susurro, la Moretti podía escuchar con claridad lo que sucedía. — ¿Qué pasa?

— No lo sé.

— Pues yo sí te voy a contar qué pasa. Me decepcionaste.

— Pues hice lo que pude-

Y antes de que la situación pasara a mayores. Gabo llegó interrumpiendo a todos. — ¡Felicitaciones!

Los tres extranjeros se acercaron al oriundo de Álamo Seco y lo abrazaron. — Nos hiciste falta, hermanito. — Habló Ricky.

— Es verdad. — Diego se acercó a ellos aún bajo la mirada enojada del 9. — Nos hiciste falta. Esperemos que para el próximo partido ya puedas estar con nosotros. — Le palmeo la espalda y salió del lugar.

Sofía vio la mirada triste que tuvo el goleador por un momento y le hizo una seña a su hermano, el cuál no dudó en acercársele al delantero. — Hey... — Cuando Gabo tocó la espalda de Lorenzo este se alejó con brusquedad, colocando en alerta a la ojiazul, ya que parecía que el enganche no se daba cuenta de dicha actitud. — Yo sé que no fue tu mejor partido, pero no te preocupes, a veces tenemos días malos y-

El Guevara le interrumpió con una actitud y respiración alterada al menor. — ¿¡Te estás burlando de mí!? ¿Es eso lo que estás haciendo? ¿¡TE PARECE GRACIOSO!?

Y cuando vio cómo Lorenzo tomaba a su hermano por la camisa salió rápidamente a separarlos. — Hey, hey, ¿What the fuck is wrong with you, bro?¹ — Sofía colocó a su hermano detrás de ella.

No contaba con que el Guevara se lanzara contra ambos, así solo fuera para agarrar a Gabo. — RESPONDAN. — Y fue cuando todo el equipo se acercó para intentar separarlos, armando un escándalo.

— ¡Eh, eh, eh! Para. ¡Tranquilos! — Gabo ahora se posicionó frente a su hermana e hizo que sus compañeros le soltaran. — Pará. No pasa nada. — Trató de relajarlos a la vez que miraba con preocupación a su hermana, quien se agarraba el pecho con fuerza con el arquero de quinto abrazándola por los hombros.

— ¡SUELTENME! — Exclamó Lorenzo para soltarse con brusquedad de quienes lo retenían, tirar su toalla e irse rápidamente a las duchas.

Por el lado de la única chica, trató de relajar sus respiraciones por unos segundos y dedicarle una sonrisa a su amigo argentino. Indicándole que estaba bien para alejarse de él y hablar con su hermano.

— Mira, Gabo. No sé qué ha pasado, pero yo que tú le daba su merecido. — Escuchó decir al 7.

— No, no, no. — Consternado habla el enganche. — Hoy jugó muy mal y algo le pasa.

— En eso estoy de acuerdo, pero no quita que tenga unas ganas descomunales de meterle una paliza. — Sofía suspira. — ¿Podemos dejar el tema un rato e ir a la cafetería a celebrar?

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— ¡No! — Dedé exclamó con sorpresa. — ¿En serio Francisco vino al IAD?

Gabo contesta con una sonrisa. — Sí. Pero lo que se me hizo raro es que, justo antes de que Diego hiciera los cambios. — Se acercó para susurrarle a sus compañeros. — Francisco me los había dicho a mí.

— ¿Todos los cambios?

— Los mismos cambios. — Rectifica. — Mucha coincidencia, ¿no?

— No sé. — Duda el de Brasil. — Diego es un gran jugador con muchos años de experiencia.

— Bueno... Es la verdad, hermanito. Tuvo poco tiempo para entrenarnos, pero, Gabo, ¡Es Diego Guevara!

— Sí, bueno. Puede ser.

— Pero ahora que mencionas eso. — Sofía habla después de darle un sorbo al jugo de naranja que tenía enfrente. — Durante el medio tiempo, Diego salió del vestuario y podría haber hecho la llamada en ese momento.

— Pero... ¿A quién le importa eso ahora? ¡Lo importante es que ganamos, nuestra querida Sof jugó un partidazo y tú podrás jugar los cuartos de final! — André festejó alzando su puño hacia el Moretti.

— En realidad... Aún no sé si voy a poder jugar.

— ¿Supiste algo de la comisión esa? — Ante la negación Ricky siguió hablando. — Uy, hermano. Ojalá que todo se solucione pronto para que puedas jugar con nosotros en la cancha.

— Sí. Porque si Lorenzo sigue jugando así, no llegamos ni a la esquina. — Terminaron el 6 y 7 juntos.

— Eso y que la gente debería tener el honor de ver a la dupla Moretti en la cancha. — Sofía le guiña el ojo a su hermano mientras sonríe.

Claro que ninguno notó que, desde la ventana de la sala de estudios, Lorenzo Guevara los veía fijamente.

— Vi el partido. — Martina llega hasta el lado de su novio. — Felicidades, ganaron.

— Pero no gracias a mí.

— Y, la verdad es que estuviste muy desconcentrado... Y sé perfectamente que tiene que ver con la foto que tenía Gabo y me pediste que te mande.

— Sí. — Miró a la castaña. — Mi papá tenía la misma foto entre sus cosas. Las comparé y es la misma solo que la de mi papá tenía una inscripción que decía "Te amo".

— O sea que-

— O sea que tenías razón.

— ¿Y Gabo lo sabe?

— Gabo no sabe nada y no sé qué hacer.

— ¡Eso! Gabo no sabe nada y así se tiene que mantener. No tienes que hacer nada.

— ¿Qué?

— Dejá todo como antes. No tenés que compartir a tu papá y mucho menos con Gabo y Sofía, porque ellos son un dúo. — Le deja claro. — Tenés que asegurarte de salir bien parado de esta. Ahora dime, ¿Qué decisión planeas tomar?

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¹Hey, hey, what the fuck is wrong with you, bro? (ing.): Hey, hey, ¿qué coño está mal contigo, hermano? (esp.)

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2/2 como agradecimiento por seguir aquí después de 3 añitos desde que empezó la historia y casi 1 de inactividad. Muchas gracias nuevamente

Soy muy pesada con el tema, lo sé, perdón 😔

Pero nada, felices fiestas para todos y espero que sigamos por aquí en el próximo capítulo ♡︎

All the love,
-jeaaanne

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