El nuevo Ray, pensaba que estaba en una obra de teatro donde a su entender, todas sus acciones eran ficticias y no perjudicaban a nadie. Ray era de tes blanca al igual que su fallecida madre. La mujer a la que el representaba también tenía estas características. Era alta, llevaba un vestido corto hermoso que hacía que los hombres se volvieran locos (claro ellos no se daban cuenta de que en realidad era un hombre a menos que estuvieran muy cerca de el), cabellos con un color rojizo, que te daban ganas de quedarte mirándole. Su maquillaje era asombroso y sus ojos te daban esa sensación de paz y seguridad. Nadie en ese barrio sabía de donde había venido esa chica:

-Quién será esa chica?- Preguntaba un vecino.

-Dicen que se está quedando en casa del chico al que se le murió su madre. Que desvergüenza estar así, su madre no se murió hace tanto y ya esta metiendo mujeres en su casa.

   Rosé, que era el nombre adaptado por el, pasaba muy cerca en ese momento escuchó las palabras de estos vecinos que conversaban.
Era de noche y oscuro. Rosé se acerca y estas personas se asustaron por la manera inesperada en la que se apareció:

-Hola!? Estaban hablando de mi?- Rosé pregunta con tono sádico.

-Ehh... nosotros, eh....-Las personas se quedan nerviosos por la manera en la que Rosé habla, además de que era evidente de que era la voz de un hombre. Estos dos vecinos estaban anonadados

-Bueno, tomaré su silencio como un si. Vean, aquí traigo una flor para ustedes. Les gusta?

-Ehh....si si pero quién es usted señor....ita?- Preguntan con duda y consumidos por el miedo.

-Que bueno que les guste! No saben lo feliz que me hace eso. Me llamo Rosé.

-Rose? Bonito nombre...

-Puedo sentir el miedo en sus palabras. El tono exsaltado en ustedes. Me tienen miedo?

- No, ehh, nosotros no, es que ya se está haciendo tard.....-Rosé saca un cuchillo y le corta la garganta a uno de ellos y luego se lo encaja en el corazon. La expresión en la cara de la otra persona era exitante para Rosé.

-AHHHH NOOOOOOO!!!! AUXIL......AHJJ..-Rosé lo ejecuta. La sangre brota, tiñendo la calle. No había nadie en ese lugar, Rosé pudo salir desapersivida.

    Al día siguiente, en las noticias hablan del caso de las dos personas encontradas. En el cuerpo de las personas estaba escrito con sangre una frase "voy a regalar flores". La poblasión no entendía que era lo que estaba pasando. El reportero de la televisión es Richard el antiguo compañero de escuela de Ray cuando era un niño. Richard ni se imagina que la persona detrás de este atroz delito es Ray. El objetivo de Rosé era asesinar a todos esos que los lastimaron a él y a su madre. Cegado por el ansia de matar, no reconoce a nadie y asesina a innumerables personas. Bien organizado cada acto, Rosé se va llenando cada vez más de ese vicio de matar. Sentir el sonido del filo del cuchillo rasgando la piel y los órganos, era una de las cosas que mas le gustaba. El sabía que tenía una meta principal, matar a la persona que los dejó solos a el y a su madre hace muchos años. Ya no había amor ni compasión en su corazón. Dos días después de su primer acto, sale nuevamente a la calle. El terror nuevamente se desenvuelve en la vencindad. Esta vez, Rosé hiso incapié en dejar pistas de su paradero, y de sus próximos pasos. Esto lo hacía, porque sabía que esa persona podria estar vinculado de alguna manera al caso de los asesinatos.
     Cerca de su casa, hay un parque con un pequeño lago, en el cual unos niños que jugaban encontraron un cuerpo con una insisión. Pero esta insisión no era en Y como usan los médicos. Esta era una insisión en R, si,  tenía en el cuerpo una enorme "M", hecha por un cuchillo demaciado filoso. Los policías al encontrar la víctima, pudieron deducir que alguien les dejaba pistas para ser encontrado. Este asesino quiere algo y nadie sabe que es.
   El padre de Ray, que era policía, tenía un grado bastante elevado como para tomar las riendas del caso:

- Ese caso me tiene dando vueltas la cabeza y quiero ser yo quién lo resuelva.- Especulaba ambicioso.

   Los días pasaban y los delitos incrementaban. Rosé movía sus fichas. Una tarde, no muy oscuro aun, sale a la calle con un ramo de flores. Cada flor representaba la inmensa cantidad de personas que hicieron de su infancia y adultez un infierno. Se hacía pasar por una florera. Esa tarde, cada persona que aceptase alguna flor estaba sentenciando su muerte.
      Caminando por un callejon por donde no trancitaban muchas personas se tropieza con su próxima víctima. Un joven de 19 años que andaba acompañado de su novia. Le hiso recordar a alguien que en su pasado no jugo un papel muy bueno como persona:

-Joven!!-Atrae la atención del chico, con una voz fina.

-Si? Me habla a mí? Dudoso pregunta el joven.

-Si, es que necesito que me ayudes a recoger mis flores que se me calleron al suelo. Y a cambio te obsequio una flor para tu chica

-Ah!! Ok!- Confiado él, se dirige a Rosé
  
  La expresión en la cara de Rosé de repente cambia, ya no es la persona agradable de hace un momento, ahora su mirada era una mirada desquisiada y su sonrisa, expresaba el placer y iba a sentir luego de concurrir a su siguiente acto:

-Te pareces tanto a el- Le exclama a aquel muchacho, que se percató del cambio drástico de Rosé.

-Perdón? Ehh...está usted bien? A quié me parezco?

De repente de una flor falsa que tenía preparada saca un punzón y se lo muestra al joven mientras le dice:

-No deberían de existir, solo le traen problemas al mundo.

Sus ojos se engrandecen, el chico asustado por la manera extraña de esa señora decide dar marcha atras y seguir su camino con su novia, cuando de repente el joven habia sido atravesado por el punzon. Rosé se lo clavó en su ojo izquierdo, con una fuerza capaz de atravezarlo. La sangre brotaba y el chico gritaba con desesperación:
- Ahhhhhhh!!! Mi ojooooo!!!...aaaajj!!!

    Su novia, que se encontraba también ahi, murmuró un sonido de angustia y llanto. Rosé sufría de mala memoria y se había olvidado de la chica. A punto de correr hacia ella para no dejar rastro de esa tarde, se tropieza y cae. Con el corazón en la boca decide salir a correr y dirigirse a la estación de policía más cercana. Ver asesinar a su pareja, la dejó basrante nerviosa, y al llegar a la estación, le explica a los guardias, los cuales aumentan su vigilancia y parten para el lugar del hecho.
     Aun en el lugar, Rosé decide dejar constancia de que quien realizó el crimen, era quien todos conocían por "la florera". Saco un gran cuchillo y deja su marca en el cuerpo del joven recién asesinado. Dibuja una "A" con el filo del cuchillo. Seguido de esto, se percató de que aquella mujer había dejado caer una especie de carnet de asociada de algun tipo club de fanáticos al K-POP, en el cual estaba plasmada la dirección, el teléfono y nombre de la chica. Sharlotte Krumër, vivia cerca de la gran plaza de la localidad. Un lugar muy bonito y colorido en el cual en su gran mayoría vivían personas adineradas y de buen posisión social. Rosé decidida a callar la boca de Sharlotte, elabora un plan para juntarla con su asesinado novio. Pasaron dos días y Rosé ya esta lista para su siguiente actuación. Llama a casa de Sharlotte le convence de salir de la casa, ya que desde el incidente ella estaba muy traumatizada y no salía a la calle a hacer. El ring del teléfono suena y Sharlotte un poco desesperada, pensando que podría ser la policía para dar alguna noticia contesta. Levanta el manófono y con una voz temblorosa responde:

-Si?- Autoseguido una voz muy confortable y cálida le habla.

-Hola es Sharlotte?

-Si, soy yo. Quién habla?

-Soy una florera y me encargaron hacer una entrega a su dirección. Podría pasar ahora? Es que tengo tanto trabajo que necesito liquudar algun que atro asunto.

-Lo siento señora, pero ahora en mi casa no hay nadie. No puedo recibirla hasta que no llegen mis padres( se refería a la policía).

-Ah, ok entonces bueno podemos dejarlo para cuando tus padres lleguen?-Le pregumta insestente.

-De acuerdo..

   Obviamente la persona detrás de esa amable voz era Rosé, la cual estaba justo en frente de la casa de Sharlotte. La vida de la chica estaba por verse si continuaba o no. Rosé debía ser muy rápida si quería lograr su objetivo. Asesinar a Sharlotte era su preoridad en estos momentos. Mientras más pasaba el tiempo más se podría acordar de algún que otro detalle de ese día tan sangriento y oscuro.