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⚝ ↳Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 27↰ ⚝


     El celo de Sarah excitaba de sobremanera a su Alfa, lo tenía húmedo y muy erguido, pero el Rey debía tomar decisiones apresuradas, tenía que pensar en dónde escondería el cuerpo de su "primito" HoSeok y como justificaría su reciente desaparición. Las noticias o rumores podían esparcirse muy rápido, así como sucedían llegaban a los oídos de Betas y Omegas, no era prudente que esa información saliera a la luz, su abuelo el ex-Lord Kim podría comenzar un revuelo en el Castillo Real, afectando a todos los que vivían en el.

     Aunque su abuelo era un Alfa viejo, poseía la suficiente fuerza como para enfrentarse al Rey, incluso podría darle una muy buena pelea ya que poseía demasiada experiencia, gracias a su abuelo el Territorio Kim todavía existía.

     —¿Qué hiciste? —la voz de Taehyung despertó al Rey de la ensoñación.

     El hermano mayor de Jung Kook lo miraba horrorizado, intentado autoconvencerse sobre lo que veía, no era real, su hermano menor no había asesinado a su primo, tampoco se había saltado las reglas que el Rey mismo había creado para todos los habitantes de estas tierras; aunque intentaba crear falsas realidades, la verdad estaba frente a sus ojos un HoSeok sin cabeza estaba en el suelo del lugar nauseabundo.

     —Mi Alfa atacó a HoSeok sin pensarlo, estaba encima de mi Omega dispuesto a abusar de ella —explicó el Rey tomando a Sarah en brazos, la castaña necesitaba del calor de su Alfa.

     —Entró en celo y todos podemos olerlo, incluyendome. Es difícil soportarlo e ignorar su aroma a Vainilla —aclaró su hermano mayor.

     El Rey Jeon no sabía con exactitud que estaba pasando y menos como se comportaba el Celo de los Omegas o Betas; cuando le tocó partir, tuvo que aprender muchas cosas sobre la vida de los Licántropos por su cuenta, desde cuándo comenzaba su Celo, las formas de controlarlo, pero nunca comprendió el como controlar o sobrellevar su parte animal, aunque su Alfa nunca había salido por voluntad propia.

     —Mucho cuidado con tus palabras y pensamientos, Kim Taehyung, aún no olvido la vez que quisiste ligarte a mi Omega —el Rey sonaba amenzante, pero no provocaba nada en su hermano.

     —No funcionó de todas formas —alzó los hombros sin importancia el Lord Kim—. No puedes juzgarme, no sabía que era tu Omega —se defendió acercándose hacia su hermano menor.

     —Soy tu Rey, claramente, puedo juzgarte, Taehyung.

     Sarah comenzó a removerse incómoda, el olor nauseabundo y el instinto de su Loba necesitaba otras atenciones que solo el Rey podía proporcionarle. Sin embargo, tenía otras preocupaciones en mente antes de atender a su Omega como lo merecía.

     —Apresúrate, tu Omega te necesita, yo esconderé el cuerpo de HoSeok. Cuenta con ello —con la mano en su pecho, Taehyung juró apoyar a su hermano.

     —Gracias, hermano —le dió una mirada rápida antes de salir con Sarah en brazos de la habitación nauseabunda.

| • ⚝ • |

     Al llegar su abuela la señora NamRi los recibió con lágrimas en los ojos y el corazón acelerado, sus piernas le fallaron por completo delante de la entrada del enorme Castillo; los Betas también estaban allí viendo como el Rey caminaba con su andar característico con Sarah en brazos, ambos se encontraban desnudos, pero eso era lo de menos, lo importante era que estaban vivos y habían vuelto a su hogar.

     Antes de llegar, el Rey recibió muchos elogios y agradecimientos por parte de los Omegas, estaban completamente anonadados por lo que sus ojos veían y lo poco que había durado ese cuerpo en sus retinas; en cambio, los Betas que no estaban bajo su poder se acercaron a toda velocidad por el Celo de Sarah, era llamativo para todos, a excepción de los Omegas, ellos no estaban interesados en el celo de otros Omegas.

     No estoy contento con lo que hiciste, pero estoy agradecido por haber salvado a nuestra Omega —Jung Kook le agradeció a su parte animal con una sonrisa en el rostro.

«No agradezcas. A fin de cuentas, Amo más a nuestra Omega que tú a ella»

     No debiste matar a HoSeok —le reprochó el Rey a su Alfa, la muerte no era la solución, siempre lo dejaba en claro.

«¿Debía dejar que ese animal tocara a su antojo a nuestra Omega? No. Por favor, no intentes hablar conmigo y menos para quejarte por mis acciones. Yo la salve. Es suficiente para mí por ahora. Igual, voy a deshacerme de tí, Rey Inútil Jung Kook»

     Eso es lo que tú crees. Sin mí, tú no eres más que un alma junto a la Diosa Luna —advirtió con seriedad, mientras se acercaba a su abuela, quien no dejaba de llorar.

«Eso ya lo veremos, Jeon»

     Ambos eran tercos y no darían su brazo a torcer. La única solución y explicación que había para este caso tan extraordinario era clave "en la unión está la fuerza". Normalmente, los Licántropos no tenían problemas con su parte humana y la animal, ambos se complementan, son uno solo, pero en el caso del Rey desde que lo nombraron Alfa ha tenido muchos enfrentamientos internos con su parte animal, siempre se la pasaban peleandose hasta que alcanzaron la madurez, en ese punto no se dirigían la palabra, simplemente, se ignoraban.

     —¡Rey Jeon! —los Betas reverenciaron a su Rey, quien les dedicó una mirada tranquila y un aura de paz.

     —Mi Kook, estaba muerta de miedo —le expresó la señora NamRi acercándose a ellos, solo dio escasos pasos hasta llegar hacia su nieto menor.

     —Tranquila, abuela, aquí estoy. Sarah se encuentra bien, solo... no puedo aislarla, tampoco puedo inyectarle el supresor es muy tarde para hacerlo —el Rey tenía ganas de abrazar a su abuela y hacerle saber que todo estaba bien, bajo control, pero estaba desnudo y tenía a Sarah en brazos—. Él, ella o ellos sabían cuando le tocaba la inyección del supresor y lo impidieron. Querían que varios Licántropos la violaran —llegó a la conclusión mientras caminaba al interior de su hogar, su abuela lo acompañaba.

     —¿Quién podría ser tan retorcido para hacerle eso?

     —Un Alfa que fue rechazado —puntualizó ganándose las miradas de las Omegas que realizaban sus tareas diarias.

     —Vamos a darle una ducha, está muy inquieta mi niña —NamRi tocó la frente de Sarah y estaba hirviendo, tenía fiebre—. Súbela a tu habitación, métela a la tina y abre el agua fría, en un momento subiré —le indicó mostrándole preocupación.

     El Rey no tenía intenciones de llevarle la contraria a su abuela, solo asintió y subió por las escaleras que lo conducían a su habitación. Entró a su habitación y con la rapidez que sus piernas le permitían introdujo a Sarah al baño, en la tina y abrió el paso de agua fría, la castaña estaba inquieta, el agua estaba demasiado fría para su cuerpo y solo quería huir. Sin ella quererlo le sacó una sonrisa al Rey y unas lágrimas, él no era de piedra, estaba sumamente preocupado por ella, por su estabilidad emocional, mental y su estado físico, pero al tenerla en frente, solo pudo darse cuenta lo importante que era la Omega indicada en su vida.

     La castaña se removía furiosa y desesperada, pero NamRi llegó a su rescate, venía justamente a bañarla y a proporcionarle medicina para la fiebre que tenía.

     —No te preocupes. No debes hacerte el fuerte delante de mí —expresó su abuela con empatía. No era fácil para su nieto expresar sus sentimientos.

     —No sé cómo expresarlo con palabras. Solamente, estaba aterrado —con un nudo en la garganta intentó expresar.

     Su abuela sonrió y con unas palmaditas en la espalda le quiso dar a entender que no estaba solo, ella estaría allí para él y más cuando quisiera hablar de todo ese revoltijo de sentimientos.

     El Lobo del Rey estaba seguro de lo que sentía, además de deseos carnales incontrolables, amaba a su Omega y estaba dispuesto a perder la vida solo por verla sonreír, por proteger su vida antes que la suya, todo por ella, pero ¿Él Rey que sentía exactamente?

     Luego del gran trabajo de su abuela y la bata de baño que se había puesto el Rey Jeon para no seguir exhibiéndose, se acercó con una toalla café o marrón para envolver el cuerpo de la Omega, dejando que la suave tela absorbiera todas y cada una de las gotas que se deslizaban por su piel desnuda. Cargó su cuerpo ya seco hasta llegar a la habitación del Rey, no quiso soltarla y buscó en su armario algo de ropa o prenda para cubrirla, consiguiendo una camisa marrón grande que pasó con delicadeza por su cabeza.

     —Gracias, Alfa —fueron sus únicas palabras antes de caer en un profundo sueño.

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Holaaa mis bebus... Lamento tanto la espera, no tenía teléfono y me era imposible actualizar la historia, ya tenía el capítulo escrito, pero ya estoy de vuelta 😃

Gracias por esperarme 😊

Gracias por leer ❤️

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