Puede que en algún momento de tu vida, o si nos vamos a lo que sucedió hace poco con la pandemia, las restricciones y esas cosas, algunas personas, nos hayamos alejado de nuestros proyectos y propósitos.

En mi caso dejé de estudiar y abandoné mis entrenamientos, lo cual me tenía motivada y ocupada, cambiando parte de mi vida.
Pasado el tiempo, mi mente empezó a angustiarse y a pensar cosas que creía que estaban bien, pero en realidad fué todo lo contrario.

De ahí me la pasé sin hacer nada productivo, haciendo casi lo mismo todos los días, y pensé que estando encerrada iba a engordar y me restringí, teniendo miedo a comer, pasando hambre, y me deprimía llorando de a ratos, estresandome.

Pero poco a poco me dí cuenta que lo que había hecho no me trajo nada bueno y que merecía algo mejor.
He intentado volver a estudiar y aún no lo he logrado pero estoy confiada en que lo tendré, porque todo tiene su momento.
Que no vale la pena hacerme daño porque mi cuerpo es mi casa y que puedo mejorar mi vida yo misma.

Si crees que tus sueños, tus proyectos o el trabajo que perdiste no volverá, pues ten fé que sí lo tendrás.

Trabaja cada día por ello, y si crees en Dios puedes pedírselo a él.
Sé constante y no te rindas hasta obtener lo que quieres.

Y si ves que alguien más ha conseguido su meta en poco tiempo y tú sientes que los días que pasan están perdidos, o de qué alguien te está diciendo que estás quedado y que a tu edad ya habían hecho tal cosa ¡Para!
Como dice el meme: ' Alto ahí loca'.

No veas el camino de otra persona.
No te compares.
Porque quizá tú momento no ha llegado o necesitas trabajar más en ello y te esperan grandes cosas.

Ten fé que todo llega.

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