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Aegan solo se carcajea, Trisha voltea verlo con una mala mirada, el cual decía cállate.
—Que boba eres Alaska.
—Aegan—exclama Trisha regañándolo.
—Lo siento— expone Aegan mirando mal a Alaska.
—Hay viene esa maleta roja es mía —señala Alaska brincando de felicidad, Aegan solo roda los ojos a ver su actitud tan infantil.
Aegan agarra la maleta 3 maletas, Trisha dos y Alaska dos caminan atrás de Aegan.
—Donde dejaste el carro Aegan —menciona Trisha observándolo irritado.
—Síganme—nos dice Aegan al ver el carro de este empieza a quitarle el sonido al carro, y abre la cajuela para meter las maletas en ella.
Abre la puerta del coche, adelante con él va Trisha y atrás Alaska. Al meter las maletas cierra la cajuela y se sube al carro y lo prende, arranca para ir a su casa.
—No manejes tan rápido—expresa Alaska miedosa. Mientras observaba la ciudad por la ventana.
—Déjame manejar niña—Aegan irritado—todo te causa miedo el avión, el carro, ¿Qué clase de niña eres? porque mujer dudo que seas.
—Aegan por favor para, Alaska ha estado muy nerviosa en estos días por lo que ha sucedido, no la molestes más— comenta Trisha enojada.
Aegan se queda callado y se dedica solo a manejar, la mira por el espejo, Alaska se da cuenta, Aegan le roda los ojos la deja de ver, Alaska no entendía porque la odiaba si ella nunca le hacía nada.
Cuando eran niños eran enemigos, competían para saber quien era el mejor pero solo eran unos escuincles , no puede seguir odiándola por eso ya paso mucho tiempo.
Al llegar a la casa Aegan estaciono el carro, bajo las maletas se las subió al cuarto de Alaska y al de su Nina, se fue a su habitación y se encerró en ella.
— ¿Por qué le caigo mal? —pregunta Alaska escuchando como Aegan da una patada fuerte a la puerta, ella sabía que estaba enojado con su presencia en esa casa.
—Le caes bien mi niña, solo que él es así—Trisha ocultando la verdad, ella sabía que Aegan detestaba a su sobrina solo porque le parecía extraña, pero su obligación era cuidar a su sobrina huérfana, ella amaba a su hermana Lara y le había prometido que si le pasara algo, se iba a ser cargo de su pequeña, iba a cumplir con la promesa, aunque Aegan su adoración no estaba de acuerdo.
—No creo Trisha, desde que llegue anda con ese humor.
—Así es Aegan mi niña, pronto lo conocerás, no te preocupes por bobadas, veamos tu habitación— Trisha subiendo a las escaleras y su sobrina venia atrás de ella.
Estaba enseguida del cuarto de Aegan que estaba escuchando música a todo el volumen, Trisha solo sonrió era igualito a su padre, abrió la puerta del cuarto de su sobrina, al entrar observo a Alaska sonriendo encantada. La habitación estaba pintada de color rosa su color favorito.
— ¿Te gusta? —pregunta Trisha a Alaska sonriendo.
—Me encanta tía, muchas gracias-—dice emocionada Alaska.
—Me da mucho gusto, te dejo en tu habitación mi niña, cualquier cosa estaré en mi cuarto que se encuentra abajo. —antes de irse le da un beso en la frente y se marcha dejando sola.
Alaska empezó a desempacar sus maletas y colgarla en el closet, los calzones, calcetines y brasier los guardaba en los cajones.
—Esperaba que tus calzones fueran de frozen —Aegan en la puerta riéndose.
Alaska solo volteo asustarla y alzo una ceja asustada.
—Estas muy equivocado de mí, no sé porque te molesta tanto mi existencia en esta casa, cuando ella es mi tía no tuya.
—Veamos rarita, ella es mi madre no de sangre pero ella me ha cuidado toda mi vida, aparte no estoy celoso porque vivas aquí, la razón porque me comporto así estando tu cerca es porque odio tu irregularidad, tu fobia al mundo exterior, por esa razón me caes mal, te odio.
— No soy extraña Aegan, solo que he vivido cosas muy dolorosas que por esa razón me da miedo vivir como tú, pero lo estoy superando estoy en tratamiento para poder ser una persona normal —explica Alaska tímidamente.
—Me vale una mierda lo que te pasa, solo no te acerques a mí y no te hare la vida miserable— dice Aegan serio, mientras veía como Alaska temblaba, eso le provocaba satisfacción.
—Mira niñita sigues siendo la misma anomalía de hace años, solo mira tienes 17 años y sigue pintado tu cuarto de rosa como una niñita de 10 años —Menciona burlándose.
—El que se acercó, fuiste tú no yo—Exclama una tímida Alaska—si te parezco una anomalía entonces ignórame y asunto arreglado.
—Además el cuarto lo pinto como yo quiera— dice molesta—vete y deja de molestar, no que me odias y bla bla. —dejando a Aegan callado, no sabía que decir y eso lo ponía de mal humor.
—Te crees muy lista fenómeno—Aegan muy seco, no le gustaba para nada la presencia de Alaska en esta casa.
—Porque tu pasatiempo favorito es molestarme, te causa placer hacerme enojar no es cierto—Alaska mirándolo mal.
—Nunca serias mi pasatiempo favorito, solo que detesto a niñas raras como tú—Aegan frio con esa mirada penetrante que le daba miedo a Alaska.
—Detestas a niñas como yo, entonces porque sigues en mi habitación con una fenómeno.
Aegan solo la miraba desafiante alzando una ceja y sonriendo.
—Te crees demasiado lista—expresa Aegan molesto—mira fenómeno no me desafíes que te va a ir muy mal.
—Aegan solo vete, ignórame y para los dos esta convivencia será sana—Alaska sonriendo—solo hola y adiós.
Aegan solo salió de su habitación molesto.
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—Anastasia te necesito—Aegan sonriendo hablando por celular con su mejor amiga.
—Aegan no es bueno esta situación, amigos cariñositos—Anastasia seria en la otra línea—solo me hablas para tener sexo cuando estas mal o cuando tienes ganas de hacerlo. Solo me usas para tu satisfacción, no es justo.
—Ana no es momento para reclamos, ambos quedamos en este acuerdo, solo me falta que me digas que te enamoraste. —Suspira molesto ante el rechazo de su amiguita.
—Claro que no Aegan, solo que estoy enfadada que siempre me hablas para ser tu amiga cariñosa, ¿Qué paso ahora?—pregunta Anastasia alzando una ceja harta.
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