Días Infinitos
Hoooola! llegando con un nuevo cap 🙌 el último por cierto 😯❤️
Como siempre espero que lo disfruten y si ven errores avisen 🌸
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Cartas para Eren 5:
Estabas allí sentado en el balcón como la primera vez que te atreviste a saludarme, después de nuestra primera impresión nos encontramos ambos deseando ver un eclipse lunar, fue una conversación amena, nuestras casas estaban tan juntas que casi no debíamos levantar la voz. Ahora estabas allí de nuevo, pero esta vez porque Grisha temía tanto de lo que pudiese ocurrirte que ya no salías de casa. Sentado en tu silla de ruedas, con tus ojos brillantes y hermosa sonrisa, esperando la lluvia de estrellas.
Había subido a tu balcón y terminamos juntos allí, tu padre ya no quería que recibieras tantas visitas y que descansaras un poco, lo sé, porque yo también veía lo mucho que te esforzabas por decir que todo estaba bien.
Recuerdo perfectamente cada una de tus expresiones al decirte que nos escapariamos por esa noche. No tuviste dudas, asentiste rápidamente y me pregunto que era lo que pensabas.
Escondidos y tratando de guardar silencio terminamos en mi camioneta. Eren sé que dijiste que todo estaría bien, y aun sigo creyendo en tus palabras, solo que, me hubiese gustado un poco más de tiempo para poder decirte correctamente lo mucho que te amaba.
Levi.
Eren movía sus manos totalmente nervioso, no le había dicho donde nos íbamos, pero quería una buena impresión de ello.
Sabía que él siempre había querido ir a una playa y por un instante pensé que quedaría decepcionado por lo poco que era el lugar comparado con lo que se imaginaba. Había preguntado más de tres veces por la sorpresa, pero me mantuve callado hasta el final, nos detuvimos a unos metros de la entrada y Eren había quedado en silencio en cuanto apagué el motor.
—Sé que no es lo mismo, pero quería que estuvieses en una.
Eren no respondió y aquello me hizo replantearme si había sido una buena idea, sin embargo cuando mis ojos viajaron hacia él, descubrí una enorme sonrisa que estaba plasmada en su rostro, había juntado sus manos sobre su pecho y miraba la solitaria playa con emoción. Sus ojos brillaron de nuevo y aquello fue el regalo más grande que obtuve en mi vida.
—Esto es perfecto— susurró.
Afuera la noche era estrellada, sin nubes que pudiesen atravesar el brillo natural que se reflejaba en el agua, la playa estaba totalmente despejada y hacia un poco de frío, así que antes de bajar le di una de mis camperas a Eren. Bajé primero largando un poco de vapor cada vez que respiraba, abrí la puerta de copiloto y lo ayudé a bajar.
Había insistido en sentarse sobre la arena, así que no busqué la silla, simplemente lo conduje hasta el centro y allí nos acomodamos. Eren no dejaba de sonreír y por más que sus piernas le hubiesen dolido mientras hacíamos el pequeño trayecto, lo reflejó solo por unos segundos. Con ambas manos tomó un poco de arena para luego dejarla caer y repitió aquella acción dos veces más, para luego acomodarse un poco sobre mi hombro y soltar una risita débil.
—Ahora entiendo por qué papá odia la arena.
—¿Por qué lo dices?
—Queda pegada en tu cuerpo lo quieras o no— luego volvió a soltar otra risa que me hizo sonreír —aunque a mi, me gusta.
Una de mis manos viajaron a la suya y la apreté suavemente, su contacto era frio y a la vez demasiado cálido, el sonido del agua moviéndose constantemente llenaba el ambiente, la respiración de Eren era tranquila y acompasada.
—¿Cómo lo supiste?
—Espié en tus cosas, lo siento. Pero quería hacer algunas cosas que habíamos dejado para después.
Su agarre se volvió un poco más fuerte y removió su cabeza sobre mi hombro, acomodándose y buscando un poco de calor.
—Gracias Levi.
—¿Por qué?
—Por hacerme feliz.
Levantó su cabeza para mirarme, su rostro pálido tenía un leve rubor en sus mejillas, sus ojeras que siempre estaban presentes quedaban opacadas con el brillo de sus ojos, su cabello se movía a causa de la brisa que cruzaba el lugar y su sonrisa demostraba que lo que decía era verdad.
—¿Por qué lo dices cómo si fuese una despedida?— le sonreí, sin embargo Eren corrió su mirada para enfocarla en el agua.
—Es la verdad, nadie se había preguntado cómo me sentía o qué era lo que quería hacer con mi vida hasta que llegaste tú. A veces pienso que soy egoísta por llevarte conmigo a todos lados y haberte confinado a esto. Deberías alejarte mientras estás a tiempo.
—No lo hiciste, si estoy aquí no quiero que pienses que es por obligación.
Mis manos tomaron con más fuerza la suya y lo obligué a mirarme.
—Estoy contigo porque es lo que quiero Eren, y si puedo hacer algo más lo haré y no importa si estás de acuerdo o no. Pero ya es demasiado tarde para decirme que me aleje, no puedes hacerlo.
Sus ojos mostraron un brillo inusual que no supe interpretar, sin embargo una tímida sonrisa hizo presencia.
—Solo prométeme que pase lo que pase, seguirás con tu vida.
Sus palabras no me gustaban, nunca lo hacían cuando solía despedirse, sin embargo había comenzado a hacerlo desde unos días atrás, lo abracé de los hombros y lo apoyé contra mi cuerpo, mis labios rozaron su frente y él cerró sus ojos.
—Lo prometo.
—¿Sabes? Hay algo que jamás se lo he dicho a nadie—. Su sonrisa se hizo más grande y aquello volvió a tranquilizarme —papá suele regalar tulipanes porque eran las preferidas de mamá, pero a mí me gustan las rosas.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Que debes comprarme rosas por supuesto, lo he visto anoche en la televisión y fue una escena muy hermosa, así que espero que te esfuerces.
No pude contener mi risa, mientras despeinaba su cabello con mis manos, Eren también reía y entonces el ambiente tenso que se había formado segundos atrás, se disipó como si nunca hubiese existido.
—Rosas serán entonces...
—¡Mira Levi!
Su mano señaló hacia arriba y mis ojos se perdieron en la oscuridad de la noche, la lluvia de estrellas había comenzado, un fenómeno que ocurría cada diez años, algo que por primera vez estaba compartiendo con Eren. Mis ojos dejaron de ver el hermoso y único espectáculo que se nos presentaba para viajar hacia su rostro.
Él era el centro de aquellas estrellas brillantes, su sonrisa, sus ojos, su cabello moviéndose, sus mejillas coloradas por el frío, Eren era el centro del universo, un espectáculo que jamás acabaría, él era la luz misma, en aquella noche estrellada.
Mis manos viajaron hacia sus mejillas, logrando que se sobresaltara un poco, sin embargo se acercó a mi como si supiera lo que haría a continuación y sus labios tocaron los míos.
Un beso cálido, suave y sin apuro. Todos mis sentimientos salieron a flote al probar su sabor, dulce como ninguno, sentí mis lágrimas querer salir sin permiso alguno y pensé si algo así hubiese ocurrido en otra ocasión, quería a Eren, así, a mi lado, por siempre.
Cuando nos separamos ninguno volvió a prestarle atención a las estrellas, Eren se acurrucó sobre mi pecho y dejó que lo envolviera en mis brazos.
—Te amo Levi...
Mi corazón golpeó mi pecho, tan fuerte que creí que podría llegar a traspasarlo, mi mano se paseó por su cabello y pronto escuché su respiración tranquila.
—¿Te has dormido verdad?— sus manos apretaron involuntariamente mi ropa mientras se removia un poco, era normal que se durmiera, últimamente lo experimentaba bastante, besé su frente y lo envolví un poco más fuerte —también te amo mocoso.
Lo cargué hacia la camioneta después de unos minutos, hacia demasiado frío como para permanecer más tiempo allí. Al llegar tuve que despertarlo para que subiera a la silla y se dejara llevar hasta su habitación. Le di un último beso en los labios antes de dirigirme hacia el balcón y escapar hacia el mio, ya que habíamos oído que Grisha se había levantado en medio de la noche.
Antes de entrar a mi habitación me giré y entonces lo vi.
Aún no se había acostado y había abierto el balcón, una de sus manos se elevó y saludó.
—Hasta mañana Levi.
Le sonreí de vuelta y sus ojos brillaron una vez más.
—Hasta mañana Eren.
Escuchamos la voz de Grisha y luego vi a Eren abandonar el balcón, esa noche pude dormir completamente tranquilo, abrazando la calidez que él había dejado en mi.
Estaba volviendo con un pequeño ramo de rosas que había comprado a la vuelta del instituto. Las clases habían comenzado y ya había llegado tarde, no había tenido tiempo de cargar mi celular así que pensé en sorprender a Eren con el regalo.
Aún tenía el uniforme puesto y durante la mañana no había podido verlo, pero lo deseaba, deseaba abrazarlo de nuevo y ver su sonrisa.
Toqué varias veces la puerta de los Jaeger y esperé unos minutos, moví mis pies bastante nervioso, y me pregunté si debía haber comprado un ramo más grande.
—¿Levi?
Me di la vuelta y me encontré con Kenny, estaba por comentarle lo ocurrido cuando su expresión me paralizó por completo.
—¿Qué sucede?
—Intenté llamarte en cuanto Grisha lo hizo pero... lo siento. Eren murió mientras dormia, Levi lo siento mucho.
Se acercó y me abrazó, aun apretaba el ramo entre mis manos, no quería creerle, porque durante la noche Eren me había sonreído, había mirado las estrellas, había reído por la arena y me había besado.
—Lo siento— volvió a decir.
Los funerales siempre son tristes, los cementerios demasiado silenciosos y fríos, las nubes grises cubrían el cielo como si también estuviesen en desacuerdo con lo que ocurría.
Solo tres personas estaban allí, despidiendo el cajón que pronto quedaría completamente oculto. Kenny, Grisha y yo. Ambos lloraban y sin embargo las lágrimas no llegaban a mi, solo estaba allí, sin oír realmente lo que decían, sin ver realmente lo que ocurría, no queriendo decir adiós cuando los recuerdos no se pueden borrar. No queriendo despedirme de algo tan hermoso como él lo era. No duró demasiado, sin embargo nos quedamos unos minutos más allí hasta que comenzó a llover. Dejamos a Grisha en su casa, para después irnos a la nuestra, el hombre tuvo que tomar unas pastillas para poder dormir y por primera vez, sentí el verdadero dolor del hombre.
Pasé el resto de las horas encerrado en mi habitación, viendo la tonta nota que había dejado sobre su cama, algo típico de Eren y sin embargo demasiado bizarro, la dejó junto a las fotos de nuestro viaje. Grisha me la dio antes de dormirse.
"Bueno como ya deben saberlo, soy Eren. Tengo algunas cosas que pedir porque no podré hacerlo yo mismo, son unas pocas, así que espero su ayuda.
Bien, no voy a despedirme porque realmente no sé como se hace, es imposible decirles a los dos hombres más importantes de mi vida todo lo que siento, así que lo haré muy simple.
-Deseo mi conejo de felpa, no me dejen sin él, aún le temo a las tormentas y no sé como será realmente por mucho que lo piense.
-El collar, lo quiero conmigo. Así estaré tranquilo de que también tengo un pedacito de Levi.
-El traje que usaré está en la tercer puerta del armario, ese papá que compraste por si estudiaba y llegaba a graduarme, está en buen estado y lo he confirmado.
Ya, no he pedido casi nada ¿ven?
Lamento no poder ser bueno con las palabras pero quiero que sepan que siempre estaré agradecido con ambos.
PD: papá las fotos son para Levi, las he ordenado por fechas para que disfrute una vez más de nuestro viaje.
Los amo demasiado. Eren.
Esa noche me acerqué al balcón y miré con insistencia el suyo, sin embargo las luces estaban apagadas, la ventana totalmente cerrada, afuera las gotas de lluvia mojaban la piedra fría, el universo había perdido a su tesoro más preciado.
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Bueno esto llegó a su fin, o algo así porque hay un epílogo que voy a estar subiendo en estos días.
Gracias a todos los que me acompañaron en este viaje 😊❤️
Es la primera vez que me animaba a escribir algo más "romántico" así que lo disfruté muchísimo.
Los quiere 🙌
JamiaB ❤️😊
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