Por la noche mientras estás durmiendo después de un día de apuros y tensiones cuando entras en tu descanso más profundo un intruso sigiloso, sutilmente te sorprende.
En medio de tus sueños se propone hacerte el amor
no te opones ni te resistes, te abandonas en sus
brazos casi silenciosa te le entregas, casi temerosa ahogas tu voz ni siquiera abres los ojos, pero humedeces tus labios.
Dócilmente das tu cuerpo a ese misterioso seductor
manos tibias te recorren, tú aceptas sin sentir temor
no hay palabras solo suspiros y chasquidos de los dos, electricidad recorriendo tus venas y algunos besos te producen ardor.
No hay barreras que impidan la corriente de fuego
invadida de pasión lentamente separas tus piernas
él comienza a invadir tu interior, te aferras a su espalda, participas de ese acto sin sentir ningún pudor nada importa que lo que está pasando no puede llamarse amor.
Poco a poco al mismo ritmo los dos cuerpos se
aceleran acompañas su euforia moviendo velozmente tus caderas, te conviertes en su cómplice igual que lo hace la oscuridad, sientes ese placer tan enorme que con nada se podría comparar.
Y al terminar llegó el final después de que agotaste tus energías la tranquilidad durará hasta el decida que hay que regresar.
Después de romper la rutina de noches solitarias y
madrugadas frías dormirás de nuevo con una sonrisa y te darás vuelta para descansar.
El no dice adiós, solo se marcha igual como ha llegado, tú con tranquilidad, esperarás, sabes que pronto volverá no es la primera vez, no será la última, en unos días estará a tu lado.
es tu visitante nocturno que viene a darte un poco de placer y felicidad.