REPENTINOS AMANTES
Como olvidar la figura de aquella mujer hermosa
de baja estatura y andar rítmico, cadencioso y altivo
una perfecta y linda sonrisa, curvas definidas y
voluptuosas desde el primer momento aquella belleza se convirtió en mi delirio.
Tenía la nariz pequeña y respingada, una alegre
mirada, cabellos largos y oscuros, ojos grandes muy
coquetos, labios rojos semi gruesos, además de caderas anchas en su busto se recreaban mi par de ojos indiscretos. Me propuse conquistarla, se me ocurrió invitarla a bailar me le acerque con una rosa, un saludo y mi mejor sonrisa acepto la invitación enseguida y mis piernas comenzaron a temblar
cuando de la mano la llevaba hacia el centro de la pista.
Me esforcé por ser tan bueno como ella; era imposible se mezcló la música con su grito, pedí disculpas y le di un abrazo decidí limpiar su zapato después de que la pisé, y la lleve hasta la mesa, para darle mejor trato. Ya sentados frente a frente, dos bebidas sobre la mesa, quise calmar el dolor que sentía poniendo su pie entre mis dedos apenado como estaba, le contaba chistes y hacía bromas, nos llegaron más bebidas mientras más nos conocíamos
Su pie sobre mi rodilla mi mano sosteniendo su
pantorrilla mi cómplice; su pequeña falda fue muy poco lo que cubría el alcohol y el masaje hicieron efecto sonrojando sus mejillas mientras mi mirada se perdió en sus curvas con picardía.
Lo siguiente fue el inevitable estremecimiento del primer beso más alcohol para los dos y algunas suaves caricias faciales mi sugerencia de continuar en otra parte nuestro encuentro, en voz baja escuche que si de sus labios sensuales. El camino era muy corto pero nos parecía eterno en el trayecto nuestras ropas fueron como una barrera nos detuvimos y la llene de besos y acaricie sus cabellos con pasos largos y apresurados, tratando de acortar la espera
Así ebrios y jadeantes, ansiosos, temblorosos y
desesperados deseaba sentir su piel caliente sobre mi desnuda piel su perfume y mi colonia su aliento y el mío se mezclaron el sudor suyo y el mío unidos, besos con sabor a alcohol y miel. Mis manos ávidas de su carne, tersa morena y tibia las suyas aferradas con firmeza sobre mis hombros casi sentía como su cuerpo comenzó a producir la savia al tiempo que se rozaron nuestros cuerpos ya desnudos.
Sensualidad, calor, sexo y una mutua atracción
nuestros sonidos y voces, imágenes y aromas
artificiales y corporales, fuimos un macho y una hembra buscando juntos satisfacción olvidamos por ese momento nuestras rutinas esclavizantes
Acoplamiento perfecto entre dos repentinos amantes entrega súbita y sublime tal vez por única vez no fue amor solo deseo de dos que nunca se vieron antes liberando las ganas de sentirse un hombre y una mujer. El éxtasis mutuo por fin se ha presentado, satisfacción y cansancio, ansias más que compartidas, juntos esa noche encontramos lo que habíamos buscado, la sal y la pimienta que le dan sabor nuestra vidas.
Y al final un merecido descanso y la promesa de volver tal vez dos días o semanas, eso no se puede adivinar puede ser que alguno intente pronto volvernos a ver o que volvamos a encontrarnos en aquel mismo lugar.
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