capítulo 02
-¿Por qué no podemos hacer un mapa más ordenado?- murmuró Hermes, pero su voz se perdió entre las risas de Apolo y el entusiasmo del niño Eros. La energía del momento era contagiosa, y aunque el desorden le molestaba, no podía evitar sonreír ante la alegría que emanaba de ellos.
Ya han pasado un rato desde que el niño se ha sentado a la mesa con sus tíos para planificar el viaje que los espera hacia Creta.
-¡Vamos a marcar los lugares más importantes!- exclamó el niño, mientras trazaba líneas y símbolos en el pergamino.
Apolo, entusiasmado, comenzó a narrar historias de héroes y dioses que habían recorrido esas tierras, mientras Hermes, aunque un poco reacio, se unía a la conversación, aportando datos curiosos y detalles que hacían el mapa aún más interesante.
Así, entre risas y un poco de desorden, los tres se sumergieron en la creación de un mapa que no solo representaba la geografía de Grecia, sino también la unión de su familia ya que la mayoría de los puntos "historicos" que Apolo y Hermes indican en el mapa de una u otra forma tienen un parentesco con ellos tres.
Aprovechando el momento de alegría con Eros, Apolo intenta divagar con el niño para ver is saca algo de información del por que de su viaje, pero el nene se niega a reverlarle lo que ha pasado.
¡Y como no! Si fue humillados. Sus dos tíos son los más bromistas y jocosos del Olimpo. Si llegase a revelar hasta el más mínimo detalle, ellos dos no lo dejarán en paz con las bromas hasta hacerlo llorar.
Teniendo en mente esto, Eros se reserva absolutamente todo los detalles y sucesos con la chica que vio, dejando a Apolo totalmente ignorante del tema.
En cambio, Hermes, que si sabe lo que pasó ya que estuvo está mañana con Hebe en Olimpo. Con su naturaleza introspectiva, a menudo, Hermes se encontraba atrapado en sus propios pensamientos. La ternura que sentía por el niño que había sido, lleno de sueños y secretos, lo mantenía en un estado de reflexión constante. Sabía que había cosas que debía guardar para sí mismo, momentos de magia y travesuras que, si se revelaban, podrían traerle problemas. La vida de un dios no era sencilla, y menos aún cuando se trataba de mantener el equilibrio entre lo divino y lo humano.
Hermes de solo ver a Eros ahí mirando el mapa de Apolo con atención solo para ver nuevamente a la chica le trae mucho recuerdo a él, sobre todo que ya ha pasado por esas.
Y aunque quisiera vivir toda su vida clavado en sus memorias, los gritos de Apolo lo sacan de si. Hermes, siempre observador y astuto, notaba la frustración de Apolo. Sabía que su hermano estaba atrapado en un ciclo de planificación y desilusión.
-¿Por qué borras tus planes, Apolo?- le pregunta Hermes con una sonrisa traviesa en el rostro. - si borras una y otra vez no llegaremos nunca con el niño a Creta, ¿Y tú lo sabes? ¿Entonces por qué lo sigues haciendo?
Apolo lo miró, considerando las palabras de Hermes. Tal vez había llegado el momento de abrirse, de compartir con su hermano y sobrino que realmente no sabe lo que realmente está haciendo. La idea de ser vulnerable le resultaba aterradora, pero también liberadora. Quizás, al compartir su carga, podría encontrar una nueva forma de enfrentar sus problemas.
-Quizás tengas razón, Hermes...- Apolo intenta pensar en las mil y un alternativa, y en segundo tuvo que admitirlo-. Pero como de los tres, soy yo quien conoce mejor Grecia y sé muchas maneras de llegar, me tomaré mi tiempo para buscar el mejor camino para Eros.
Con esa nueva perspectiva, Apolo decidió que era hora de dar un paso adelante. Moviendo todo los libros y anotaciones que estaban tomando junto a Hermes lo tira al suelo para poder desplegar un plano en blanco en toda la mesa ignorando el ataque pasivo de su hermano mayor.
Hermes frunció el ceño mientras miraba el desorden que había quedado a sus pies.
-¿Qué te pasa, Apolo? No podemos simplemente deshacernos de todo así como así. La planificación es clave para que nuestras ideas funcionen-, dijo, tratando de mantener la calma.
Apolo, con una sonrisa traviesa, respondió:
-A veces, un poco de caos es lo que necesitamos para inspirarnos. La creatividad no siempre sigue un camino ordenado, Hermes. Mira a nuestro sobrino, él está buscando algo diferente, algo que no se encuentra en esos papeles. Además que no entiendo a que te refieres con «nuestras ideas».
Hermes suspiró, sabiendo que su hermano tenía un punto.
-Tal vez tengas razón, pero hay un tiempo y un lugar para el caos. No podemos dejar que la improvisación nos lleve a la ruina. Necesitamos un equilibrio.
El pequeño Eros, que había estado observando la discusión con interés, finalmente intervino:
-Quizás podríamos combinar ambos enfoques. Un poco de caos para la creatividad y un poco de orden para la estructura. ¿Qué tal si hacemos un mapa nuevo, pero en lugar de seguir las reglas, lo hacemos como un juego?
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