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Para IsabellaAlvarado7 ❤️
Carla se detuvo en el momento en que abría la puerta de la habitación de Eren, observó el bulto a su lado y se asustó un poco, sin embargo, al acercarse, descubrió a Levi, el hijo de su vecina.
¿Qué hacía allí? Ella lo había visto marcharse la noche anterior, y entrar a su casa, lo sabía porque había esperado que llegara a salvo.
Levi se despertó suavemente, sus pestañas se movieron lentamente y se sentó en la cama. Dio un brinco cuando vio a Carla parada cerca de ellos, sin embargo la mujer le sonrió y movió el brazo de Eren suavemente.
—Bajen, el desayuno está listo.
Carla salió de la habitación y les dio el tiempo de levantarse, no había podido preguntar, no después de ver el morado que el muchacho tenía en el rostro, entendió lo que estaba haciendo allí en ese instante.
Eren había saltado de la cama en cuanto vio a Levi a su lado y el más bajo pudo apreciar el pijama de conejitos amarillo que llevaba, no le había prestado demasiada atención durante la noche, pero ahora que lo hacía, le parecía bastante tierno.
El cabello castaño estaba totalmente despeinado y el joven se encontraba cubriendo su boca con sus ojos bien abiertos.
—Vengo.
Le dijo antes de salir corriendo hacia afuera. Levi se levantó y suspiró, después de unos segundos en los que Eren entró con tranquilidad y su cabello ya peinado en una coleta, el más bajo salió de la habitación para dirigirse al cuarto de baño.
Cuando ya tuvo sus necesidades cubierta, bajó las escaleras y se dirigió hacia la cocina, se sentía un poco avergonzado, sin embargo no pudo evitar sonreír cuando Carla y Eren lo hicieron.
—Buenos días Levi, ven hice panqueques.
—Buen día— miró hacia la mujer y luego aclaró —Lo siento por venir así yo debería...
—No tienes que explicarme nada, anda ven, no es molestia.
—Gracias.
Se sentó a un lado de Eren en cuanto la insistencia de Carla lo agobió. El joven comía despacio y cerraba sus ojos cada vez que masticaba. Levi también lo hizo mientras observaba el reloj de pared que marcaba las siete y veinte.
—Hoy tenemos que ir con la doctora Hanji, Eren.
Al contrario que los días anteriores, esta vez el castaño parecía estar con buen humor, así que solo asintió mientras tomaba un poco de café.
—¿Tienes que ir a la escuela Levi?
—Sí, tengo exámen hoy— contestó bastante distraído mientras uno de sus dedos pasaban sobre su morado.
—¿Quieres esconderlo?— preguntó Carla.
Sus ojos se abrieron con sorpresa y luego se encontró a sí mismo asintiendo ante la pregunta.
Minutos después Eren estaba cambiándose para ir con su psicóloga y él se encontraba sentado en una de las sillas de la cocina mientras que Carla, cubría su morado con maquillaje.
—Ya está, mira—. Le alcanzó un pequeño espejito y Levi miró asombrado que ya no se veía.
—Gracias, Carla.
—Sabes Levi, no preguntaré acerca de esto, pero si en algún momento necesitas hablar con alguien, o estar, puedes hacerlo con nosotros— despeinó el cabello del muchacho con ternura y sonrió —No importa la hora o el día, estas siempre invitado ¿De acuerdo?
La mañana de Levi fue pesada, había llegado a su casa minutos después de agradecerle incontables veces a Carla y a Eren por haberlo dejado quedarse, su madre lo había estado esperando, bastante ojerosa y nerviosa. Se había disculpado con él a punto de estallar en lágrimas, algo que el más bajo no permitió.
En la escuela, había acabado su exámen con rapidez y se había quedado el resto de sus horas sentado con Armin cerca de las gradas, hasta que Farlan había llegado con unos amigos y muy tranquilamente se despidió del rubio.
Para la hora del almuerzo su madre no estaba, algo que agradeció.
Después de comer y hacer un poco de tarea, terminó viendo la bolsa con las cosas que había comprado, esperaba que a Eren le gustaran.
Carla horas después, marchaba al trabajo dejando a un Eren enfadado sobre el sillón, de brazos cruzados, despeinado y sin camiseta.
—Hola Eren.
El castaño lo miró molesto y luego giró su cabeza hacia el otro lado.
—¿Qué sucede mocoso?
Se acercó y sentándose a su lado terminó golpeando sus costillas suavemente.
—Mamá dice, Levi no duerme aquí todos días, Eren quiere dormir con Levi.
—Bueno, en eso tiene razón.
Eren infló sus mejillas y cruzó sus brazos con más fuerza.
—Oye no pongas esa cara, ¿No te alegra que esté aquí ahora?
—¿Levi duerme hoy?
—No.
Oh allí estaba otra vez haciendo una rabieta, Levi rio con ganas.
—Te traje un regalo.
Miró de reojo al castaño y descubrió que dejaba ver una sonrisa al tiempo que aplaudía.
—¡Regalo sí! ¡regalo!
Levi le entregó la bolsa que traía y Eren tarareó mientras la abría, pestañeó varias veces y luego lo observó con intriga.
—Estrellas.
—Te mostraré para que son estas estrellas.
Levi hizo que Eren lo siguiera hasta su habitación y luego le preguntó al castaño si tenían alguna escalera.
Encontraron una en la habitación en la que había estado la primera vez con Farlan. Durante el resto de la tarde, el más bajo se dedicó a la ardúa tarea de colocar las estrellas y los planetas en el techo de la habitación, mientras que el castaño observaba todos sus movimientos bastante intrigado.
Una vez terminado, se dedicó a explicarle.
—Debes dejar las ventanas abiertas para que se carguen con la luz, una vez que sea de noche y quede a oscuras, van a comenzar a brillar.
Mientras Eren se bañaba, Levi se dedicó a calentar un poco de pizza y ambos acabaron mirando Los increíbles mientras comían en el sillón.
Cuando llegó el momento de acostarse, Levi se dedicó de cerrar las ventanas y encender el ventilador, mientras que Eren se acomodaba junto a Bonnie, en la cama.
—¿Vas a apagar la luz?
—No, monstruos.
Levi se sentó a su lado y lo miró divertido.
—Eren, dijiste que eras grande ya, los chicos grandes apagan la luz para dormir.
—Eren niño para eso.
Levi sonrió y extendió una de sus manos.
—Dame la tuya, apagaré la luz y verás que ningún monstruo vendrá cuando las estrellas brillen.
—¿No monstruos?
—Lo prometo.
Eren tomó su mano y Levi apagó la luz, el agarre fue más firme en ese instante y la respiración del muchacho se escuchaba bastante errática.
—¿Estás bien?
—Lindas—. Susurró entonces.
Levi encendió la luz y lo miró expectante.
—¿Y bien?
—¡Otra vez!
Al final, Eren terminó dormido con las luces apagadas, abrazando a Bonnie y sin soltar la mano del más bajo. Quién, sin darse cuenta, acabó por dormirse a su lado.
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