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Hooola un nuevo cap por aquí 😳
Dedicado a la hermosa inukagban ❤️
Farlan le había entregado lo necesario, era fácil que él consiguiera lo que estaba necesitando y allí estaba, la pequeña bolsita con polvo blanco en su interior.
El rubio dijo que con el pago del día anterior ya era suficiente y siempre que necesitara un poco más, podrían arreglar de la misma manera.
El resto de la mañana se dedicó a prestar totalmente atención a sus clases, aunque se sentía bastante expuesto y de vez en cuando observaba a sus compañeros para ver si ellos sospechaban algo del contenido que había guardado en su bolso. Cuando el timbre de salida sonó, fue uno de los primeros en tomar sus cosas y largarse de allí, claro que, cuando uno de sus compañeros lo llamó antes de que realmente pudiese hacerlo, se puso bastante nervioso.
—¡Levi espera!— el rubio le sonreía amistosamente, por lo que decidió calmarse un poco —¿Quieres venir con los chicos y yo a la cafetería de Susy? Ya sabes, pasaremos un poco la tarde y bueno, me gustaría que nos acompañaras.
—Lo siento Armin, pero hoy trabajo.
—Oh está bien, tal vez la próxima, ¿Si?
—Sí, claro. Adiós Armin.
El rubio se despidió de él amistosamente y le dejó el camino libre y Levi no tardó en salir disparado hacia la salida.
Armin era el único que le había hablado desde que había llegado ese mismo año a la nueva escuela. Al menos, el único que había intentado entablar una pequeña relación entre ambos.
Pero Levi no era bueno en eso, no se sentía cómodo entrando al grupo de amigos del rubio, no. Estaría bien así como estaba.
Cuando llegó a casa, su madre aún no había vuelto de su trabajo, así que se encargó de vaciar su bolso y esconder la bolsita dentro de la funda del colchón de su cama. Y el dinero que no utilizó en el almuerzo lo guardó entre su ropa interior que estaba acomodada en un cajón de su armario.
Se pasó el resto de las horas con un trabajo que tenía que entregar la semana próxima y había logrado avanzar muchísimo. Vio a su madre al momento en que tomaba sus cosas y se dirigía hacia la puerta para ir a la casa de los Jaeger.
—Levi, hola.
—Hola Kuchel— la mujer se acercó a él con un cesto con la ropa limpia entre sus manos.
—¿Cómo te fue ayer con Eren? No te he visto desde la tarde, ¿No ha dado problemas?
—Bien, bien. Eren es... Él se porta muy bien. Yo... Ya tengo que irme así que...
—Oh sí, por cierto solo quería decirte que... bueno entraré en un grupo de autoayuda ya sabes, el alcohol y eso.
—Me parece bien, mamá ya me voy.
—Sí, sí—. Kuchel señaló débilmente la ropa que tenía entre sus manos —¿Dónde dejo la tuya?
—Déjala arriba de mi cama, voy a salir ahora, te veo después.
Cuando salió de su casa, Carla ya estaba afuera de la suya esperándolo, él se acercó rápidamente y saludó a la mujer quien avanzó presurosa mientras le decía que le dejaba una pizza en el refrigerador y le pedía que Eren no se acostara demasiado tarde.
Cuando la mujer se fue y él se decidió por entrar, la sensación de culpabilidad se instaló en cuanto vio a Eren luchando con su cabello para que quedara fijo, en cuanto sus ojos grandes se posaron en él, dejó la coleta a un lado y le sonrió mientras palmeaba el sillón.
—¡Levi vino!
—Sí, hola. No sé si sabes pero vendré todos los días, menos el fin de semana y eso.
—¿Si?
Eren parecía feliz y eso hizo que Levi se acercara para sentarse a su lado, Carla al parecer le había encendido el ventilador y él estaba mirando una película. Su cabello ante cada llegada de aire le cubría el rostro y aquello parecía molestarle.
—¿No estabas por atarte el cabello?
Eren asintió y le tendió la goma para el cabello.
—No queda bien.
Levi le hizo seña para que se diera la vuelta y tomó la coleta entre sus labios mientras que con sus manos se dedicaba a peinar los cabellos castaños, una vez que los tuvo todos bastante ordenados, procedió a atárselo.
—Listo, debes tomarlos todos para que no molesten.
Eren asintió distraído mientras volvía a concentrarse en la película que estaba viendo, a veces, pasaba su mano sobre su cabello y sonreía. Levi, no le prestó atención a nada de lo que ocurría a su alrededor, aún tenía la culpa carcomiendo cada uno de sus huesos y aunque Eren no estuviese al tanto de la gran falta cometida, sentía que debía recompensarlo.
Cuando la película terminó, Eren se levantó para apagar la televisión y en cuanto lo hizo Levi se atrevió a hablarle.
—¿Quieres salir?
El castaño se giró inmediatamente, sus ojos brillaron por un segundo y Levi no supo interpretarlo, curiosamente esta vez no sonreía.
—¿Salir?
—Sí a pasear, si quieres claro.
El joven se apresuró a asentir y aquello solo hizo que el más bajo se levantara.
—De acuerdo, vamos.
Eren salió casi corriendo hacia la puerta de entrada mientras aplaudía, aunque dejó que Levi saliera primero. El azabache una vez que cerró la puerta con llave y de haber tomado sus cosas comenzó a caminar tranquilamente.
—Bueno, no sé qué quieres hacer así que...
Se detuvo abruptamente cuando no encontró a Eren a su lado, se giró bastante asustado, ya que al no tener el permiso de Carla para salir debía cuidarlo muy bien. El castaño aún se encontraba al lado de la puerta, con una mano extendida hacia él.
—Oh entiendo— Levi se apresuró a llegar a él y tomar la mano extendida —¿Mejor?
—Sí, mamá dice que Eren mano o no sale.
Levi frunció el ceño mientras que caminaba con el castaño a su lado, el joven iba bastante sonriente observando todo a su paso. ¿Qué cosas le estaban enseñando? Eren ya debería poder caminar solo.
—¿Quieres que pasemos por un helado?
Aquella idea pareció gustarle demasiado, Eren se agitó a su lado mientras asentía.
—Helado, sí gusta... me... me gusta.
—De acuerdo, busquemos alguna heladería cercana.
Caminaron cerca de tres calles más, a veces recibían algunas miradas extrañas, sin embargo a pesar de la vergüenza que había sentido que lo observaran tomando la mano de otro chico, la culpa era más grande y aquello solo lo incentivó a seguir y dejar que Eren disfrutara un poco.
Cuando llegaron a la heladería, Eren estuvo un poco reacio ante la idea de que soltara su mano, sin embargo tuvo que explicarle que iría por los helados y se irían juntos.
Levi pidió el suyo y cuando se giró para preguntarle al chico cuál quería, Eren se adelantó con sus mejillas bastante coloradas.
—Eren pide, como Levi.
—¿El mismo?
—No, Eren pide, a chico.
Levi pareció entenderle y luego le susurró.
—Pide uno común, de dos sabores, el que quieras.
Eren asintió y avanzó un poco avergonzado hacia el mostrador, era la primera vez que haría algo como eso, pero quería intentarlo, Levi lo hizo.
Minutos después, ya le estaban entregando su helado de chocolate y vainilla y Levi se encargó de pagarlos. Casi inmediatamente el chico tomó su mano una vez que ambos se encontraron afuera.
—Eren feliz, pidió helado.
—Lo hiciste muy bien— lo halagó el más bajo, el joven parecía estar bien, así que aquello le alegró bastante —¿Quieres que intentemos algo?
Eren asintió mientras lamía su helado para no desperdiciar lo que se estaba derritiendo.
—Ven, cruzaremos la calle de la mano e iremos a la plaza— el castaño parecía prestarle atención así que continuó —cuando lleguemos del otro lado, soltarás mi mano y caminaremos juntos hacia uno de los bancos, ¿Bien?
—¿Sin manos?
—Solo después de cruzar la calle.
—Bien.
Esperaron que el semáforo cambiara para cruzar y cuando ya se encontraron del otro lado, Levi soltó sus manos y comenzó a caminar decidido hacia una de las bancas, Eren parecía haber quedado pegado en el lugar, por lo que el más bajo sin dejar de caminar, continuó.
—¡Ven Eren, no vas a perderte!
Cuando el castaño llegó a su lado, Levi ya estaba sentado en la banca mientras comía su helado, el joven había tardado unos cuantos minutos, porque entre que comía el propio y miraba hacia todas partes para asegurarse que no se perdería, el reloj había seguido su curso.
—Lo hiciste bien, ¿Viste? No te perdiste.
Eren asintió mientras se sentaba a su lado y se dedicaba al resto de su helado. Hacía calor y había varias personas rodeandolos, a Levi no le gustaba aquello, sin embargo se dijo que debía disfrutarlo un poco.
—¿Tu mamá nunca suelta tu mano cuando salen?
—No, dice que Eren pierde.
—Pero hoy no lo hiciste, creo que debes practicar en ello y lo harás genial siempre.
Eren asintió distraído mientras dejaba ver su boca llena de helado y sus manos en iguales condiciones, Levi rio y solo se ganó una sonrisa por parte del más alto, aunque no sabía porqué el otro chico reía, no quiso quedarse atrás.
—¡Estas hecho un desastre!— dijo mientras intentaba contener su risa y buscaba entre sus bolsillos un par de servilletas que había tomado —Déjame limpiarte, ven.
Eren dejó que Levi limpiara su boca y manos y luego cuando vio que se levantaba no tardó en hacer lo mismo. El más bajo simplemente se acercó a un cesto de basura para tirar las servilletas y al girarse se sorprendió al encontrar a Eren detrás suyo, parecía asustado.
—Solo iba a tirar la basura, no iba a dejarte.
—Bien—. Levi observó como se debatía entre decir algo más o no hacerlo, tardó varios minutos en hablarle nuevamente —Eren feliz, hace cosas de chicos.
—¿Cosas de chicos?— le preguntó confundido mientras volvía a caminar y Eren comenzaba a seguirlo.
—Sí, pide helado y camina solo.
Levi se dio vuelta y le sonrió, bien, lo había hecho bien. Extendió su mano cuando se detuvo en el borde de la calle y Eren la tomó.
—Solo para cruzar la calle, después cuando lleguemos del otro lado, caminaremos sin manos hasta llegar a casa, ¿De acuerdo?
—Sí, Eren ya grande, puede solo.
Hizo lo que le había dicho y tardaron mucho más de lo que había durado la primera vez, pero estuvo bien, Eren lo estaba disfrutando.
Miró sobre su hombro al joven que le sonreía, y se dijo a sí mismo, que le enseñaría a Eren, todo lo que era capaz de lograr por si mismo.
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