El más alto estaba apoyado sobre sus rodillas en el borde de la cama, su pecho rozaba las sábanas al igual que su rostro, que de vez en cuando se elevaba para poder ver sobre su hombro cualquier movimiento que el mayor pudiese hacer.
Un gemido ahogado salió de sus labios cuando los tres dedos que tenía en su interior se movieron y rozaron levemente su próstata, su cuerpo se sacudió en un pequeño espasmo y se empujó a si mismo hacia atrás.

Levi sostuvo su cadera y su pecho rozó suavemente la piel contraria, sus dedos siguieron expandiendo aquella cavidad, mientras que Eren dejaba escapar un leve suspiro cuando su boca repartió varios veces en toda la extensión de su espalda. Cuando ya creyó que era suficiente retiró sus dedos y sonrió de lado cuando el más alto le dedicó una mirada llena de frustración a través de su hombro.

Echó un poco más de lubricante sobre su miembro una vez que se colocó el condon, sintiendo aún ese nerviosismo incesante que lo había acompañado durante toda la velada al percibir que el castaño observaba cada uno de sus movimientos.
Eren estaba arrodillado en la cama, en el momento en el que Levi se acercaba a él y probaba su boca una vez más, jugó explorando toda su cavidad, al igual que dejó que sus lenguas se enredaran a toda su extensión. Sus manos rozaron la piel acaramelada mientras que el contrario acercaba su cuerpo y pasaba sus manos enredando el suave cabello negro, profundizando aún más el roce que llevaban.

Se dejó caer hacia atrás cuando Levi se posicionó entre sus piernas, dejando que el más bajo, besara y mordiera levemente su cuello y bajara hasta sus pezones que se encontraban realmente sensibles. Eren jadeó y se retorció un poco ante su tacto, impaciente.
Levi se enderezo para observarlo y el más alto tembló ante aquellos ojos azules que parecían brillar en la oscuridad de la habitación, su cabello estaba totalmente despeinado y sus labios rojizos a causa de los besos contrastaban con aquella piel tan blanca, una de sus manos viajó lentamente por la mejilla del contrario y siguió casi con ternura la cicatriz que surcaba su rostro, acercándose un poco y besándola con cariño.

Hubo un instante en el que volvieron a unir sus labios en un profundo beso, donde cada uno pudo tranquilizar aquellos nervios que los acompañaban.

Eren gimió por lo bajo cuando Levi dio un pequeño empuje de cadera y se adentró un poco en él, sus labios se despegaron en ese instante, cuando el más bajo sintió que el contrario le incentivaba a seguir, se movió hacia adelante adentrándose lentamente con mucho cuidado.
Cuando ya estuvo dentro esperó unos minutos para que se acostumbrara a él, aunque la preparación que había hecho anteriormente le permitió moverse con mayor facilidad por aquel canal tan apretado.

Eren jadeó cuando comenzó un lento vaivén, el interior del muchacho resultaba tan caliente y apretado que no pudo evitar soltar una maldición en francés. El castaño pasó sus manos por su espalda y lo atrajo un poco más hacia él acompañando el movimiento de caderas que al pasar los minutos aumentaban un poco más. Los gemidos escaparon de sus labios ante su irracionalidad, no pudo pensar en nada más cuando Levi rozó su próstata y la mancilló durante un tiempo.

—¡Ahí, Levi, más!

El sudor recorría su piel y sus ojos ya mostraban algunas lágrimas que no dejaría caer, sus brazos temblorosos recorrieron la cabellera negra una vez más antes de acercarlo lo suficiente como para unir sus labios. Un beso totalmente hambriento donde sus lenguas se enredaban y los gemidos se ahogaban. Eren sintió un pequeño cosquilleo recorrerlo y el rechinar de la cama se detuvo cuando el mismo castaño hizo que parase.

—¿Qué sucede?— preguntó Levi bastante confundido mientras intentaba regular su respiración.

El castaño apretó sus piernas alrededor de la cintura del más bajo y le obligó a girarse. Esta vez, Eren quedó sentado entre sus piernas y Levi se tuvo que obligar a detenerse por un segundo para observar aquella escena. Aquella en la que el castaño le sonreía y se empalaba a si mismo. Eren gimió muy suave cuando su miembro volvió a adentrarse en él, Levi tuvo que enderezarse y apoyarse en el espaldar de la cama para capturar sus labios.

Sus manos recorrieron aquella piel tan suave y quedaron apresando su cadera para ayudar en los movimientos que el mismo castaño había comenzado, acelerando sus embestidas y haciéndolas más precisas. Eren soltó un largo gemido y se movió con vehemencia, subiendo, bajando e intercalando con pequeños círculos.
Cuando se separó del beso, dejó las manos sobre los hombros del contrario y acercó su boca al cuello del mayor y dejó varios besos sobre el mismo. Justo al momento en que su próstata volvía a ser maltratada en su interior.

Jadeó con fuerza y en el instante en que uno de sus pezones fue apresado por las manos del contrario se dejó ir.
Los espasmos recorrieron todo su cuerpo cuando llegó al orgasmo, su esencia manchó parte del abdomen de ambos y largó un suspiro prolongado cuando sintió que Levi daba unas cuantas estocadas más.
Lo besó cuando sus movimientos fueron erráticos y retuvo aquel gruñido que soltó el contrario cuando llegó a su orgasmo también.

Se quedaron así por unos cuantos minutos, abrazados y tratando de regular sus respiraciones. Cuando ya pudieron reponerse, Eren se colocó a su lado mientras Levi descartaba el condon usado. El castaño se acostó entre sus brazos cuando el más bajo se acomodó a su lado, sintió las manos del contrario pasearse suavemente por su cabello y cerró los ojos por un instante.

Levi observó las estrellas que brillaban en la oscuridad de la habitación y sonrió, su corazón aún latía con un poco de fuerza. Apretó su agarre un poco más y pronto sintió la respiración tranquila del otro sobre su pecho. Antes de cerrar los ojos y caer en las profundidades del sueño.