Maratón 3/3

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—Levi, tu tío está en la línea— abrió la puerta de la habitación despacio, estaba totalmente a oscuras y al encender la luz, solo obtuvo un almohadón en su rostro que provino de la cama de su hijo —Kenny, está al teléfono.

Su hijo se sentó despacio, mostrando sus ojos y sus mejillas algo húmedas todavía, posiblemente había estado llorando de nuevo aunque jamás dejaría ver ese lado sensible que llevaba ante él. Podían verse aún unas notables ojeras y su cabello totalmente despeinado, Levi no era de aquellos que descuidaran tanto su aspecto, claro que había sido antes de ese mes.

—Deberías hablar con él, además hoy es tu cumpleaños, tal vez quiera saludarte.

Levi asintió y le comunicó que en pocos minutos bajaría y lo hizo. Arrastraba consigo un conejo de felpa con un jardinero a cuadros blanco y negro, y aún llevaba puesto un pijama de ositos que había insistido en hacerse con una de sus mantas viejas. Michael no entendía muy bien el comportamiento que estaba llevando a cabo, pero había intentado enviarlo con algunos psicólogos y el más bajo había terminado con ataques de ira que a veces, le era imposibles de parar.

—Hola tío—. Saludó una vez que aceptó el teléfono.

—¡Feliz cumpleaños bastardo!— Levi no pudo evitar sonreír, sus pies descalzos de movieron intermitentes sobre la madera fría y apretó con sus manos el tubo más cerca de su oído —He hablado con los padres de Eren, ya han entendido que todo fue un malentendido, y por el regalo... ya está hecho, el niño se llevará una buena sorpresa.

—¿Compraste la que te dije?

—¡Oh sí! Tuviste suerte, el vendedor me dijo que aquellas se estaban vendiendo muchísimo, por la Navidad y eso...

—Entiendo, gracias Kenny... oye— se mordió el labio inferior con fuerza y suspiró cuando tuvo que proseguir —¿Encontraron a Kuchel?

—Aún no, pero la están buscando... he hablado con la policía y les he explicado que tiene bueno, problemas... así que mientras más pronto la encuentren mejor. Pero no te preocupes, una vez que lo hagan ya no podrá hacer nada más.

—De acuerdo, yo... voy a colgar, ya es tarde- miró a su padre que estaba a solo unos pasos de él y se apresuró a continuar —gracias Kenny, espero poder volver a verte pronto, y Feliz Navidad.

—Gracias Levi, cuidate mucho. Te quiero.

—También te quiero.

Sin esperar una respuesta colgó la llamada, se retuvo a si mismo por unos minutos antes de girarse y querer salir disparado hacia su habitación. Sin embargo, Michael lo detuvo.

—Sabes, he cocinado mucho hoy y como no has comido nada tal vez...

—Estoy cansado, voy a dormir.

—Levi, necesito que lo intentes por mi.

El más bajo suspiró pero terminó acercándose sigilosamente hacia la mesa.

—No estoy de ánimos para festejar— le anunció cuando su padre le alcanzaba la comida —sé que no tienes la culpa de nada y solo quieres que me sienta bien, pero aún estoy preocupado porque no encuentran a Kuchel y también...

—Levi, lo sé. También estoy preocupado y sé también que tomaste una decisión apresurada al querer venir conmigo, pero lo viste como algo más seguro— se sentó delante de él y se dispuso a observarlo mientras comía, ya eran cerca de las cuatro de la mañana, y Levi no había bajado ni a abrir sus regalos, así que con toda su preocupación al menos, intentaría que probara la cena de Navidad que había preparado, dudoso continuó —, cuando sea el momento, podrás elegir donde quieres estar, no voy a forzarte en irte o en quedarte, pero al menos disfruta un poco de esto.

Levi asintió distraído mientras mordía una de las papas y luego apretó involuntariamente el conejo que llevaba consigo.

—Quiero hacer una llamada luego.

—¿Otra vez?

—Sí, si no te molesta.

Michael lo miró con curiosidad y luego le sonrió.

—¿A Eren?

Levi volvió a asentir y luego se atrevió a enfrentarle la mirada.

—Es Navidad, le dije a Kenny que le comprara un regalo con el dinero de mis ahorros que había separado en una cuenta con él, así que quiero saber si le gustó.

—De acuerdo. Te dejaré hacer la llamada si me dices porqué te vistes con ese pijama y llevas ese conejo a todas partes desde hace una semana.

Levi se removió incómodo y frunció el ceño, sin embargo no volvió a hablarle hasta después de haber comido un poco, minutos antes de que Michael fuera hacia la cocina a lavar la vajilla y él tomara el teléfono.

—Extraño a Eren. El conejo se llama Bonnie, es de él, me lo dio antes de viajar.

El hombre no volvió a preguntar y le dejó un poco de privacidad para que hiciese su llamado.

—Familia Jaeger—. La voz de Carla inundó la línea en tan solo unos segundos, sino se equivocaba, allí ya era Navidad.

—Soy Levi, quería hablar con Eren.

Al contrario de lo que pensó que pasaría, la mujer amablemente le dijo que esperara un segundo, y al poco tiempo escuchó la voz cantarina del otro lado que le hizo sonreír.

—¡Levi! ¡Feliz cumpleaños, Navidad! ¿Hola? ¿Levi está ahí?

El más bajo no pudo evitar reírse por lo bajo.

—Estoy aquí cerdo, no es necesario gritar— dejó que su cuerpo se deslizara por la pared y terminó sentado sosteniendo el teléfono con ambas manos —feliz navidad para ti también.

—Eren sorprendido, Levi nunca llama los sábados, pero mamá vino y dijo Levi teléfono— explicó bastante apurado —entonces pensé, Santa no trajo todo lo que Eren pidió pero hizo que pueda escuchar a Levi.

Eren tenía que ser el único chico de dieciséis años que aún creía en Santa, a Levi no le molestaba, creía que aquello era tan inocente que incluso a él mismo le gustaba que el castaño tuviese una fe tan certera en su existencia, tal vez, ahora mismo estaría sonriendo como un tonto porque momentos atrás había estado abriendo sus regalos.

—¿Si? ¿Qué habías pedido?

—Había pedido Levi aquí. ¿Acuerdas? Los dos dijimos que pasaríamos cumpleaños y Navidad juntos, antes que fueras lejos, entonces pensé que santa podría traerte por hoy.

Levi sonrió y pronto estuvo haciendo un esfuerzo enorme para no echarse a llorar.

—¿Santa llevó regalos? ¿Qué pediste?

—Santa trajo regalos, sí, probablemente algo horrible porque no llegó lo que pedí— hizo una pausa y luego continuó por lo bajo —Le pedí que estuvieras desnudo en mi cama y en lugar de eso tuve que jalármela varias veces ¿No crees que es injusto?

Se escuchó provenir un chillido del otro lado y Levi estalló en carcajadas.

—¡Sucio! ¡No puedes pedirle eso a Santa!— dejó que una sonrisa asomara en su rostro y continuó —Ya...¿Y bien? ¿No trajo nada interesante?

—Sí, sí. ¿Recuerdas bicicleta que vimos?— Levi se mordió el labio inferior, por supuesto que la recordaba, él mismo le había pedido a Kenny que la comprara —Trajo, trajo para Eren, yo feliz, le dije a mamá que esa quería y no la pedí, pero llegó Levi ¡la tengo!

—Oye, eso es genial, ahora podrás salir a pasear con ella como querías.

Eren habló unos minutos más sobre la bicicleta, y luego a regañadientes por pedido de su madre tuvo que despedirse.

—Eren espera a Levi pronto, pediré a reyes un regalo para ti— luego pareció quedarse pensando un buen rato porque solo se escuchó su respiración pausada —Eren quiere a Levi por siempre, pediré beso para cuando vuelvas, espero que cumplan.

—Por supuesto que lo harán cerdito— contestó entonces —¿Sabes por qué? Porque les pediré lo mismo.

—Te quiero Levi, duerme bien y te cuidas.

—Yo también te quiero, buenas noches Eren.

La llamada se cortó después de que Eren le enviara un beso del otro lado de la línea, Michael se acercó minutos después y le entregó dos paquetes de regalo.
Levi le sonrió levemente y luego de tomarlos, se dirigió a la habitación aún sin abrirlos, tal vez, esta sería la última Navidad que tendría que pasar con su padre. "Solo unos meses", se dijo. Intentaría pasar esos meses, por el bien de todos.