22🍎
Maratón 5/5
Disfrútenlo 💁
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—Hoy haremos algo que jamás hicimos.
—¿Sexo?
Levi lo miró divertido y palmeó la pierna izquierda del contrario, que se encontraba sobre él en el sillón de la sala, enfrentado.
—No, eso tampoco hicimos, pero no me refiero al sexo.
—¿No?
—No, Eren.
—¿Tampoco mamada?
Levi se carcajeó un poco, hacía una semana que había intentado enseñarle a Eren cómo hacer una, después de que él experimentó primero. No había acabado bien, el castaño le había dado la peor mamada de la historia, contando que había terminado por mordersela.
—No, nuestra relación no se basa en sexo, al menos si le quitamos el cincuenta por ciento.
—¿Levi refiere al otro cincuenta? ¿Cómo cuando sonríes y corazón hace boom?
—Exactamente. Quiero que te pongas bonito esta noche.
Eren elevó sus cejas y lo miró divertido.
—Levi, Eren ya bonito, no puede más.
Levi le sonrió y pasó su mano izquierda por el rostro del contrario apretando en el proceso, su mejilla.
—Por supuesto que sí cerdo egoísta. Solo quiero que te vistas bien.
—De acuerdo.
Así fue como Eren estuvo el resto de la tarde mirándose en el espejo con diferentes camisas, aunque al final, terminó por elegir una totalmente blanca. Peinarse no fue problema para él, ahora tenía el cabello corto.
Y aunque no le gustaba, pensaba dejárselo así para que Levi siguiera alabando su aspecto.
Eran cerca de las nueve cuando el más bajo pasó por él. Y aunque Levi para Eren siempre se veía bien, esa vez había sentido el boom demasiado fuerte.
Llevaba una camisa de color azul Francia, con unos vaqueros negros que se ceñían a sus muslos. El cabello peinado hacia atrás y su sonrisa, hacia que al más alto le temblasen las piernas.
—Pero mírate, y dijiste que no podías ponerte bonito.
Eren se sonrojó ante el comentario y pronto estuvo siguiendo a Levi después de haber avisado a sus padres que ya se iba.
—Lamento que tengas que subirte a un bus así vestido, pero no tenemos otro medio de transporte ahora.
—Bien, está bien. ¿Dónde vamos?
—Vamos a comer primero- comentó luego de unos extensos minutos en los que no había contestado.
—¿Comer?
—Sí, estamos en una cita ahora cerdo.
Eren sonrió justo al momento en que llegaban a la parada, Levi buscó su mano disimuladamente y terminó por estrecharla con firmeza. Sus dedos se acoplaron a la perfección y así se quedaron hasta que el bus llegó. Sentados uno al lado del otro y Eren no dejando de sonreír terminaron por llegar a su destino.
Caminaron una calle más, siempre tomados de la mano, hasta que llegaron a un restaurante francés. Eren se detuvo abruptamente en la entrada y miró el lugar con preocupación.
—No, caro. Lugar caro.
—Está bien, voy a pagar yo.
Sin embargo eso no pareció convencerlo.
—Tu madre me dio la paga ayer. ¿Recuerdas?
—Pero ahorros, Levi. Tus ahorros.
Levi le sonrió y lo incentivó a entrar.
—Está bien, ya tenemos recervación de todos modos. Además, creo que es un buen lugar para una primera cita.
—Eren nunca citas.
—Lo sé— luego volvió a sonreírle y se dirigió hacia el hombre que estaba en la recepción —Tenemos recervación, Ackerman.
El hombre los miró unos segundos, era bastante tarde para que dos jovencitos anduvieran por aquellos lugares, sin embargo pudo interpretarlo a la perfección al ver el número de la mesa y sus manos entrelazadas. Les sonrió con amabilidad, antes de hablar.
—Mesa diez, por aquí caballeros, por favor.
Los llevó por entre todas las mesas ya ocupadas del lugar, Eren no se había perdido detalle alguno, nada. Sintiéndose nervioso al ver tantos rostros desconocidos. Sin embargo, el hombre los llevó a una mesa especial, que estaba detrás de unas cortinas blancas, por dentro todo estaba decorado y en el centro de la mesa incluso habían encendido unas cuantas velas. Todo era demasiado acogedor.
—Por favor, disfruten la noche.
—Muchas gracias— contestó Levi mientras le daba lugar a Eren para que se sentase —¿Y? ¿Te gusta?
Eren le sonrió al momento en el que el azabache tomaba su asiento.
–Sí, todo muy... muy lindo.
Levi le extendió la carta a Eren, para ya tener listos los pedidos una vez que el mozo llegara, sin embargo el castaño no la tomó.
Sabía lo que querría pedir, hamburguesas y jugo de naranja. No hacían platos así allí, ni esa bebida. Pero había algo que el castaño no sabía y era que el padre de Levi, era dueño del restaurante y que el más bajo, había pedido platos especiales para ellos.
—¡Mira Eren! Tienen hamburguesas, aunque... solo dicen que hay dos—. Vio como el chico abría su boca para replicar totalmente horrorizado y se contuvo de no reír —tal vez si lo pedimos primero nos traigan lo que queremos...
Eren siempre pedía el mismo plato, en bares y otros lugares que habían conocido con sus amigos. Sino, no comía.
—¡Levi! Hay apresurarse.
Levi asintió enérgicamente justo cuando un hombre entraba, al momento en que sus ojos se cruzaron con los del más bajo, le sonrió con extrema ternura.
—¡Levi!— pronunció con un acento muy marcado francés mientras se acercaba y le daba un pequeño abrazo —¡Que alegría verte por aquí!— luego miró hacia Eren y le sonrió de manera pícara —¿Quién es este maravilloso caballero?
—Nile, él es mi novio Eren- luego miró al castaño que los miraba intrigado —Eren, él es un amigo, Nile.
Eren asintió y le sonrió al mozo, que también imitó su gesto. Luego alzó su pequeña libreta y preguntó. Aunque realmente ya sabía lo que pedirían.
—Bien ¿Ya puedo tomar sus órdenes?
—Sí, para el caballero, una hamburguesa, común y para beber un jugo de naranja— Nile fingió que lo anotaba y luego miró a Levi —lo mismo para mí.
—Bien, están de suerte. Ya que eran las últimas que quedaban.
Le guiñó el ojo al más bajo mientras se retiraba y Eren aplaudió completamente extasiado, mientras sonreía aún un poco más.
—¡Lo hemos conseguido!— le dijo entonces.
Pasaron una velada muy agradable, donde no faltaron risas, y elogios por parte del más bajo. Eren salió del restaurante más feliz de lo que ya estaba. Con su corazón latiendo muy fuerte y sus mejillas sonrojadas.
Tuvieron que tomar otro bus para volver, y al momento en que se detuvieron cerca de sus casas, Levi lo retuvo un poco más.
—¿Quieres quedarte en la mía? Mamá no está y tus padres trabajan temprano así que...
—Sí, Eren quiere.
No necesitó más para darle permiso a pasar, Levi le avisó que iría al baño así que Eren se entretuvo un poco quitándose la ropa en la habitación.
Siempre dormían en ropa interior, era una costumbre ya, así que el más bajo no se sorprendió al verlo con un bóxer blanco y nada más.
—Voy baño— anunció Eren.
Y entonces cuando Levi se quedó solo, prendió un par de velas que tenía en la repisa y en la mesita de noche, apagó la luz y extendió un poco más la colcha de su cama. Esperaba que Eren pudiese haber reconocido que la había cambiado por una nueva, porque había tardado demasiado en decidir cuál iba a colocar.
Se sentó a esperarlo en el borde de la cama, con sus manos cruzadas sobre sus muslos y bastante nervioso, también se había quitado la ropa y ahora mismo no sabía cómo proseguir. Eren entró en la habitación minutos después y se detuvo al ver el cambio.
—¿Sucede algo?— preguntó entonces con extrañeza.
—No, ven— Levi palmeó a su costado y Eren no tardó en sentarse a su lado —. Sabes... sabes que te quiero mucho ¿Verdad?
Eren asintió y dejó ver una sonrisa cuando Levi tomó sus manos.
—Sí, Eren quiere también.
—Yo...— Levi no sabía cómo continuar, estaba demasiado nervioso y su corazón latiendo desesperado no lo dejaba concentrarse, tragó saliva y cerró los ojos al momento que dejaba ir sus últimas palabras —Quiero hacerlo contigo, Eren.
Silencio, le siguió un gran silencio que hizo que sus ojos se abrieran y observaran al castaño con preocupación, sin embargo solo se encontró con aquellos ojos brillantes que tanto le gustaban, una sonrisa tímida y las mejillas sonrojadas del más alto.
—Eren está listo.
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