Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Acto III


—Deberías dejar de cazar demonios —soltó Marceline, arrepintiéndose de inmediato. No debía decirlo de aquella manera.

—¿Por qué debería dejar de cazar a esos demonios chupa almas que aterrorizan todo Ooo? Dame una sola razón válida, Marceline.

PB se levantó, enojada, alzando la voz. La reina vampira quería golpearse a sí misma por su mala elección de palabras.

—No es lo que quise decir... Es que...

—¿Lo ves? Ni siquiera tú, que eres su reina, encuentras una razón válida para que deje de matarlos. Son una plaga que hay que mantener bajo control.

—Oye, oye. Tranquilízate. Lo que estoy tratando de decir...

—¿Que me tranquilice? Tú y yo podemos enfrentarnos a esas escorias, pero no todas las personas son así de fuertes, Marceline. Hay criaturas que apenas son capaces de cuidarse a sí mismos.

—¡Sí, lo sé! Tienes razón. ¿Pero no estás cansada de estar corriendo detrás de ellos por tanto tiempo? Lo has hecho por mucho, mucho tiempo. Es la razón por la que me dejaste, ahora lo entiendo. Y está bien, eres una cazadora. En realidad, no sé cómo expresarme bien...

—Lamento haberte dejado así. Me dije a mí misma que era por mi deber como cazadora, pero creo que en realidad estaba asustada por lo que sentía por ti.

En ese punto, por el calor de la discusión ambas estaban muy cerca de la otra.

—Yo... Siempre fuiste especial para mí, pero, tenía que superarte de alguna manera. Poco tiempo después me encargué de todos los vampiros. Pero no era suficiente. Estuve con otras personas, seguía añorándote, aunque para ese entonces ya no me dolía tanto. Hasta que, me hice cargo de la nocheósfera, lo que me mantuvo bastante ocupada, hasta que volví a encontrarte...

Antes de decir algo que arruinara el ambiente, Bonnibel agarró el rostro de Marceline para besarla. Sus lenguas por fin se encontraron, se movían con fervor, pidiendo más. La vampira empujó hacia el sofá, quedando sobre la cazadora, aprovechó el momento para besar y morder el cuello de PB, quien jadeó al sentir el contacto de sus colmillos.

Comenzaron a quitarse poco a poco la ropa, alternando entre besos y caricias, Marceline suspiraba de placer, no esperaba que terminaran así, mientras que Bonnibel hacía bastante que deseaba tener a la vampira entre sus piernas. Gimió placenteramente cuando Marceline comenzó a lamer y besar sus pechos, nadie la hacía sentir tan bien como ella. Con una mano, la vampira fue bajando hacia el sexo de Bonnibel, estaba muy húmedo, por lo que introdujo con facilidad un par de dedos.

Escuchar a PB gemir de aquella manera se sentía como música para sus oídos, siguió estimulando sus pechos con la lengua mientras usaba sus dedos, deleitándose con los gemidos de la cazadora. Pero Marceline quería algo más, así que, dejando un camino de besos húmedos, bajó hasta la entrepierna de Bonnibel para sumergir la lengua en su interior, su sabor era el de la mismísima gloria. Había esperado tanto tiempo por ello, que lo iba a disfrutar. Veía cómo las caderas de PB se movían descontroladas, por lo que estaba orgullosa de hacer un buen trabajo con sus dedos y lengua.

No dejó de estimularla hasta que alcanzó el orgasmo. Lamió hasta la última gota de ese elixir delicioso. Luego se quedó observando cómo recuperaba el aliento, le gustaba ver el movimiento suave de sus pechos al subir y bajar, estaba sonriendo como idiota de nuevo. Cuando Bonnibel por fin se recuperó, le lanzó una mirada cargada de cierta fiereza a Marceline.

—Es mi turno ahora —dijo con voz algo ronca.

La vampira no supo cómo, pero terminó debajo de PB con facilidad. Ella atacó su cuello con ferocidad, mordiéndolo, succionándolo con fuerza, obviamente eso dejaría una marca, pero por la manera que gemía Marceline, no era algo preocupante. Se ocupó de amasar sus pechos, pellizcar suavemente sus pezones para confortarlos con su lengua, el cuerpo de Marceline pronto estaba ardiendo por las agresivas caricias de Bonnibel.

PB estaba hipnotizada por el cuerpo de Marceline, pálido y tan sensible. Su piel suave le encantaba, la acariciaba para luego morderla, succionarla, dejar alguna marca en ese cuerpo que ahora le pertenecía, lo había decidido. Su olor era tan dulce y cítrico a la vez, era fascinante lo que le provocaba, unas ganas puras de devorarla. Se tomó su tiempo para recorrer su cuerpo, hasta que volcó su atención en el plato principal, el sexo húmedo que ya escurría líquido en sus muslos.

Bonnibel se sumergió de inmediato, moviéndose con intensidad, en un ritmo tan inesperado que Marceline no podía dejar de gemir con fuerza, esa mujer la estaba volviendo loca, ya estaba muy mojada sólo con mordidas y caricias. PB sujetaba sus caderas mientras mantenía el ritmo con su lengua, y no se detuvo ni siquiera cuando la vampira alcanzó el clímax, quiso regodearse de aquel líquido caliente de su sexo.

No fue lo único que hicieron, Bonnibel todavía quería más, por lo que apenas dejó que la vampira recuperara el aliento, simplemente se acomodó sobre ella de tal manera que sus sexos se frotaran, aquella humedad creciente se sentía maravillosamente, sus cuerpos volvían a encenderse, ardieron mientras continuaron moviéndose hasta llegar al orgasmo. Marceline se sentía satisfecha, pero sabía que pronto iba a querer más, al igual que Bonnibel.

—No quiero que esto acabe —soltó de pronto PB. Ambas estaban abrazadas y acostadas en el sofá, era la única manera en la que ambas cabían bien.

—Yo tampoco.

—No hubo un solo día en que no me arrepintiera de haberte dejado.

Marceline suspiró. No estaba segura de qué responder a eso.

—Tenemos que resolver esto de alguna manera. Tú eres la cerebrito, piensa en algo —dijo en tono de broma la vampira.

Bonnibel se quedó en silencio, pensando. Por un momento Marceline pensó que se había enojado, pero al ver su rostro de concentración se dio cuenta que no era así.

—Tal vez podríamos hacer un pacto. Por la paz.

—A eso me refería con lo del trato, pero no supe explicarme.

Bonnibel se rio, le dio un beso tierno en la frente a la vampira, que se sonrojó con el gesto. A PB le causaba gracia que eso le sonrojara, pero no todo lo que le había hecho antes.

—No va ser fácil. Tendrás que hacer que tus tropas se retiren de Candytown primero.

—Hecho.

—¿Qué, tan rápido?

—Hace rato les di la orden, tengo una conexión psíquica con algunos de ellos, los generales, por ejemplo. Se las di antes de que... Bueno, de que termináramos así.

Ambas se rieron, estaban bastante relajadas y parecían ver todo con más claridad.

—Bueno, ya que hiciste eso, podemos decir que estuvimos negociando y llegamos a un acuerdo de paz, un pacto. Sólo tenemos que establecer los límites tanto para la gente de Ooo como para los demonios.

—Suena sencillo, pero difícil de ponerlo en práctica.

—Lo será, pero es la única manera de ponerle fin a esto. Tu intuición era correcta, estoy cansada de perseguirlos, por eso pensaba matarte... Bueno, a la reina de la nocheósfera.

Bonnibel se rio de manera nerviosa, haciendo que Marceline se riera a carcajadas de ella.

—No te preocupes, te entiendo. Yo estaba demasiado aburrida en la nocheósfera, por eso vine a matarte, hasta que supe que eras tú.

—Tendremos mucho trabajo que hacer si concretamos el pacto. ¿Estás segura de seguir?

—Sí, lo estoy. Además, es la única manera en la que podría estar contigo.

Bonnibel le sonrió, y le dio un suave beso en la boca, dejando a Marceline con ganas de más. Lamentablemente, PB se levantó del sofá para vestirse y comenzar de inmediato a redactar el documento del pacto, por lo que tuvo que seguirla, no tenía otra alternativa. En realidad, esas coronas que ambas ostentaban se sentían como cadenas en ese momento, que no les permitía moverse.

La única manera de romper esas cadenas, era llegando a un acuerdo de paz. Entre bromas y risas, redactaron el documento, lo siguiente sería convencer a todos de que aquello era una buena idea, probablemente la parte más difícil de su tarea. Se separaron, con la promesa de encontrarse en los próximos para anunciar oficialmente a la gente de Ooo, incluyendo a los demonios de la nocheósfera, y tal vez, para pasar otra noche juntas.

El futuro de ambas seguía incierto, pero confiaban en su capacidad para resolver los problemas de su gente y continuar juntas como querían, hasta el final.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro