Phoebe

¿En que maldito momento se me ocurrió atravesar ese bosque?

¿Eh? ¿En que momento?

Dios, si me estás escuchando, por favor, sálvame de ésta.

Llevo más de dos días sin salir de casa, he de ir a la universidad, o de lo contrario, no quiero ni pensar cual será el castigo que ejercerán ésta vez mis padres, pero no puedo salir de aquí; todos los días duermo con un ojo abierto, compruebo todas las ventanas antes de dormir... ¡Esto es una locura! ¿Quién merece vivir así?

Un ruido se escuchó en la cocina, no se si debería bajar, o llamar a la policía, no se que hacer...

¿Que, si solo fue un vaso rompiéndose?

Estaría haciendo que las autoridades perdieran el tiempo y que me trataran de loca.

No se de donde saqué el valor, pero agarré el bate de béisbol de mi padre y entré a la cocina.

Que sea lo que Dios quiera...

Inspeccioné todas y cada una de las partes de la casa, pero no había nada raro, nada, excepto una cosa... Había una nota en el suelo del salón.

Con indecisión fui a cogerla, mis manos temblaban de forma extrema, mi corazón parecía el de alguien que había corrido una maratón.

'Hiciste bien en esconderte en tu casa, que por cierto es preciosa, pero te digo una cosa; al igual que ya hemos entrado una vez, podemos hacerlo dos y las veces que queramos...

Muñeca, llegará un momento en el que ni en tu casa estarás segura...

J & J'