-Kylie P.O.V.-

Desperté con un brazo que apretaba mi torso. Miré a mi derecha y todo lo que vi fue un pelo esponjoso.

Sonreí para mis adentros, mientras veía al chico dormir tranquilamente. Era extraño verlo tan silencioso y quieto, casi relajado.

Estaba tan acostumbrada a ver su frente arrugándose en confusión o enojo. Esa misma sonrisita terrible que siempre permanece entre sus labios unos segundos más de lo normal.

Me moví hacía un lado, de frente a él para poder verle mejor. Movi mi brazo sin querer, provocando que gimiera y moviera ligeramente su cabeza.

Solté una risita cuando me di cuenta de que mi cuerpo había estado bloqueando el sol y ahora, desde que me moví, brillaba directamente en sus ojos.

Echó un pequeño vistazo por su ojo derecho, solo para cerrarlo rápidamente debido a la luz.

- Me vas a dejar ciego. -murmuró.

Y antes de darme cuenta, envolvió sus dos brazos alrededor de mi cintura y nos volteó quedando el encima.

- ¡Buenos días! -Dije sorprendida por sus movimientos tan repentinos.

Todo lo que obtuve por su parte fue una descarada sonrisa.

- ¿Ya no estás molesto conmigo? -Me detuve.

Su sonrisa se desvaneció un poco, pero pronto creció mucho más cuando pensó en algo.

- Nah, antes si pero ya no. Ahora sé que siempre serás mía. -exclamó.

Entonces recordé lo de la última noche y de repente fruncí el ceño. Recordé el club y el chico. Cómo Jason me atrapó y me arrastró hasta casa.

Perdí mi virginidad.

- ¡Ahora mi pequeña Kylie es toda una mujer! -se burló en mi cara.

Mi actitud cambió rápidamente cuando intenté alejarlo de mí.

- No es gracioso, ¿sabes? Esa era la única cosa que todavía conservaba, que nadie podía tomar hasta que estuviera lista para entregarsela... -Mis ojos se humedecieron.

-Y me forzaste... Literalmente, he sido despojada de mi propia dignidad. -Me detuve mientras que algunas lágrimas caían.

Me concentré en la cara inexpresiva de Jason, demostrandome que no le importaba un comino cómo me sentía.

Finalmente me solté de su agarre y me senté, necesitaba una ducha. Me puse de pie e inmediatamente sentí un dolor que recorría mis piernas.

Hice una mueca y rápidamente volví a sentarme. Escuché una risita detrás de mí.

- Deja de reírte de mí... -murmuré.

Le odio.

Continuó riendo. - ¡En realidad, es bastante gracioso!

Le odio por todo.

Entonces tomé el coraje de ponerme de pie y mirarle. Sorprendido por mis acciones, dejó de reír y solo esperó mi próximo movimiento.

Le observé durante un minuto antes de negar con la cabeza y mascullar "idiota" mientras me alejaba.

Con cada paso que daba, el dolor en mis piernas empeoraba, pero no mostraría ninguna emoción. Sabía que si lo hacía, se burlaría y reiría de mí.

Una vez que entré al baño, cerré la puerta con llave y deje que las lágrimas brotaran de mis ojos.

La vergüenza y la humillación eran claras emociones que describían cómo me sentía en este momento.

Cuando terminé de llorar, me levanté lentamente y me dirigí hacia el gran espejo que estaba encima del lavamanos.

Mi maquillaje estaba por toda mi cara, mientras que mi pelo parecía un nido de ratas. Olía a mezcla de alcohol y sudor.

Era repugnante, demonios hasta si yo fuera Jason, también me reiría de mí.

Entonces decidí cambiar el hecho de que olía como un hombre sin hogar y tomar una ducha. Tal vez eso relajará mis músculos tensos un poco.

Encendí el agua caliente, liberé mi cuerpo de la ropa y entré. El agua caliente golpeó mi espalda, quitándome todo estrés y desesperación.

De pie durante unos buenos 5 minutos, decidí que era buena idea lavarme un poco el pelo. Agarré su champú y exprimí un poco en mi mano.

Puede que odie a este chico, pero sus cosas huelen genial.

Enjaboné un poco mis manos y las puse en mi cuero cabelludo mientras disfrutaba de mi corto período de paz.

Una vez que terminé, agarré su acondicionador y repetí el proceso. Por último, agarrando su esponja, le eche el gel de baño encima y limpié todo mi cuerpo.

-Jason P.O.V.-

Después de que Kylie se marchara, oí sus silenciosos sollozos. No queria herir sus sentimientos, solo que ella caminaba como un pingüino y no pude evitar reírme de la situación.

Sin embargo, la mayor parte de todo esto es culpa mía, sabía que era muy grande para ella.

Sonreí y estire mis piernas al borde de la cama. Froté mis ojos quitando el sueño, me puse de pie y estiré los brazos.

Una vez que escuché que el grifo de la ducha estaba sonando, supe que estaba ocupada y que me quedarían quince minutos para socializar abajo.

Me puse unos pantalones negros y bajé las escaleras. La televisión estaba encendida y eso significa una sola cosa, Tyler estaba aquí.

- Y bien, ¿qué pasa? -Le escuché preguntar desde el sofá.

Solté una risita cuando caminé hacia él y me dejé caer en el sofa. - No mucho, como de costumbre, solo el drama de kylie. -Puse los ojos en blanco al pensar en su molesta voz.

Él asintió en comprensión. -¿Solucionaron ese pequeño problema que tuvieron anoche?

Reí un poco en voz alta, -Sí, podría decirse que si.

Tyler alzó las cejas. - No me digas que lo habéis hecho.

Miré hacia abajo y luego volví a subir mi mirada con una sonrisa de lado a lado. -Solo te diré, que ella ni siquiera podía caminar hacia el baño sin parecerse a un asno ebrio.

Tyler y yo nos reímos mientras chocábamos el puño.

-Kylie P.O.V.-

Una vez que terminé mi muy necesaria ducha, salí y agarré dos toallas. Una para mi pelo y la otra para mi cuerpo.

Envolví mi cabello en una toalla y mi cuerpo en la otra mientras salía, buscando algo de ropa cómoda.

No pude encontrar al principio, así que agarré una de las camisetas de Jason.

Por supuesto era grande, me llegaba a la parte superior del muslo.
Agregué un par de sus boxers y un par de calcetines que él nunca usaba.

Después de vestirme, comencé a cepillarme el pelo y escuché a Jason hablando con alguien.

Con curiosidad asomé la cabeza y noté que Tyler había venido.

-Jason P.O.V.-

- Maldita sea, ¿no era su primera vez? ¡Debió sentirse increíble! -exclamó Tyler.

Me gire hacia él. - Hermano estaba tan malditamente apretada. ¡Apuesto que podías escuchar sus gritos desde 3 casas! -Dije.

- Necesito conseguirme a alguien como ella. -dijo Tyler con entusiasmo.

- Que este arriba no significa que no pueda oírte. -gritó kylie haciendo que Tyler y yo saltaramos.

Ambos nos miramos con los ojos muy abiertos.

- Mierda, ¿cuánto has escuchado? -preguntó Tyler con los ojos muy abiertos.

- ¡Lo suficiente como para saber que mis gritos podían oirse desde tres casas! -Intentó burlarse de mi voz.

Tyler la miró avergonzado mientras se me ponía de pie.

- Sí, y espero que todo el vecindario nos haya escuchado. Espero que todos sepan que eres de mi propiedad, solamente mía, creo que te lo dejé bien claro anoche -le guiñé el ojo mientras caminaba hacia la cocina .

Resopló y puso los ojos en blanco. -Wow, supongo que todavía soy un maldito trofeo para ti.

Sacudí mi cabeza. - Sí y acostúmbrate a eso para siempre. -Hablé con dureza.

- Está bien chicos, yo creo que me voy a ir... -habló torpemente Tyler, dirigiendose hacia la puerta.

- Uhh, nos vemos más tarde Jason. Adiós Kimberly, mierda quiero decir K-Kylie... - saludó con dos dedos y cerró rápidamente la puerta.

Su rostro se contorsionó ante la confusión. - ¿Quién coño es Kimberly? -preguntó con las cejas levantadas.

Me rasqué la nuca con torpeza mientras todos los horribles recuerdos de Kimberly comenzaban a regresar.