No hay donde correr, correr. Ven aquí ahora mismo. Aquí ahora, aquí ahora. Solo hay una cosa que quiero sentir ahora mismo, sentir ahora, sentir ahora mismo. Estas sobre mi piel, estoy ansiosa. Pinta mi cuerpo chico, seré tu lienzo. No me hables, solo muéstrame tu talento, tu talento. Una mirada y tú eres mía, mantén tus ojos en mí ahora. Porque una vez que las estrellas se alineen, sacaras a la bestia. No hay donde correr, chico corre. Ven aquí ahora mismo.
Beast — Mia Martina ft. Waka Flame
16 de octubre de 1977
Las cosas iban mejorando o eso creía, Finn no había hecho nada malo de momento y bueno, las cosas en Hogwarts estuvieron tranquilas, aunque los chicos desde hace unas semanas empezaron a molestarnos porque James y yo ya no éramos vírgenes. Era una larga historia, pero había sido increíble, James había sido un caballero y tuvo mucho cuidado. Era obvio que no había sido la última vez que lo hicimos, pero bueno, eso era algo nuestro.
Ahora los dos estábamos de la mano caminando por los pasillos, porque James había venido a buscarme para ir al Gran Comedor a comer. Así que los dos nos cambiamos de ropa, ya que no tendríamos más clases y fuimos hacia allí entre risas.
Una vez que llegamos nos sentamos con el resto que estaba conversando de no sé qué. Tessa miraba embobada a Remus, y Sirius y Marlene estaban en una relación, algo que me ponía bastante feliz.
Mary seguía con Fabian, incluso estaban más enamorados que nunca, y estaba muy feliz por ellos. Kath estaba soltera, al igual que Mia, Sam y Dorcas. Brooke había empezado a salir con Peter y Emily con Regulus.
—Pero si es la hermosa parejita —dijo Guideon divertido, Sirius nos miró de la misma manera.
—¿Todo bien para llegar hasta aquí ciervitos? —lo miré mal.
—Cállate Canuto.
—Que me calle Marlene —ella lo golpeo en el brazo— ¡Pero así no!
—¿Quién te manda meterme en la conversación? —él la miro ofendido mientras seguía comiendo.
Todos nos reímos y empezamos a comer, pero de pronto hice una pequeña mueca que intente disimular para que James no se diera cuenta.
—¿Qué ocurre? —susurro James, lo mire y cuando quise decirle algo, entro Filch gritando y corriendo asustado.
—¡Agnes Riddle está en el castillo! —me levanté preocupada de mi asiento al igual que los chicos.
—Debemos proteger a los más pequeños —miré buscando a Jane, pero no la encontré por ningún lado.
De pronto entro Agnes con una sonrisa y al verme sonrió aún más.
—Hola querida prima.
La miré enfadada y miré un momento a James antes de hacer rápidamente con mi varita una barrera en cada lado para proteger a todos de los hechizos de Agnes. Ella rio amargamente mientras me quitaba la varita con magia.
—Te has condenado tu solita —detrás de ella aparecieron unos mortífagos sujetando a Jane.
—¡Jane! —uno de ellos tenía una daga en el cuello de ella.
—No te acerques o los niños verán como mato a tu hermana —me quede quieta en mi lugar viendo preocupada a Jane que dejaba escapar algunas lágrimas.
—Suéltala Agnes —ella negó acercándose a mí.
—Necesito algo de ti, querida prima. Necesito tus dones, así que si quieres que nadie salga herido tendrás que dármelos.
—Pero suelta a Jane —ella negó.
—No sin antes darme tus dones —lo mire enfadada, mire por un momento a Jane, asentí disimuladamente, y ella golpeó a uno logrando soltarse. Agarre la varita y mande lejos a Agnes haciendo que se golpeara con una pared. De un solo movimiento hice que los dos idiotas se desmayaran y Jane corrió hacia mí.
—Maldita —Agnes se levantó enfadada y con sus dones me mando lejos logrando que me golpeara fuerte con la pared.
—¡Lex! —escuché el grito de James preocupado.
Jane corrió hacia mí y me ayudo. Mire a Agnes y quise mandarla lejos con mis dones para proteger a Jane, pero un dolor fuerte me invadió y Agnes negó divertida.
—Ni te molestes en destruirme, no ahora que necesitas tus fuerzas más que nunca —la mire con una mueca de dolor sentada en el suelo del Gran Comedor mientras protegía a Jane lo más que podía.
—¿De qué estás hablando? —de pronto un dolor llego a mi vientre haciendo que cerrara los ojos con fuerza.
—De que querida primita estás sufriendo un aborto en estos momentos y no te estás dando cuenta —la mire sorprendida y mire hacia abajo para ver como poco a poco mis pantalones se teñían de rojo.
Lo estaba perdiendo.
—No puede ser —susurré dirigiendo mi vista hacia James que me miraba demasiado preocupado, para luego mirar a Agnes.
—Te lo dije querida ni lo intentes —ella rio.
Estaba demasiado sorprendida, no podía creer que estaba perdiendo una parte de James y mía. Agnes me agarro de la muñeca para levantarme.
—¡Suéltala! —Jane se levantó, pero Agnes la mando lejos, dejándola inconsciente.
—¡Jane! —Agnes me tomo del cuello y me empujo logrando que callera al suelo, mientras soltaba algún que otro quejido.
—¿En serio vas a dejar que tu hermana muera? Dame los dones Lex.
Cerré los ojos adolorida cuando de repente escuche como los aurores aparecían, entre ellos alguno de mis primos y mis hermanos.
Agnes me miro y me dio una patada en el estómago antes de irse de ahí. Alexander se acercó corriendo a mí mientras me colocaba en sus brazos preocupado. Tyler fue con Jane, esperaba que Jane siguiera con vida, porque no podía permitir que le pasara algo.
—Aguanta Lex —susurro Alexander revisándome. De pronto las barreras desaparecieron y James corrió hacia mí con lágrimas en los ojos. Me tomo en brazos y corrió conmigo a la enfermería, seguido de Madame Pomfrey y los demás.
—Aguanta amor —susurro él, pero por mucho que lo intentara los ojos se me cerraban—. Lex no cierres los ojos —empezó a tararear una canción que recordaba perfectamente porque por su cumpleaños le había obsequiado su primera guitarra y con esa canción empezó a aprender.
Sonreí mientras lo miraba con las pocas fuerzas que me quedaban.
—Te amo James —susurré. Llegamos y él me coloco en la camilla, mientras me agarraba de la mano.
—Yo te amo mucho más amor, pero aguanta por favor. No puedo perderte cielo, necesito que seas fuerte y salgas de esto, porque sin ti no podré vivir —susurro él con lágrimas en los ojos.
No podía aguantar más estar despierta, así que poco empece a cerrar los ojos y a escuchar menos a James.
Lo único que podía pensar es que lo amaba demasiado.
Tienes este poder sobre mí. El único que conozco, el único en mente. Tienes este poder sobre mí... Tienes este poder sobre mí... Tienes este poder sobre mí. ¿Recuerdas el lago a la luz de la luna? ¿Recuerdas que te estremeciste y brillaste? Nunca olvidaré como fuiste esa noche, pero sé que el tiempo me llevará. Sé que este día llegará, solo quiero que el mal me odie... Oh, yo... Llama y me escaparé, sin aliento ahora... Tienes este poder sobre mí.
Power Over Me — Dermot Kennedy
NOTA DE AUTORA
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