Tú nunca estarás sola... Cuando me extrañes cierra tus ojos, tal vez estaré lejos, pero nunca me he ido. Cuando te quedes dormida esta noche, sólo recuerda que estamos acostados bajo las mismas estrellas... Hey... Sé que hay algunas cosas de las que tenemos que hablar.
Never Be Alone — Shawn Mendes
12 de marzo de 1974
Alexandra Stafford
Para estar en tercer año, Remus y yo éramos los más avanzados, sabíamos cualquier hechizo, gracias a que los veranos estábamos juntos aprendiendo nuevos hechizos y practicándolos.
—Lexi, últimamente estás muy distraída —miré a Remus que me estaba viendo con una sonrisa.
—Lo siento Remus, no sé ni en qué estaba pensando —le dediqué una media sonrisa mientras miraba el lago.
—¿Estás bien? —coloqué mi cabeza en sus piernas mientras miraba el cielo.
Faltaban dos horas para entrar a clase de Defensa Contra las Artes Oscuras. Esta vez el profesor Rosell no podría impartirla por unos asuntos que tenía que resolver, así que vendría un profesor nuevo para sustituirlo.
—Claro que sí, no te preocupes Rems, estoy muy bien, además es un día precioso para estar fuera —no había rastro de nuestros tres amigos. Nosotros, en cambio, decidimos salir fuera e ir a nuestro árbol y sentarnos un rato para relajarnos.
—Me alegro, últimamente estás mal por todo este tema de James y Lily.
—Bueno, pero ya estoy bien. Si James quiere estar con ella perfecto... Si él es feliz yo también —le regale una pequeña sonrisa y disfrute.
—Muy bien Lexi —Remus me brindó pequeñas caricias y disfrute hasta que caí en un profundo sueño.
No sabía cuánto tiempo había pasado, pero empecé a escuchar voces de mis queridos mejores amigos.
—¿Lleva mucho durmiendo? —distinguí la voz de James.
—Seguramente una hora o un poco más —le respondió Remus.
—¿La despertamos? —Peter habló y yo decidí seguir fingiendo que estaba durmiendo. Quería saber qué decían mientras creían que estaba en un sueño profundo.
—Lex —noté pequeños golpecitos de parte de Sirius, pero decidí ignorarlos.
—¿Ayer durmió tarde? —le preguntó James a Remus, mientras Sirius seguía dando pequeños golpecitos en el brazo.
—Seguramente, aunque no sé por qué me preguntas si durmió contigo.
—Remus, ni me doy cuenta si está despierta o no —James soltó una pequeña risa.
—Lexi —esta vez intento despertarme Peter.
—Tengo una mejor idea —no me gustaba mucho ese tono de voz de Sirius, pero lo dejaría pasar.
—Sirius... —sentí como alguien me cogía en brazos y supuse que era Sirius. Note que estaba caminando, pero no me atreví a abrir los ojos en ningún momento.
—Sirius, ni se te ocurra —note un poco de nerviosismo en la voz de Peter.
—Oh, vamos a divertirnos... Además, lo intentamos por las buenas, ahora toca por las malas —de pronto sentí como me tiraba y me hundía en el Lago.
Al salir de la superficie Remus y Peter me miraron preocupados, mientras que Sirius soltaba una gran carcajada y James tenía una pequeña sonrisa en su cara.
—¡Sirius! ¡Te odio! —James soltó una carcajada y se acercó para ayudarme.
Pero yo era más lista y tenía preparada mi venganza.
—Sirius, ayúdame tú... Ya que has sido el responsable —él se acercó a mí mientras rodaba los ojos con una sonrisa.
Miré a James y él me conocía demasiado bien porque asintió y me regaló una sonrisa divertida.
Cuando lo tuve demasiado cerca le agarre de la mano y James por detrás lo empujo haciendo que Sirius cayera al agua. Los chicos y yo soltamos una gran carcajada. Sirius salió a la superficie y nos fulminó a todos con la mirada.
—Os odio —él se arregló el cabello.
—Nos amas —le dijo sonriente James.
—Ni te creas Potter —Sirius le sacó el dedo del medio mientras fingía una sonrisa. Yo me giré para ver a James con una sonrisa.
Pobrecito si pensaba que él se libraría de esto.
James me entregó su mano y con toda la fuerza que pude lo tiré hacia mí, cayendo también al agua.
—¡Buena esa Lexi! —me gritó Sirius mientras se reía de James.
James salió de la superficie y me agarró de la cintura.
—Eres mala Lexi —le arreglé el cabello y le sonreí.
—Bueno, tú te reíste de mí —me agarré de su cuello y él me correspondió la sonrisa, mientras me sujetaba más fuerte de la cintura, como si tuviera miedo a que me ahogara.
—Venga chicos, nos quedan 15 minutos para la clase y vosotros tres estáis empapados.
Primero subió Sirius, después yo, gracias a la ayuda de James y Remus y por último salió James. Conjure el Encantamiento de aire caliente, sin necesidad de decirlo en voz alta y los chicos me miraron sorprendidos.
—Eres increíble Lexi —sonreí por el comentario de Sirius y cuando ya todos estuvimos listos, fuimos rumbo al aula de Defensa contra las Artes Oscuras.
Me senté con Remus esta vez y Marlene se sentó con Tessa, mientras que Peter se sentaba con Dorcas y detrás de nosotros estaban Sirius y James.
Después de cinco minutos hablando sobre bromas, el profesor entró y todos prestamos atención.
—Abrir el libro por la página 250 —a simple vista se notaba que estaba amargado, Remus y yo ya sabíamos lo que se encontraba en esa página—. Los hombres lobo son criaturas de la noche muy peligrosas, cuando se transforman no son conscientes de lo que pasa a su alrededor... —mire a Remus rápidamente y me lo encontré con lágrimas en los ojos, se estaba aguantando las ganas de llorar y estaba muy mal.
Levante la mano para poder ayudarlo a salir.
—¿Si? —el profesor me miró curioso.
—¿Podría llevar a mi compañero con Madame Pomfrey? Es que no se siente bien —el profesor se acercó a nosotros y miró preocupado a Remus.
—¿Estás bien?
—Me duele el estómago —menos mal que me siguió la farsa.
—Bueno, señorita llévelo con Madame Pomfrey.
Los dos salimos rápidamente de allí.
—Lexi, soy un monstruo —Remus empezó a dar vueltas por todos lados mientras se agarraba el pelo.
—Para —me acerque a él y lo pare—. Remus John Lupin, no vuelvas a decir en tu vida que eres un monstruo, porque no lo eres... Eres un Hombre Lobo, pero eso no te hace ser un monstruo... Te admiro, ¿sabes por qué? Porque en mi vida no he conocido a un chico tan valiente como tú, eres la persona más optimista de todos nosotros y siempre le encuentras solución a todo. Ahora me toca a mí apoyarte... Remus, eres mi mejor amigo, el más valiente Gryffindor que he conocido y esa condición no te hará menos, eso solo demuestra que a pesar de todo, sigues allí luchando y demostrando que de todo se puede salir adelante. Así que deja de decir tonterías y regálame una de tus preciosas sonrisas.
Remus me miró con lágrimas en los ojos y me abrazó muy fuerte.
—Te quiero Lexi. Sin duda no sabría qué hacer sin ti, gracias por estar a mi lado a pesar de todo —lo abracé más fuerte. Saqué de mi pequeño bolso una tableta pequeña de chocolate, su favorito.
—Toma, te hará sentir mejor —él me regaló una sonrisa y tomó la tableta de chocolate muy feliz.
—Esa frase es mía, pero gracias —yo le sonreí divertida mientras él me daba un trozo, obviamente no iba a rechazarlo.
—Pues ahora también es mía —soltamos los dos una pequeña risa— No agradezcas nada, siempre voy a estar allí para ti... Te quiero Remus John Lupin.
—Yo te quiero más Alexandra Madeline Stafford —me volvió a abrazar muy fuerte y yo le correspondí de la misma forma. Jamás dejaría que nadie le hiciera nada malo, siempre estaría ahí para él sin importar nada.
Y no puedo quedarme, así que déjame abrazarte un poco más por ahora. Toma... Un trozo de mi corazón y hazlo todo tuyo, y así cuando estemos separados nunca estarás sola... Nunca estarás sola.
Never Be Alone — Shawn Mendes
NOTA DE AUTORA
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