Tengo un miedo paralizante de que quizá no logre nada, pero Dios me prohíbe admitir que puede que esté asustada. Y no soporto a mis amigos ahora mismo, no tenemos nada en común, pero sentirse solo es peor que tener amigos a los que no les importas. Me dijiste que parece que he estado pasando por un infierno, ¿cómo lo supiste? ¿Cómo te diste cuenta? Me pides que me explique...
Chaotic — Tate McRae
14 de mayo de 1978
Habían pasado un poco más de dos meses desde el cumpleaños de James y él se tomó su papel muy en serio, al igual que los demás Merodeadores.
Hoy era mi cumpleaños y menos mal que también caía un sábado porque últimamente me era más difícil caminar con dos bebés en mi vientre. Pero los profesores ya estaban al tanto de mi situación gracias a los Merodeadores, así que si un día no iba los chicos se ocupaban de cogerme apuntes, claro que a veces el idiota de James quería quedarse conmigo y Minnie lo entendía. Aun así no quería que faltara a las clases por mí, muchas veces le aseguraba de que estaría bien, pero con James eso no tenía nada de valor, porque no quería dejarnos solos nunca.
Incluso Sirius se había tomado el papel muy en serio y cuidaba muchísimo a Marlene. Además, ella en un mes saldría a cuentas, porque la muy estúpida se había enterado tarde de que estaba embarazada y unos días después fuimos con ella para que Pomfrey nos dijera que tendrían un hermoso niño. Algo que nos emocionó a todos y más a Sirius, aunque a él le daba igual si era niño o niña.
Incluso hace unas semanas Mary y Fabian nos habían dicho que estaban comprometidos y que en unos meses se casarían, me alegraba tanto por ellos, los dos merecían ser felices después de todo.
Sobre Finn no sabíamos nada, simplemente había dejado todo, así que mientras yo estuviera lista, Asher tomaba mi papel, obvio que siempre me preguntaba y tomaba todas las decisiones que yo creyera convenientes. Así que era muy bueno tenerlo a mi lado para que me ayudara. Alphard también le ayudaba, así que todo estaba perfecto.
Estaba tan a gusto en mi cama hasta que de pronto escuche ruidos, levante la mirada para encontrarme con los chicos y las chicas sonriéndome.
—¡FELIZ CUMPLEAÑOS LEXI! —James fue el primero en acercarse con una sonrisa.
—Felicidades a la mujer que puso toda mi vida patas arriba —me beso y al separarse se acercó a mi vientre, que ya era un poco más grande, ya que tenía cinco meses de embarazo y por fin hoy sabríamos el sexo de los bebés.
Los dos meses después de revelar la noticia fueron maravillosos, James siempre que tenía la oportunidad ponía su mano en mi vientre o cuando estábamos acostados, él levantaba mi camiseta para hablar con los bebés y esta vez no fue una excepción.
—Espero que no le hayáis dado muchos problemas a mamá.
—Pues fíjate que cuando duermo contigo no me dan problemas, pero te vas tú y empieza la fiesta —él y los chicos soltaron una carcajada.
—Aquí es donde nos damos cuenta de que el favorito de estos bebés es James —habló Sirius divertido, ganándose una mirada asesina de mi parte.
Mire a James.
—Me has quitado a mis bebés —él soltó otra carcajada.
—Técnicamente, son nuestros bebés y no es mi culpa que yo tenga un efecto en ellos, siendo sinceros a todo el mundo le agrado, ¿verdad Evans? —la mencionada solo volteo los ojos divertida.
—Claro Potter —le soltó ella con sarcasmo sin dejar su expresión divertida.
—Bueno bueno, dejemos que la cumpleañera se arregle porque hoy tenemos muchas cosas que hacer, además de saber el sexo de los bebés —dijo Marlene con una sonrisa.
—Que sepáis que la apuesta está cerrada —claramente ellos habían apostado el sexo de mis bebés, algo que a James le parecía divertido.
—Sigo sin creer que pudieras hacer semejante cosa Sirius... Miento, si me lo esperaba de ti —él soltó una carcajada.
—Mujer si ya me conoces, ¿por qué te quejas? —volteé los ojos divertida.
—Todos fuera —las chicas sacaron a todos menos a James de la habitación.
—¿Se te han ocurrido nombres cielo? —sin duda alguna lo tenía muy claro.
—Sí... si son chicas, una se llamará Elizabeth Euphemia Potter Stafford y la otra Roxanne... pero no se me ocurre un segundo nombre.
—Voto por Roxanne Alexandra Potter Stafford.
—¿En serio quieres poner como segundo nombre el mío?
—Claro cariño... ¿Y si son niños que has pensado? —me pregunto con una sonrisa.
—A uno me gustaría ponerle William Fleamont Potter Stafford y al otro Matthew Benjamin Potter Stafford —al decir el nombre de mi padre me entro demasiada nostalgia porque hace unas semanas hubo un ataque en el Ministerio de Magia en América y por desgracia él estuvo allí y lo mataron.
Siempre pensé que tendría a mi padre a mi lado, pero me lo arrebataron. Al igual que me arrebataron a Matt. Ya ninguno de los dos podría verme vestida de blanco o ver a mis hijos. Es verdad que mi familia sabia de mi embarazo, incluso consiguió Alexander que mi padre lo supiera. Se puso tan feliz y triste porque no podía ir a verme y ahora ya no lo vería nunca más.
La elección de los nombres no había sido muy difícil, quería que tuvieran el nombre de las personas más importantes de mi vida, algunas me salvaron para que yo tuviera una oportunidad de vivir, y Fleamont y Euphemia siempre me trataron como una más en la familia.
—Quiero que sepas que es precioso Lexi... Ellos desde arriba están orgullosos de ti —James me abrazó
—Sé que te hubiera gustado ponerle Harry a uno, pero puede que con el tiempo puedas cumplirlo —nos separamos y él se separó para verme con una sonrisa.
—Así que puede haber más bebés en camino, ¿eh? —le golpee en el hombro— ¿Has pensado en los padrinos Lexi?
—Cállate y sí... —se lo dije y él me miró con una sonrisa, después con mi magia me cambié y James me miró a punto de querer regañarme— Estoy bien.
—Mejor dejémoslo, hoy es un día especial, así que señorita Stafford, ¿esta lista? —me entregó su mano y yo felizmente le sonríe y le di mi mano.
Bajamos y los chicos nos estaban esperando, fuimos a desayunar entre bromas de los merodeadores y luego fuimos a Hogsmeade y allí compramos todo lo necesario, mejor dicho los Merodeadores compraron lo necesario para sus últimas bromas.
Al llegar fuimos directos hacia la enfermería y allí nos recibió Madame Pomfrey con una sonrisa, me coloqué en la camilla con ayuda de James y Remus le explico lo que había pasado estas dos semanas, con las comidas y todo lo relacionado.
Cuando ya todos estuvimos listos, ella hizo el mismo hechizo de todas las veces que iba y empezó a mirar la imagen.
De pronto un silencio inundó la habitación y ella se giró para vernos con una gran sonrisa.
—Chicos, felicidades... Estáis esperando dos princesas —James soltó algunas lágrimas de la emoción porque desde que se enteró de que estaba embarazada, dijo que tenía un presentimiento de que serían niñas. A él le encantaba la idea, pero luego dijo que no importaba nada, lo único que importaba es que estuvieran sanos y ahora tendría dos princesas.
—Peter págame —ignoré el mandado de Sirius y volví a mirar la imagen.
Sin duda alguna James y yo estábamos ajenos de la celebración porque nada más importaba que saber que mis pequeñas estaban sanas y serían muy felices.
Camisetas Vintage, un nuevo teléfono, tacones altos en adoquines. Cuando eres joven, ellos asumen que no sabes nada. Una sonrisa de lentejuelas, lápiz labial negro, política sentimental. Cuando eres joven, ellos asumen que no sabes nada, pero te conocí, bailando con tus levis, borracho debajo de las luces.
Cardigan — Taylor Swift
NOTA DE AUTORA
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