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CAPÍTULO 56

Antes de hablar, dejo la puerta abierta y me quito la chaqueta para colocarla en la única silla que hay en la habitación. Muevo mis hombros de un lado al otro como una manera de aliviar el dolor posado en ellos consecuencia del estrés al que he sido sometida estos días. Todo el tiempo puedo sentir el peso de la mirada de Theo en cada uno de mis movimientos con una intensidad que casi me hace sentir incómoda. Casi. Aunque me gustaría retrasar la conversación que necesita ocurrir el mayor tiempo que pueda, es mejor acabar de una buena vez por todas. Ya no debería haber más secretos entre nosotros después de todo lo que hemos pasado juntos.

Algunos instantes después, luego de tomar bastante aire, por fin siento que me encuentro lista para hablar con él por lo que camino hasta la cama donde ya Theo está sentado. Me acerco unos cuantos pasos hasta mirarlo desde arriba y agarro su rostro entre mis manos mientras él guarda silencio. Cuando me he asegurado de tener toda su atención puesta en mí, le hago prometer que no hará nada impulsivo como ir a buscar a mi papá a la cárcel pues ya conozco como es. Siempre que él se enfada con Rick no puede controlar sus impulsos y no deseo eso de él, no lo quiero cerca de ese hombre. Frunce el ceño luego de escucharme decirle eso y al instante niega con la cabeza e intenta afirmar no ser tan impulsivo.

Con una ceja arqueada de manera incrédula le lanzo una mirada de: vamos, admite que lo eres. Voltea los ojos con exasperación, luego me dice que si logró controlarse todo este tiempo para no hacer nada contra él al tener la oportunidad, mucho menos lo va a hacer ahora cuando al fin está en la cárcel. Decido creerle esta vez. Una vez aclarado eso comienzo a contarle. No lo veo a los ojos al hacerlo, solo me dedico a mirar a su pecho de manera fija. Mis mejillas se calientan en vergüenza; aún no sé por qué siento como si fuese culpa mía si no tuve nada que ver con que haya grabado todos los abusos hacía mí, solo que es como si no pudiera evitarlo.

Como esperaba, siento su cuerpo tensarse de inmediato. Al levantar la mirada hacía su rostro, me doy cuenta de sus ojos oscurecidos debido al enfado y aquel músculo en su mejilla ya ha comenzado a temblar por la fuerza con la que aprieta la mandíbula. Comprendo su enojo, no debe ser fácil para él saber que tu novia fue grabada en un momento así por la persona que se supone debía evitar que eso sucediera. Me doy cuenta cómo trata de controlar su enojo por mí, pero también veo en su mirada cuan complicado le resulta lograrlo. Es increíble como Rick a pesar de estar en la cárcel aún se las arregla para hacerle daño a nuestra relación.

—Es un hijo de puta —susurra dolido, sus brazos se elevan hasta enroscarse en mi cintura donde procede a apretarme con fuerza contra él. Coloca la cabeza en mi estómago y decido poner mis manos sobre su cabello como una forma de consuelo para él —. Lamento que... haya invadido tu vida privada de esa manera, Nikki, lo lamento mucho.

Sus brazos se envuelven aún más fuerte, sus hombros ascienden y descienden al ritmo de su agitada respiración. Paso mis dedos entre sus mechones con suavidad, quisiera inspirarle algo de tranquilidad con mis acciones, no me gusta verlo así. Trago el nudo en la garganta antes de volver a hablar lo más calmada posible a pesar de que por dentro la rabia y la impotencia me consumen.

—Ya no importa, Theo. Ya pasó todo, él va a pagar por todo lo que me hizo.

Tomo sus mejillas con suavidad para alejar su rostro de mi estómago unos centímetros con la intención de hacerlo mirarme a los ojos. Cuando lo hace, suelto un jadeo sorprendido pues sus ojos marrones se encuentran rojos producto de algunas lágrimas que escaparon de ellos y cayeron en mi blusa. No me gusta verlo de esa forma ni notar cómo trata de lidiar con mis problemas como si fuesen suyos. Es por esta razón que prefiero ocultarle algunas cosas y no porque no confíe en él, sino porque a veces es mejor ocultar la verdad para no hacerle daño.

—Desearía... desearía cambiar las cosas, amor, evitarte el dolor de haber visto eso.

El amor que siento por él crece un poco más en mi pecho al escuchar la angustia por mí en sus palabras e intento darle una ligera sonrisa.

—Theo, de verdad ya no importa, las cosas ya pasaron. No puedes borrar todo mi sufrimiento siempre; así no es cómo funciona la vida.

Observa con atención mis ojos como si buscase algo dentro de ellos, algo que solo él comprende, hasta que sacude la cabeza para asentir. Suelto un suspiro, luego me relajo contra su cuerpo. No puedo evitar desear que nuestra historia sea diferente; menos complicada y dolorosa. No obstante, sé que no hay nada que pueda hacer, solo debo intentar seguir con mi vida lo mejor que pueda.

Nos quedamos de esta forma durante mucho tiempo en completo silencio hasta que la abuela toca la puerta abierta con los nudillos. Me separo rápido antes de dar un paso atrás y lanzar un vistazo en esa dirección.

—Nikki, es hora de ir por Elizabeth, ya regreso.

Le doy una sonrisa de agradecimiento la cual me devuelve de forma un poco torpe, luego se da la vuelta dispuesta a irse; sin embargo, la detengo cuando recuerdo algo:

—Tengan cuidado, por favor.

Puede que la amenaza de mi padre con respecto a la persona que supuestamente vigilaba a mi hermana fuese una mentira para tenerme controlada, aun así, no quiero correr ningún riesgo que pueda afectarlas. Sale de la habitación después de asegurarme que lo tendrá sin hacer ninguna pregunta.

Escuchamos la puerta cerrarse, lo que indica que por fin nos quedamos solos. Me acerco a él de nuevo, quiero pedirle que me lleve otra vez a la estación, solo que me interrumpe antes de poderle decir cualquier cosa.

—Nikki... con todo esto, me olvidé de contarte algo importante.

Cierro la boca de golpe al recordar el tono de su voz cuando me llamó hace algunas horas. Recuerdo lo triste y decaído que sonaba, como si le hubiesen dado una mala noticia. Me siento al lado suyo en la cama y le pido que me lo cuente, solo espero que no sea algo tan grave.

Veo como duda; abre la boca un par de veces dispuesto a hablar, solo para volverla a cerrar de nuevo. Con cada instante que pasa, me pongo mucho más nerviosa. Al final, cuando siento que ya no puedo aguardar más por su noticia cierra los ojos antes de soltar de golpe:

—Me despidieron hoy.

Parpadeo un par de veces, estupefacta. Lo miro con duda, sin poder aceptar sus palabras. Espero que suelte alguna sonrisa divertida como si dijera: "te engañé, amor"; solo que, entre más pasa el tiempo, esto sigue sin suceder. Después de minutos de estar embelesada, por fin logro comprender que no es ningún juego o broma cruel e intento poner en orden mis pensamientos.

— ¿C...cómo..., qué? ¿Por qué, qué pasó? —Suspira con resignación. Gira el cuerpo un poco para enfrentarme y colocar sus manos sobre mis rodillas.

—No es un juego, mi vida. El director fue a buscarme hoy al salón cuando estaba en plena clase y me hizo ir a su oficina. No sé cómo, cuándo, ni quién se lo contó, solo sé que él se enteró sobre mi relación contigo —. Suelto un jadeo, aún más pasmada que antes además de horrorizada.

—Pero... pero...

No consigo decir nada coherente pues es como si mi cerebro hubiese hecho cortocircuito de repente. Levanta los hombros de forma desinteresada, solo que sé, noto en sus facciones como esto le afecta mucho. Una punzada de culpa aparece de pronto en mi pecho; mi estómago se revuelve al comprender las implicaciones de esto. Nos atraparon; lo despidieron... mierda, todo esto es culpa mía.

Por un momento solo logro enfocarme en el trabajo de Theo; en su hoja de vida y las consecuencias que esto le puede traer a su carrera. Luego de unos instantes otra pequeña parte del problema se filtra en mí ya tan confundido cerebro: eso significa que a mí también me han expulsado de la escuela. Como dije con anterioridad, en mi colegio está por completo prohibido las relaciones alumna-profesor; si se llega a descubrir alguna, ambas partes son expulsadas del colegio.

Me levanto de la cama para comenzar a pasear de un lado a otro de la habitación. Esto no puede pasar, mucho menos ahora. Trato de tranquilizarme lo suficiente como para preguntarle lo más importante.

—¿Qué pasará contigo, Theo?

—Esto dejará una huella permanente a la hora de conseguir un trabajo, amor. Voy a ser sancionado, también.

Oh Dios...

—¿Y qué sucederá conmigo? —Una expresión de disculpa aparece en su rostro entre más me observa dar vueltas como una loca.

—Nikki, deja de dar vueltas y siéntate de nuevo. Todavía no he terminado de contarte todo... y sé que te vas a enojar; así que prefiero que te sientes a mi lado para poder decírtelo. Por favor.

A pesar de que no me gusta hacía donde va todo esto, obedezco. Muevo mi pierna de arriba abajo con inquietud. Le ruego me lo diga de una vez así mi corazón dejará de acelerarse tanto.

—El director te iba a expulsar, al menos hasta que llegamos a un acuerdo. Te dejará quedarte en la escuela con matrícula condicional, pues esa no era la única razón para querer sacarte junto conmigo. Tienes también varias faltas en la mayoría de las materias además de deber varios trabajos. Me informó que tenías perdido el año escolar y asumió que era mi culpa por distraerte.

Gruño frustrada y pronuncio una maldición. A pesar de que aquello también es algo importante, en este preciso momento es lo que menos me preocupa pues esto no es lo peor de mi situación, a decir verdad. Sin embargo, algo de esta situación me deja intranquila pues no mencionó su acuerdo con el director el cual presiento que no me gustará cuando me lo cuente.

—Theo, no me has dicho cuál...

—Él, como ya te dije, iba a sacarnos a los dos. No nos iba a poner ningún reporte en nuestros expedientes porque no quería hacernos daño... hasta que le pedí te dejara quedar a cambio de colocarme a mí los reportes correspondientes.

Sabía que no me iba a gustar.

Comienzo a gritarle, lo golpeo fuerte en el pecho durante varios minutos y a continuación vuelvo a pasear como un tigre enjaulado por todo el cuarto, con ganas de matarlo por ser tan... ni siquiera encuentro una palabra para describirlo. Arruinó su carrera solo para salvarme sin ni siquiera preguntarme antes de hacerlo.

Quizás si esta no fuese la peor decisión que ha tomado comenzaría a saltar en un pie de la felicidad porque el hombre que amo se sacrificó por mí. Tal vez en otras circunstancias me parecería muy tierno, dulce y romántico, solo que en este momento no pienso así. Vale, lo admito: tal vez sí es algo tierno de su parte; no obstante, Theodore Jones no debía hacer algo así, no por mí. No es su obligación cargar con mis errores ni echarse la culpa de todo.

—Sí que eres... Theo... —. Me mira dar vueltas y vueltas, afligido.

—Sabía que te pondrías así. Amor, deberías saber que lo hice por tu bien. Es mi culpa todo esto, Nicole. Fui yo quien se acercó a ti, yo di el primer paso; yo fui quien quiso tener una relación contigo... no podía dejar que tu futuro estuviera arruinado solo porque me fijé en ti, no es justo.

¡No puede hablar en serio! Le lanzo una mirada furiosa, aunque no puedo evitar que algo de tristeza se filtre en ella.

—¿Y si es justo perder tu trabajo y quizás la oportunidad de trabajar de nuevo a causa mía? —niego con la cabeza, resignada —. Debiste preguntarme, Theo. Hubiésemos buscado una solución juntos porque la culpa es de ambos. En cambio, preferiste hacerlo solo; luego te quejas de que soy yo quien no confía en ti.

Hace una mueca de dolor por mis palabras. Estoy a punto de disculparme; sin embargo, no me retracto de mis palabras porque es la verdad.

—Lo siento, ¿vale?, ya te lo dije: lo hice por ti.

—Es... tú no lo entiendes. Siempre tomas toda la responsabilidad cuando no debería ser así. En serio, Theo, aprecio que desearas salvarme de una expulsión y te adoro por querer cuidarme, solo que necesitas comprender una cosa, acabamos de hablar de eso: no puedes hacerlo a cada instante. Así no es como debería funcionar una relación, se supone que las decisiones debemos tomarlas los dos, no solo uno de nosotros.

Ya agotada de tanta discusión, paso una mano por mi cara como una forma de deshacerme de mi frustración. Hemos peleado la mayor parte del día y con sinceridad, estoy cansada.

Entre ir a declarar, hablar con la abuela, volver a mí casa; discutir sobre los vídeos, contarle sobre ellos y enterarme de esto; mi mente, cuerpo y corazón ya no lo soportan más. Camino hasta derrumbarme de espaldas en la cama con un brazo sobre mis ojos. Solo necesito acurrucarme en una pequeña bola y dormir hasta el año entrante.

Inhalo profundas respiraciones antes de hablar en voz baja:

—Bueno, ya que, no importa. Hablaré con el director mañana para aclarar las cosas... —me quedo callada un segundo cuando una duda me llega de repente —. A todo esto, ¿quién demonios le contaría a él o cómo fue que se enteró? —Gruño enojada. De inmediato tengo dos teorías: Valery y Rick.

—No lo sé, no me lo dijo... mi sospecha está entre tu padre o Daniel —. Doy media vuelta en la cama para mirarlo con las cejas levantadas en confusión.

— ¿Daniel? Es mi mejor amigo.

— ¿Y? —encoge los hombros como si eso no fuese una razón de peso para no delatarme —. Está enamorado de ti y tú no le hiciste caso. Tal vez se lo contó dolido por el rechazo.

—Él nunca haría nada para lastimarme, lo conozco —. Le afirmo con seguridad.

Podrá estar enojado, decepcionado y con ganas de asesinarme; eso no significa que sería capaz de hacerlo, mucho menos si sabe que contar algo así me traería problemas graves.

—Yo no estaría tan seguro —. Indignada, lo miro como si estuviese loco.

—Theo, no fue él, lo sé, estoy segura. Y, espera, ¿qué me dices de tu ex novia la loca? No la nombraste a ella.

Espero me diga algo como: ah, sí, tienes razón... para mi sorpresa, afirma con convicción:

—No fue Valery.

Me siento de golpe en la cama y cruzo los brazos contra mi pecho.

—¿Qué?, ¿cómo estás tan seguro? —Me burlo con sorna. Ja, apostaría mis dos ovarios a que fue esa mujer.

—Fui a su casa a penas me despidieron; al principio también pensé en ella. Me lo negó con firmeza.

—Y tú le creíste —. Menciono con incredulidad.

—Sí —. Por lo menos tiene la decencia de lucir avergonzado.

El idiota fue a su casa... Yo lo mato.

Cuento hasta diez para calmarme... luego hasta veinte sin resultado. Llego hasta el cuarenta cuando lo logro. Suelto un bufido exasperado en su dirección sin entender cómo pudo ser tan crédulo. No es posible que le creyera así tan fácil. Es ilógico.

—Pues yo no le creo.

—Sé que tal vez Valery no es la mejor persona del mundo, pero no la creo capaz de caer tan bajo y meterse con una mujer menor que ella.

— ¡Te engañó antes de casarse contigo! Una mujer que hace eso es capaz de todo.

Nunca pensé que fuese él quién me diría algo así después de todo el daño y sufrimiento que le causó aquella tipa.

—Amor, aunque te pueda parecer imposible, yo la conozco; sé cuándo miente y cuando no lo hace. Si quieres ve a su casa, habla con ella. Si no te convence, de acuerdo, yo te apoyaré a ti.

Lo miro, lo miro... y lo miro durante mucho tiempo sin quererle creer. Luego de unos segundos, me rindo. Este día ha sido muy largo, no quiero pensar en nada más ni sacar conclusiones o teorías, así que decido aceptar con resignación.

—Bien, bien. No fue ella. Igual, ya no importa. El daño ya fue hecho; lo dejaremos así.

Sin más, dejo de pelear. Esto no nos llevará a ningún lado, en algún momento se sabrá la verdad y el culpable va a caer.

Sip, lo vamos a dejar así...

Por ahora.

Tal vez más adelante cambie de opinión.

***

Cuéntenme todas sus opiniones, me gustaría saberlas. 

- ¿Creen que Nikki exagera sobre la decisión de Theo o tiene razón?

- ¿Quién piensan fue el chismoso? La Valery, Dani bebé (al que nadie de ustedes quiere, por cierto, pobre 😞); o El Rick. No es tan difícil suponerlo.

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