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Esa mañana me levanté muy tarde, apenas pude dormir, las preguntas no dejaban de rondar mi cabeza, me mantuvieron despierto, agobiándome más de lo que ya estaba.
Tenía todo listo para el viaje a Dortmund, lo que me ayudó a ahorrar tiempo y me permitió desayunar algo ligero, después tomé mi rumbo hacia el centro de entreno, donde un autobús nos estaría esperando para llevarnos al aeropuerto.
Llegué al recinto bastante rápido, no era tarde ni nada, pese a que todos mis compañeros estaban allí. De nuevo, Leo no se encontraba allí, muchos empezaron a murmurar en asombro hacia esto.
Neymar estaba charlando con Rafinha y Sergi, ignorando totalmente mi presencia, yo ni siquiera le hablé, si él quiere ignorarme es su problema, yo estoy dispuesto a encontrar a Leo y si tengo que enfrentarlo lo haré... Aunque espero no tener que llegar a eso...
Era la hora de salir al bus, yo tomé mi mochila y, justo cuando agarro mi termo de mate, Luis Enrique nos hizo reunirnos en los vestuarios para hacernos un anuncio que, en mi interior, no me daba buena espina.
El DT empezó con un discurso motivador, que a pesar de que no hayamos tenido un buen rendimiento aún podemos mejorar. Luego, al término de esas palabras de aliento, se dispuso a nombrar la lista de convocados.
En lo particular, nunca me sentía sorprendido por tal lista, siempre había muy pocas variaciones en los titulares y en la banca, sin embargo, esta vez estaba muy equivocado.
- Muchachos, tengo dos anuncios, el primero: va a haber un cambio de planes en la formación, jugaremos con un 4-4-2, con Rakitic y Arda en el centro, y Luis y Ney adelante –declaró Lucho a lo que todos quedamos atónitos, esto no era habitual.
- Míster, ¿por qué esta formación? ¿Eso no dejaría afuera a Leo? –preguntó Iniesta, quitándome las palabras de la boca.
- Sé que es una formación inusual, pero puede funcionar ya que no contamos con Leo –"¡¿Qué?!", fue mi primera reacción al escuchar eso- Ah sí, he allí el segundo anuncio: me llegaron unos informes médicos del club, Leo tiene molestia en los músculos del muslo y lo mejor es no arriesgarlo.
- ¿Cómo? ¿Una lesión? ¿Es grave? –pregunté en pánico casi sin respirar, Javier tuvo que darme unas palmaditas en la espalda para que me calmara, Neymar (quien estaba casi al frente mío) reviró los ojos en respuesta.
- Tranquilo Luis, no es una lesión como tal, es sólo una sobrecarga en el músculo aductor, no es nada grave, sólo debe guardar reposo por unos días e ir a terapia, me aseguraron que estaría de vuelta para el partido de vuelta la semana que viene.
El DT sonaba demasiado tranquilo, tal vez porque de verdad no era nada serio y podía prescindir de Messi por este partido y el de Liga, tal vez para no hacernos entrar en pánico, o tal vez porque, en el fondo, no le interesaba... O tal vez yo estoy exagerando demasiado...
El punto es que, pese a la parsimonia de él y de mis compañeros, sus respuestas no me calmaban en lo absoluto, al contrario, me ponían peor y peor, es decir, ¡Messi estaba lesionado!
Todos los convocados subimos al autobús, algunos charlaban, otros escuchaban música y otros prefirieron guardar silencio. Me senté en mi puesto de siempre, junto a Masche, mientras Neymar, con sus enormes e inseparables audífonos, se sentaba hasta al fondo junto a Rafinha.
No dejé de pensar en ningún momento en la lesión de Leo, ni siquiera escuché nada de lo que Javier me decía, es que por más que lo analizaba y lo analizaba no le hallaba el sentido, o sea, la última vez que lo vi se veía bien, sin dolencias ni nada, ¿por qué pasa esto justo ahora?
- Tierra llamando a Luis... -dijo Geri quien, justo a Mascherano, estaban tirando de mis hombros para que levantase. Ya habíamos llegado al aeropuerto.
- Lo lamento chicos, estaba un poco distraído... -dije apenado mientras tomaba mi mochila y bajaba junto a los dos defensas.
Caminamos por el andén charlando de temas al azar y subimos al avión que nos llevaría a Alemania. Los tres nos sentamos en la misma hilera de asientos, yo tomé el más cercano a la ventana, como si la vista al exterior me ayudaría a resolver mis dudas.
La nave despegó y yo aún seguía inmerso en mi mundo paralelo, sin percatarme que los muchachos me hacían bromas para llamar mi atención.
- Lucho... Yujú... Deja de pensar en hamburguesas que ya estás muy gordo –bromeó Geri a lo que Javier y yo reímos, eran un chiste muy común en el vestuario.
- Estaba pensando en la lesión de Leo.
- Sí, qué oportuna no crees –agregó Javier con desaire y sarcasmo.
- ¿Por qué justo en este momento? ¿No les parece extraño? –mencioné preocupado.
- Esas cosas pasan a veces en los peores momentos, lo bueno es que no es tan grave y podrá volver pronto... Memo me dijo que no había de qué preocuparse –dijo Piqué.
- ¿Memo? –pregunté extrañado.
- Sí, Memo, Guillermo Arcia, uno de los terapistas...
- ¡Ah sí! ¡Guille! –exclamamos Javier y yo al unísono, recordando de quien se trataba.
- Bueno no sé ustedes, pero yo lo llamo Memo –reímos de nuevo.
Después de eso seguimos charlando de otros temas, era lo mejor, eso ayudaría a despejar mi mente. Así pasamos el resto del vuelo hasta el momento del aterrizaje.
Era de tarde y el cielo alemán pintaba de gris, con una brisa fresca que te soplaba el cabello, aunque con el pasar de los minutos se hacía cada vez más fría, aún era invierno así que más podría esperarse.
El hotel quedaba en pleno centro de la ciudad, relativamente cerca del estadio. Esta vez, a diferencia de otras ocasiones, a los jugadores nos tocarían habitaciones individuales, la mía era la 246, justo al lado de la Neymar... Qué coincidencia...
Todavía era temprano y, pese a no haber dormido casi nada, no me sentía cansado en lo absoluto, así que, junto a un grupo de compañeros, salimos un rato a una tienda de suvenires que quedaba cerca, donde le compré unos regalitos a Sofi y a los niños.
Cuando regresamos era hora de cenar, todos los jugadores estábamos reunidos en una gran mesa en el restaurante del hotel, nos servimos comida ligera pero abundante, cosa de que quedáramos satisfechos mas no empachados.
Neymar estaba más silencioso que de costumbre, riéndose ocasionalmente y volviendo rápidamente a su estado serio, eso sí, aún seguía ignorándome.
Cuando hubimos acabado de comer, algunos nos quedamos conversando un rato más, mientras otros subieron a sus habitaciones a descansar, el brasileño se incluía en este último grupo.
Unos minutos más tarde después de que se fue, el gran televisor de la estancia trasmitió la noticia de la ausencia de Leo en el partido de mañana y, nuevamente, mi cabeza empezó a ser bombardeadas por miedos y preguntas.
Los temas de conversación cambiaron, ahora giraban en torno al argentino y su ausencia, unos estaban afligidos, otros preocupados, otros más optimistas, como Geri, lanzaban mensajes de ánimo a la plantilla.
- No se preocupen, Leo volverá pronto... Hablé con Memo, el terapista, y me dijo que no era nada grave –reafirmó el '3'.
- ¿En qué momento hablaste con él si lo anunciaron hoy? –preguntó Busi un tanto confundido.
- Charlé con él temprano, antes de que la mayoría llegara.
- Entonces, ¿ya sabías sobre la lesión primero que nosotros? –inquirió Iniesta.
- Sí, no dije nada porque se iban a enterar de todas formas.
- ¿Y qué más te dijo? –agregué con curiosidad.
- Qué no había nada de qué preocuparse, los exámenes de ayer habían sido ligeramente favorables así que Leo podrá volver pronto... -sonrió- En lo que sí me hizo bastante énfasis fue en que nos cuidáramos del desgaste, también revisó a Neymar ayer y, aunque lo halló bien, es mejor prevenir las cosas... Ya saben, tratar de dormir bien, descansar y... -Un momento...
- Espera... -interrumpí- Repite lo que dijiste.
- Que hay que tratar de dormir bien y descansar.
- Antes de eso –insistí
- Que hay que cuidarnos del desgaste.
- ¡No! –exclamé- Mencionaste a Neymar.
- ¡Ah! Bueno, Memo revisó a Neymar ayer también.
- ¿También? Es decir, ¿al mismo tiempo que a Leo?
- No sé si al mismo tiempo, normalmente Memo atiende en las mañanas, así que supongo que debieron haber coincidido.
- ¿Qué más te dijo? ¿Sobre Neymar? –pregunté con insistencia, quería saber más del asunto.
- Nada más, sólo mencionó eso... No te preocupes Lucho, Ney está bien, sólo era una pequeña dolencia que se arregló con calor –sonrió amablemente- Incluso, según cuenta Memo, ayudó a Leo a ir al estacionamiento después de la consulta, con eso te digo todo.
El catalán volvió a sonreír ampliamente, mientras los demás respondían aliviados por el estado de Neymar. Yo, en cambio, sentía como todo se me revolvía por dentro y una nube de ira se asomaba en mi cerebro.
¡¿Qué carajos hacia Neymar con Leo en esa consulta?! ¡¿Cuál era el propósito?! ¡¿Acaso estaba todo planeado?!
¡Qué pregunta! ¡Por supuesto que estaba planeado!
La ausencia de Leo es algo que despierta mucho ruido, no sólo en Barcelona, sino en el mundo, que mejor manera de despistar a todos que justificarlo con una lesión ¡¿Por qué no lo pensé antes?!
Y, por supuesto, quien más para validar una lesión que el propio equipo médico del club. Neymar necesitaba llevar a Leo hasta allá, quizás en contra de su voluntad o qué se yo, tal vez ni siquiera exista la dichosa lesión y todo haya sido un montaje del propio brasileño ¡Qué hijo de puta!
Además, qué casualidad que en el momento de la revisión él esté allí, junto a Leo, o sea ¡siempre que pasa algo él está junto a Leo! Lo estuvo cuando desapareció al inicio de temporada, lo estuvo cuando la discusión en las duchas, ¡y ahora en esta consulta!
No puedo más, sinceramente, no puedo más, no cabe duda que Neymar está implicado en la desaparición de Leo, ¡qué más pruebas necesito!
Empiezo a sentir una furia descontrolada, mi ceño se frunce y mis manos se aprietan en puños, todas las dudas y preguntas que se me han acumulado en los últimos días parecen estallar definitivamente, me dejo cegar y me levantó lentamente de la mesa sin perturbar a nadie.
Voy al lobby y tomó el ascensor, parezco un autómata, me siento como un Terminator que está punto de cumplir su cometido, me dirijo a mi habitación pero, en vez de abrir, voy a la puerta siguiente... Sólo espero no cometer ninguna locura...
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