Las consultas con el médico, en el caso del albino, eran incluso más frecuentes y obligatorias que las requeridas para una mujer embarazada, pues el caso de Geno era muy extraño y aún no se conocía mucho a ciencia cierta de aquel fenómeno en pacientes masculinos. Además de que habían otros factores que hacían de nuestro tsundere un paciente de lo más singular.

Normalmente, su madre lo acompañaba a estas citas porque el de bufanda no sabía que hacer o decir.

Ahora, iba a hacerse un ultrasonido para verificar que las cosas iban bien.

-¿Y como se siente? - Preguntó el doctor mientras realizaba el ultrasonido.

-¿Normal?- el albino recibió una mirada molesta de los mayores. A Geno realmente no le agradaba la sensación del gel frío en su vientre.

-Es que tu caso, amigo mío, es de lo más extraño... te has sobreesforzado al límite y no te ha pasado nada-

-¿Qué quiere que me ocurra? - Dijo molesto.

-Nada, solo... es inusual- hizo una pausa - ¡Ah! Aquí está el pequeño - dijo con una sonrisa.

El menor podía escuchar los latidos del pequeño corazón que crecía dentro de él.

Esbozo una sonrisa que se esfumó al ver al doctor demasiado serio.

Tenía miedo de preguntar pero tenía que hacerlo.

-¿Qué pasa? - Dijo temeroso.

-Geno... ¿No lo escucha?- el mencionado y su madre lo veían con duda.

-¿A qué se refiere? - Preguntó su madre preocupada.

-Estas esperando gemelos - le sonrió.