¿Alguna vez se han sentido dentro de un drama romántico?
Vale, esto no tiene que ver con el caso, ni se acerca un poco, pero la verdad me siento como la esposa que acaba de descubrir una infidelidad y ahora pide explicaciones.
Si, bien dramática que soy.
Sus respuestas me tomaron por sorpresa, ya que Brinny lo afirmó y por otro lado Hadab lo negó.
— ¡Como que no!. — suelta mi amiga con incredulidad y Hadad siento tan el, solo la ignoraba —. Eres el chico del hospital. Cariño, puedo recordar muy bien a los chicos guapos y ardientes que he visto en mi vida — dice. ¿Y yo?, me río internamente porque por fuera estoy perpleja.
Hadab suelta un resoplido y mostrando cara de fastidio. Pero aún se nota lo sorprendido que estába al principio. De igual forma suelto mis preguntas, una tras otra.
— ¿Se conocen o no se conocen?. ¡No entiendo! ¿Que está sucediendo? ¿Que hospital? ¿Y como que ardiente?. ¡Expliquenme! — digo todo tan rápido que creo que ni yo misma logré entenderme, vuelvo a respirar con normalidad y pongo ambas manos en mi cadera esperando respuestas.
A esto me refería con Reallity y esposa engañada.
¿ A donde está mi Oscars?
Brinny es la que termina respondiendo.
— ¡Wow wow!, calma, calma, Nyn, te lo explicaría todo sin pelos en la lengua porque sabes cómo soy, pero voy a una entrevista de trabajo, de hecho voy tarde — mira su reloj de mano soltando un insulto por lo bajo— Tengo que alistarme rápido — pasa de mi y se detiene al lado de Hadab palmeando su hombro.
— Muchachon nunca pensé que me negarias — Se lleva una mano al corazón y niega —. Tus palabras me hirieron el alma, seremos buenos y le daremos respuestas a mi amiga, pero por ahora se las darás tu — le guiña un ojo —. Admito que no espere encontrarte de nuevo, también tengo unas que otras preguntas —. Y es así como termina dirigiendose a mi habitación apresurada. Yo giro mi cabeza como la niña del exorcista en dirección a Hadab, el por su parte se torna nervioso, dejando al lado su indiferencia de hace unos minutos. Desde que vengo conociendole jamás lo había visto de esa manera.
— ¿A dónde tan nervioso, Don misterio? — Bromeo y hago un ademán de acercarme hacia el, pero no me esperaba que hiciera algo muy infantil, otra cosa que jamás espere de su parte.
Rodea el sofá rápidamente e intenta escapar de mi, vale destacar que el " intenta ", y yo como la persona madura que soy, lo persigo.
Y es así como ahora nos encontramos dando vueltas por mi sofá, pareciendonos a Tom and Jerry. No puedo negar que me causa mucha gracia.
— !MASA MUCOSA NO PUEDES ESCAPAR DE MI!, ¡VEN AQUI¡ — le digo en voz alta, siendo miss escandalosa, el me manda a callar diciéndome Lora, y tras eso soy la furia echa en persona, y bueno sin pensarlo mucho le salto encima como una rana sin medir las consecuencias, nos caemos, quedando yo encima de el, para luego mirarnos fijamente, y en ese preciso momento sale Brinny de mi habitación viendonos con cierta sorpresa, luego cambia a aire divertido y coqueto, siendo tan ella.
— Bueno bueno, no pensé que fueran tan amistosos, recuerden usar protección, no quiero sobrinos — sonríe con diversión y nos lanza un beso —. Ahora sí me voy por completo — se va la que dice ser mi mejor amiga dejandome en una situación incómoda y muy bochornosa, siento que estoy más roja que un tomate, claro, si eso es posible.
Me levanto abruptamente liberando a Hadab de mis ataduras, uuf eso fue muy incómodo, por otro lado el simplemente se acomoda la ropa.
— Bien, suficiente show — enarco ambas cejas, ¿Como que, suficiente show?. si que es raro este chico —. A lo que vine, hablemos de Austin — me dice con toda la tranquilidad como si hace poco no hubieramos corrido como locos y fuese estado encima de el.
Decido ignorar ese hecho como el, y voy por las respuestas que quiero. — Hablaremos de eso, pero quiero las explicaciones que me debes — contraataco haciendo muchas preguntas seguidas — .Ya se que se conocieron en un hospital, ahora quiero saber ¿Cómo conchales se conocieron ahí? — suelto sin parar —¿Porqué negaste que se conocían?
—Yo a ti no te debo explicaciones — me dice —. Y tampoco me apetece dartelas.
》 Annie, deja el drama, quiero decirte esto de Austin — el tono con que habla me hace saber que el asunto es serio, así que optó por callarme —. Ya sabemos que Austin se ha comportado de manera extraña e indiferente, sabemos que el no es así y el muy estúpido dice que todo está bien. Me atreví a seguirlo y lo ví entrar en un lugar de mala muerte, que no me gustó para nada, se que estaba con un chico, que, creo que va a clases con ustedes, no se con exactitud que fué hacer allí, lo que se, es lo que se maneja en esos lugares — lo veo con cara de tragedia.
— ¿Que cosas? — le digo de manera temerosa a que me afirme lo que estoy pensando.
El chasquea la lengua.
— Cosas ilicitas y drogas.— me dice con obviedad.
Un huracán de pensamientos pasan por mi cabeza, se que si mi mejor amigo está pasando por una situación difícil yo lo ayudaré y apoyaré, trataré de sacarlo de ese mundo, se que no será fácil, pero allí estaré, necesito hablar con el. Saber que le sucede.
— ¿Y si el realmente no está haciendo nada de eso? — le digo con esperanza en la voz.
— Yo también quiero pensar eso, lo averiguaremos pronto — me dice con cara de detective privado.
Viendo un punto fijo me sumerjo en mis pensamientos entre positivos y negativos, tratando de buscar pistas que me afirme lo que Hadab dice, todo apunta a qué si, su manera de actuar, su distanciamiento y la compañía de ese chico estos días. Pero no voy a creer del todo esto sin la confirmación que necesito.
— Oye, Lora.— ruedo mis ojos, por su apodo ahora hacia mi.
— Mm — es lo único que le digo.
— Lo averiguaremos, Se que quieres ayudar a Austin, lo ayudaremos, si lo que digo resulta ser cierto y de igual manera si no lo es. — intenta consolarme y resultó un poco. La verdad es que en la manera que lo dijo resulto cariñosa.
— Sabes Hadab nunca pensé que fueras tan buen consolador — le digo y escucho una muy inesperada carcajada de su parte, lo observo como si fuera un espécimen nuevo.
— Joder, Lora, ac-cabas de decir Consolador — y siguio riendo como si la vida se le fuese en ello. Estúpido
—Masa mucosa, calla — le digo aún sorprendida por la manera en que se está riendo, pero caigo en cuenta en lo que dije y me sonrojo completamente, pero sin prestarle mucha atención sumergiendome nuevamente en mis pensamientos.
Hace algunos años fui muy cercana a una persona que consumía ese tipo de cosas, no paso mucho tiempo cuando se volvió un adicto, sé que ese mundo no es fácil, algunas personas piensan que lo puedes dejar de la noche a la mañana, que solo lo haces por llamar la atención, sin darse de cuenta que, algunas cosas llevan a tomar esas medidas, esas personas ven en las drogas una solución, algo que haga sentir menos miserable, así sea un breve lapso de tiempo, entrando en un estado de necesidad, aferrándose tanto a esos momentos que se hacen indispensables, mientras aumentan las ganas de seguir queriendo sentir esa "maravillosa" sensación de poder escapar del mundo, de los problemas, pero con todo eso, se dan cuenta al final que entran en un círculo vicioso, porque al principio lo ven normal, y algunas personas saben su límite, pero como así, también hay otras que no, entonces llega un momento en el que quieren cada vez más y eso es porque ya las pequeñas cantidades no le hacen sentir igual como la primera vez, y entonces buscan que, esos lapsos de tiempo se vuelvan más largos, más satisfactorios, más duraderos. E intentan probar algo más fuerte, más potente, llegando al preciso momento que ya todo da igual, viendo un unico refugio ahí, con el pensamiento de que ya no hay vuelta atrás, que ya las personas perdieron la esperanza en ti. Realmente el apoyo es muy importante en esas situaciones, así sea el más mínimo, y cuando no, deciden por perder la fé y las esperanzas, aceptando que ya es algo adictivo, sintiendo cada vez más un vacío, depresión y desánimo. Entonces es como si no hubiera luz al final del túnel, solo oscuridad.
No quiero ver a Austin en una situación como esa, ya la viví una vez, y esa persona a la que era cercana no pudo contra toda la presión encima de el, el no tuvo el apoyo que deseaba, y ese era el de su familia, cuando ellos simplemente decidieron echarlo de casa el perdio toda su fé, quitándose la vida y dejandome un mensaje, en el que me hizo saber todo lo que sintió, pidiéndome disculpas pero que, para el, quitarse la vida lo veía como una liberación. Aún recuerdo eso, fué algo muy duro y triste, no debío de haber terminado así. Pero se que si yo estuviera en esa situación también lo haría. Mentiría si no he pensado que ese sería una solución.
Realmente las personas solemos tomar decisiones buenas y algunas no tan buenas.
— ¿Lora? — Rayos, me había olvidado completamente que Hadab estaba aquí — ¿Que pensabas?
— ¿Tienes hambre? — ignoro su pregunta, levantándome del sofá dirigiendome a la cocina, el me sigue de inmediato.
— ¿Sabes?. Tengo talento en la cocina y hoy estás de suerte, porque tengo ánimos para cocinar — me dice en tono egocéntrico. Pero se que en parte lo hace para ligerar el ambiente triste que se había formado tras lo de Austin.
Nos salió chef el muchachito.
— Nunca está mal tener un ayudante— le digo, aunque agradezco que el sepa cocinar, porque yo, ehh bueno, se poco.
Lo observo como empieza a sacar los ingredientes de mi despensa, el sin siquiera decirle que era lo que prepararemos.
Mucha confianza eh.
Saca la tabla de picar y toma un cuchillo, yo por mi parte tomo el pan de la despensa, no se que planea cocinar, pero yo quiero pan.
— Eeh.. oye, sobre lo de tu amiga — lo observo y se rasca la nuca —. No es nada de otro mundo, pero supongo que sí tengo que darte una explicación. — me dice el cínico.
— ¿No era que no me debías explicaciones? — contrataco.
— Calla Lora, joder, si que hablas mucho, ¿ves? el apodo pega contigo, pobre del lorito que te comiste — al rato lo observo y me asombro con lo que veo, está sorbiendo su nariz y pequeñas lágrimas bajan por su rostro.
Señoras y señores, don misterio, alias masa mucosa, está llorando, si mis estimados.
¿De verdad está empezando a llorar por lo de Brinny?
—¿Hadab?.. Oye, mm.. lo siento, no sabía que te afectaba decirme, si no me lo quieres contar no lo hagas, no hay necesidad, tampoco es que me importara tanto — digo con fingida indiferencia, pero por dentro me estoy dando treinta bofetadas internas, porque obviamente que quiero saber.
— ¡Joder no estoy llorando! — dice levantado una cebolla en su mano —. Es culpa de ella — De inmediato suelto una sonora carcajada burlándome de el.
Como ya saben lo graciosa que puedo llegar a ser, y como no se que decir, pues nunca he sido buena viendo a las personas llorar, a si sea por cebollas, hago lo siguiente. — ¿Quieres agua? — le ofrezco sin parar de reír.
Me lanza una mirada en la que me hace saber que mi comentario no le ha causado ni la más mínima gracia.
— Gracias por tu amabilidad pero no la necesito — Hace el intento de tirarme un tomate y yo me agacho rápidamente, uf olvidaba lo odioso que era.
》 Como decia, conocí a tu amiga en un hospital.
— Algo que no sepa.— le digo volviendo a mi lugar.
— ¿Quieres saber o no? — asiento rápidamente antes de que se arrepienta —. Te preguntarás qué hacía en un hospital.
— Obvio, dah — el me fulmina con la mirada y decido callarme mejor.
— Ese día tuve un accidente.. con un amigo — me dice con voz... Nostálgica?
— Oh — lo único que dije
— Conoci a tu amiga en la sala de espera, intercambiamos algunas palabras, nada comprometedor — Levanto las cejas, porque si hubiera sido algo comprometedor con Brinny no me hubiera importado ¿Verdad?
¿VERDAD?
Y para que mentir, me es inevitable preguntar por su amigo.
— ¿Y el? — Hadab me ve y sonríe con tristeza.
— Esa es otra historia, tu solo me preguntaste como conocí a tu amiga.
Bah inteligente.
Pero luego iré por esa Historia.
— Bueno bueno, prosigue.
— Eso es todo y ya, no la volví a ver hasta hoy.— dice con indiferencia.
Bueno aquí es donde inserto cara de payaso.
— ¿Es en serio? — Que estafa es esta, no estoy satisfecha para nada.
— Si, es todo, no hay una historia profunda y oscura detrás de esto, tranquila.
Algo me dice que no es todo, pero desde luego me reuniré con mi informante, alias Bri
Risa malévola interna.
Es curioso que se conocieran en un lugar como ese, creí que me dirían en una fiesta o algo así. Aún no entiendo nada muy bien.
— Es tan raro que se hayan conocido en un hospital, a ella no le gusta esos lugares, de hecho siempre solía ir conmigo, y porque la obligaba a acompañarme — le digo recordando aquellos días.
— La obligaria otra entonces — dice en un intento de bromear que solo hace que le dé una mala mirada —. Recuerdo que ese día estaba con una chica que tenía un tatuaje, lo tenía en la muñeca — entonces, esa información me llega como un balde de agua fría. Trayendome recuerdos, esa persona de la que habla es quien creo, es muy posible.
— ¿Hadab hace cuánto tiempo fué eso? — pregunto, entonces lo veo pensativo, y cuando creo que responderá mi pregunta, el me ignora haciéndome otra.
— ¿Porque siempre solía ir contigo a un hospital?. — Pregunta con cierto interés.
— Gracias por ignorarme — y el solo se encoge de hombros —. No debería responderte ya que ignoraste lo que te pregunté.— dejando eso a un lado, decido que no está mal hablarle sobre mi familia — . Mi madre es doctora.
— Interesante — dice mientras sigue picando los ingredientes —. Así que, ¿Seguirás lo típico de las familias y serás Doctora también? — sonríe
Bendita sonrísa.
Debo tener otro premio por haber visto varias sonrisas de Hadab hoy.
— Concentremonos en la comida, mini leoncito tiene hambre — digo pagandole con la misma moneda cambiando el tema y bueno tampoco es de mis favoritos. Y para que vea que tengo mucho hambre toco mi estómago de manera exagerada.
Hadab de pronto palidece y me mira con precaución como si fuera un monstruo de tres ojos y empieza a respirar raro.
— ¿Alguien más lo sabe? — me pregunta de pronto.
— Solo Bri y ahora tu — digo no entendiendo muy bien su pregunta, pero supongo que es lo de si alguien de aquí sabe que mamá es Doctora. La verdad es que no he hablado mucho con los chicos de mi familia o de mi.
— ¿No dejaras la universidad cierto? ehh, yo.. podría ayudarte, no lo sé, a conseguir un trabajo de medio tiempo, para que puedas seguir estudiando. ¡Joder! ¿Como lo harás? ¿Como lo mantendras? ¿Quien lo cuidara mientras trabajas? — dice de manera apresura y se acerca para sacudirme por los hombros.
Un momento.
Corte ahí.
¿Que cosa está pensando?
Hadab hace otro acto inesperado, me pincha el estómago con un dedo.
— ¡No me toques! — le doy un manotazo. — ¿Que rayos te pasa?. Empiezo a creer que no eres Hadab — le digo fingiendo un escalofrío.
— ¿Enserio hay algo creciendo en ti?. Sigues plana — hace una mueca y no sé sentirme ofendida por su comentario —. ¿Estás cosas siempre tardan tanto? ¿Cuántas semanas tienes? — me pregunta curioso pinchando de nuevamente mi estómago.
¡No puedo creer esto!
Incómodo..
Admitiré que me da gracia y miedo por partes iguales.
— ¡Basta Hadab!. ¡Ahi adentro no está creciendo nada! — digo señalando mi estómago —. Solo crecen mis ganas de comer, apresúrate o te terminaré comiendo a ti.
Hadab me ve elevando ambas cejas
y yo repaso lo que acabo de decir.
Oh rayos
— Se que soy apetecible, Lora, no hace falta que me lo digas.
Modo egocéntrico: activado
— Que payaso — me levanto alejándome porque siento mi sonrojo, decido buscar la carne —. Vamos a terminar esto, siento que no como en hace décadas — digo ya harta de dar tantas vueltas.
Ya después de haber comido, nos encontramos hablando sobre cosas triviales en el sofá, resalto que la comida estaba para chuparse los dedos, el después de terminar de comer se ofreció a ayudarme a lavar los platos. Admito que me gusto la compañía de don misterio, He logrado hablar por más de 10 minutos con el.
Baile de victoria.
Seguimos hablando y al rato nos damos cuenta de la hora.
Ya es de madrugada.
¡¡Ofrecele que se quede, no puedes pedirle que se vaya a estas horas!!
— Bueno.. ya debería irme, eeh.. gracias por la cena.. nos vemos — dice caminando hacia la puerta.
¡Que esperas dile!
Bien, solo le diré que se quede por la hora, no porque quisiera que durmiera aquí, claro.
Corro tras el y me atravieso en la puerta.
Me mira entrecerrando sus ojos.
— Hadab ¿Sabes que puedes quedarte?. Ya lo has hecho y es muy tarde para estar por allí. —le digo sientiendo una chispa de nervios.
— ¿Acaso quieres que me quede? — pregunta con aire juguetón y se acerca, invadiendo mi burbuja de privacidad.
— Solo soy amable — ruedo mis ojos. sintiendo que ahora aumentan mis nervios por su cercanía.
— Mm, ya que insistes — se aleja un poco y siento que vuelvo a respirar con normalidad —. Me quedo entonces, buenas noches — me da la espalda dirigiendose hacia mi habitación.
Oh no, amigo, ese es el camino equivocado.
— Hadab — me ignora y sigue caminando. — ¡HADAB! — Grito ahora llamando su atención. —. ¿A dónde vas?
— A dormir — dice con obviedad.
— Dormiras en el sofá. — le digo con burla.
— ¿Y por qué no duermes tu ahí? — ok, el no acaba de decir eso, me siento indignada.
— No, obvio no lo haré — le doy un empujón leve y paso de el.— ¿Que esperas?, ven que buscaré una manta y un almuadon para ti — el murmura algo que no logro entender, entro a mi habitación, me quito las botas tirandolas, sin importarme que el vea mi desastre.
Inspecciono el closet buscando algo para cambiarme de repente escucho a Hadab.
— La doctora Gil.. — dice viendo la foto que está sobre la mesita de noche.
— Es mi mamá — digo confundida y me acerco observando la foto.
— Ella me ayudó mucho... — medio logro entender lo que dice, ya que lo dijo en un tono muy bajo.
Lo miro fijamente, instandolo a qué prosiga, pero el simplemente sale de mi habitación. Dejándome con mucha confusión.
Vaya, estoy llevándome muchas sorpresas por su parte, ahora resulta que también conoce a mamá.
¿Que más sorpresas tienes para darme Hadab?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro