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Capitulo 3

Y como lo dije, tengo a mi padre frente a mi con sus ojos aguados. Cuando quiere ser sentimental, lo es. Apenas llego del trabajo me bombardeo de preguntas de como fue mi gran día, para luego ir a cenar a nuestro restaurante favorito.

Lo bueno del trabajo de mi padre es que nos permite tener una vida cómoda, no llena de lujos pero, si una vida cómoda. Y realmente estamos feliz asi, Alicia mi madrastra ella tiene una pequeña floristeria de alli fue que conoció a mi padre y surgió su amor.

Ese día mi papa y yo íbamos a visitar a mi madre y él  quiso llevarle sus flores favoritas. A fin de cuentas que ella ama su trabajo y admito que es una gran mujer y se nota que quiere mucho a mi padre. Y luego esta, mi pequeño trabajo de medio tiempo que es en una cafetería que se encuentra cerca de casa y, es que nuestro urbanismo queda super cerca del centro de la ciudad.

Hoy le dije a la señora lisolett que no iría y que se lo compensaría el día de mañana. Ella es una señora ya mayor, chiquita y un poco regordeta, es de tez blanca, cabello y ojos oscuro y es toda una sabia.

Creo que me desvíe un poco del tema, estamos en el restaurante y estamos todos en la mesa, la cual se encuentra en la parte de afuera. Mi hermano luca lleva puesto una camisa manga corta color blanca y un jeans negro ¡hermoso! amo con mi vida a mi hermano, Alicia lleva un largo y muy bonito vestido color perla aunque es muy simple le queda muy bien. Ella es de tez blanca, rubia cabello no tan largo y con unos grandes ojos miel.

Papá lleva puesto el mismo traje gris con el cual salio está mañana y yo tengo un corto y ajustado vestido blanco con unos tacones de trenzas que llegan casi a las rodillas de color blancas.

Tomo el menú y opto por una hamburguesa con doble ración de papas y un refresco.

     —Cariño, ¿No puedes pedir otra cosa?—antes de que pueda quejarme Alicia habla.

     —Dan amor, no comiences— papá abre la boca y Alicia levanta el dedo indice callandolo— es su día, dejala celebrarlo como ella quiere.

Él solo rueda los ojos y yo sonrio de lado, mientras Alicia me guiña el ojo.

     —Esta bien, pero llevas puesto un vestido blanco ¿Sabes que lo puedes ensuciar?.

     —Papa me ofendes, se comer y más en la calle.

     —Esta mañana no parecías saber comer.

Papá suelta una gran carcajada y Alicia tambien, yo miro a luca con los ojos entre cerrado.

     —Mira quien lo dice, él que siempre bota el jugo antes, durante y después de comer—sus mejillas se tornan rojas y alli es cuando me uno a las risas de papa y Alicia.

     —Bueno basta— dice Alicia despues de calmar su risa y limpiar una pequeña lagrima que salio de su ojo izquierdo— yo quiero una ensalada y pollo empanizado y para él niño rostizado de carne y papas.

Él camarero quien estuvo todo este rato callado a un lado de nosotros, anota lo que Alicia le pidio.

     —Yo quiero pasta rebosada con camarones en salsa alfredo.

Él camarero termina de anotar asiente y se retira, no sin antes de decir que en una media hora la comida estará lista.

     —Y bien, ¿Que harán tu y Amalia?.

     —No hemos hablado sobre que vamos hacer, seguramente mañana ira a la cafetería y me dirá para ir a la discoteca.

Papá y Alicia se miran entre ellos intercambiando miradas y sonríen.

     —Muy bien, hablen— papá niega y rie.

     —Dan amor, ya dáselo.

     —¿Darme?.

     —Si hija, ya nosotros sabiamos que te graduarias con honores. Ya que, fuimos testigo de tu gran esfuerzo, es por eso que este es nuestro regalo para ti.

Saca de su bolsillo una caja mediana de terciopelo color negro, la coloca en la mesa, justo frente de mi. Yo miro la caja y los miro a ellos quienes en su rostro tiene una gran sonrisa.

Tomo la caja en mis manos, la abro y veo que adentro reposa una llaves y eso solo significa una cosa. Abro mucho los ojos y rápidamente volteo a ver a mi papá quien tiene todavía plasmado en su rostro una gran sonrisa.

     —Un auto para, ¿Mi?— ambos asienten— pero, pero Alicia tu necesitas más un auto que yo.

Ella niega.

     —Nada de eso, creeme no me gusta manejar y lo sabes, asi estoy mucho mejor.

Realmente es asi, ella una vez nos contó que cuando era niña, su tio tuvo un accidente en el cual él se rompio una pierna y ella casi muere.

     —Hija te lo mereces, el carro se encuentra en el garaje de la casa, asi que en cuanto lleguemos puedes ir a verlo.

Me llevo las llaves al pecho y les doy las gracias, al cabo de un rato llego la comida y nos dispusimos a comer para luego irnos a la casa y cada uno ir a su habitación para descansar ya que mañana hay que trabajar.

°°°

A la mañana siguiente la odiosa alarma me despertó y si no fuera por que le dije a la señora Lisolett que hoy iba desde temprano a trabajar, me quedaría durmiendo hasta tarde.

Me levanto sin muchos animos y me meto al baño para darme una ducha. Al cabo de unos veinticinco minutos salo del baño envuelta en una toalla, me dirijo hacia el armario y saco un jeans negro tiro alto, una camisa verde militar manga corta y por ultimo mis Vans.

Cuando ya estoy completamente vestida, me quito la goma del cabello y medio lo peino con mis manos. Agarro mi bolso negro y meto en él mi cargador, mi monedero y la camisa de la cafetería. Tomo mi teléfono y salgo de la habitación para ir a la cocina.

Me encuentro con Alicia haciendo el desayuno mientras papá lee el periódico y luca está mas que listo para ir al kinder, le doy un beso en la mejilla a ambos y me siento al lado de luca.

     —¡Buenos dias familia!— cierro los ojos e inhalo el delicioso olor que desprende la cocina— huele sabroso Ali.

Ella se voltea y sonríe.

     —Gracias cariño, ayer estuve leyendo unas recetas por internet y me encontre con unas que se veian sabrosa— suelta una pequeña risita— asi que compre los materiales ayer, para hacer un rico desayuno.

     —Y, ¿que es?.

     —Bueno, leí que se llama "desayuno criollo" que es arepa asada, con un revoltillo de huevos que se llama "perico" y aguacate.

Mientras ella habla va colocando los platos y veo que hay en cada plato dos ¿Como fue que dijo ella? ¿Arepa? no sé, con el revoltillo de huevos y los aguacates. No tiene mala pinta a decir verdad.

     —¿Como dijstes que se llamaba esto?— señalo los dos circulos blancos.

     —Se llaman arepas y es un desayuno Venezolano.

     —¿Mami estamos comiendo periquitos?.

     —Si hij... ¡No!, digo no, el revoltillo de huevos se llama así.

Yo rio por la reacción de Alicia y comienzo a comer, cierro los ojos nuevamente por que así que como olía, sabe a gloria.

     —¿Y por qué se llama así?.

     —No lo sé cariño, por favor come que tienes que ir a clases.

     —Amor más tarde hay una cena de negocios, te aviso para que estés lista a eso de las siete de la noche— papá toma un sorbo de su taza de café y me mira— ¿Quieres venir cariño?.

     —No, no papá, hoy es viernes y lo más seguro es que hoy me vaya con Amalia a una discoteca. Así que declino tu tan valiosa invitación.

     —Muy chistosa— asiento y le lanzo un beso.

     —Lo aprendí de ti.

Después de eso todo es silencio, termino de comer y me dispongo a irme al baño para lavarme los dientes, no si antes lavar mi plato. Una vez que estoy lista, me despido de todos y voy hacia el garaje donde está mi precioso y nuevo auto, el cual todavía no habia visto.

Cuando abro la puerto del garaje logro ver un Porsche color blanco, no es del año, pero es ¡mío! emocionada me subo al auto y aspiro el olor a nuevo. Me bajo del auto ya que se me olvidó abrir el portón.

Una vez que se termina de subir el odioso portón voy hacia mi auto y antes de cerrar la puerta escucho la voz de mi papá.

     —¡Ve con cuidado cariño! Y yo cierro el portón.

Asiento, le lanzo un beso y cierro la puerta, enciendo el auto y me pongo en marcha hacia la cafetería.

Estaciono en la parte de atrás de la cafetería, me bajo y lo admiro, ¡Es hermoso!. Coloco el seguro y me dirijo a la puerta verde de la cafetería, paso a mi cubículo para colocarme la camisa e ir hacia la oficina, donde sé, que está la señora Lisolett. Una vez que estoy frente a la puerta, toco y escucho un leve "adelante".

     —Buenos días señora Lisolett.

     —Juliette cariño, ¿Que haces a está hora aquí?.

     —Ayer falte y le dije que se lo compensaría el día de hoy, asi que, aqui me tiene— ella se quita los anteojos, sonríe y niega con la cabeza.

     —Cuéntame como te fue ayer— me siento en una de las sillas que estan delante del escritorio.

     —Aprobe con honores y un empresario muy importante escogió a cinco estudiantes para que hagan las pasantías en su empresa, ¡Y yo estoy entre esos cincos!.

     —¡Felicidades hija! eso quiere decir, ¿Que ya no trabajarás aqui?.

Hago una mueca por que no había pensado aquello.

     —Asi es señora Lisolett— hago un puchero— trabajaré hasta el domingo, ya que el lunes comienzo las pasantías.

     —Bueno, pues no se diga mas, a trabajar señorita.

Le sonrio y me levanto para ir hacia la parte de afuera. Aveces atiendo las mesas pero la mayoría del tiempo me la paso tras la barra preparando café.

     —¡Hola Juliette! ¿Por donde entraste que no te vi?

     —Hola Diana, entre por la parte de atrás— ella asiente.

     —Jul una de las meseras no pudo venir, ¿Puedes ocupar el puesto hasta que las meseras del turno de la tarde lleguen?.

     —Claro, no hay problema.

Tomo del perchero un delantal y me lo coloco, voy para el recibidor para tomar una pequeña libreta junto a un lápiz. Pasan al rededor de dos horas, la mañana a estado muy movida aqui en la cafetería, en este momento estoy sentada mientras tomo de mi café y en eso suena la campanilla anunciando un nuevo cliente.

Antes de que Diana me diga que vaya atender, me levanto y le guiño un ojo a está, dejándola con la boca abierta. Sonrio y me dirijo hacia la mesa que esta casi al fondo justo al lado de la ventana, noto que son dos hombres los que estan sentados alli.

Llego a está y sin mirar a ninguno de los dos, saco la libreta y el lápiz del bolsillo del delantal.

     —Buenos dias caballeros, sean bienvenidos a Express Coffe, ¿En que puedo ayudarlos?.

     —En dándome tu número princhipesa.

Levanto una ceja y despego la mirada de la libreta para observar al idiota que me está mirando con una sonrisa poco atractiva.

     —Para eso tienes que ser realmente guapo y—lo miro de arriba abajo— no lo eres, en cuanto tengan pensado lo que van a pedir me avisan.

Me iba a dar la vuelta pero me detengo cuando siento que me toman de la mano y siento mil y un cosas que no se como expresarlas, mira hacia el otro tipo que es quien me tiene tomada de la mano y abro mucho los ojos.

Él crimen andante solo se queda mirandome sin decir nada, hasta que escuchamos un carraspeo por parte del otro tipo y rápidamente quito mi mano de la suya.

Él crimen andante antes de hablar se acomoda en el asiento y carraspea.

     —Disculpa a mi amigo, aveces no se sabe comportar— asiento en su dirección— solo queremos dos cafés sin azúcar y panecillos.

Sin omitir ninguna palabra por mi parte, asiento y me voy para entregarle la orden a Diana, me voy al baño un momento y logro respirar. Coloco una mano en mi pecho y noto que mi corazón está como si hubiera corrido un maratón.

Me tranquilizo y vuelvo a la parte de afuera y ya Diana tiene el pedido listo, lo tomo y me dirijo a la mesa del crimen andante.

     —Aqui esta su orden.

Coloco los panecillos en el medio y los café frente a ellos, cuando estoy lista para irme siento su voz.

     —¿Como sigue su frente?.

Volteo a mirarlo directo a sus ojos y hablo.

     —Le dije que estaba bien.

Y sin dejar que vuelva hablar  me retiro de la mesa lo mas rápido posible.

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