Triana, Sevilla, 5 de la madrugada.
Un niño de nueve meses llora en el interior de un cuarto de uno de los tantos corrales de vecinos que hay en el barrio.
Su madre, Rufina Flores , se levanta para atenderlo. Es una mujer joven, de piel morena, con un abundante cabello negro, lacio y cuyo largo llega hasta la cintura. Tiene treinta años y es la locura de muchos.
Enciende la única luz que hay en la diminuta y paupérrima habitación que comparte con su hijo.Camina en dirección a él.Lo saca de la humilde cuna de madera que le construyó Abencio,un joven que vive en el cuarto de enfrente junto a sus padres, Toribio y Josefa.
De pie con las piernas un poco separadas, lo acuna en sus brazos acompañando el balanceo de estos con movimientos de cadera al mismo ritmo ,mientras que entona una dulce canción.Cuando Rafael ya está más tranquilo, deposita un beso en su frente y otro en cada una de sus mejillas.
Con suavidad lo coloca sobre la vieja mesa de madera descolorida, que hasta no hace mucho compartía con su madre.Le saca el pañal sucio, que luego lavará en uno de los pilones del corral.Lo higieniza con jabón y con un poco de agua que reservó de la extraída del pozo,antes de que caiga la noche del día anterior.
Una pila de pañales de tela ya están limpios y secos para ser usados una vez más. Escoge uno, y con dulzura maternal cambia a su pequeño hijo, fruto de una noche de fiesta y alcohol en un bar hispalense.Luego lo aproxima a su pecho,lo amamanta,y lo vuelve a dejar en la cuna cubierto con una pequeña manta,con la que alguna vez se cubrió ella cuando era una lactante.Se sienta cerca de la cuna para poder contemplarlo por unos minutos.
Por una pequeña ventana que da al patio que comparte con sus vecinos, ve que el día está comenzando a aclarar.Es hora de su higiene.Coge una toalla, algo de ropa con vivos colores y va a uno de los tantos baños comunitarios que hay en el edificio.A la vuelta,se encuentra con la vecina que vive a su derecha.
-¿Qué hace limpiando tan temprano,doña Urraca? A su edad,no tiene que estar haciendo eso.Vaya a descansar.
-No,porque después viene Paca y me tira la bronca si está sucio.
¿Y tú qué haces vestida tan temprano con esos lindos colores? Pareces una mariposa, hija.
-Y algo de mariposa tengo, doña.Me gusta la libertad y le escapo a los que me quieren casar.Pero deje eso y vaya para dentro.Yo me encargo de mi espacio y el suyo,y usted me cuida a Rafael cuando me vaya a la fábrica,que para eso me vestí así. -Hacemos así entonces. Tú búscate un marido para que ese niño tenga un padre.
Abencio está loco por ti, ¿por qué no le das una oportunidad?
-Porque a mí no me enloquece Abencio, doña Urraca.No recuerda que le dije hace unos segundos que me gusta la libertad.
Dígame, ¿usted sigue cosiendo? Porque necesito más pañales para el niño y más ropa.Usted sabe como crecen, y la que hoy usa, dentro de dos meses ya no le entra. -Sí.Voy a morir cosiendo.No hay nada que me guste más.
Lo que quieras, te lo hago.
-Bueno, ya sabe entonces,unos pañales y algo de ropa.
-Quedamos así,entonces.
Mira quien viene hacia acá, Rufina.
-Uy no, este pesado otra vez.
-¿Cómo les va, buenas mozas?
-Aquí estamos Abencio, charlando.
- Pinta hermosa la mañana,tan hermosa como tú,Rufina.
-Y dicen que va a estar pesado el día,tan pesado como tú, Abencio.
-Pero, ¿por qué me dices eso? Yo te lo dije con corazón sincero, no lo tienes porque tomar a mal.
- Pero Abencio, yo también he sido sincera .
¿Ya te vas a trabajar?
- Sí.
-Pues vete entonces,¿qué haces acá?
-Me detuve a saludar a la flor más bella del corral.
-Pues vete que está flor no te va a dar de comer.
Y no me mires tanto los pechos, que ellos son solo para mi hijo.
-Pues si son solo para tu hijo,no los muestres tanto.
-Yo muestro lo que quiero, soy joven y los luzco y si tú quieres una mujer a la que controlar, pues búscate otra. A mí nadie me manda. ¡Y vete de una vez!
- Ya me voy,pero quiero que sepas que soy Abencio Muñoz y quienes me conocen me llaman el domador, porque puedo con todas las fieras..
-Y yo soy Rufina Flores,me dicen la leona y devoro a los donadores.
¡Vete ya domador!
-Me voy guapa, pero solo porque tengo que llegar a horario al trabajo.
-Mire doña Urraca, lo que es Abencio de espalda.Mire como camina, parece de madera.Que poca gracia tiene este hombre .
No sé como quiere conquistarme ,no se da cuenta que yo soy demasiado mujer para tan poca cosa.
Y aparte, mire lo corto que es , acaso pretende que lo lleve de bastón.
-Pero que importa eso Rufina, es un buen chico.Muy trabajador, y puede ser una gran ayuda para ti.
-Puede ser doña Urraca , pero yo me basto a mí misma . Y si tengo que elegir a un hombre,pues no será este. Seamos sinceras doña, Abencio está igual o peor que yo.Mejor busco uno con el bolsillo lleno.
-Entonces vas a buscar un compañero.
-No doña,es una forma de decir, nomás.
Y aparte con esta carne que me viene por parte de madre para que voy a estar buscando, si los tíos hacen fila para mirarme .
-En eso tienes razón Rufina,vaya si te sobra carne.El que esté contigo no va a pasar hambre.
-¿Y sabe qué? La fama de las cigarreras está llegando fuera de España, y de vez en cuando cae en la fábrica algún mozo para visitarnos.
¿Qué me cuenta, doña?
-¿Y qué quieres qué te diga? Ustedes solitas han hecho la fama que tienen. Hoy en día,más de un hombre quiere como mujer una cigarrera.
Se han convertido en un ícono de lucha y de solidaridad. Mujeres fuertes,decididas,y que saben reclamar por sus derechos.
Y tú... tú además eres hermosa. No solo Abencio está loco por ti.A Pelayo se le van los ojos cuando te ve pasar.
-Y todo gracias a mi madre y como ella considero innecesario un hombre a mi lado. Aprendimos a hacernos solas, ¿y usted quiere qué me quede con Abencio?No mujer, el que me quiera que valga lo suficiente.Rufina Flores, la cigarrera,no está para cualquiera.
- Está bien, hazte valer que tienes motivos para ello,- le da unas palmadas en las nalgas.
Rufina voy a entrar,¿tú limpias mi parte, entonces?
-Sí Urraca ,no se haga problema por eso, pero espere unos minutos, voy a buscar a Rafael .
-Espero aquí,y ponte algo en el pecho, que está un poco fresco.
-Me voy a poner un mantón.No quiero cubrirme mucho.Si ahora que soy joven oculto lo que la madre naturaleza me ha dado tan generosamente, que me me queda para cuando sea vieja. Lástima que hoy el tiempo me obliga.
Rufina entra en la habitación de apenas unos pocos metros cuadrados.Deja la toalla y las prendas de vestir que se sacó sobre una de las dos sillas que posee. Peina su largo cabello, lo recoge en un rodete que sostiene con unas cuantas horquillas, y coloca sobre ambos costados de su cabeza una flor de color rojo.Toma al niño en sus brazos y lo lleva con Urraca.
-Mire a quien le traigo.Se acaba de despertar.
-Pero que guapo se está poniendo. A ver esos ojitos, que bellos.Iguales a los de
tu madre.
Ve tranquila,Rufina. Lo dejas en buenas manos.
-Claro que sí.Vaya Urraca voy a buscar el barreño para juntar agua del pozo y la escoba para limpiar el patio, pero me ha entrado una duda, ¿solo esta parte tiene qué limpiar ?¿Y el resto del patio?
-Por eso no te preocupes, Rufina.Ya hablé con Pelayo y Josefa,ellos se encargan del resto.
-Perfecto, entonces.

Minutos más tarde...
Rufina llama a través de la ventana a Urraca para alcanzarle unos pañales por si acaso los necesita.Después con el barreño en mano va a buscar agua al pozo comunitario que hay en el edificio.
-Pelayo,¿cómo va todo? ¿Sacando agua?
-Y otra no queda Rufina.Hoy me toca a mí hacer la limpieza.
Déjame que te ayude con la tuya.
-No hombre, gracias,pero yo puedo sola.
Me estoy solidarizando con Urraca, ella ya está vieja,pobre mujer.No es justo que tenga que cargar con esto cuando yo puedo darle una mano.
-Ay Rufina,que corazón tienes.Dios te va a bendecir por ello.
Hoy a la noche va a haber fiesta ¿vas a estar presente?
-No lo sé,Pelayo.¿Qué van a festejar?¿Alguien cumple años?
-No.¿Es necesario qué alguien esté de cumpleaños para qué haya fiesta?
¿Acaso el estar vivos ya no es motivo por sí solo para festejar? Va a haber fiesta por
el simple hecho de que somos una comunidad alegre que gusta de pasar buenos momentos.No debemos esperar a que pase algo para festejar.
-Pues no le aseguro nada,Pelayo.Hay que ver como estoy a la noche, recién comienza el día para mí.
Limpio lo que me corresponde y me voy a la fábrica.
Bueno ,lo dejo,-ya con el barreño en mano, lleno de agua.
Pelayo León,sigue con la mirada todo el recorrido de Rufina hasta que llega a la parte exterior de la habitación de Urraca.
Barreñazo por acá, barreñazo por allá, en cuestión de treinta minutos queda limpia toda la parte del patio perteneciente a las dos.
Guarda los elementos de limpieza en su habitación. Va a encontrarse con Encarna y Chela, dos cigarreras como ellas con quienes va a la fábrica para tomar sus puestos.Elijen ir caminando, luciendo sus laberínticas figuras que van atrapando miradas al pasar ,dejando atrás el enorme edificio de dos pisos en el que viven.
Rufina es la más bonita de las tres,y de la planta donde trabajan elaborando los cigarrillos junto a cientos de mujeres. Sus
dos amigas no resultaron tan guapas, pero tienen un encanto especial que atrae de igual manera.
En su camino, un grupo de gitanas se acerca para leerles las manos. La única que acepta es Rufina.
-Bella mujer de ojos azabache, en tus manos leo que un hombre se cruza en tu camino y te dará una fugaz felicidad y también veo...
La gitana hace silencio por unos minutos y Rufina se pone seria.
-¿Qué ve , mujer?
-Veo la muerte.
Rufina le aparta la mano rápidamente.
-Pero, ¡cómo me dice eso! Tome estas pesetas y lárguese de mi camino.¡Gitana mal parida!
-Pero hija, está en tu destino.
-¡Yo no soy su hija, bruja del infierno!
Y ustedes dos que me miran, ¿por qué se santiguan?¿Acaso creen en las habladurías de la vieja gitana del barrio ? Me quieren decir como hago para continuar el día con lo que me vaticinó esta bruja lengua larga .
¡Maldita gitana!No sé porque le di mi mano para que la leyera.No quiero saber nada más con ella ni con los que son como ella.Habría que expulsar a todos los gitanos del barrio.
-Rufina , la pobre te ha dicho lo que leyó en tu mano.Ella no tiene la culpa de lo que el destino te tiene preparado,pero me ha
dejado preocupada.Una vez doña Paca, la administradora del edificio,me comentó que una gitana le dijo lo que iba a suceder en su vida, y así fue.
- Chela,las gitanas de Triana pocas veces se equivocan.
¡Santo Dios,Rufina! Báñate en agua bendita.
-Pero que me voy a estar bañando en agua bendita, Encarna.Me rezo un par de rosarios y que Dios se apiade de mí.
Pienso que esta desgraciada no me ha dicho nada que yo no sepa, porque hombres siempre tengo.La semana pasada conocí a uno en el mercado y terminamos encamados.Siempre consigo alguien que me caliente la cama y en cuanto a la muerte,que yo sepa está en el camino de todos.Cualquiera puede decir lo que ella dijo.No le tendría que haber dado ni una peseta.Si lo pensaba no le daba nada.Me tomó por mentecata.Ni tendría que preocuparme por lo que me dijo. En este momento se debe estar riendo de mí.
Chela ,¡y tú le dices pobre! Pero si estas tienen más plata que los ladrones,basta con ver todas las joyas que se ponen.
Un coche con un conductor solitario pasa a la altura de ellas y embelesado por la exposición de esos cuerpos tan generosos en carne, les grita desde su lugar :
-Tanta carne y yo sin frenos.
-Pues mire para delante, hombre, que sino va a frenar de golpe cuando choque al que lo precede.
El conductor advertido por las palabras de Rufina se salva por poco de protagonizar un accidente que le pudo haber costado la vida, y agradecido desciende del coche para hacerles una invitación.
- Bellas mujeres, le doy gracias a Dios porque hizo para el hombre una obra maestra tan grande como lo son ustedes. Son su mejor creación.
Permítanme invitarlas a cenar.
-¿A las tres o a una de nosotras?-pregunta
Rufina,al mismo tiempo que mira a sus dos amigas.
-A las tres ,por supuesto.
-Ah, le gustan los grupos - le da un codazo a Chela -,como le gusta complicarse la vida.
- ¿Aceptan ,guapas?
-Aceptamos, pero será después del trabajo.
-¿Por dónde las paso a buscar?
-A las 18 horas, por el bar El Gitano.¿Lo conoce?
-Sí y ahí estaré.
-Yo soy Justa y mis amigas, Gloria y Sol.
-Que Justa es la vida conmigo, que en este día de Sol me hace sentir en la Gloria.
Un gusto , yo soy Tirso.Nos vemos más
tarde.
Las tres amigas observan como el amable hombre se aleja en su coche y se pierde en la ciudad.
-Rufina, ahí tienes el hombre que mencionó la gitana.
- Apareció rápido,¿verdad Chela? Pues espero que la muerte tarde mucho más.
-Rufina se puede saber porque lo citaste en el bar y cambiaste nuestros nombres.
-Ay Encarna, tendrías que llamarte María Inocencia ,¿por qué va a ser, mujer? Pues porque no conviene que siendo un tío para divertirse un rato,sepa la verdad sobre nosotras.
Les puedo asegurar que esta noche no se la va a olvidar nunca en su vida.
Y sigamos caminando, que si no nos apuramos vamos a llegar tarde. -¡Cigarreras!-le grita alguien al verlas- acompaño su lucha.Nunca se den por vencidas.
Rufina, Encarna y Chela llegan a la fábrica de tabaco y toman sus lugares. Las tres trabajan en la misma mesa junto a otras mujeres, todas jóvenes.Cada una debe armar una determinada cantidad de atados de cigarrillos para poder ganar su dinero.
Una niña de unos diez años,se encuentra junto a su madre mirando como ella hace su trabajo.
-Justa ¿le estás enseñando el oficio?
- Sí Rufina ,tiene que prepararse para el futuro.Es un buen trabajo para la mujer.
- Sí.Yo también aprendí de esa forma,la veo a ella y me recuerda a mí cuando tenía su edad.
Hoy me acordé de ti,Justa.
Conocimos a un tío en el camino y cuando comenzamos a hablar,le di tu nombre y el de aquellas dos-señala a unas compañeras que están mesa de por medio.
-¿Y por qué hiciste eso? Mejor que no me venga a buscar acá por tu culpa.Tú y tus amigas serán unas solteras libertinas, pero yo estoy casada y no tengo ganas de rendirle cuenta a mi esposo.
-Pero mujer,aleja tus preocupaciones. No le dije donde trabajamos.
-Por lo menos conmigo eres sincera.
-¿Lo soy? Sí .Con mis compañeras soy de
una forma y con los hombres soy de otra.
Hoy le vamos a dar jaleo a ese tío.
-Dijiste ,¿le vamos?
- Sí Justa, con Chela y Encarna.No sabe lo que le espera.
Tú hija debe creer que soy una mala cristiana.Pero no lo soy.
¿Sabes qué pasa niña? Los hombres aman divertirse con las mujeres,y yo creo que nosotras también tenemos derecho a hacer de ellos nuestros juguetes. Si a ellos le gusta
el fuego, yo los llevo al infierno.
-Y tú madre,¿ qué te dice?
- Mi madre murió, Justa.Era igual que yo.Fue mi gran maestra.
Nunca quiso un hombre a su lado y me enseñó que nunca debía depender de ellos, pero sí de Dios. A Él sí que lo respeto,es lo
más grande que hay, pero no nací para ser monja.
Mira Justa, siempre la llevo conmigo.-Le
muestra una cruz de plata que lleva sobre su cuello, y acto seguido la besa.
¿Y tú marido de qué trabaja?
- Es electricista.
-Ah ...,creí que trabajaba en este rubro.
En la planta nadie trabaja en silencio, todas se enganchan en conversaciones con las compañeras de mesa.Desde los pasillos de la planta, se escuchan una multitud de risas y voces que provienen del recinto de trabajo de las cigarreras.
Terminado el horario de trabajo, Rufina, Chela y Encarna, acuden a su cita.
El bar El Gitano ,como su nombre lo indica , es atendido por personas pertenecientes a ese grupo étnico. Es un
lugar de encuentro y diversión muy popular en Triana donde ellos son multitud.Desde la calle,donde ya están las tres féminas sevillanas, se escucha la alegre y afinada voz de los cantaores, y el sonido de las guitarras .
Tirso llega pasadas las 18 horas, pero su llegada tarde no enfada a las mujeres que tuvieron tiempo para elaborar un perverso plan.
Creyendo que ese lugar es del agrado de ellas las invita a pasar, pero la atrevida Rufina lo convence para que las lleve a su casa.
La casa de Tirso, de estilo barroco, refleja el nivel económico de su propietario. La fachada de color blanco tiene una puerta central con forma de arco. Al entrar ,se
puede observar una gran sala con el piso alfombrado, un sillón de dos cuerpos tapizado en terciopelo negro con una delicada curva en el respaldo, dos arañas que cuelgan del techo con todas las bombillas encendidas ,y tres espejos que decoran las paredes junto a unos pintorescos cuadros. Qw
Está repleta de muebles de primera calidad que definen el buen gusto del propietario y su admiración por ese tipo de arte.
Encarna y Chela la recorren,mientras que Rufina se encarga de seducir al dueño .
Pasa sus delicadas manos sobre su cabello castaño con mechones grises y lo despeina. Baja sus manos hasta el cuello para continuar con sus sugerentes caricias.
-Hombre , pero que guapo eres ,¿cómo puede ser qué un hombre así,esté tan solo?
Dime guapo ¿te gusto?¿Me deseas?
-Sí, mucho.
-¿Y a mis amigas?
-También me gustan mucho y también las deseo .
- Pues la vas a pasar muy bien con nosotras .Tres para uno.Tú sí que eres
afortunado.
¿Crees qué puedas con las tres?
-Claro, mujer.
-Eso está por verse.
Hace mucho calor aquí.Guapo,sácate la camisa , muéstrame que tal estás.
Tirso se desabotona la camisa y la deja deslizar hasta que cae al piso alfombrado del dormitorio.Rufina en su mejor actuación , acaricia y besa su pecho lampiño.
Entran Chela y Encarna, se sacan sus blusas y se dedican a acariciar y besar a Tirso.Las tres lo tienen atrapado en un mundo de lujuria.
Rufina lo deja en manos de sus dos astutas amigas,y va a la cocina en busca de vino y cuatro vasos.
Tirso explota de placer.Rufina sirve el vino que no beben ni ella ni sus amigas.
Le dan de beber un vaso tras otro.En medio de tanto placer no sospecha que se ha convertido en una víctima de las tres cigarreras.Cuando ya está embriagado, lo invitan a un juego sexual que llega hasta la perversidad y él acepta sin saber el objetivo final.
Rufina le ata las manos al respaldo de la cama ,mientras que Chela se ocupa de atar los pies y Encarna le da de beber más vino.
Entre vinos y juegos sexuales el cincuentón se queda dormido.Lo dejan así como está .
Sus seductoras y ardientes victimarias, luego de revisar toda su casa,se retiran con una gran cantidad de pesetas, y objetos de oro.
Caminan unas calles hasta que suben a un coche que pasa por ahí.Llegan a las tres de la madrugada, cuando la fiesta terminó y todos están durmiendo.

Nota:La cigarrera era una mujer que se dedicaba a elaborar cigarros. El oficio llegó a su fin cuando empezó la industrialización.
Quiero aclarar que coloco la rayita corta porque la otra no la tengo.