40-Especial
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24/12/2018
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Víctor.
"Tú mísmo te encargas de quitarle la magia a los momentos especiales".
La navidad fue decepcionante. Javier no asisitió, prefirió estar con su madre, ¡y eso está bien! Despues de todo prometió estar conmigo en el espectaculo de año nuevo.
Quice mandarle un "feliz navidad" a Charly por celular, pero todo era culpa de él. Ahora mis familiares creían que era gay; a pesar de ser una fecha de amor y familia, estos parientes no parecian aceptarme como uno de ellos, y todo era culpa de Charly. O al menos eso creía yo, y vaya que estaba equivocado, ¡vaya que imaginaba cosas!
Sin regalos, sin mi abuela; la navidad ahora se sentía como la mas ridícula de las reuniones. Los primos con los cuales no habia hablado en un tiempo, y con los que me emocionaba platicar, ya no eran los mismos; tal como todo en la vida: habian cambiado, ¿también yo he cambiado?
Si es que he cambiado, definitivamente no como me hubiese gustado.
Mis primos solo hablaban de sus entrenamientos en fútbol, videojuegos y... de lo orgullosos que estaban de haber perdido la virginidad.
Yo en ese entonces solo habia perdido mis ganas de existir.
Nosotros, siendo los más jovenes, nos dejaban en una sala distinta a la los adultos estaban, ya después de comer. Mientras tomaban y reían, yo sentía como el mundo parecía derrumbarse a mi alrededor, ¿pero por qué? Al ver a mis primos tan animados y gozosos de sus tenues vidas, yo solo me castigaba mentalmente por ser como soy, por no ser como ellos, por no disfrutar el tiempo que muchos desearían.
"Como eres gay no entiendes de lo que estamos hablando, ¿no?", comentó el mayor de mis primos de una manera chistosa, conciente de que ya habia repetido mil veces que no era gay, conciente que eso me enojaba.
No disfrute esa navidad.
La primera navidad en la que me siento tan alejado de mis familiares, y en la que, literalmente, me sentía sin amigos.
Tuve que haber reido, tomarme las cosas más a la ligera, ¡darme cuenta que el problema estaba en mi mente! Sí: quizas el problema era yo; cierta parte de mi actitúd más específicamente.
Aquella tan esperada fecha, llena de "amor, compañía y felicidad", acabó a las tres de la mañana, cuando ya al estar los tres en casa, mamá y papá se acostaron a dormir. Mientras que yó, por querer ahorrarles trabajo, limpié el vomito que dejaron en la sala por lo que bebieron en la fiesta. Para despues, casi a las cuatro, acostarme por fin a dormir, sin tener a quien decirle lo que sentía, sin tener a quién abrazar, sin tenerme a mí mísmo.
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Javier.
"Que la alegría de las fechas festivas los envuelva de alegría, llevandolos así a una agradable pausa de lo que es la vida real".
Armamos el arbol de navidad en casa ese mísmo día. Con luces azules arriba porque era el cielo, y abajo las luces de muchos colores porque eran las flores; así decorabamos nuestro arbol como de costumbre: "como el más bello y abstracto de los paisajes".
Le regale a mi mamá un dibujo habia hecho en el hospital: a lapiz, se mostraba un parque con sombras y detalles, el cual es, al que mi mamá y yo frecuentabamos mas constantemente, y el cual tiene más recuerdos e importancia del que cualquiera pudiera imaginar.
Ella me entregó un libro de relatos cortos; regalo el cual me emocionó más de lo que pensé podría serlo.
Creí que esa navidad seriamos solo los dos, cosa que no me disgustaba es más: me encantaba. Sin embargo, aquel día mejoró: ¡mi tía había llegado de sorpresa! Mi madre ya sabía que vendría, pero yo no.
"¡Feliz navidad!", fue lo primero que exclamó al cruzar la puerta. Llena de entusiasmo y energía como siempre. Hace tiempo no la veiamos, puesto a que venía rara vez y solo de visita.
Ese día fue, en su totalidad, uno de los más especiales.
No hicimos una fiesta, tampoco visitamos lugares extravagantes como otras personas hacen, pero la felicidad de ese día fue tanta como si hubiesemos visitado todo el mundo en veinticuatro horas.
Fuimos a comer en nuestra tienda favorita, al cine, e incluso al museo más cercano. Finalmente en casa nis tomamos varias fotografias como petición de mi tía —que ama tomarle foto a cada momento—, y jugamos juegos de mesa.
"Aprecia a tus familiares. Cada abrazo, cada sonrisa, ¡atesoralo! Dejate ser amado, y amar. ¡Qué triste es la vida cuando te ahogas en lo negativo! Llena el camino que recorres de las flores mas bellas, creeme que la satisfacción será mucha".
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31/12/2018
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Victor.
"Olvida, recreate, y comienza de nuevo".
La noche era fría, mas no helada. Varias familias se reunian como de costumbre en aquel espacio abierto, en el centro de la ciudad, al rededor de un enorme arbol navideño lleno de luces violetas y rojas.
Todos esperabamos ansiosos la llegada de medianoche, mientras disfrutabamos de los bocadillos que vendía a los alrededores.
—¡¿Tú amiguito no vendra?! —me preguntó Matt, el primo mayor—. ¡Hay mucha gente! —Debiamos hablar casi a gritos por el sonido de las bocinas cerca de nosotros, y las animadas canciones que gritaban algunas personas a todo pulmon..., algo pasadas de copas.
—¡Sí vendrá! —Dije—. ¡Debe estar por ahí!
No veía a Javier por ninguna parte. Si no lo encontraba, aquella noche teeminaria siendo en serio decepcionante.
—¡Mamá! —La llamé, tratando de interrumpir su alegre charla con otras mujeres—. ¡Ma-má!
—¡¿Eh?! —Voletó sonriente y energética.
—¡¿Puedo alejarme y buscar a Javier?!
—¡Claro, claro! —Risueña, voletó de nuevo dandome la espalda, con un ligero movimienro de mano.
Entre tantas luces y personas parecía imposible averiguar sonde estaba.
Con tantas luces artificiales, las estrellas parecen esconderse.
Visualicé a muchos de mis compañeros de colegio en esa gran plaza llena de musica y luz. Pero me detuve a saludar a ninguno. Estaba Luka: el que le dijo al profesor lo del beso con Charly, por lo que no evite hacer una mueca fastidiosa..., afortunadamente no me vió
Javier.
"Recuerda, aprende, y desarrolla tu fuerza interior cada vez más".
No me agrada los ambientes que huelen a alcohol y cigarrillo; me traen malos recuerdos. Pero quice asistir a la fiesta de año nuevo aun así.
A mi tía le encantó la idea de ir, a diferencia de mi madre; a quien no le gustaban los ambientes con demasiada gente.
Estar en silla de ruedas era, definitivamente, lo mas desagradable en esos momentos.
Estando todos de pie y en constante movimiento se me hacia imposible visualizar siquiera donde estaban los grandes puestos de comida. No veía a Víctor por ninguna parte, cosa que contribuyo más a mi estado de agotamiento.
—Nos podemos ir si quieres —Dijo mi mamá en un tono indeciso. Era fácil oirla puesto a lo lejos que nos encontrabamos de lo que claramente eran grandes bocinas de musica.
Negué. Estaba convencido de que lo encontraría, quería hallarlo; estar con él.
Me sorprendió no toparme con nadie conocido, quizas los de mi colegio estaban dispersos más cerca de la musica o al rededor de los puestos de comida.
Presioné mi sien derecha al sentir un dolor evidente, pero soportable.
Mi madre me miraba preocupada, pero no contradijo más mi decisión.
—Ire por algo de comer —Comentó—. Quedate con Javi —Le indicó a mi tía.
Empezó a tomar fotografía, tanto a ella misma como a los alrededores. Quizo tomarse fotos conmigo, pero en ese momento yo pereferia solamente cerrar los ojos y esperar que esa melodia pop-rock me quiase, quizas, a quién buscaba.
Pasado un rato, faltando media hora para la llegada de año nuevo, por fin lo habia encontrado... o él a mí.
—¡Javier! —Oir su voz habia hecho, por fin, que estar ahí valiese la pena.
Una sonrisa se expandió en mi rostro al instante. Me ofreció un sincero abrazo, el cual sentí tan cálido y familiar.
—¡Hola! Habiendo tanta gente creí que no te encontraría —Comenté.
—Dios, eh, creí que no habias venido, ah, ¡que bueno que estés acá! —El entusiasmo era claro, tanto en su voz como en tu titubeo.
Dirigió despues la mirada a mi madre, prosiguiendo con estos dos saludarse con un abrazo. Despues, le presente a mi tía, la cual añadió que le gustaba el conjunto de ropa que llevaba Víctor.
Así, como era lo normal tras un comentario de ella, empezamos a platicar los cuatro, creando así un ambiente mucho más divertido del que creí podría haber ahí.
Tu mundo puede ser mágico si lo compartes con las personas correctas.
De repente, el lugar se llenó de simultaneos gritos de alegría con vista al cielo, donde fuegos artificiales abrazaron toda oscuridad volviendola un espectáculo de luces.
"Feliz año nuevo", gritaban todos, abrazandose entre sí con el que tuviese más cerca.
—Feliz año nuevo, Javier.
Habia valido la pena llegar hasta ahí.
—Feliz año nuevo, Víctor.
Con un fuerte abrazo, nos despedimos del año anterior, y dimos la bienvenida al nuevo.
* * *
¡Que cada sonrisa sea sincera!
¡ y que todo abrazo sea gozado!
¡Feliz año nuevo!
-Saray_Rivera "2019"
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